17
La víctima, eso se creía. Jungkook fue hiriente, sí lo fue, pero llegó un punto en el que él mismo se percató de que ya le sumaba mucho más drama al asunto del necesario.
El azabache casi le lloró. No, le lloró prácticamente lo importante que él era desde siempre, prácticamente, ¿Y qué hizo Jimin?, Pasarse por el culo la sinceridad de Jungkook. Pero el Omega muy dentro de si deseaba, anhelaba que el chico sufriera aunque sea una mínima parte de lo que él le hizo sufrir. Quería seguir siendo desdeñoso con él, ansiaba ver el dolor en los ojos de Jungkook, pero cuando en su vista se presentó aquella desgastada foto, ya desteñida, incolora, no pudo evitar sentirse como la mierda. En la foto se distinguía el cariño. Un Jungkook levantandolo y apretandolo fuertemente de la cintura, ambos se carcajeaban, y Jimin se sujetaba firmemente del cuello del Alfa para no caer.
Jimin lo pensó, cualquier Alfa se lo follaba a la primera oportunidad que se le presentase, pero Jungkook no lo hizo, él intentó respetar su espacio personal, e incluso el Omega fue el que comenzó a reducir el espacio entre ambos. Jungkook le daba los supresores en la mañana y en la tarde, le regalaba muestras de cariño cuando se las exigía, le daba de comer e incluso en una ocasión se dió el tiempo de bañarlo.
Jimin lo que más deseaba era la marca de Jungkook. Pero, después de meditar todo, captó que él no se la merecía. Él sólo era un niño mimado que siempre obtenía lo que quería, pero en este caso, no fue así.
Jimin se tragó dos supresores al mismo tiempo y guardó la foto en la cómoda. Se tumbó en la cama y al cabo de un rato de pensar las cosas, Jungkook tenía la razón, no era necesario seguir profundizando la herida de esa forma. Decidído, se levantó y salió de su habitación, los ahora tranquilos latidos del corazón ajeno que sentía mediante el vínculo lo guiaron a la habitación de Jungkook. El chico se encontraba de espaldas a la puerta abierta, Jimin tocó ligeramente con sus nudillos la puerta, se encontraba cargado en ella y no pensaba moverse de ahí, Jungkook velozmente se acomodó sentado en la cama. El Alfa lo miraba extrañado. Normal, lo mandó literalmente a la mierda y ahora se presentaba frente a él como si nada.
—Yo... —La valentía se alteró de tal forma que ahora sólo eran palabras atascadas en las cuerdas vocales del chico
—No es necesario que me digas algo, sé que hice el ridí-
—No —La decisión se hizo presente en su tono de voz —No lo hiciste. Y mi única intención ahora es concluir esto de buena manera. Tienes razón, si no nos volveremos a ver, mínimo concluir esto en buenos términos —Al escuchar esas palabras el Alfa por un momento se alivió, e ignoro lo rara que se hizo la situacion por lo genuinamente terco que era Jimin.
—Entonces... —Fue el turno del Alfa para hablar —No más palabras hirientes ni actitudes hostiles?
—Lo prometo —En la condición actual, no fue el vínculo el que habló. La amistad que crearon y alimentaron desde hace años fue la autoridad absoluta en aquel momento. Se asintieron y sonrieron como acostumbraban a hacer después de cada disputa.
—Cenamos? —El Alfa animadamente se levantó de su cama, su objetivo era un poco de contacto físico con Jimin, tal vez un abrazo fuese suficiente. Mientras estaba sentado sintió que el vínculo vibró y eso lo incitó a acercarse, eso sí se le hizo algo raro, pero era imposible que el vínculo lo guiara a algo que Jimin no deseaba, así que sólo hizo caso.
El Omega entró en pánico al ver como Jungkook se acercaba, «Mierda» era la única palabra que era capaz de pensar. Con nerviosismo soltó un «Sí, claro» y sus piernas en movimientos raudos lo intentaron ayudar a escapar de esa situación, claro, lo intentaron.
Sus manos posadas en su barriga y sus brazos escabulliendose cerca de sus caderas. Con desesperación apartó las extremidades de Jungkook y él mismo juraría que dió un salto solamente para alejarse de él.
—Sin contacto físico. Por favor
—C-Claro —El azabache se sintió un poco mal, no era necesario casi empujarlo de la forma en que lo hizo. Pero, prefirió no decir nada. Recién finalizaron un asunto delicado como para comenzar con peleas estúpidas otra vez
×🎈×
Sintió un agradable tacto en su cintura, algo soñoliento, parpadeó rápidamente y giró parte de su cuerpo. Lo primero que detecto fue el aroma de un Alfa, un aroma dulzón que penetró en sus fosas nasales de tal forma que lo aturdió. Su vínculo lo guío, informándole de quien se trataba. Ya acostumbrado, estiró sus brazos a ojos cerrados, esperando muestras de cariño de parte de su Alfa
Jungkook no se lo esperaba. Se puso en pie bastante temprano, Jimin ya le había confirmado ayer mientras intentaban no tener la cena más jodidamente incómoda de sus vidas que se iba el domingo, así que sólo intentaría convertir el departamento en algo acogedor para el Omega en esos últimos días. Fue a comprar algunas cosas al supermercado para preparar el desayuno, y cuando lo tenía listo, se dirigió al cuarto de Jimin y tocó la puerta, al no obtener respuesta entró a la habitación con la intención de levantarlo, se acercó y lo meneó de un lado a otro para despertarlo. Pero, como respuesta solo obtuvo unos pausados movimientos acompañando par de brazos ya levantados. No tenía puta idea de qué hacer. Tomó las muñecas de Jimin con la intención de bajar ambos brazos, pero Jimin, adormilado, deslizó sus manos por sus brazos hasta llegar su nuca; lo acercó con rapidez y hundió la nariz en su cuello con intención de sentir el aroma de Jungkook con mayor intensidad.
Aparte de no saber cómo quitárselo de encima, se sentía jodidamente incómodo. No por que Jimin buscara cobijo en él, si no por la posición. Se encontraba demasiado inclinado. Agradeció que la cama de Jimin se encontrara apegada a la pared, gracias a eso, tenía un lugar desde donde sostenerse. Comenzó a sentir pequeños mordiscos en su cuello, Jimin jugaba entretenido con su piel y sus dedos se enredaban inquietos en su cabello.
—Hyung... —Apoyó su rodilla derecha en la orilla de la cama y con ambas manos lo sujetó de la cintura para intentar separarlo.
Jimin en esos momentos se dedicó a disfrutar de lo extrañamente acogedor que era el Alfa. Cuando volvió a notar las manos en su cintura casi se le escapa una pequeña risa, Jungkook definitivamente sabía cuáles eran sus puntos débiles.
Jungkook...
Lo empujó lo más fuerte que pudo y se pegó a la pared como chicle a un pantalón. El Alfa se tambaleó y se estabilizó lo más rápido posible, ambos se miraron por unos segundos sin saber que decir.
Segundos que parecían ser eternos fueron suspendidos por la voz de Jungkook.
—El desayuno está servido
—Yo... Bueno, lo siento por lo de-
—No importa —Lo detuvo —Es normal, sigues estando en celo y yo sigo siendo tu Alfa. Es normal que me busques —Y al terminar de hablar, se retiró de la habitación, y en esos momentos Jimin sólo sintió que se desvanecía.
Y qué era un completo estúpido, claro
×🎈×
La tarde transcurrió de forma normal, cada uno por su lado hizo lo que quiso. Jimin se encerró en su cuarto a leer y Jungkook se dedicó que terminar la 5ta temporada de The Walking Dead.
El Alfa se encontraba tumbado en el sofá cuando vió a Jimin caminar a la cocina, posiblemente por un vaso de agua. Jungkook miró el reloj, ya eran las 9 con 15. Le daba una pereza enorme salir a comprar algo para comer, así que se le ocurrió algo sencillo y rápido
—¡Jimin! —Grito desde el sofá
—¡Qué!
—¡¿Tienes hambre?!
—¡Un poco! —Jungkook se fijó que cada vez los alaridos se escuchaban más fuerte. Posiblemente Jimin caminaba en dirección a la sala.
—¡¿Encargo sushi?!
—¿Hablas en serio? —Un Jimin con una enorme sonrisa apareció en menos de lo que canta un gallo. Emocionado, se sentó en el sofá al lado de Jungkook
El Alfa intentó cotizar precios en diferentes tiendas a domicilio y al final encargó comida del lugar que mayor reputación tenía. Marcó el número y le entregó el teléfono móvil a Jimin, él sabía mucho más de estas cosas
Al paso del rato la comida llegó, Jungkook la fue a recibir mientras Jimin traía dos platos, un par de palillos y muchísimas ganas de comer. Al paso del rato el Omega sintió el ambiente un poco asfixiante, así que decidió emplear una conversación
—Seguiré diciendo que los tempura son los mejores —Jungkook por otra parte estaba bastante pasmado. Había encargado 60 piezas, y quedaban aproximadamente 16 en la mesa. El azabache no era muy fan del sushi, sólo lo encargó para no dejar a Jimin sin comer. El Omega limpió las comisuras de sus labios con la manga del suéter antes de dejar el plato en la pequeña mesa que estaba frente al televisor. —¿No comerás?
—No, gracias —Con control en mano, su vista estaba enfocada en la televisión
—Pero, tú lo encargaste —Apuntó la poca comida que quedaba
—¿Y?, Se me quitó el hambre —Sus hombros subieron y bajaron con indiferencia —Al parecer mi estómago ya se acostumbró a las sopas instantáneas. —Jimin buscó los palillos con la mirada, cuando los encontró con agilidad levantó un roll y lo untó un poco en un tipo de salsa
—Ni siquiera los haz probado. Ten —El roll estaba frente a sus labios, Jimin lo miraba con preocupación disfrazada en indiferencia. El Alfa dudó. —Vamos, ni que te fuese a envenenar —Al final sólo abrió su boca aceptándolo, no le parecía la gran cosa
Pues estaba equivocado
Amó el sabor apenas la salsa hizo contacto con sus papilas gustativas, miró sorprendido a Jimin y éste soltó una pequeña risa. No tenía problema en tragarse las otras 15 piezas, si Jimin era el que lo alimentaba, claro.
—¡Dios, tu cara! —Jimin carcajeó unos segundos antes de levantar otro roll y llevarlo a su boca
Jungkook notó que los labios de Jimin brillaban, y muchísimo. Posiblemente por la gaseosa, o tal vez sus labios poseían un brillo el cual él nunca había notado. El Omega se los relamió para degustar un poco de salsa que se deslizó por su labio superior, ¿Cómo sabrían sus labios ahora?, ¿Dulces?, ¿Amargos? O posiblemente se trate de un sabor inimaginable por la mezcla de sabores en esas bellezas gruesas. Si la cena con sushi hubiese ocurrido unos días atrás, su duda no existiría. Le habría atacado los labios, devorarlos, saciarse con ellos, y Jimin posiblemente le hubiese seguido el juego sentándose en su regazo con una pierna a cada lado.
Pero no, ya no tenía derecho a hacer eso. Dió un largo suspiro y se levantó del sofá.
—Me iré a dormir —Fue su excusa para salir de ahí e ignorar las inmensas ganas de morderle los labios
—Muy bien, yo limpiaré todo esto —Jungkook asintió
—Buenas noches
—Duerme bien
—Igual
×🎈×
Le extrañó abrir los ojos y encontrarse en medio de un bosque, desde que era un cachorro no visitaba uno. Recordó cuando su padre le enseñaba a cazar mientras su madre cuidaba de los cachorros más pequeños de la manada bajo la sombra de cualquier árbol. Recuerdos que añoraba, y que daría cualquier cosa para volver a aquella época sin preocupaciones.
El crujir de una rama seca lo regresó a su realidad, con sutileza se aproximó al lugar donde creyó el sonido se originó. Su sorpresa fue mayor cuando se encontró con una manada enorme, 7 lobos en total; Alfa líder, dos Omegas, y 4 Alfas más. El líder jugaba con uno de los Omegas, por su aroma detectó que era una hembra, una hembra preciosa. Su pelaje era exóticamente maravilloso, bañada completamente en un marrón oscuro, sumando un gran pecho blanco, parte de su cuello también lo era, y atesoraba una gran mancha oscura en su ojo derecho. Simplemente hermosa. El líder jugaba con ella como si de un cachorro molestando a un lobo adulto se tratase.
La pareja del Alfa se le hizo muy familiar, era pequeño y también lucía una mancha negra en el ojo derecho. También notó que tres Alfas jugaban entre ellos, pero el último estaba siendo acicalado, el Omega lamía tranquilamente detrás de las orejas, se notaba que el Alfa menor estaba ansioso, meneaba su cola excitado por las ganas de ir a jugar con sus hermanos. A Jungkook le pareció una familia muy unida a pesar de que ya eran todos lobos adultos.
Su vista estaba muy entretenida mirando como los Alfas se mordisqueaban las orejas cuando una bala resonó en todo el bosque.
La Omega mayor yacía muerta en el suelo
Jungkook rápidamente intento camuflarse entre un tronco y unos cuantos arbustos como hizo la manada que anteriormente vigilaba. Los cazadores eran un problema, pero a la vez ellos no tenían la culpa. Nadie sabía de su existencia, los licántropos prefirieron depósitar su existencia en libros de historia y unos cuantos cuentos de hadas. Tristemente la caza se consideraba un deporte, un deporte que exterminaba su existencia en el mundo.
Cuando el cazador arrastró el cuerpo del animal hasta que desapareció de su vista, notó que el líder rápidamente salió de su escondite sólo para torturarse con el gran charco de sangre. El lobo negro lloraba y gemía, aullaba y no obtenía respuesta, Jungkook lograba detectar la desesperación en sus ojos, el dolor. Su manda se había esfumado y habían matado a su consentida. Era un lobo completamente solo, abandonado y rechazado, que no hacía más que angustiarse y afligirse.
Y cuando sus ojos se conectaron con los del animal, se dió cuenta de que aquel lobo, no era nada más que él mismo
×🎈×
Despertar a las 4 de la mañana no era normal en él, pero ya eran las 6 y no fue capaz volver a dormirse gracias al sueño que lo atormentaba apenas cerraba sus ojos, ¿Qué mierda fue eso?, No lograba descifrar la razón del por qué soñó eso. Joder, soñó que mataban a su propia hija. Si es que tuviera una, claro
Se levantó y fue directo a la ducha, iría a hablar con la curandera. El agua helada posiblemente lo ayudaría a despejar su mente
×🎈×
Es la hora del orto en mi país y yo estoy actualizando. No me maten
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro