Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Lunes

Cuando atravesaron el retrato de la dama Gorda se la encontraron casi vacía, Lily recordó que muchos de los alumnos que habían enviado hoy a la enfermería eran de su casa y los que consiguieron escapar seguramente estaban escondidos en sus dormitorios. La pelirroja caminó hacia la escalera que conducía a las habitaciones femeninas pero notó como la tiraban de la muñeca con fuerza, se miró la mano y vio la esposa de plata siguió la cadena con la mirada y al otro extremo se encontró a James tirando de ella hacia los dormitorios masculinos.

—¿Dónde piensas que vas? —le preguntó el merodeador mientras tiraba con fuerza de la cadena. —Vamos a mi dormitorio.

—No yo quiero ir al mío. —Lily cogió la cadena y tiró de ella, ambos empezaron a tirar hacia ellos como si estuvieran jugando a estirar la cuerda. —¡Vamos a mi dormitorio!

—¡De eso nada! —gritó James tirando con toda la fuerza de la que disponía, por lo que Lily cayó al suelo de culo; el merodeador soltó una sonora carcajada y tiró de la cadena arrastrando a Lily por el suelo, sin embargo ella se agarró a la pata de la mesa. —¡Evans no seas cría!

—¡No lo soy!¡Y ya deja de tirar de la cadena! —Gritó Lily lanzándole un tablero de ajedrez que había caído al suelo de encima de la mesa debido al forcejeo.

—¡Pues deja tú de tirarme cosas! —Ordenó James esquivando como podía todas las piezas de ajedrez que Lily le lanzaba. El merodeador sacó la varita del bolsillo y detuvo en el aire las tres piezas que en ese momento la pelirroja le había lanzado. —¡Ya está bien! ¡Ahora vamos!

James tiró de la cadena pero no consiguió mover a Lily del sitio por lo que se acercó a ella y comenzó a obligarla a soltarse de la mesa.

—¡Déjame! —chilló Lily histérica pataleando. —¡Auxilio, Potter me quiere violar!

—¡Evans no grites esas cosas! —protestó James mirando algo sonrojado hacia todos los sitios asegurándose de que no había nadie más allí. —Yo no te tocó ni con un palo.

James obligó a Lily a soltarse de la pata de la mesa y comenzó a tirar de ella para ponerla en pie.

—¿Qué le estás haciendo a Lily maldito degenerado? —James sintió como le pegaban una patada en el estómago, por lo que cayó de lado y se llevó las manos a la zona dolorida mientras se le saltaban lágrimas debido al dolor. —¿Lily estás bien?

—¿Potter estás bien? Sybil eres una bruta, podías haberle roto algo. Ven Potter, te curaré con mis dulces besos. —habló Charlotte acercándose al rostro de James, el merodeador se alejó de ella dándole un empujón; Charlotte era una chica menuda de rostro angelical y con una larga melena rubia que se había pasado los tres últimos años acosando a James.

—Estoy perfectamente. —contestó James alejando a la chica como si tratase de espantar a un perro.

James miró hacia Lily y vio como ésta se había agarrado a su amiga Sybil Chang, era una chica de padre asiático de pelo negro cortado de forma estrambótica (ya que el lado derecho le llegaba por los hombros y el izquierdo eran unos diez centímetros más largo); tenía los ojos rasgados y de color ámbar por lo que era muy popular debido a ese extraño color.

—¿Estás seguro de que estás bien mi amado James? —preguntó Charlotte acercándose a James y estrujándolo como si fuera un oso de peluche; James resopló molesto y trató de quitarse de encima a la chica como podía, pero al parecer se había agarrado bien a él.

—Ayuda. —pidió James mirando hacia Lily y Sybil, las dos chicas pusieron los ojos en blanco antes de acercarse a Charlotte y tirar de ella para separarla de James.

—¡Charlie! —exclamó Sybil tirando de su amiga, sin embargo ésta hundió la cabeza en el pecho de James. —¡Por el amor de Dios!¡Quieres soltarte de una maldita vez!

—Suéltalo. —pidió Lily amablemente, su amiga se negó. — Cómo no lo sueltes ahora quemaremos el álbum de fotos que tienes bajo la almohada.

Al escuchar la amenaza de Lily, Charlie dio un fuerte bote y se separó de James mientras le guiñaba el ojo y le lanzaba besos. James hizo una mueca de asco y se alejo todo lo posible de Charlotte, esa rubia le daba bastante miedo.

—Algún día serás mío. —murmuró Charlie, James tragó saliva preocupado.

—¡Cuántas veces te he dicho que puedes aspirar a algo mejor! —exclamó Lily golpeando a la rubia en la cabeza mientras a su lado Sybil asentía. James entrecerró los ojos molesto, ¿acaso se había vuelto invisible?.

—Por cierto, ¿por qué estáis encadenados? —preguntó Sybil examinando la cadena que unía a ambos jóvenes, Lily se abrazó a ella y comenzó a llorar.

—Dumbledore nos castigo a estar así hasta el domingo, ¡es horrible tendré que pasar toda la semana con él! —gimoteó Lily mientras Sybil le daba palmaditas en la espalda.

James rodó los ojos molesto, ni que él quisiese pasarse toda una semana soportándola; pero con llorar y quejarse todo el rato no solucionaba nada.

—Evans deja de quejarte. —pidió James con gesto aburrido, Lily se separó de Sybil y maldijo por lo bajo ganándose una reprimenda de Charlotte. — Y ahora vamos, que todavía quiero subir a mi dormitorio.

—¿Qué? ¡De eso nada! No voy a permitir que mi mejor amiga suba a un dormitorio lleno de adolescentes hormonados. —intervino Sybil agitando a James de un lado a otro.

—Me da igual lo que tú digas, ¡vamos Evans! —ordenó James poniéndose en pie y tirando de la cadena, Lily se cruzó de brazos y no se movió del sitio.

—No voy.

—¡Levanta gorda!

—¿¡A quién llamas gorda engendro de la naturaleza!? —Lily se arremango las mangas de la camisa y se puso en pie, no obstante antes de que pudiera acercarse a James la cadena brilló y ésta redujo su tamaño.

—Mira lo que has conseguido Evans, ¿¡estarás contenta!? —Gritó James levantando las manos exasperado; Sybil y Charlotte señalaban la cadena y a Lily sucesivamente.

—La culpa es tuya, si me dejaras en paz no tendríamos tantos problemas. —Lily se cruzó de brazos y lanzó una mirada asesina a James.

—Mira por donde no puedo dejarte en paz, ¡por si no te has dado cuenta estamos encadenados el uno al otro! —espetó James elevando el tono de voz cada vez más, Lily descruzó los brazos y se acercó a él.

—¿¡Y de quién es la culpa!? ¡Tú eres el que va por ahí pavoneándose como si fuera el amo y señor del castillo! —recriminó Lily golpeando el pecho de James con su dedo índice.

—¡Y tú eres una sabionda metiche! ¡La mitad de mis asuntos no tienen nada que ver contigo, así que por qué te metes! ¿Acaso estás enamorada de mí y tratas de llamar mi atención?. —James se irguió y miró a Lily con superioridad, la pelirroja entrecerró los ojos y se puso a golpear su pecho con el puño.

—¡¿Llamar tu atención?! ¡¿Es que te has vuelto loco?! ¡Aunque no lo creas no eres el centro del universo! ¡No todas las chicas van detrás de ti! —vociferó Lily completamente histérica.

—Puede que no todas las chicas, pero tú sí. —fanfarroneó James, Lily lanzó un grito al cielo antes de que ambos miraran horrorizados como la cadena volvía a relucirse y se encogía varios centímetros. —Ves, estás empeñada en reducir el tamaño de la cadena para estar más cerca de mí.

Lily dio un salto dispuesta a lanzarse sobre James pero fue sujetada por Sybil y Charlotte.

—¡Cálmate Lily! —pidió Charlotte no muy amablemente. —¿Hay alguna forma de que pueda cambiarme contigo?

Lily respiró hondo tratando de ganar paciencia.

—No, este es un hechizo de Dumbledore así que no hay nada que podamos hacer. —explicó James a Charlotte que bajó la cabeza con tristeza, James respiró aliviado; era mejor estar atado a Lily que a esa chica.

—¿Y cómo os las vais a ingeniar para dormir? —preguntó Sybil con interés, Lily abrió la boca escandaliza mientras James apoyaba su mano en la barbilla; ninguno de los dos se había planteado qué iban a hacer esta noche.

—¿Vas a dormir en nuestro dormitorio verdad? ¿Verdad? ¿Verdad? —Charlie se abrazó de nuevo a James y lo estrujó fuertemente.

—Definitivamente no. —contestó James apartando a Charlie de un empujón, ella puso pucheros y lo miró con ojos llorosos. —Dormiremos en mi habitación.

—¡¿Qué?! —gritó Lily negándose con la cabeza. —No, me niego.

—Charlie, ¿le has recitado a Potter el poema que escribiste? —recordó Sybil; la rubia negó con la cabeza y se abrazó al brazo de James de nuevo para recitar su poema mientras James trataba inútilmente de zafarse de ella. Sybil se giró hacia Lily y la agarró de los hombros. — Tienes que ir a dormir a su dormitorio.

—¡¿Te has vuelto loca?! —chilló Lily por lo que Sybil le tapó la boca y se acercó a ella.

—Lily piénsalo bien, es una buena forma de acercarte a Lupin. Podrás mantener una conversación decente con él y no sólo vuestra estúpida conversación de lo duro que es ser prefectos. —explicó Sybil liberando poco a poco a Lily que la miraba sonrojada.

—Nuestras conversaciones no son estúpidas.

—Si lo son, así no conseguirás enrollarte con él jamás. —Sybil se apartó de la pelirroja y dejó que Lily recapacitase sobre lo que le acababa de decir; miró hacia Charlotte, su amiga seguía recitando su poema. —Además, si estás allí podrías robarle ropa a Potter y se la venderíamos a Charlie.

—¡Sybil!

—¿Qué? Necesito dinero para ir este verano a China a ver a mis abuelos.

—Evans, dile a la loca de tu amiga que me deje en paz. —ordenó James exasperado, Lily y Sybil se miraron entre ellas y se acercaron a Charlotte a la que separaron por segunda vez de James.

—¿Soy la única que tiene hambre? —dijo Charlie en voz alta despreocupadamente.

—No, vamos a cenar Rapunzel. —contestó Sybil divertida al ver como Charlie inflaba las mejillas enfadada.

—No me digas eso, odio que me llamen así. —se quejó la rubia, Sybil abrió la boca dispuesta a contestarle pero Charlie levantó la mano para indicarle que debía callarse. —Y no me digas que me corte el pelo, porque no pienso hacerlo.

—Yo también tengo hambre. —dijo Lily volteándose hacia James que seguía sentado en el suelo, al ver que el merodeador no le hizo caso tiró de la cadena haciendo que el moreno la fulminase con la mirada, ella simplemente sonrió.

—Te escuché la primera vez, no hace falta que seas tan bruta. —contestó James poniéndose en pie. —Pero nos sentamos con Remus, Sirius y Peter; no pienso aguantar a tu amiga ni un minuto más.

Lily asintió, no iba a pedirle que soportase a Charlie también durante la hora de la cena, ya que sabía por propia experiencia lo pesada que podía llegar a ser su amiga.

Salieron de la sala común después de Sybil y Charlotte y los cuatro bajaron las escaleras en silencio, una vez que llegaron al gran comedor James salió corriendo hacia Sirius, Remus y Peter a los que vio sentados al final de la mesa. Lily de reojo observó como Sybil tuvo que sujetar a Charlotte para que no fuese corriendo tras ellos, la pelirroja rodó los ojos, la obsesión que Charlie tenía con Potter ya empezaba a ser algo preocupante.

—Veo que esta vez ha sido Dumbledore quién os ha castigado. —comentó Sirius en tono burlón al ver la cadena que unía a ambos chicos. Sirius era un chico alto y fornido, de pelo negro largo (le caía sobre los hombros) y unos brillantes ojos grises.

—Si y tenemos que estar así hasta el domingo. —contó James enseñando la cadena, a su lado Lily saludaba tímidamente a Remus y comenzaba a servirse comida. — ¡Te lo puedes creer! ¡Una semana entera pegado a Evans! Va a ser horrible.

James miró de reojo hacia Lily esperando que la chica entrase en cólera y le hundiese la cara en el pastel de chocolate pero no sucedió nada. El merodeador apoyó la mano en la cara y fijó la vista en la pelirroja, ella estaba comentándole a Remus lo deliciosa que estaba la lasaña de carne por lo que irritado tiró de la cadena haciendo que Lily soltase el plato del puré de patatas volcando todo el contenido en su plato. James soltó una risita y Lily lo fulminó con la mirada.

—¿Estás bien Lily? —preguntó Remus preocupado, ella sonrió con dulzura antes de coger el cuenco de la sopa y volcarlo sobre la cabeza de James.

—¿Está rica la sopa Potter? — ante la pregunta de Lily, James se lamió los labios y se giró hacia ella.

—No tan rica como la salsa. —contestó James vertiendo sobre Lily el cuenco con la salsa de tomate, Lily agitó las manos enfadada y ambos vieron como la cadena brillaba y disminuía su tamaño.

—Otra vez no. —murmuró Lily cogiendo servilletas para tratar de limpiarse la ropa.

—Curioso, así que cuanto más discutáis más juntitos vais a estar. —Sirius se puso en pie y examinó la cadena, tiró de ella un par de veces y luego se sentó. —¡Que divertida va a ser esta semana!

—Uy si, divertidísima. —dijo James con sarcasmo mientras se quitaba la túnica y se limpiaba con ella la camisa y los pantalones; Lily a su lado había optado por hacer lo mismo aunque ella trataba de limpiarse el pelo.

—Bueno seguro que después de esta semana os lleváis mejor. —opinó Peter, Remus asintió dándole la razón a su amigo.

—O uno de los dos acaba muerto. —apuntó Sirius con diversión, el pelinegro pareció meditar durante un par de segundos y luego sonrió con maldad. — ¿Y cómo lo vais a hacer para ducharos?

James dejó caer la túnica al suelo y miró hacia Sirius horrorizado, ¿cómo es que no había pensado en eso? A su lado se escuchó un fuerte ruido y notó como su brazo era arrastrado hacia el suelo por lo que perdió el equilibrio y cayó de rodillas, miró hacia su derecha buscando la causa de su caída que encontró enseguida, Lily yacía en el suelo desmayada.

La pelirroja abrió los ojos lentamente encontrándose con la cara preocupada de Remus frente a ella por lo que se sonrojó levemente.

—¿Te encuentras bien? —preguntó Remus con su habitual tono agradable, el merodeador se rascó la nuca y siguió mirando a Lily con esos ojos miel que tanto le gustaban.

—Si, sólo he tenido un sueño horrible donde Potter y yo estábamos encadenados durante una semana. —explicó Lily, notó como Remus miraba hacia su izquierda y entonces vio a James que sonreía divertido con la cadena en alto. Lily abrió la boca escandalizada, ¿entonces no fue una pesadilla? ¿Por qué era torturada así? ¿Acaso había sido maldecida en una vida anterior?. Recordó las palabras de Sirius. —Creo que me estoy mareando de nuevo.

—Menudo impacto tienes en las mujeres, eh James. —se burlaba Sirius mientras le daba codazos cariñosos al castaño en las costillas. James lo fulminó con la mirada por lo que Sirius se puso a abanicar a Lily al igual que Peter.

—Evans no seas tan dramática. —pidió James

—¡Cállate! ¡Todo esto es culpa tuya! ¡Así que si quiero ser la reina del drama lo seré! —exclamó Lily mientras se llevaba la mano a la cabeza y ordenaba a Peter y Sirius que abanicasen más fuerte.

Después de más de cuatro horas de discusión con Dumbledore, el director accedió a alargarles la cadena durante treinta minutos a partir del momento en que ellos dijesen “ducha” funcionando este hechizo únicamente una vez al día. Sin embargo, no consiguieron convencer al director para que les liberase del castigo por la noche; por esa razón se encontraban frente la cama de James analizando cómo iban a dormir.

—Aún no puedo creer que accedieras a venir a dormir aquí.—dijo James sacando a Lily de sus pensamientos, la pelirroja se encogió de hombros.

—No creo que tú estuvieras dispuesto a dormir en la misma habitación que Charlie, y tampoco creo que fuera bueno para su salud. —contestó Lily cruzándose de brazos y examinando una vez más la cama, para una persona sola estaba bien, pero al ser dos estarían un poco apretados y a eso había que añadir que la distancia entre ambos era bastante reducida.

—Iros a dormir de una vez tortolitos, que hay gente que mañana madruga. —Sirius le lanzó una almohada a James que éste interceptó al vuelo, Sirius por su parte se acostó en la cama y cerró las cortinas. No sin antes recibir una mirada de reprimenda de parte de ambos jóvenes.

—Buenas noches. —se despidió Peter antes de hacer lo mismo que el pelinegro.

—Lily si necesitas cualquier cosa no dudes en avisarme. —dijo Remus al salir del baño, la pelirroja asintió.

—¡Claro! —casi chilló Lily por lo que se puso roja, James la miró de reojo y suspiro.

—Creo que ya empiezo a entender porque no te importa pasar la noche aquí. —mascullo James mientras tiraba de Lily en dirección a la cama. —¿Qué lado prefieres?

—Me da igual. —murmuró Lily viendo como Remus se despedía de ella con la mano y se echaba a dormir; Lily volteó la mirada hacia James y notó como el castaño la observaba atentamente, tragó saliva nerviosa rezando porque él no se hubiese dado cuenta de nada pero al ver su radiante sonrisa supo que estaba perdida.

—Espero que no violes a Remus mientras duerme.—James soltó una sonora carcajada mientras Lily del mismo color que un tomate se subía en la cama y se metía entre las sábanas para ocultar su rostro. —Evans, ¿no me vas a dar un besito de buenas noches?

—Piérdete Potter. —James se metió en la cama y miró hacia Lily, la pelirroja le daba la espalda por lo que se acercó a ella en silencio.

—Venga, uno pequeñito. —murmuró James al oído de Lily, ella dio un brinco de la cama haciendo que James cayese al suelo debido a la fuerza de la pelirroja.

—¡No te acerques a mí maldito pervertido!—gritó Lily histérica y roja a más no poder, James la miró desde el suelo divertido.

—¡Ya cállense y duerman de una vez! —bramó Sirius desde su cama. —Y lo que tengáis que hacer, hacedlo en silencio.

—¡No vamos a hacer nada Black! —chilló Lily para luego mirar furiosa hacia James. —¡Y tú deja de reírte de una vez!

Lily le pegó una patada a James y se subió en la cama para luego tirar las mantas y una almohada al suelo. James la miró confundido y recogió las cosas que había tirado dispuesto a volver a la cama, sin embargo Lily lo apuntó con la varita.

—De eso nada, tu bromita ha hecho que te ganes dormir en el suelo.

—Pero Evans…

—¡Pero nada!

—Dormiremos incómodos, la cadena no es lo suficientemente larga como para dormir yo en el suelo.

—Me da igual, no pienso dormir en la misma cama que un depravado.

James chasqueó la lengua irritado, si seguían discutiendo la cadena menguaría aún más. Así que a regañadientes se tumbó en el suelo e intentó acomodarse, pero hacía demasiado frío. Miró hacia la cama y vio a Lily recostándose sobre su cálida cama, bien, solo tenía que esperar a que Evans se durmiera, entonces volvería a su confortable cama.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro