Velozmente vi como el sol descendía,

Metiendo sus cálidos rayos;

Entre mis pestañas con polvo.

Pude ver un tordo,

Esconderse de la noche dibujada en mi mente.

Pensé un momento en que hacer para calmarme,

Como sacar la adrenalina,

La euforia

La angustia

El frenesí,

La revolución de este corazón,

Que palpita desenfrenado.

¿Estaré vacío?

¿Se estará vaciando mi corazón por los ojos?

Ojalá las gotas de llanto, laven mis pestañas;

Que el polvo denso se valla tras mi llanto,

Que se vuelva barro al caer.

Y que al secarse se vuelva viento.

Siento el silbido del viento tenue en mis oídos,

Me dice en tono de burla,

Que estoy solo,

Que nadie me escucha,

Y que no hay solución para este estado.

Que me olvide de ti, y de tus aventuras,

Que me olvide de la gente que dice ser normal

De la gente que dice estar loca,

Y que me duerma para siempre;

Sin ver más atardeceres.