PRÓLOGO

En mis 11 años en una noche lluviosa después de salir a cenar me encontraba enferma y quería volver a casa, por lo que mis padres se vieron obligados a llevarnos a casa antes de tiempo, la mala suerte fue que un conductor borracho nos arrolló, al venir de frente mis padres murieron en el acto, mi hermana y yo quedamos muy mal heridas, nos llevaron al hospital tan rápido como pudieron pero ella no consiguió soportar la operación y solo yo conseguí sobrevivir.

Siempre me había echado la culpa de sus muertes…”si yo no hubiera dicho de volver a casa esto no habría pasado”. Todos sentían compasión por mi, de aquella pobre niña huérfana. Solo mi querida tía me mostró todo su apoyo sin hacerme sentir que era una niña sin nadie. Ella se hizo cargo de mi, me cuidó y proporcionó todo su amor.

Crecí todo lo feliz que mi dolido y culpable corazón me permitía, me gradué en el instituto y conocí a mis grandes amigos que me apoyaban cuando los necesitaba.