CAPÍTULO 16
Desperté al sentir caricias por mi rostro y cuello. Sonreí sin abrir los ojos, degustando las atenciones que me proporcionaba Kevin.
-Se que estas despierta_ susurró en mi oido.
-Mentira._ dije sin abrir los ojos.
Escuché su risita para luego notar movimiento en la cama y que se posicionaba sobre mi.
-Asi que miento, ¿no?. Pues vas a despertar de una forma u otra.
Nerviosa esperé a que el hiciera el primer movimiento, pero este no llegaba. Pasaron los minutos y la incertidumbre me estaba matando. Decidí echar un vistazo y abrí uno de mis ojos para encontrarme con una gran sonrisa apenas a unos centimetros de mi.
Fue cuando sus labios cayeron sobre los mios.
-Tu castigo.
-Pues parece que me va a encantar que me castigues_ reí.
Me miró con una ceja levantada y una sonrisa pícara.
-Ese castigo no es nada en comparación con lo que podría llegar a hacerte.
-¿Sabes, señor Kevin? Me estas corrompiendo.
-¿Por?
-Pues me entran ganas de ser mala para que me castigues y me enseñes de lo que eres capaz_ lo acaricié juguetona.
Mientras acariciaba su torso desnudo pude apreciar como su mirada se iba oscureciendo de lujuria. Esto se estaba poniendo peligroso.
Antes de que ocurriera algo reaccioné tumbandolo en la cama y yo sobre el. Lo besé largamente mientras que el intentaba recorrer mi cuerpo con sus manos pero yo no le dejaba ya que tenia agarrados sus brazos sobre su cabeza e iba besando su cuello. Bajaba dando besos por su pecho hasta llegar al ombligo y escuchaba sus gruñidos de exasperación. Él quería que siguiera bajando para satisfacér su malestar. Pero cuando estaba apunto de llegar lo miré a los ojos y lo solté, antes de que se diera cuenta ya me había levantado y corría en dirección a la puerta. Con la mano el el pomo me giré y lo ví tumbado y mirandome desconcertado. Me carcajee y le saqué la lengua. Salí escopeteada por la puerta riendo como loca. Lo escuché llamarme.
-¡¡¡¡¡ Emma, vuelve aquí !!!!
Le había dejado con el calentón, sabía que me la devolvería pero lo estaría esperando, pensé divertida.
Me dirigí al vestidor de Doria y mareada de tanta ropa cogí lo primero que ví. Unos pantalones negros, una camiseta de tirantes roja y unas manoletinas del mismo color. En el cuarto de baño me lavé la cara y me dispuse a peinarme cuando escuché unos pasos acelerados y a Kevin gritando mi nombre.
-¡Em, da la cara!, ¡Cobarde!, ¡Cuando te coja te vas a enterar!
Me peiné entre risas escuchandolo maldecír.
Salí y me dirigí a la cocina esperando no encontrarme con un Kevin enfadado, ¿me habría pasado?
Lo encotré haciendo el desayuno, se habría hartado de llamarme, digo yo. Me acerqué lenamente tanteando el terreno. Lo que me faltaba es que explotara como bomba en un campo de batalla. Se tensó cuando lo abrazé por detrás.
-Ahora mismo estoy enfadado contigo.
-¿Y qué tendría que hacer para que me perdonaras?_ le dije dulcemente.
-No sé tendría que pensarlo._ se giró para mirarme a la cara.
-Pero no quiero que estes enfadado conmigo_ le puse ojitos de cachorrito abandonado debajo de la lluvia ( o tambien llamados ojitos de gato con botas xD)
-De esta no te salvas con esos ojitos_ dijo dudoso.
-Porfaaaaa._ gimotee.
-No.
-¿Por mi?
-Menos.
-¿Por nosotros?
-No, lianta.
-¿Por lo que te haré si me perdonas?_ me mordí el labio inferior.
-....eres una extorsionadora_ dijo disgustado._ Deberias ser abogada y lo digo en serio, no se como demonios lo haces.
Le guiñé un ojo.
-Cariño todas las chicas sabemos como convenceros.
-Pues no es justo.
-Asi es la vida.
Solté un gritito sorprendida cuando Kevin me alzó del suelo y me puso sobre la encimera. Notaba su calida temperatura al estar colocado entre mis piernas. Sus manos se desplazaban de mis muslos de abajo a arriba haciendome enloquecer. Malditas sean sus manos y labios que recorían mi cuello. El muy.... me estaba dejando miles de chupetones posesivamente en cada espacio de piel libre que encontraba.
Con tanto chupetón debería ser un moratón con patas.
-Ahora no podré ir en tirantes_ refunfuñé al rato mientras desayunabamos mirandome el pecho lleno de chupetones.
-Te lo mereces_ me sonrió malicioso.
Lo fulminé con la mirada.
-Esto no se quitará mañana, ¿sabes?
-Lo sé._ sonrió
-Mañana hay clase.
-Lo sé._ se intentaba aguantar la risa
-Y hace calor como para llevar cuello alto o pañuelos.
-Lo sé_ no aguantó más y se rió en mi cara.
-Lo has echo adrede...._ dije dandome cuenta.
-Lo sé_ siguió riendose.
-Eres idiota_ dije indignada.
-Pero soy tu idiota_ se levantó del asiento y me fue a abrazar_ y me quieres así.
-No estes tan seguro de ello. En el contrato parece que no me leí la letra pequeña donde venía lo de que eras así de idiota.
-No seas tonta. Sabias lo que habia cuando aceptaste ser mia así que no te quejes.
-La verdad es que ya intuia que eras idiota_ me reí.
-Oye ya vale de meterse conmigo que yo no he dicho nada de ti, preciosa.
-Pues claro que no has dicho nada_puse los ojos en blanco y puse voz de pija_ osea querido yo soy perfecta no puedes tener ni una queja de mi.
-Seras....ven aquí señorita que te vas a enterar.
Cogiendome en brazos me llevó al salón y me tiró en el sofá posicionandose sobre mi. Yo gritaba y me retorcía mientras el desgraciado me mataba a cosquillas. ¿He dicho ya que yo ODIO las cosquillas? Siento repetirme pero las odio, tengo muchisimas y siempre me molestan por ello.
-Yaa-ya va-vaaasta por-poor fa-favooooor_ intentaba decir entre jadeos y risas. Ya me empezaba a doler la barriga de tanto reirme._ me-me duele._ me quejé
-Esta bien te dejaré por ahora_ pero no se quitó de encima de mi.
-¿Por ahora?_ pregunté cuando pude recuperarme y hablar.
-Exacto, todavía te debo lo que me hiciste en el cuarto._ su mirada me hacia estremecer.
Que dios me ayudase.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro