Capítulo 29
Las cosas como son
Capítulo especial:
Zoey
Realmente no me sorprendió conocer que casi todo lo que sospechaba sobre el incidente en el parque era cierto e incluso peor de lo que imaginé. Sin embargo, eso no quería decir que no me viera afectada por un cúmulo de emociones negativas que me costó muchísimo disimular frente a Deandre la mañana siguiente. No oculté el deseo de estar sola, sinceramente no veía la hora en que mi "amigo" se fuera para su casa, y poco me falto para decírselo a la cara.
Sentí un gran alivio cuando a Deandre lo recogió su madre, me despedí rápidamente y volví a mi cuarto, creo que él ni siquiera se dio cuenta de que algo raro sucedía conmigo y no porque yo fuera buena actriz, seguro fue porque todavía mi querido y traidor amigo andaba en las nubes después de su clandestino encuentro con el terrible de mi hermano.
Estaba muy enojada, furiosa podría decir y no sólo con Peyton. Mi ira también iba en dirección a Deandre porque no tuvo la confianza para hablar conmigo, estaba herida, desilusionada y triste. Aunque el sentimiento más amargo que no me abandono por unas horas fue sin duda la traición.
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Después de pasar la noche del domingo rumiando dolida sobre el silencio de mi amigo ante la situación, recordando cuanto le había insistido para que dijera la verdad sobre lo que paso en el parque. Sin embargo, Deandre nunca dijo más allá de su versión light de los hechos, la mentira sobre que fue asaltado.
Yo nunca logré creer su versión, pero me canse de insistir y lo dejé pasar. Lo curioso fue que nunca vincule directamente a Peyton con la paliza, aunque estaba casi segura de que el delincuente de Alexander Morris había tenido que ver con el asunto. Como una ilusa creía que Peyton, al Deandre ser mi mejor amigo jamás se atrevería a dañarlo, pero me equivoqué
El lunes no fui a clases, tenía cita con el ortopeda y aunque pude ir a las clases de la tarde opté por no hacerlo y con la excusa de estar adolorida volví a encerrarme en mi habitación. En la tarde por poco llego hasta la cocina donde mamá, Chelsea y Peyton hablaban animadamente con intenciones de desenmascarar a este último frente a nuestra madre, pero las dudas me detuvieron, no estaba segura de como proceder. Quizás debería hablar con Deandre primero, también con Peyton y que fuera él quién confesara lo que hizo.
Agobiada, pasé las siguientes horas en mi cama y cuando mamá me dijo que Deandre había llamado al teléfono fijo de la casa porque yo no le contestaba el móvil, lo hice a propósito porque todavía no quería hablarle, solo me alce de hombros con indiferencia.
Vi las intenciones de mamá de decir algo más, quizás mencionar sobre mi callada actitud o la falta de atención ante la llamada de mi amigo sin embargo, a último momento salió de la habitación sin decir más.
Me había encargado de apagar el móvil para luego colocarlo debajo de una de las almohadas. Trate de hacerme un ovillo pues necesitaba desconectarme un rato y dormir estaría bien. Y hubiese dormido hasta el siguiente día si mamá no hubiese vuelto para decirme que la cena estaba lista.
—No tengo hambre, ma —
—No es bueno que te acuestes con el estómago vacío —comentó ella— .¿No te sientes bien cariño? Voy a prepararte un smothie de frutas —
Cuando salió me incorporé sobre la cama echándome el cabello hacia atrás, retirándolo del rostro. Había decidido hablar con Deandre y decirle lo que sabía, no haría lo que él, guardar silencio. Poco a poco había analizando su posición y lo podía entender más que ayer. Mi amigo deseaba proteger a Peyton aun cuando mi hermano a mi entender no se lo merecía.
Deandre era gay, yo siempre lo supe sin necesidad de que él me lo dijera y nunca me lo dijo. También estaba al tanto de que Peyton era su amor platónico. Por mucho tiempo aquello no fue algo en que pensar y mucho menos preocuparse, pero para mi era claro que aquello funcionó en el pasado y que ahora el escenario era diferente.
Deandre y Peyton estaban enamorados, pero mi hermano parecía tener problemas en aceptar su propia orientación sexual, de ahí todos los problemas.
Esa madrugada después de oír a Peyton pidiéndole perdón a Deandre, se escuchó sincero y genuinamente arrepentido, pude espiarlos desde la cocina en penumbras. Los vi caminar tomados de las manos hacia el viejo banco de madera al final del patio.
Ya estando allá se me hizo un poco difícil verlos con claridad, pero eso no fue necesario ya antes había podido apreciar la atracción entre ellos, su aparente necesidad de estar juntos y esa complicidad, detalle que no me cuadro con lo sucedido en el parque.
Fue entonces cuando regresé a mi habitación con la mente hecha un nido de emociones, me acosté llevándome la gruesa sábana hasta la cabeza en afán de ocultarme, no quería que Deandre notara que estaba despierta porque en esos instantes me vería incapaz de mirarlo a los ojos y morderme la lengua para no decirle lo dolida que estaba por su falta de confianza, para empezar.
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Unos breves golpecitos en la puerta de la habitación lograron romper la burbuja de recuerdos que me envolvía, giré un poco el cuerpo en dirección a la puerta esperando ver aparecer a mamá con el batido de frutas que me prometió. Sin embargo, el que entro al cuarto fue Peyton llevando el vaso especial, yo voltee el rostro hacia el lado contrario, pues verlo me provoco llenarlo de insultos.
—Aquí tienes el batido que ma preparó para ti —lo oí decir despreocupado.
—Déjalo allí —dije mientras le hacia un gesto con la barbilla en dirección a mi escritorio, evité en todo momento mirarlo. Oí los movimientos que indicaban que había dejado el vaso encima del escritorio, pero no salió del cuarto.
—Deberías beberte el batido ahora antes de que...
—No es tu problema, ya cumpliste con lo que te pidió ma, así que puedes irte —No permití que continuara con sus hipocresías, como si yo le importara, como si alguien más que si mismo le importara.
No soy así, no me gusta tratar mal a nadie, practicaba eso de que "no hagas a otros lo que no te gustaría que te hicieran a ti"
Sin embargo, con mi propio hermano la situación se me estaba saliendo de las manos, me sentía muy enojada con él, y decepcionada.
—Perdón por querer ayudarte —Lo oí decir, el tono de su voz decía que no se esperaba mi respuesta, yo ni lo miré— .Sé que últimamente no hablamos, por qué entre otras cosa no te gustaba mi juntilla con Alex y los demás, pero las cosas han cambiado, Zoey —añadió en casi un murmullo, intuía que Peyton quería de alguna manera disculparse, pero no sabía muy bien que decir.
—No todo se arregla con pedir perdón —murmuré— .Ve con alguien que si crea tus disculpas —añadí manteniendo mi postura, mi mirada lejos de él sobre algún punto del cuarto.
—¿Por qué estás tan enojada conmigo? —preguntó, su tono de voz reflejaba algo de temor a mi respuesta, lo escuché indeciso y avergonzado. Peyton quería oír mi respuesta, pero al mismo tiempo no deseaba saber a que me refería.
—Déjame tranquila Peyton, no quiero hablar contigo, no hasta que no vea que eres sincero —dije — .Deandre quizás crea en tus dichos, pero yo tengo mis dudas —Supe al instante que esa frase terminó por descolocarlo.
Probablemente su cerebro había atado mis palabras con lo que sucedió en el parque aunque al mismo tiempo no podia estar seguro de nada. Sin embargo, tampoco se atrevería a ser directo y preguntar. Oí el intenso suspiro que dejó escapar y los movimientos descoordinados de su cuerpo.
—¿Qué tiene que ver tu amigo en todo esto? si tienes problema con mi manera de ser o mis amistades es algo entre tú y yo —dijo haciéndose el inocente — .Antes nos llevábamos tan bien —agregó esta vez apelando a nuestra pasada buena relación.
Quizás era el momento de decirle lo que escuché y darle la oportunidad de hablar. Con dificultad giré un poco mi cuerpo y alcance a mirarlo.
—Peyton cariño puedes ayudarme con la basura, en la madrugada pasa el camión y necesito los zafacones afuera, no en el patio —Mamá hizo acto de presencia inesperadamente con su rostro arrebolado y un cucharon en su mano derecha mientras los ricos olores de la cena se sentían en el ambiente.
Mi hermano me echo una rápida mirada antes de salir del cuarto, sentí que lo hacia a regañadientes y mamá me ofreció una leve sonrisa antes de salir también.
Dejé escapar un profundo suspiro, me puse de pie y cerré la puerta. Después de todo dejar a mi hermano con la incógnita sobre que sabía yo y que no del asunto del parque no era mala idea. Ya llegaría luego la oportunidad de jalarle las orejas, por ahora me limitaría a solo observar.
El que no se salvaría tan fácilmente de mis reclamos era Deandre porque más que regañarlo y echarle en cara no tenerme confianza lo que deseaba era tratar de que comprendiera que mantenerse lejos de Peyton sería la más sabía decisión, por ahora.
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