
XI. Anulación
Lan WangJi había perdido la noción del tiempo.
Supo que esto la metería en grandes problemas. No tuvo el corazón para evidenciar su preocupación. No preocupó a Wei Ying con eso. Lo guardó para sí misma. Después de todo, Wei WuXian se había acercado en búsqueda de compañía y expusó sus inseguridades. No deseó añadir más cargas sobre sus hombros.
El camino de regreso fue largo. A pesar de tener bien registrados sus tiempos.
En diez minutos, el día dio paso al crepúsculo, y se divisaron estrellas como pequeños brillantes.
WangJi entró a su casa cerca del toque de queda. Eran las ocho de la noche, fue abordada y sus hombros se apretaron sin causar daño real.
Lan Huan saltó desde su posición en las escaleras, y le atrapó con un semblante angustiado . La preocupación empañó sus rasgos y ella se sintió culpable.
"Meimei, estaba preocupado", le confesó.
Lan Huan estaba mortificado. No regresó a casa a la hora definida. Se olvidó de llamar desde casa de los Jiang cuando se encontró de salida. WangJi había desaparecido por casi seis horas, y no dio señales de vida en ese tiempo.
No pudo culparle por estar angustiado.
Fue irresponsable, lo reconoció.
A pesar de sus capacidades, seguía siendo una adolescente. Era joven y cualquiera podía tomar ventaja. No solo eso. Era tarde por la noche, y una Kunze. Aunque odiara reconocer que era sinónimo de fragilidad de algún tipo.
Cuando su hermano le abrazó, pudo escuchar el palpitar apresurado de su corazon.
'Xiongzhang temió que hubiese ocurrido una desgracia'.
Se disculpó. Se disculpó en voz alta. Lo hizo en más de una ocasión. No fue su intención. Se había quedado dormida.
Lan Huan detuvo su ansiedad, y se apartó con vergüenza.
La distancia se extendió a una brazada. La expresión de incomodidad fue contenida. Y WangJi contuvo el deseo de olisquear su ropa para comprender qué era exactamente lo que su hermano detectó.
El olor de Wei Ying era particular, y era consciente de ello. Ni siquiera podría interpretarse como transferencia por abrazarle o tomar prestada su ropa de nueva cuenta.
No hubo tiempo de decir nada. Su tío se aproximó desde el área anexa. La ira fue evidente en su semblante. Afortunadamente, su condición como Zhongyong apenas distinguió a profundidad las notas picantes en su uniforme.
"WangJi, ¿por qué hueles como a tierra mojada?".
En todo caso sería petricor, no tierra mojada.
Su rostro se torció con desagrado, las facciones en el rostro de su tío se estropearon tanto que le horrorizó. "¡Shufu, trata de respirar!".
Con un dedo acusatorio, se señaló a Wei WuXian como la única persona de la que tenía registro, con un olor tan particular.
"WangJi, ¿por qué no regresaste a casa después de la escuela?".
WangJi abrió mucho los ojos y consideró golpearse con la palma de la mano.
Lo había olvidado.
Lo olvidó por completo.
Su tío había planeado una reunión con una Qianyuan heredera de la familia Zhong a las cuatro de la tarde. Lan WangJi, no había accedido a dicha reunión ya que se mencionó como un comentario casual durante la cena. Imposible comprender que había sido una orden directa a seguir. Cuando Wei WuXian se acercó vulnerable, lo borró de su mente.
"¡...!"
Pese a contener el mal humor, su tío lanzó reclamos a su falta de compromiso. Pero estaba exhausta de la insistencia por conseguirle pareja.
"¿Por qué tienes esa expresión, XiChen?". No fue culpa de su hermano que la sonrisa indulgente se rompiera hasta convertirse en nerviosismo. Hizo tanto como le fue posible frente a una discusión prolongada y desagradable.
"Shufu, creo que deberías dejar a WangJi descansar y-..."
"¡No me interesa! Deja de defender a tú hermana. Solo la estás exponiendo. Si cualquier cosa hubiese pasado, habría sido tú culpa por ocultar lo que estaba pasando, ¿cómo te sientes con eso?".
"..."
"¿Dónde estabas?".
Lan WangJi no tuvo voz para dar respuesta a ello, pero aceptó su falta. No mostró resistencia al castigo.
Empero, pese a sus palabras, su tío se negó a dejar ir el tema y continuó insistiendo hasta que la ansiedad se manifestó y sus palmas sudaron.
Aunque su hermano alegó, en orden de defenderla, no funcionó de nada. Arremeter contra su familiar no sólo sería malo para la salud, también reavivaría el ciclo en el que habían estado inmersos por semanas y meses.
WangJi era el objeto de las tertulias, ella era una observadora del problema.
Su tío y hermano se desgastarían en discusiones y reclamos, hasta que su hermano abandonaba por días y días, siendo incapaz de llevarse a WangJi con él.
"Tío , basta", pidió WangJi.
Era la primera vez que se interponía en la discusión.
Estaba tan exhausta.
Su voz ni siquiera era firme, pero fue lo suficientemente clara para ser escuchada en el salón.
Esto terminó por frustrar al anciano, cuya nariz se arrugó. "Aún estás encaprichada con esa Kunze, ¿No es verdad?".
"..."
"Me decepcionas tanto, WangJi".
Con palabras duras apartó la mirada. Aquella última frase, rompió algo dentro de WangJi, haciendo difícil contener la sorpresa.
WangJi comprendió, ya no tuvo voluntad para defender nada.
XiChen llamó en su dirección, y criticó al anciano. WangJi subió hasta la segunda planta y se encerró en su habitación.
◆ ◈ ◆
A Wei WuXian le fue imposible ocultar su felicidad. Su sonrisa se extendió de oreja a oreja, aunque fue discreta en presencia de Yu ZiYuan. Se apresuró a correr a su habitación y encerrarse cuando escuchó el auto de la familia aparcar en el estacionamiento.
La paz que encontró en su corazón fue tal, que había olvidó el asunto por el cual invitó a La WangJi en primer lugar.
Por supuesto, aún tenía sentimientos encontrados, mayormente desagradables, sobre la situación de su hermana y las opciones nulas que se presentaron a su persona debido a su segundo género.
Estaba enojada por lo que la familia Jin orquestó a favor de utilizarla como un accesorio precioso en un matrimonio donde no era respetada ni admirada.
Sin embargo, en ese momento saboreó la ternura de un abrazo sincero. Incluso la sonrisa de Lan WangJi amenazó con tatuarse en sus memorias para siempre.
Jiang Cheng golpeó con los nudillos, pero entró de todos modos ignorando las reglas de privacidad. Después de todo, ese fue el comportamiento que solían tener desde que eran jóvenes. Wei WuXian comprendió las palabras de Lan WangJi sobre el respeto entre hermanos y se sintió incómoda cuando este pateo, rompiendo su burbuja de ensoñación.
"Oye, Wei-..."
En un instante, salió disparado fuera. Emitió un alarido cual banshee, y Wei WuXian corrió a su lado para silenciarlo. Jiang Cheng, contuvo una horripilante mirada de odio, y se abstuvo de golpearla hasta dejarla en el suelo.
Sabía cómo debía interpretarse eso. Cuando la furia de Jiang Cheng amainó, bajó a la primera planta. Wei WuXian aguardó por el reclamo de Yu ZiYuan. Sabía que Jiang WanYin no era un idiota por completo, pero había cambiado demasiado. Lo menos que necesitaba en ese momento era ser azotada como un criminal por haber invitado a Lan Zhan a su pieza.
Jiang Cheng estuvo de regreso en pocos minutos, y no contuvo el deseo de lanzar una bomba de ambientador dentro de la habitación. Wei WuXian no pensó que oliera tan.. mal.
No, mal no era la palabra correcta. No sintió que hubiese ocurrido algo malo ahí dentro.
De hecho, al compartir espacio con Lan WangJi se horrorizó de que su olor fuese desagradable. Yu ZiYian siempre recalcó que su olor era malo, que era una peste. Al punto en que lo creyó. Haciéndose una maniaca de los olores. Manteniendo el suyo a raya aunque otros no pudiesen detectarlo.
"¿Que demonios paso aquí?"
Wei WuXian decidió cambiar el tema y tomó ventaja en la conversación casual.
"¿Cómo les fue con los pavos reales?".
Jiang Cheng arrugó la nariz, y señaló el corredor. "Hablemos en otro lado, me esta comenzando a doler la cabeza".
"Que dramático eres".
"Mejor cierra la boca".
Jiang Cheng añadió información interesante sobre su tarde protocolar. Hubo detalles que se obviaron debido a la naturaleza aburrida de la misma, y su hermana no se encontró por ningún sitio. Tampoco la señora Yu, lo que proporcionó alivio.
Escuchó que Jin ZiXuan se dejó en vergüenza y perdió la cara en público de nueva cuenta. Ni siquiera hubo necesidad de la intervención de Wei WuXian para conseguirlo.
Esto instó un ataque de risa maníaca en Wei WuXian, y un graznido de disgusto en Jiang Cheng, quien compartió opinión del estado lamentable de Jin ZiXuan.
Mientras su hermano cambiaba el canal del televisor, el sonido de las voces de fondo disminuyó hasta convertirse en un susurro. Jiang Cheng se giró en su dirección con una expresión complicada. "Padre dice que pasaremos las vacaciones en Meishan".
"Oh, ¿con tú abuela?".
Sintió un aguijonazo en el estómago. Habría pensado en pasar sus vacaciones haciendo algunas actividades con Lan WangJi.
¡Incluso había comenzado a buscar en el catálogo por algunas bibliotecas y museos para visitar porque sabía que eran del gusto de Lan Zhan!
"¿Por que haces esa expresión? Pense que serias la primera en alegrarte".
En realidad, todo lo contrario.
La familia de la señora Yu la aborrecía hasta la médula ennegrecida de su corazón. Pero los lagos eran buenos y tenía amigos en la zona con los que solía hacer actividades fuera. Lo mejor para sobrevivir a los Yu era estar fuera de su presencia y mimetizarse con el papel tapiz.
Debido a la mueca complicada, y el silencio prolongado en la pieza, Jiang Cheng dirigió su atención a la secuencia de acción y efectos especiales con altas dosis de dinamita. Su rostro severo, pero hermoso, aligeró un ceño fruncido.
"A todo esto, ¿Cómo es que dos Kunze funcionan?".
Wei WuXian dejó caer la mandíbula. Si no la tuviese conectada con los músculos y ligamentos, se hubiese caído al suelo. "¡¿Qué rayos estás preguntando, A-Cheng?! ¡Funciona como el resto del mundo!".
Jiang Cheng reconoció el sentido de sus palabras, y arrugó la nariz, como deseoso de recuperar su bomba de ambientador. "No quiero esos detalles. Guárdate los malditos detalles para ti".
Tras una serie de lamentos y gritos desagradables, y una especie de pelea por ver quien marcaba más la distancia hacía el otro en el sofá, hubo una declaración a la pregunta.
Jiang Cheng no quería saber los detalles de su relación con Lan WangJi. Sintió curiosidad en ese tipo de atracción. Después de todo, era bien comprendido por la sociedad que las relaciones entre Kunze del mismo género estaban destinadas al fracaso y la miseria. Incluso, era una mofa común, algo de lo cual hacer una broma para pasar el rato entre las personas.
Cuando Jiang Cheng intentó bromear al respecto, el buen humor de Wei WuXian se perdió. Ciertamente, no era divertido cuando algo serio y valioso para ella era convertido en una burla. No lo esperó de Jiang Cheng. Sin embargo, tragó el disgusto y escuchó atentamente.
"[...] Hablo en serio, ¿recuerdas esa vieja historia infantil?".
Wei WuXian supo de qué cuento estaba hablando.
Asintió.
En la historia se relató a los Kunze como criaturas de flores, mientras que Qianyuan como dragones. Incluso los Zhongyong fueron referenciados. Hubo toda clase de elementos fantásticos e interesantes. Pero las Kunze prácticamente se describieron como un dientes de león. Estuvo esa subtrama de una Kunze enamorada de una de su misma especie. Al ser espíritus florales, la llegada del invierno terminó por matar a una de aquellas Kunze, y su compañera se marchitó hasta que perdió la vida en una narración bastante melodramática y miserable.
"Claro que la recuerdo, A-Cheng".
Wei WuXian había leído todas esas historias idiotas sobre Kunze enamorados de otros Kunze. Historias tragicas de muertes prematuras; de Qianyuan que reclamaban a una pareja predestinada, de Kunzes que sufrían por no poder tener hijos o incluso Kunzes que cometían suicidio doble porque la sociedad no les permitía estar juntos.
Por supuesto, existían muchas interpretaciones de amor y parejas, pero cuando se trataba de Kunzes, las novelas les relataban jodidamente delicados, mucho más delicados e inútiles que los humanos promedio. Parecían hadas de azúcar que podían ser disipados con la brisa. Estaba más que claro que había alguna especie de odio por las historias con final feliz y que el estereotipo de Kunzes era bastante dañino y discriminatorio.
Wei WuXian no tuvo ánimos de hablar sobre el tema, por lo que retomó el asunto de la vergüenza pública de Jin ZiXuan para animarse.
◆ ◈ ◆
Pese a haber reconocido su error, su tío se abstuvo de dirigirle la palabra durante más de diez días. Sin duda alguna, el rechazo afectó a WangJi a tal punto en que incluso comenzó a sentirse enferma como manifestación de su angustia.
Durante la cena, no se le veía a los ojos. No se le escuchaba cuando trataba de hablar, y explicar las cosas.
A Lan Huan se le había prohibido intentar consolarle, en especial a sabiendas de su amabilidad y temperamento suave. Pese a las negativas, esto concluyó en más discusiones, y su hermano amenazó con llevarse a WangJi de casa unas tres veces. En la última ocasión, su hermano comenzó a empujar ropa de su armario en una maleta.
Lan WangJi había informado sobre su clase de música, al presentarse en el estudio para advertir que saldría, Lan QiRen le trató con frialdad, y dijo: "Has lo que quieras".
WangJi apenas tuvo oportunidad de encontrarse con Wei WuXian, ya que algunos días, su enamorada tuvo un periodo bastante malo y permaneció en casa por más de una semana, casi como si se tratase de una enfermedad infecciosa.
Después de la escuela, hacía un desvío del camino a casa, y se instalaba en una caseta telefónica. Una vez ahí, desenrolló una tira de papel donde había anotado el número de la familia Jiang, y presionó las teclas. Había llamado durante casi cuatros días para obtener información sobre el estado de salud de Wei WuXian.
Una de las sirvientas de la familia, informó que estaría bien. En su última llamada, la voz de la joven mujer se mostró menos flexible a ser servicial, irritada por las llamadas diarias con la misma pregunta en labios.
WangJi se sentía bastante sola.
Reconoció su estado como un individuo alienado y desapegado del resto de jóvenes de su edad. La ausencia de Wei Ying le destacó como incomprendida y admirada a la distancia. Pensó en que era solitario.
Deseó hablar con Wei WuXian, compartir almuerzo, caminar hasta la estación, el cruce, el estacionamiento. Extrañó un par de minutos en su compañía. Quería darle un beso, abrazarla.
En casa, no ignoró la frialdad que se extendió y penetró en los poros. Trato de comportarse de acuerdo a las reglas de la familia para complacer a su tío y mitigar su mal humor. Sin embargo, solo se desgastó.
Escuchó las palabras de su tío en su cabeza.
"Me decepcionas".
"No sé en que me equivoque".
"Que desagradable".
Lan WangJi no pudo evitar preguntarse: '¿Qué tiene de malo querer a alguien tan buena como Wei Ying?'.
Después de todo, ella le hacía feliz. La trataba con respeto, y la quería pese a las dificultades de su dinámica. Su tío parecía cegado en el pasado y los prejuicios injustos sobre sus modales y la reputación.
No estaba dispuesto a ver a la joven encantadora que había conseguido hacerse un lugar en su corazón.
Esa mañana fue particularmente mala. Durante el desayuno, su hermano mayor intentó apaciguar el temperamento frío de su tío. Pero la discusión escaló hasta arañar en las memorias de su madre, y los errores de su padre rezaron en la mesa del comedor.
Sintió la necesidad de cubrirse los oídos, para silenciar las voces en su cabeza que apuntaban a que todo era su culpa.
Su error.
Su error.
Había cometido el error de su vida.
No lo creía así. No había razón por la cual asumir que se había arruinado para siempre, pero las voces eran incesantes.
Le dolía el corazón, porque tenía aprecio y cariño por su tío. Después de todo él fue quien le crió, y nunca habían estado todos tan distanciados como en ese momento.
En la escuela no fue capaz de prestar atención al contenido impartido. Se abstuvo de comer nada durante el almuerzo, desvió sus pasos hacia la madriguera de conejos.
Al terminar el día de clases, no tuvo energía para continuar leyendo en la biblioteca. No deseó ir a casa por la ansiedad que le generó.
Permaneció, y permaneció hasta que la institución comenzó a vaciarse. Al notar que el sol había desplazado su trayectoria, y la cantidad de alumnado se convirtió en un puñado, tomó sus cosas, pero no marchó.
Porque de sus mejillas se derramaron pesadas lágrimas calientes. Sintió vergüenza de ser vista por nadie.
Como una presa que se ha roto, lloró su amargura y todo lo que pudo hacer fue abrazar sus rodillas en aquel prado apartado de hierba verde.
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