Damiano

—¿Crees que veré a Gael de nuevo? —me pregunta mi sobrino moviendo las piernas sentado en la silla del restaurante. Sus pies no tocan el suelo.

—¿Y tú qué crees? —frunce el ceño cogiendo una patata frita.

—Tienes que llevarme al parque otra vez, Dami. Quiero jugar con Gael, también con Finn.

Sonrío viendo a mi sobrino feliz después de hacer un nuevo amigo. También feliz porque lo he llevado al McDonald's.

Cada vez que lo veo con el menú infantil me da la sensación de que no podrá comérselo todo porque veo a este niño muy pequeño. Tiene un cuerpo pequeño para tanta comida que pide.

Aún así, todo acaba en su estómago y él termina muy satisfecho a pesar de casi no poder moverse de lo lleno que está.

—¿Quieres volver al parque conmigo? Pero si me dijiste que soy el tío más aburrido del mundo. Seguro que prefieres a tu tía Sarah.

Niega rápido y ríe, llamando la atención de las personas allí presentes.

Tiene una risa loca como la mía.

—Yo no dije eso. ¿Cómo lo voy a pensar si me das galletas y me llevas a muchos lugares? —sonrío contento al oír sus palabras. Con mi mano libre, estrecho la suya con cariño.

Seguimos comiendo viendo a las familias, grupos de amigos e incluso parejas.

—No me gusta estar con la tía Sarah —comenta después de beber un poco de zumo. Rezo para que no se le escape la botella de las manos y que no se manche con la bebida—. Es rarita.

Al decir esto último, se lleva las manos sobre su boca, riendo tímido.

Sarah es la hermana mayor de la madre del pequeño y nunca le ha caído muy bien. Es una mujer seria que odia a los niños, también odia a los perritos.

¿Qué clase de persona es? Tendrás que amar a alguno de estos dos.

Además, cada vez que está con Elliot, se dedica a pasar el tiempo entre revistas y el móvil. Siempre pendiente de los demás. Quiere saber absolutamente todo sobre los demás.

Una cotilla que no para de investigar.

—Sí que es rarita —digo en un susurro rarita y ambos reímos.

La noche empieza mientras Elliot me cuenta lo feliz que se ha sentido hoy al conocer a sus nuevos amigos.

Nunca lo había visto tan contento al conocer a otra persona. Tiene amigos en el colegio, pero nunca me ha hablado sobre ellos con tanto entusiasmo.

Acaricio la espalda de Elliot como me ha pedido. Le he puesto dibujos animados en la televisión y se ha quedado dormido a mi lado.

Me alegra que este pequeño no se mueva tanto en la cama como yo lo hacía. Eso me tranquiliza porque sé que no se caerá de la cama.

Sigo tocando su espalda mientras oigo su respiración tranquila.

Sigue siendo ese bebé que conocí en el hospital cuando nació.

Esos ojos grandes que siempre los tuvo desde que era muy pequeño. Ese pelo ondulado que le ha crecido mucho y sus padres se niegan a cortárselo.

Elliot ha crecido muy rápido y yo he estado muchas veces a su lado hasta tal punto de saber cuidar a un bebé.

Empiezo a cantar una canción, la canción que tanto ama de su película favorita de Disney: Cuando mi vida va a comenzar.

Canto bajito viendo al niño que enamoró a mi alma entera el día que me dijeron que iba a tener un sobrino.

Canto acordándome de sus ojos atentos y emocionados viendo la pantalla del salón de mi casa cuando le puse la película que, posteriormente, sería su favorita: Enredados.

Canto sabiendo que tiene una muñeca grande de la protagonista de la película, la cual cuida mucho y puede pasarse mucho tiempo peinándola con los dedos y dándole abrazos.

Se ha convertido en una de sus muñecas favoritas. Y, al recordar su reacción al verla en la caja por primera vez, siempre se me caen unas lagrimitas.

Fui yo el que le regaló la muñeca en Navidad, pero Elliot no sabe que fui yo, eso es un secreto.

Ver a mi sobrino tan feliz es lo mejor que existe en este mundo. Verlo gritando y llorando abrazado a la caja de la muñeca sin ni siquiera decir nada.

La ilusión de un niño pequeño.

Ojalá volver a ser como él.

Ojalá nos dieran la oportunidad de ser pequeños una vez más.

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Holaa.

¿Quién ha vuelto de vacaciones y está lista para seguir escribiendo y publicando? ¡Yo!

Extrañaba estar por aquí publicando y leyendo cada comentario que dejáis en alguna parte de mis libros.

He leído todos los comentarios que habéis escrito en el aviso que decía que iba a estar un tiempo sin publicar. Muchas gracias por haber dejado todos aquellos comentarios. ¡Se os echa de menos!

Espero que estéis bien. Y bueno, sigamos con este libro que me está encantando crear.

¡Nos vemos!