En la oscuridad me estremezco,
Se me erizan los pelos nativos,
Siento el olor, a hiedra aparecer por mis pies.
Escucho los ruidos de la noche,
Y me tropiezo con el silencio,
Camino con los ojos de los pies bien abiertos.
En la oscuridad, pienso en el miedo,
Y en lo temeroso que soy,
Me intimida el no ver, ni si quiera mis manos.
Ya no busco demasiado el camino trazado,
Solo sigo caminando, para no quedar atrás,
No sé bien a donde voy.
Ya se me acaban las provisiones,
Es la quinta noche, perdido en este bosque,
Que bosque más frío, pensaba entumido.
Me acarician en la cara las hojas más bajas,
Mientras que las piedras redondas, me dan masajes de pie.
Entre medio de ramas, puedo divisar algunas nubes.
Sigo caminando descubierto,
Solo la noche me cubre, pero puedo ver que la brisa,
Trae en sí misma, a lo lejos un nuevo rayo de sol.
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