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Capítulo 13


I gotta feeling

The Black Eyed Peas.

Peyton


—I got a feeling that tonight's gonna be a good... —Aquel estribillo me torturaba la cabeza.

—¡Peyton, hey Peyton! — Con algo de dificultad abrí los párpados tratando de centrar la mirada sobre la persona que me llamaba por mi nombre y que no era la misma que se cernía sobre mi, mientras su pesado aliento abanicaba mi rostro cada vez que resoplaba, o con cada movimiento de las sacudidas a mi hombro.

No tarde en reconocer a Charles en el momento en que dejaba de sacudirme y enderezaba su cuerpo fuera del auto. Fue entonces que me di cuenta que me encontraba en la parte trasera del vehículo de Alex. También recordé la fiesta donde por primera vez probe el alcohol dejándome llevar por el sabor dulce y burbujeante de frutas tropicales que me embriago después de los primeros tragos.

—Ya estamos en tu casa, amigo —Me di cuenta de que Alex era la persona que intentaba hacerme reaccionar desde su posición detrás del volante del carro. 
Lleve ambas manos sobre el espaldar de uno de los asientos delanteros del carro para ayudarme a salir, pero permanecí unos segundos aún, tratando de ubicarme en espacio y tiempo.

—Si hubiese sabido que era la primera vez que probabas alcohol...

Ante aquello Charles y Thomas estallaron a carcajadas cortando lo que Alex tenia pensado decir y me sentí como un imbécil. Era un hecho que el alcohol ingerido me había pegado fuerte, apenas podía controlar el mareo y las nauseas cosa que no dejaba de ser un bochorno ante aquellos tres y su aparente basta experiencia embriagándose.

Como pude salí del vehículo con el corrillo de risas, Alex se unió a los demás aturdiéndome un poco. Agradecí la brisa fría que abanicó mi rostro y cabellos aplacando un poco la horrible sensación de que la cabeza me daba vueltas y el reflujo que amenazaba con subir por mi garganta.

Tambaleante me subí a la acera, mientras Charles se acomodaba en el asiento trasero y Thomas volvía a sentarse al lado de Alexander.

—¡Que duermas bien, Peyton! —gritó Alex al tiempo que movía su mano derecha a modo de despedida justo frente al rostro de Thomas que parecía atacado por un ataque de risa, mientras Charles asomaba su cara entre los asientos igual de gracioso que su amigo—. Ten cuidado con mariposita, no vaya a ser que se meta en tu cuarto aprovechando tu embriaguez, mira que se de tipos que han amanecido con cada sujeto después de una noche de copas...

Aquel comentario malintencionado exacerbo las risas entre ellos que fueron acompañadas por gritos y aplausos. Había olvidado momentáneamente la presencia de Deandre en la casa, también el mal rato de horas atrás y todo lo que sentía al estar cerca de él. Mi cerebro parecía haber enviado a una oscura esquina su recuerdo.

Mis amigos no esperaron una respuesta de mi parte y se alejaron calle abajo acelerando el carro por encima de la velocidad permitida. Entretanto, yo di mis primeros pasos hacia la casa totalmente a oscuras buscando las llaves para abrir la puerta principal en los bolsillos del pantalón, estaba seguro de haber cargado con ellas antes de salir. Incapaz de pensar más allá que en automático me hice con el llavero y luego de dejarlo caer par de veces pude abrir la puerta tratando de ser lo más sigiloso posible.

No quería que mamá se diera cuenta de mi llegada, mucho menos que me viera borracho cuando seguramente me hacia durmiendo porque de ser lo contrario estaría sentada en la oscuridad esperando por mi y no fue así.

Después de asegurar la puerta, nuevamente atacado por intensas arqueadas, pero negado a vomitar caminé dando tumbos hasta el fregadero y usando un vaso cualquiera bebí bastante agua buscando mantener las nauseas a raya. No debí beber alcohol y mucho menos de aquella exagerada manera, era mi primera vez y ni siquiera tenia la edad para hacerlo, fui un verdadero irresponsable.

Con dificultad cerré la llave del grifo luego de beber, aunque tuve la impresión de que fue más el líquido que derrame sobre mi camisa, y me deslice hasta el suelo de vinilo quedando prácticamente desparramado con la cabeza hacia un lado sobre el pecho, los ojos cerrados y mis labios entreabiertos sin importar babearme. Me sentía tan débil, cansado, loco por estar en mi cama, pero incapaz de moverme. Estaría allí solo unos minutos, pensé sin considerar nada más.

No sé cuantos minutos pasaron antes de levantar nuevamente la cabeza para fijar con algo de dificultad la mirada sobre la puerta de la habitación de Zoey.

Detrás de esa puerta cerrada se encontraba Deandre, probablemente dormido y ajeno a lo mal que me encontraba yo. Si pudiera verme en las condiciones en que me encontraba posiblemente se alegraría y comprobaría lo que seguramente pensaba sobre mi sin lugar a dudas, que era un idiota. Poco a poco mis párpados volvieron a cerrarse, la imagen frente a mi difuminándose siendo arropado nuevamente por una pesada soñolencia a pesar de que la idea de levantarme y llegar hasta mi cuarto antes de que alguien de mi familia me viera allí no dejaba de rondar mi embotada mente.

No sé si fue su inconfundible aroma a vainilla, quizás un toque involuntario o la calidez de su aliento sobre mi piel, no lo sé, pero aún antes de abrir nuevamente mis párpados sabia muy dentro de mi que me encontraría mirando sus hermosos ojos verdes. Pensé en regalarle una sonrisa mas no estoy seguro si lo hice, él no dejaba de repasarme con la mirada, sin embargo, no pude adivinar que pensaba.

Traté de incorporarme muy torpemente sin coordinación alguna, no sabia donde colocar las manos para enderezar mi cuerpo, vi a Deandre echarse para atrás ante mis bruscos movimientos. Su reacción era de esperarse si tomaba en cuenta mis malos tratos con él.

—Vamos Peyton no creo que sea buena idea que tu mamá te vea aquí, mucho menos en estas condiciones —Fui consciente que tarde varios segundos en procesar sus palabras para entender el significado, sin embargo, no pude evitar alzarme de hombros, aunque realmente me importaba evitar que mamá me viera allí. Todo se me hacía tan confuso y de sentirme indiferente pasaba a considerarme un verdadero majadero egoísta, mientras Deandre mostraba preocupación por mi, provocando una extraña sensación de regocijo en mi alma.

Me aseguré de sonreír, mientras buscaba su mirada con la mía sin sentirme incómodo, de pronto deseaba que Deandre viera algo de lo que provocaba en mí, sin poses o disimulos.

—Ven que te ayudo —Lo oí decir estando arrodillado a mi lado—. Vamos —insistió y esta vez se puso de pie extendiendo hacia mi su mano derecha en un gesto de ayuda. No lo dude y abrace su mano con la mía al tiempo que me esforzaba en no ser un peso muerto cuando Deandre jalo de mi.

Juro que no provoque el choque de nuestros cuerpos cuando estuve de pie, solo se que perdí un poco el equilibrio y fui a dar con mi pecho al suyo. Deandre sostuvo con firmeza mi cuerpo por unos segundos dándome la oportunidad de enderezarme. Dejé escapar una risita y quedamos de frente, él con sus manos sobre mis hombros, yo con ambos brazos laxos a mis costados, mientras no podía dejar de mirar su rostro tan cerca del mío.

—No hagas ruido o tu madre despertara y bajara —mencionó él tratando de oírse severo, pero su leve sonrisa no lo ayudaba mucho. La risa no quería dejarme y tapé mi boca buscando mitigarla un poco.

—Shhh, deja de reír...

Sacudí la cabeza levemente a manera de entendimiento mas aquel movimiento fue un error pues un fuerte mareo amenazo con tirarme al suelo, sentí las manos de Deandre apretar mis hombros con firmeza para darme estabilidad.

—Vamos que te ayudo —Deandre se movió con cuidado hasta que quedamos uno al lado del otro, uno de sus brazos sosteniéndome al nivel de la cintura,  yo cerré los ojos llevando el rostro a un lado casi sobre su pecho. La sensación de que mi cabeza saldría dando vueltas desprendiéndose del cuello hizo presa de mí lamentando nuevamente mi irresponsable ingesta de alcohol. — .Te ayudaré a subir al cuarto —La varonil, pero suave voz de Deandre me animó a caminar guiado solo por él, a su merced, disfrutando de ese aroma cálido a vainilla que lo envolvía.



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