5
—¿Segura que te sientes mejor, Yashiro? —la rubia asintió, sonriendo de manera leve.
—Gracias por cuidarme, Hanako-kun. Vendré mañana para que tengamos una comida juntos.
—No es necesario...
—Hanako-kun, ¿Vas a rechazar una comida con una chica? Que mala persona eres.
—No es eso... Es solo que —intento apartar la mirada de la menor, la cuál hacia un puchero—. De acuerdo~ —respondió, rendido.
—Entonces, hasta mañana —se despidió, corriendo a la salida ya que estaba oscureciendo más.
—Sí, hasta mañana... —dijo, en voz baja, viendo a la silueta de Nene alejarse.
Miro hacia atrás de reojo, sintiendo una presencia.
Metió su mano adentro de su ropa, a punto de sacar su arma, sin embargo, aquella sensación desapareció, llenando el lugar en un ambiente pesado.
Suspiró, regresando su mirada al cielo, el cuál comenzaba a dejar ver la luna.
—Es una linda noche —el mayor se puso a lado de él.
—Bastante, lastima que será la última que disfrutaré —dejando con la palabra en la boca, se alejo del mayor.
(...)
La joven revisaba a los lados para evitar que alguna persona la viera entrar a la escuela. Al ver que no había nadie cerca, cruzo la cerca y corrio hacia los baños.
Tarareaba una canción que se le había pegado hace un tiempo, sonriendo y abrazando la mochila que traía.
En cuanto llego a su destino, se detuvo antes de entrar al escuchar unos susurros en el interior.
—¿A qué te refieres que está en blanco? Ayer te lo entregue bien.
—Lo sé, en verdad no entiendo qué sucedió Tsuchigomori. Apenas lo abrí porque ayer tuve inconvenientes.
—Dámelo, veré si puedo hacer algo.
Nene se escondió dónde pudo. No porque había escuchado parte de la conversación, sino que si su profesor la veía se metería en problemas.
En cuanto escucho sus pisadas alejarse, entro a los baños.
—¡Hola, Hanako-kun! —el de cabello oscuro sonrío, respondiendo su saludo.
—¿Que tienes ahí? —señalo la mochila que abrazaba.
—La comida para nuestro picnic. Hay que ir al techo, hay un buen clima.
(...)
—Toma —le dió una pequeña bolsita—. No lo abras hasta que me vaya, ¿De acuerdo?
Empezaron a hablar de cualquier cosa que se les cruzará por la mente.
Yashiro dejo de hablar de repente al sentirse un poco mareada. Al pasarse la sensación siguió conversando, intentando que Hanako no le preguntará nada.
—Por cierto, Yashiro —la joven lo miro de manera atenta—. ¿Has notado algo raro estos días?
—No, ¿Por qué lo dices?
—Por nada, solo estoy paranoico —suspiro—. Ahora que recuerdo, estos días te he notado mal, ¿Estás enferma?
—Para nada, estoy perfectamente bien —sonrió.
—Eres pésima mintiendo.
—No lo soy.
—Entonces hablemos con sinceridad, ¿Te parece?
—Bien, entonces dime sobre tu hermano.
—No quiero hablar de él.
—Ahora planeas evadir el tema. Siempre haces lo mismo Hanako, no puedo saber sobre ti porque lo evades.
—Tengo razón para hacerlo —frunció de manera leve el ceño, pero suspiró, no era momento de enojarse—. Será mejor que te vayas Yashiro, ya está oscureciendo.
(...)
La chica dejo salir un gran suspiro al aventarse en su cama.
No era nada novedoso que el ente evadiera temas de su vida personal, entonces, ¿Por qué esta vez le dolió demasiado que lo haya hecho?
Puede que creyera que su relación ya era lo suficientemente fuerte como para saber más sobre él, pero tal parece que aún son desconocidos de cierta manera.
—Quedan cuatro días —su mente quedó en blanco, ¿Por qué llevaba contando los días desde hace unos días? No había algo importante que quisiera recordar.
Comenzó a indagar en su memoria para encontrar la razón.
Estuvo así varios minutos hasta que el cansancio la invadió.
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Marintia-chan
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