Voy caminando,
Por largas tierras,
De parajes sombríos,
Árboles de colores veo pasar por el lado.

A mi derecha, me encuentro,
Con el verde Sauce,
De follaje largo, hasta el suelo,
Dónde anidan las aves del cielo.

Con cuanta pena vivirás arbolito,
Solo y detenido;
Condenado por el amo del tiempo,
A tener que morir un día, sin más remedio.

Ves pasar a la gente,
Al ganado, a las aves,
A las nubes coloridas y,
Sin embargo no te impacientas frondoso.

Inamovible torre eres,
Contra el viento y la marea del Rocío,
Contra el temporal y la neblina,
Contra tanta decepción en el aire.

Enseñame tu aguante, hogar de aves,
Enseñame como sonreír, alimento del ganado
Enseñame a querer y dejar ir, combustible de la hoguera,
Enseñame tus virtudes arbol amado.

Porque aguantas el desprecio,
De la gente que pasa, y del ave que abandona su nido,
La lluvia que golpea,
Y la tempestad.

Quiero ser como tu,
Quiero tener la corteza dura,
Y que no me entre el frío,
De la vida que veo pasar.