Noche de Terror
En una extraña luz blanca que nublaba mi vista, lograba observar a Ruby acercarse ante mí, vistiendo un traje de gala color negro, en el bolsillo derecho de su pecho llevaba una rosa roja que parecía deslumbrar fuego. Después note que estábamos los dos solos en un gran salón de baile, todo decorado con varias mesas a nuestro alrededor dejando un círculo de un piso de madera.
Todo parecía ser tan hermoso y elegante. Era un momento perfecto. Detrás de Ruby se encontraba una orquesta tocando un vals a un ritmo lento y sereno, que parecía que me elevaba. Pero cuando Ruby se detuvo frente a mi, se inclino y sujeto tiernamente mi mano. En ese momento note que llevaba puesto un largo vestido azul cielo con encaje blanco y con brillos bordados. Y Ruby, con unas calidas palabras y una enternecedora mirada suya, el me susurro suavemente.
- ¿Sapphire? ¿Quisieras concederme esta pieza conmigo? – Yo no podía negarle lo que el me decía. Era casi como una fantasía hecha realidad.
- Si. Vamos. Quiero bailar contigo.
Salte emocionada hacía sus brazos y el me tomo con delicadeza entre sus calidas manos. Me llevo lentamente hacía el centro de la pista y sujeto mi cintura con ternura. Me sostuvo del mentón y me miro con sus brillantes ojos rojizos que me hacían derretir al verlos.
- Sapphire. Te ves tan hermosa con ese vestido nuevo y más aún debajo de esta luz que te hace resplandecer aún más.
- Ho Ruby. No digas esas cosas que me avergüenzas. – En eso, el se aferro mucho más a mi. Podía sentir e latir de su corazón por mí.
Ambos estábamos bailando sin que nadie nos molestara. Esta era una oportunidad de en sueño. El me tomaba fuertemente entre sus brazos mientras que nos movíamos al ritmo de la música que nos daba la orquesta, a pesar de que no supiera bailar tan bien como el lo hacía. No quería que ese momento terminara. Y cuando la orquesta termino de tocar, Ruby me miro fijamente y sostuvo su mano sobre mi rostro.
- Sapphire… hay algo que he querido hacer todo este tiempo y que debido a nuestras circunstancias, no he podido hacerlo. – Me lo decía de forma apasionada. – Te amo Sapphire.
Cuando me dijo esas palabras el tiempo parecía haberse detenido para ambos. Su fulgurosa mirada, hacía que mi corazón latiera cada vez más y más rápido. No podía decir ni una sola palabra, sentía un nudo en mi garganta que me impedía responderle. Y cuando el tiempo parecía volver a caminar lentamente, Ruby cerro sus ojos y su boca se acercaba cada vez a la mía. Solo que en el momento en que pudiera sentir sus dulces labios sobre los míos un golpe en la cabeza me despertó de aquella fantasía.
- ¿He…? ¿Qué paso? ¿Dónde esta el salón de baile, el buffet de comida que se extendía hacía donde alcanzaba la vista? ¿Y dónde esta Ruby? – Me preguntaba a mi misma, mientras me sobaba la cabeza de aquel fuerte golpe y veía alrededor de mi cuarto aún creyendo que esa fantasía había pasado en verdad. - ¿Qué… todo eso era… solo un sueño…?
Cuando me di cuenta de que me había caído de mi cama, note que el equipo para dormir de Ruby estaba a unos cuantos centímetros de donde me había caído y que el aún seguía durmiendo dentro de ello.
- Ruby. Talvez mi fantasía fue arruinada, pero… aunque esto se vea indecoroso… aprovechare esta oportunidad aún si no te agrada la idea… ¿De acuerdo? – Le susurraba al pequeño dormilón evitando que despertara y tomando mi recompensa con ansías. – Listo o no Ruby, aquí voy.
Pero en el momento en que me abalanzaba hacía el y le quitaba el cobertor con el que se tapaba, vi que Ruby no estaba ahí, sino que era Nana la que estaba durmiendo cómodamente dentro de esa cosa. Me había confundido con su lana negra y brillante con el cabello de Ruby. Que bien que me di cuenta antes sino la hubiera besado a ella en lugar de haberlo besado a el. Inclusive Nana salio corriendo asustada de ahí.
- Vaya, al parecer el me volvió a ganar en levantarse. Pero ahora me las pagara.
Pero en el momento en que ella salio un pequeño aparato que estaba dentro de las cobijas de Ruby se encendió cuando ella bajo asustada, tenía una pantalla pequeña, la forma de una cabeza de Hoppip y su tamaño no era más grande que el de mi mano. En ello aparecía un sujeto anunciando la programación de la televisión.
- …Y no se pierdan a las 8:00 de la noche en su canal de siempre, la sección del horror en donde pasaremos una maratón de películas de terror, no se lo pierdan espectadores… – Cuando termino de hablar el sujeto de ahí pasaron a comerciales y apague el aparato.
- Eso es. Pasaremos esta noche para ver una película en la casa. Así podría aprovechar la oportunidad para que Ruby pueda besarme. – Me decía a mi misma, sola en la habitación, tenía un gran optimismo en eso. – Las parejas suelen ir a los cines a ignorar las películas y besarse en la sala. Si nosotros estamos en casa, podré hacer eso con el y sin ninguna interrupción. Pero… ¿Cómo será una película de terror?, es más. ¿No recuerdo el haber visto alguna vez una película antes?, solo cuando éramos niños los dos, recuerdo que veíamos juntos la televisión cuando Ruby se lastimaba de estar jugando por las ramas, pero esas películas eran con dibujitos. Aún así, espero que el me pueda besar como si fuéramos una pareja que va al cine. – Al decir eso, me quería sonrojar y soltaba unas pocas risas tratando de evitar que Ruby me escuchara.
Baje minuciosamente por las escaleras para que el no se diera cuenta y pudiera regañarlo por no haberme levantado. De seguro esta preparando el desayuno de nuevo y sin mi ayuda. Trate de observar desde el pasillo si Ruby estaba cocinando, pero mi olfato no identificaba algún olor delicioso de sus platillos. Al llegar a la cocina note que no había nadie.
- ¿Pero qué…? ¿En donde rayos esta? ¿De seguro sintió mi enojo y salio huyendo? – Pero cuando iba a desquitar mi ira contra la pared, vi un pedazo de papel pegado en el refrigerador. – ¿Y esto qué es? – Trate de ver el papel pero no sabía que decía ahí. – ¿Qué dice aquí? ¿Ese tonto de Ruby acaso no sabe que no se leer?
En eso la Kirlia de Ruby, Ruru, me quito el papel de la mano y me halo del brazo, para llevarme a la puerta de la casa. Me señalo a la puerta y señalo a la sala en donde se encontraba Nana con una cesta en su hocico. Creo que lo que me querían decir es que Ruby había salido para comprar las cosas para el desayuno. Después me mostró el papel y busco algo dentro de la mochila, de ella saco los lentes de Ruby. Ruru se puso los lentes de Ruby y empezó a imitar a una persona que estaba leyendo.
- Creo que ya entendí. Ruby salio de compras y cuando regrese me iba a leer lo que dice el papel. ¿Verdad? – En eso Nana y Ruru movieron sus cabezas de arriba a abajo en señal de afirmación.
Como Ruby no iba a regresar por un rato, me propuse seriamente en la forma en que le iba a pedirle que viera la película conmigo. De seguro se extrañara el porque se lo pido de forma repentina. Así que tendré que inventar una excusa para ello.
Pasaron varios minutos en que lograra obtener una buena excusa para que veamos una película los dos juntos. Y de repente la puerta se abrió con Ruby asomándose por el umbral y cargando una cesta con varias verduras y otros productos varios para preparar la comida. Era una gran cantidad de alimentos los que tenía ahí, ni siquiera se me ocurrió preguntar de donde saco el dinero para comprar toda esa comida.
- Sapphire, ¿ya te despertaste? – Grito por la sala debido a que yo me había escondido cerca del sofá, por el susto que me dio. Estaba tan concentrada en la propuesta de la película que me sentía nerviosa cuando entro.
- Si aquí estoy. – Respondí toda roja del rostro, mientras me levantaba del suelo.
- ¿Qué estabas haciendo ahí? Ya no somos unos niños como para estar jugando a las escondidas. – Su tono en el que me lo decía parecía molesto. Pero no volteo a verme y se dirigió a la cocina.
- Oye. ¿Qué es esa forma de hablarme? – Le regañe con fuerza. ¿Por qué se porta así conmigo?
- Perdón, es que el tipo de la tienda y yo estuvimos peleando por una ridiculez que ya no tiene importancia. Lo siento. – Ruby parecía estar diciéndome las cosas de forma sincera. Y se veía triste por haberme hablado de esa forma. – ¿Y quieres ayudarme a cocinar? – Me pregunto ahora un poco más alegre.
- Si. – Le respondí contenta con esa propuesta, pero en ese momento recordé el papel que me dejo. – Por cierto Ruby. ¿Qué es esto? – En eso tome el papel que tenía aun Ruru y se lo mostré para que me dijera que era.
- Ha eso. Solo un recordatorio que mis padres me dejaron en una carta esta mañana. No es nada. – En eso Ruby saco el cuchillo y empezó a cortar las verduras de forma rápida y violenta. No creo que sus padres les hayan dicho algo agradable para el como para que se pusiera a cortar de esa forma. Por lo que decidí no preguntarle que decía.
- ¿Y qué hago yo entonces?
- Ayúdame a seguir cortando, mientras que pongo a fuego lo que tengo. – Pero cuando dijo poner a fuego, no me imaginaba que iba a sacar una llamarada de una sartén.
Durante el desayuno parecía estar algo tranquilo, pero cuando preparo la comida parecía estar aún molesto. Creo que sus padres si se habían pasado con el.
- Bien, ahora lavare los trastes. ¿Por cierto, ya tendiste tu cama? – Pregunto mientras se dirigía con los platos al lavabo.
- No. No lo hice. – Me sentía apenada por ello.
- Sapphire. Ya no eres una niña pequeña. Debes de tender tu cama cuando te levantes. – Me decía con una sonrisa traviesa en su rostro.
- Hablando de niños Ruby… quería decirte algo. – En eso Ruby parecía haberse espantado. Se puso pálido y su aspecto parecía estar algo nervioso.
- ¿He?, ¿de qué se trata Sapphire? – Su voz parecía estar temblorosa.
- Quería decirte que hace tiempo que no hacíamos cosas como de cuando niños Ruby. – En eso su aspecto parecía relajarse, como si se hubiera quitado un gran peso de encima.
- Con que era eso. Es verdad. Hace tiempo que no hacemos cosas de cuando jóvenes Sapphire. ¿Acaso querías que nos divirtiéramos como pequeños? – Su tono era ahora más juguetona.
- Bueno… es que… pensé que podríamos… no se… relajarnos. – Mi garganta parecía trabarse. Pero era mi oportunidad para inventar mi propuesta de ver una película juntos. – No tenemos nada que hacer en la casa e imagine que ver la televisión como cuando éramos niños sería una buena idea de pasar el rato.
- Me parece una buena idea ahora que lo mencionas. Pero antes ve a tender tu cama jovencita. – Ruby se veía más contento ahora. En ese caso, creo que si podré aprovechar esta oportunidad para que veamos la televisión juntos.
- Ruby. Necesito tu ayuda. – Le grite desde mi habitación.
- ¿Qué es lo que sucede Sapphire? – Grito mientras subía por las escaleras.
- ¿Podrías enseñarme a tender una cama?
- ¿Qué? ¿Nunca antes habías tendido una cama?
- La verdad no. Como la mayor parte del tiempo dormía fuera. No dormía mucho en casa.
- Esta bien. Te ayudare a tender tu cama. Pero pon mucha atención jovencita.
- Si mamá Ruby.
- No bromees con eso de nuevo.
Pasando unas cantas horas, debido a que Ruby me obligo a repetir mis equivocaciones por no tender bien la cama. Al fin pudimos bajar a ver alguna película. Ya era algo tarde, no pasaban más de las seis de la tarde. Si que se ponía estricto con la forma en que me enseñaba. Ruby decidió preparar algo para la cena por lo tarde que era y a la ves hizo unas rosetas de maíz para que viéramos la película. Al terminar de hacer todo eso, ya llegaba a la hora en el que se anunciaban las peliculas. Nos sentamos en la sala y me acorruque en el pecho de Ruby. No quería dejarlo ir para nada.
- Y bien Sapphire. ¿Qué prefieres que veamos? – Pregunto mientras sostenía el control.
- Lo primero que encontremos me agradaría. El que la vea contigo es lo que quería de todas formas Ruby.
- Me parece que ya lo tenías todo planeado. ¿No es así? – El parecía estar riéndose de la situación mientras me veía fijamente.
- No…, no es que sea eso… bueno… es porque… - No sabía que responderle, me sentía muy nerviosa por esa pregunta.
- Descuida. Solo bromeaba. – En eso prendió el televisor y de ahí salio el anuncio de las películas de terror que había visto anteriormente.
- Déjale ahí Ruby. No le cambies. – Le dije, mientras lo sujetaba con ansias.
- Ouch. No aprietes tanto. No sabía que te gustaran este tipo de películas. – Sin querer, estaba casi estrangulando a Ruby.
- Perdona. No era mi intensión.
Cuando comenzó la primera película no creía que con películas de terror fueran algo tan escalofriantes. Solo imaginaba que fueran algo que diera un poco de miedo, pero no a tal grado. Trataba de varios Pokémons que eran hipnotizados por un niño pequeño y los obligaba a masacrar a los entrenadores que se perdían n el bosque. Su risa era totalmente maligna a pesar de que fuera un niño que a simple vista pareciera inofensivo. No podía soportarlo. Era muy horrible el ver eso, no quería seguir viendo tanta sangre derramándose que oculte mi rostro en el pecho de Ruby. Quien parecía no tener miedo a la película que pasaba.
- Sapphire. ¿Acaso te da miedo esta película? – Preguntó mientras susurraba a mi oído.
- ¿A ti no te da miedo? – Mi voz estaba aún temblorosa.
- Es que todo se ve muy falso. La sangre y todo. Además que esa película ya tiene tiempo que la había visto. Es muy antigua. – Al decir esas palabras note mejor que la sangre se veía como pintura plastificada y que no estaban todos cortados. El decía la verdad. – Además, si te preocupas tanto por el final. Terminan matando al niño diabólico. – Murmuro mientras se reía.
- ¿En serio? Entonces quiero ver como lo acaban a ese sujeto maldito. – Yo solo quería ver a ese niño sufrir por el susto que me hizo dar.
Al acabar esa película, ya me sentía más confortable. Ahora si, ninguna película iba a espantarme y quitarme las ganas de intentar besar a Ruby.
Solo que no pensé que la otra película fuera aún peor que la anterior. Inclusive Ruby estaba temblando de miedo y sujetándome con fuerza. Trataba de una niña muy pequeñita de cabellos largos y castaños que aparecía entre la oscuridad de la noche. Robaba las almas de los maldecidos. Y que la única forma de vencerla era con la luz del Sol, pero se lograba esconder en las pinturas. Ambos estábamos tan espantados que al escuchar un relámpago por la ventana, nos caímos al suelo y las luces de la casa se habían apagado. Comenzó a llover con fuerza, el ruido parecía casi ensordecedor.
- Iré a ver que es lo que paso con los fusibles Sapphire. ¿Quédate aquí? – Murmullo Ruby, mientras que caminaba entre la oscuridad y tropezaba con los muebles.
- Bien. No tardes.
Paso el tiempo con lentitud, cada segundo lo sentía minutos y los minutos horas. Ruby estaba tardando y ya comenzaba a preocuparme. Quise ver porque tardaba tanto en reparar las luces, pero de repente escuche que gritaba desde fuera de la casa. No sabía que era lo que paso. Fui lo más rápido que pude a ver donde estaba.
Al llegar donde escuche el chirrido, pude ver a una extraña y pequeña figura mirándolo de lejos. Parecía un niño o una niña. Tenía los cabellos largos, pero no se le podía ver el rostro entre tanta oscuridad, pero un relámpago ilumino el escenario por breves segundos y pude ver que tenía el cabello castaño y una mirada fría y sería que se clavaba en mis ojos. No podría creerlo. Era igual a la niña de la película. Salí corriendo de ahí llevándome a Ruby en mis brazos. Y cerré las puertas.
La niña tocaba fuertemente por las ventanas y puertas, tratando de derribarlas para entrar, pero no quería que me hiciera daño, ni a mí, ni a Ruby. Ambos estábamos ocultos en un armario. Creí que no nos encontraría, o que no lograría entrar hasta aquí hasta que amaneciera, si es como la niña de la película, el Sol la detendrá.
De repente se oyeron pasos dentro de la casa. No lo entendía, pudo entrar sin romper ni un solo vidrio de la ventana o alguna puerta, debe ser una criatura con grandes poderes. Se acercaban esos pasos lentamente por donde estábamos. Y se detuvieron. El silencio me paralizaba, sentía correr frío por mi espalda. Me aferraba con fuerza a Ruby rogando que no nos encontrara. Solo que Ruby logro despertar y parecía confundido por lo que pasaba.
- ¿S…Sapphire?, ¿qué pasa? ¿Por qué estamos en el armario?
- Shhh… Silencio o nos encontrara. – Murmure en voz baja.
- ¿Quien nos encontrara? – Igual hablo en voz baja.
- La niña de la película. La que viste fuera de la casa.
- ¿La qué vi fuera de la casa? – Ruby parecía tratar de recordar de que le hablaba. - ¿Te refieres ha…? – De repente se levanto y puso su mano en la perilla.
- ¿Pero qué estas haciendo?, no abras que nos encontrara.
- Tu tranquila que no pasa nada Sapphire.
Entonces Ruby abrió la puerta y en eso vimos a la niña de cabellos castaños enfrente de la puerta sujetando un papel. Ruby se acerco a ella y mientras sujetaba una toalla que agarro del armario, seco el cabello de la chica. Parecía que el color se le desmoronaba con la forma en que lo secaba. Al terminar era de pelo rubio y no era chica, sino chico.
- Supongo que te referías a Emerald.
- ¿Emerald? ¿Pero… si el…? Tu estabas en el suelo inconsciente y te había escuchado gritar y… y…
- Tranquilízate. Yo había salido para reparar las luces, cuando Emerald llego para darnos un mensaje. Cuando me iba a explicar lo que pasaba, solo que un relámpago nos tomo por sorpresa y retrocedí golpeándome con la pared y grite del dolor.
- ¿Y por qué Emerald tenía el pelo castaño?
- Cuando el cayo al suelo, yo retrocedí y caí al lodazal. Pintando mi cabello temporalmente. – Respondió Emerald mientras mostraba la suciedad de la toalla que uso para secarse.
- Por cierto Emerald. ¿Qué te trajo hasta aquí tan de noche?
- Es que el chico loco. Gold. Me envió con un encargo para ustedes. – En eso comenzó a buscar algo de su mochila.
- ¿Gold senpai te envió? ¿Y como para que? – Esto era raro.
- El me dijo que les diera este huevo para la chica salvaje y el chico raro. – ¿Aún no sabía nuestros nombres Gold senpai? – Dijo algo de sus padres y que el quería ayudarles con algo, pues se entero que estaban solos en la casa y comento que era algo para que ustedes empiecen a hacer cosas que deberían ser normales para ustedes si están juntos. Yo no le entendí a que se refería.
- Ese senpai. ¿Cómo se le ocurre pensar en esas cosas? – Ruby parecía estar lanzando fuego de la boca que daba más miedo que la niña de la película. – Por cierto. ¿De donde sacaste ese papel? – Pregunto algo confundido, pues Emerald seguía sujetándolo.
- Lo encontré en el refrigerador de aquí cuando entre. Aunque no entiendo porque tus padres te preguntan que si ustedes… – En eso Ruby tapo la boca de Emerald y parecía estar nervioso por lo que el quería terminar de decir.
- Hemos hecho nada malo... eso preguntaban. Pues no, la verdad es que no. Pero porque no te quedas en la casa, aún continua lloviendo afuera.
- Gracias por eso. Pero no es molestia. – Emerald parecía emocionado por la propuesta de Ruby.
- No, que va. Pero… - En eso el agarro el papel y escribió al reverso algo para callarlo.
- Entendido, pero por…
- No hagas preguntas y haz caso. Ahora te iré preparando un lugar para dormir.
Y con eso termino el día, Emerald iba a dormir en el sofa, y Ruby se fue a dormir sin darme explicaciones de que querían decir sus padres. Y lo peor de todo es que no logré mi objetivo.
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