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► Capítulo 1: Holaaaaa~ Mary

=Narrador=

Y/n ha estado participando más activamente en la búsqueda de candies tras enterarse que Koyuki, era la famosa Snow White.

Habiendo pasado una semana desde que ella se unió al juego, había superado a todos los que ya llevaban un buen tiempo.

Sus acciones altruistas, y el reconocimiento y apreciación por parte de las personas, benefició considerablemente sus recompensas.

Tan solo ayer se conectó a la sala de chat, y conoció a La Pucelle, valiente guerrera con honor de caballero. Quien llevaba un mes en el juego, y más que dispuesta, estaba encantada con la idea de tomar a Snow White como su aprendiz y ser un dúo.
Solo para revelar poco después ser un viejo amigo del pasado, más exactos un excompañero de primaria, Souta Kishibe, un chico con un gusto culposo: las chicas mágicas.
Este gusto en común fue el que entabló su amistad hace años atrás. Y ahora los reencontró nuevamente.

Y/n prefirió mantenerse al margen de Snow White por el momento. Koyuki no era una prioridad, por ahora.

Desperdició unos días pensando cómo conseguir candies ayudando sin ser visto, pero que sepan que él fue.

Es entonces, que tras haberse completado su segunda semana, lo comprendió: Su propio logo. Solo así sabrían que él estuvo ahí.

Y/n estuvo persiguiendo el paso de la policía luego de que el Ranking semanal se actualizara por segunda vez, y nuevamente sus resultados se quedaran en cero.

No tenía resultados que mostrar a Ruler, pero los conseguiría muy pronto.

Y/n ayudó a la policía a combatir el crimen, se movía como una sombra, cauteloso pero seguro de sus riesgos.

Inmovilizando a los criminales, salvando a gente de asaltos, persecuciones, secuestros, rehenes, y balaceras.

Aunque jugar a ser el héroe no era su estilo, si mataba a estos criminales, solo mostraría al resto de chicas su dañada forma de resolver los conflictos.

Al término de cada una de estas proezas, él soltaba una hoja con una nube y un relámpago dibujadas. Con la nota: Heavy Storm estuvo aquí.

Cliché para él y para cualquiera. Pero fue lo mejor que se le ocurrió, no era muy creativo a la hora de jugar o interpretar un personaje.

—Y/n— Ha ha. Veamos cuántos sumé con este último crimen resuelto.

Y/n revisó su Magical Phone, viendo como sus 826 candies que había acumulado desde este Lunes se habían convertido en 1280. Una cifra que a este paso lo haría alejarse mucho del último lugar para cuando se actualizara el ránking este domingo. Ya estaba a mitad de su tercer semana.

Cuando Y/n guardó su Magical Phone, se dispuso a volver a casa. Pero se topó con alguien que no esperaba encontrar tan pronto.

—???— No tan rápido. Mocoso.

Y/n volteó la cabeza, intrigado por la voz femenina que lo llamó por detrás. Mirando de reojo.

Cuando notó la vestimenta particular de la mujer, su mente dedujo todo en tan solo unos segundos. 

En ese momento, no pudo responder nada, solo abrir sus ojos con impresión, observándola con una mezcla de emociones. Sabía a quién tenía en frente.

—Calamity Mary— ¿Qué pasa? ¿Te comieron la lengua los ratones?


=Y/N's POV=


—Yo— Calamity Mary. —pronuncié, con la misma sonrisa que ella tenía. No me iba a dejar intimidar por una mujer, y menos por una tan... wow.

—Calamity Mary— Heavy Storm. —Se arregló el cabello. —Parece que ya me conoces a pesar de no haberme visto nunca.

—Yo— Se habla mucho de ti. —me excuso.

—Calamity Mary— Y también de ti. En tan solo tres días de tu tercer semana ya dejaste de ser un Don Nadie en este juego.

—Yo— Me halagas.

—Calamity Mary— No te confundas, no estoy aquí para felicitarte. A decir verdad, nunca tuve interés en ti. A pesar de ser el primer varón entre nosotras.

Ladee con la cabeza.

—Yo— Oh ¿Cuál es el problema? —me hice el inocente.

—Calamity Mary— ¿El problema? ¿Es que no te lo han advertido? Este es mi territorio. Me estás quitando mi trabajo.

¿Y qué vas a hacer al respecto? Zorra.

—Yo— Oh, no tenía idea de que este era tu territorio. Puedo irme y nunca volver si es lo que quieres. Yo solamente quería salvar a las personas en peligro, como buen samaritano, nada más... —imito el tono de voz de la inútil de Nana, haciéndome el pobrecito.

—Calamity Mary— Me temo que rogar no te servirá de nada, mocoso. ¿Es que acaso no te lo han dicho?

Ella desenfundó un revolver.

—Calamity Mary— No te opongas a Calamity Mary. No me causes problemas. No me molestes.

Tras recargarlo, me apuntó con él.

—Calamity Mary— ¿Ok?

Vaya, vaya. No es como el resto de idiotas mágicas.

¿De verdad piensa matarme?

Maldición... claro que sí. Si ha puesto al margen a tantas pandillas...

—Yo— ¿Q-qué quieres de mí? —sonrío con nerviosismo falso.

—Calamity Mary— Arriba las manos. Tienes cinco segundos. Cinco.

Ja ja...

Lentamente comencé a levantar mis brazos por el frente.

—Calamity Mary— Cuatro.

Los levanto sospechosamente despacio. Y cuando siento  el gatillo en mis dedos dentro de mis mangas, mis brazos apuntan al frente. Y DISPARO.

Varias balas salieron de adentro de mi manga y le impactaron en la cara a la rubia.

Oculté mi pistola en mi manga antes voltearme cuando me dirigió la palabra.

Sonreí al verla en el suelo. Pero había algo raro en ella...

Comenzó a levantarse con varios raspones y moretones en el rostro.

No puedo creerlo, vacié dos cartuchos en ella.

—Calamity Mary— Maldito... No eres ningún mocoso. —sonrió con rabia y locura. —Esto será... interesante. HAHAHA.

Mary desenfundó su revolver rápidamente y comenzó a dispararme. Esquivé todas balas con un poco de dificultad aumentando la velocidad de mi cuerpo reduciendo mi peso. 

Normalmente no sería complicado hacerlo, he esquivado balas antes. Pero esas balas viajaban más rápido que cualquier otra arma que me ha disparado.

Una de sus balas finalmente me dio cerca del hombro, y este comenzó a sangrar.

Maldición! Maldición! Esta maldita herida pasará factura a mi cuerpo real!

Íbamos saltando de tejado en tejado. Con ella intentando cazarme por detrás.

Demonios! Nunca imaginé que una mujer me podría ocasionar tantos problemas!

Estoy corriendo por mi vida.

¿Qué hago qué hago? No tengo balas ni le harían nada por más que tuviera!

Es que tengo miedo? Voy a morir ahora? Miserable bruja rubia!

No, no puedo tener miedo! Me voltee y rápidamente apliqué toda la gravedad que podía en sus piernas.

Mary cayó boca abajo en uno de los techos.

—Yo— ¡Buen intento, zorra!

Quise acercarme a rematarla, pero ella seguía disparando desde su posición.

—Calamity Mary— Acércate! Acércate niño! Te voy a matar! Conozco tu poder ahora!

Estaba inmovilizada porque concentré todo el peso en sus piernas, pero... ¿si redistribuyera todo el peso a alguna otra parte de su cuerpo? Sus brazos! Pero... no es tan fácil, es preciso. Si falló me estaré exponiendo demasiado.

Soy un hombre de riesgos... lo haré. No soy una nena.

Rápidamente, quité el peso y lo puse en sus brazos y manos. Costó mucho.

Mary se puso de pie pero no podía apuntarme bien, por más que pudiera levantar los brazos.

Consideré exigir tregua. Pero eso es solo para los débiles.

—Yo— Te dejaré vivir si sacas tu maldito trasero de mi vista. ¿Me has entendido, Mary? —la amenacé para aparentar más control sobre la situación.

Nos miramos por unos cuántos segundos más, en alerta por si el otro intentaba algo, antes de retroceder mutuamente, y cada uno tomar su camino para huir.

Se sintió como una autentica pelea del mundo salvaje por la supervivencia.

No conocemos mucho del otro, por lo que quien podría ganar es como tirar una moneda al aire. Con cada uno demostrando sus habilidades y experiencia en combate.

Pero si Mary descubre el alcance de mi gravedad, estaré frito. Sabe como manejar un arma como yo,  pero sus balas son más rápidas, y no tardará mucho en comprender como funciona mi poder si tenemos más encuentros como el de hoy.

Tengo que matarla cuanto antes...

Jaja... que adrenalina...

Dos semanas y ya le hice frente a una veterana a la que todos le temen. Si la mato, es a mí a quién temerán, seré el nuevo jefe de este mundo oculto, y en un futuro, de mi propia mafia.

No esperaba encontrar a Calamity Mary tan pronto. Y siendo un novato, le planté cara como un verdadero hombre que puede manejar la situación.

Regresé a casa para suturar y vendar la herida, no era la primera vez que me disparan, y por suerte fue casi superficial... a juzgar por el dolor...

Fav contactó a todos para un aviso importante, sino hubiera tenido nada mejor qué hacer, no me habría conectado. No quisiera despertar la curiosidad de Koyuki.

En la sala estaban todas las que ya había visto, incluida Calamity Mary, pero ninguno dijo nada, ni nadie parece haberse enterado de nuestra reciente disputa. Como si nuestra pelea a muerte nunca hubiera sucedido.

Además, fue una agradable sorpresa encontrar al grupo de Ruler. Les haré una visita después.

Luego está La Pucelle, que me fulminaba con una mirada enojo tan pronto me vio entrar. No le hice mucho caso como siempre.

—Fav— Decidimos cortar a la mitad la cantidad de chicas mágicas de la región, pon. Solo dejaremos ocho, pon.

¿Cortar la mitad de nosotros? ¿Entendí bien?

—Ruler— ¿Qué quieres decir con eso?

—Fav— Actualmente, contando a Heavy Storm, hay 16 chicas mágicas en Nabuka, pon.

—Minael— ¿No íbamos a recibir otra la próxima semana?

¿Y va a añadir otra más?

—Yunael— ¿Por qué dejar la mitad después de tanto?

—Fav— Porque 17 serían demasiadas.

—Minael— ¿Pero reducir la mitad no sería demasiado?

—Yunael— Tienes razón.

—Fav— El poder de las chicas mágicas depende de la Tierra, pon. Piensen que es un recurso limitado, pon. Aprendimos por las malas que aunque Nabuka es un lugar muy grande, su poder mágico se agotará pronto si hay 17 chicas mágicas usándolo, pon.

En serio, odio que me siga metiendo en la misma bolsa que las chicas.

—Top Speed— ¿Qué dices? Pero tú eres el que seguía añadiendo chicas mágicas, ¿no?

—Fav— Fue un error de cálculo, pon.

—Sister Nana— ¿Un error de cálculo? No puede ser verdad... —alarmada.

—La Pucelle— ¡Aún así la mitad es mucho!

—Fav— Mis disculpas, pon.

—Winter Prison— ¿Y aún así agregas otra?

—Fav— Ya había firmado el contrato. No puedo deshacerlo, pon.

Es más tonto de lo que pensé, o más bien, sus superiores, sean quienes sean, son mi objetivo a futuro.

Calamity Mary, quien estuvo callada y apartada del resto de avatares, también se dirige a Fav.

—Calamity Mary— ¿Y? —todos volteamos a mirarla. —¿Cómo vas a cortar la mitad? —preguntó, con una sonrisa maliciosa.

Es cierto. ¿Quiénes se irán de aquí? ¿Ya los tiene en la mira? ¿Lo hará por sorteo? O quizá, los más inútiles y con menos candies.

Sonrío confianzudo al saber que, sea cual sea el caso, no perderé contra un montón de tontos. Sin embargo, si quiero sobrevivir a esto. Tendré que usar a estas chicas a mi favor.

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