Epílogo
Kendall se vio en el espejo para cerciorarse de que todo estaba en orden, su cabello rubio y corto hasta la altura de los hombros estaba bien peinado y su maquillaje estaba muy bien colocado. Sonrió satisfecha al ver que todo estaba perfecto para la ocasión.
Salió de la habitación y el bullicio de los invitados que estaban en el jardín no se hizo esperar, era increíble como la puerta y las paredes de su habitación aplacaban todo ese escándalo.
Se dirigía la habitación de Chris para ver si estaba listo y su madre la interceptó en el pasillo.
—Oh cielo, que bueno que te veo, ya los invitados se están impacientando —dijo su la mujer, alisando la falda del vestido que la ojiazul llevaba puesto.
—¿Aún no ha llegado Rachel? —esa mujer sabía como entretener a cualquier tipo de invitados.
—Ya esta llegando pero necesitamos que salgan ya, además tu padre y Liam tienen una sorpresa preparada.
Esos dos hombres juntos preparando sorpresas eran un caos. Kendall no se quejó al ver la expresión de felicidad de su madre, adoraba ver a Grace sonreír, le hacía el día más alegre a ella también.
—De acuerdo, enseguida estamos abajo con todos.
Se apresuró hasta llegar a la habitación de Chris y se sorprendió de no ver a su hijo sentado en la ventana de su cuarto y pegado en el bendito aparato electrónico que Quinn le había regalado.
Observó la puerta de la habitación de April entreabierta y se asomó con mucho cuidado de no hacer ruido.
Su corazón se derritió al ver a William y a Chris jugueteando con la pequeña que apenas estaba cumpliendo un año de edad, quien estaba junto a su padre y su hermano mayor, sonriendo y balbuceando cuanta cosa podía.
Chris la tenía sentada sobre su regazo mientras le hacia muecas a la pequeña para que se carcajeara.
Kendall recordó cuando William y ella le habían dicho a Chris que tendría una hermanita, luego del ultrasonido que se había realizado. El chico enloqueció prácticamente y no paró de canturrear por toda la casa y en la sus abuelos que sería el hermano mayor.
Desde el momento en el que vio a April en el hospital cuando nació quedó enamorado de su hermanita y desde entonces ha desempeñado su rol de hermano mayor a la perfección, a tal punto que la pequeña prefería estar junto a su hermano que con sus padres algunas veces.
—Papá, no voy a dejar que ningún niño se le acerque nunca —le estaba diciendo Chris a William, quien aun no se habían percatado de su presencia.
—Nunca es mucho tiempo Chris —le respondió Will, luego de carcajearse—. ¿Qué te parece, hasta que cumpla al menos treinta años?
Kendall puso los ojos en blanco ante semejante absurdo pero sonrió de igual forma.
—Me parece razonable. Además tiene un papá que es médico, tíos policía y un hermano que también lo será, nunca nadie querrá acercarse a ella.
—Y no te olvides de una madre que es una leona cuando se trata de proteger a sus hijos —agregó su esposo arrugando la cara.
Chris se rió ante el comentario de Will.
—Pero es bueno que quieras proteger a tu hermana, hijo —agregó William, tomando una postura más seria—, la familia se protege siempre y deben cuidarse los unos a los otros. Ella confiara que lo hagamos así como tu también.
—No voy a dejar que nadie la aparte de nuestro lado jamás —el tono de voz de Chris cambió y abrazó con fuerza a April.
Cuando Chris tuvo un poco más de edad y de entendimiento Kendall y William conversaron con él y le contaron parte la historia de su madre y de como había sido apartada de su familia siendo una niña y el chico pidió saber más sobre el tema y le contaron lo que era necesario que supiera al menos para un niño de nueve años —que era la edad que tenía cuando se le habló por primera vez—. Él pareció confundido al principio pero con ayuda logró entender de que se le estaba hablando. Tanto Kendall como William sabían que su hijo tenía muchas preguntas que hacer al respecto, eso incluía a su verdadero padre y sabía que pronto las empezaría a hacer y ellos estaban preparados para responder a cada una de ellas.
—Tu madre y yo tampoco lo permitiremos —le aseguró William, alborotando el cabello rubio y largo del chiquillo.
Kendall decidió que ya había escuchado suficiente de esa charla entre dos de los hombres más importantes de su vida e ingresó a la habitación.
—¿Dónde esta la pequeña más guapa del mundo? Los invitados están esperando a la señorita April Stewart en el jardín —dijo cuando ingreso la habitación de la niña. La tomó en brazos cuando esta le estiró sus mamitas regordetas para que la alzara, sus ojitos marrones brillaban de alegría—. Vaya, pero que bella a quedado esta princesa —Kendall chocó su nariz con la de la pequeña y añadió en voz baja—. Te dije que tu padre podría vestirte, que no debías preocuparte.
William entrecerró los ojos al escuchar eso y Kendall le sonrió con cariño.
—¿Mamá, puedo llevar a April al jardín a recibir a los invitados? —preguntó Chris posicionándose junto a ella, vaya que ese muchacho estaba estirándose demasiado, le llegaba casi a la altura de los hombros y eso que apenas acababa de cumplir los doce años.
—Claro —Kendall le entregó a la pequeña, que se fue encantada de la vida con su hermano—. Pero no dejes que Liam le de dulces.
Chris sonrió con malicia y se marchó sin darle respuesta. Claro que no iba a obedecerla, él adoraba los dulces tanto o más que April.
Quedó a solas con Will y este se acercó y la rodeó por la cintura con sus brazos.
—¿Te he dicho el día de hoy lo linda que te vez? —William le acarició con la yema de los dedos las mejillas. El contacto hizo que ella se estremeciera.
—¿Tan linda cómo una leona? —se burló Kendall, mordiéndole ligeramente el dedo índice.
—¿Ha estado escuchando una conversación privada entre padre e hijo señora Stewart?
—En mi defensa, no sabía que era una conversación privada, además, tu tardabas mucho en salir con April, los niños están volviéndose locos bajo nuestros pies y es hora de que la fiesta de inicio.
William se mordió el labio inferior y Kendall sabía lo que eso significaba.
—¡No! —dijo tajantemente cuando vio las intenciones de su marido.
—¿De verdad crees que quiero hacerte el amor en presencia de mis suegros, padres, cuñados, amigos, sobrinos, mis hijos y decenas de niños inocentes? —le preguntó William, depositando pequeños besos en su cuello, mandíbula y barbilla.
—Espero que no.
Ambos se voltearon al escuchar la voz de Rachel en la entrada del cuarto.
Kendall corrió a abrazar a su hermana, hacia más de seis meses que no la veía y la había extrañado con locura.
—¡Oh por Dios, al fin llegaste! Quiero conocer a ese hombre del que tanto hablas por teléfono y que nunca me has enviado ni una sola foto —se quejó Kendall.
—Esta abajo y creo que cometí un grave error al dejarlo en compañía de Liam y Gabriel —recapacitó Rachel rascándose a cabeza.
Kendall y William se rieron al ver la expresión de desagrado de la mujer, era el primer novio que mostraba públicamente en casi seis años así que debía ser importante.
—Quiero conocer a ese hombre misterioso —habló William entonces, dándole un fugaz beso en los labios a su esposa y corriendo hasta el jardín.
Ambas hermanas quedaron solas.
—¿Qué tal ha ido todo en estos meses? Sé que hablamos casi a diario pero quiero que me pongas al corriente—preguntó Rachel, ayudando a Kendall a recoger los juguetes de April que estaban regados por el suelo.
—En realidad todo ha ido muy bien, regresé al trabajo en cuanto tu te marchaste a Boston y la verdad es que no podría estar más orgullosa de todo el esfuerzo que hemos puesto en esta empresa—contestó Kendall, llena de orgullo.
Desde hacia cinco años atrás que habían inaugurado su propia empresa de Catering Service, al inicio fue bastante difícil debido a la competencia que tenían por varios lugares pero ambas mujeres sabían lo que eran los inicios difíciles y no se dieron por vencidas en ningún momento. Con el pasar de los años se fueron haciendo un nombre en la ciudad y hasta la fecha estaban bien posicionadas a tal punto que debieron expandirse hasta otra cuidad para dar a vasto, esa había sido la razón por la que Rachel se había marchado, para estar pendiente del nuevo local y al parecer en ese lugar había encontrado al misterioso hombre que la traía derrochando amor hasta por los poros.
—¿Y cómo va todo con William, sigue siendo un esposo decente? —Rachel se asomó por la ventana y se recostó en el marco de la misma.
Kendall la imitó y observó a William conversar animadamente con Liam, Gabriel —quien luego de un par de años al fin se ganó la confianza de William— y otro hombre que estaba dándole la espalda, ese debía ser el galán de Rachel.
Volvió a centrar su atención en su esposo, quien percibió que lo estaban observando y levantó la mirada hasta la ventana del cuarto de April y le guiñó un ojo al clavar sus ojos en los de ella.
Se había casado con Will un año después de los eventos acontecidos y llevaban cinco años como marido y mujer y no podía decir nada malo de ese hombre, era un marido atento y amoroso, un padre excepcional y un amigo incondicional. De vez en cuando tenían uno que otro desacuerdo pero los solucionaban al instante. Era dedicado a su hogar y no le quedó duda de eso cuando decidió cambiar de lugar de trabajo e ir a otro hospital en donde tenía un horario que le permitiera pasar más tiempo con ellos a pesar de que no se dedicaría a cirugías solamente a como él estaba acostumbrado.
Cada día amaba más a William y dio gracias infinitas a todos los dioses por haberle puesto a ese hombre en su camino aquella fría tarde de diciembre y de que él jamás dejara de apostar por ella.
—No es necesario que me contestes —la voz de Rachel la sacó de sus pensamientos y se giró para ver a su hermana con una inmensa sonrisa dibujado en sus rojos labios—. Me hace tan feliz saber que el amor de ustedes crece día con día.
—A veces me asusto, sabes. Lo amo tanto que me da pánico pensar que puedo perderlo en algún momento y no verlo más junto a mi en las mañanas, escucharlo reír con los niños, en las festividades bromear con papá y Liam...
—Hey, aleja esos pensamientos —Rachel la abrazó con fuerza y la apartó de la ventana, sabía que lo hacía para que William no la viera cabizbaja. Había pasado más de un año desde que había tenido alguna decaída emocional y no quería arruinar la fiesta de su hija, así que respiró con profundidad y sonrío al bloquear esos pensamientos negativos que de vez en cuando la acechaban.
—Estoy bien —aseguró Kendall, luego de varios segundos en silencio. Rachel le acarició la espalda y le sonrió ampliamente.
—Esa es mi Kendall —la felicitó su hermana.
—¿Todo esta en orden? —preguntó William, quien estaba recostado en el marco de la puerta. El hombre le sonrió y algunas arrugas se marcaron en la comisura de sus ojos—. Rachel, tu novio me agradó bastante y creo que a Kendall le encantará verlo —agregó Will con un tono bastante alegre.
Rachel se puso colorada de inmediato y Kendall sintió curiosidad.
—Quiero ir a conocer a ese hombre misterioso —dijo la rubia alzando las cejas, haciendo que Rachel se sonrojara aun más.
Rachel suspiró y puso los ojos en blanco.
—Vamos —se quejó la otra mujer ya resignada, adelantándose y dejándolos rezagados en el camino.
Will se acercó su esposa y la examinó con la mirada.
—¿Estás bien?—susurró él, acariciándole la barbilla con la yema de los dedos.
—Mejor que nunca —respondió ella abrazándolo con fuerza por la cintura.
Se encaminaron hasta el jardín abrazados el uno del otro y los gritos y carreras de los niños presentes no se hicieron esperar.
Toda la familia estaba en su casa y ella no podía estar más feliz. Adoraba cuando todos se reunían y pasaban horas de risas y buenas historias.
Buscó con la mirada a Chris y April, ambos estaban con Melody, la hija de Liam, que tenía nueve años ya y Derek, el hijo de Gabe con apenas seis años.
Llegaron hasta donde Liam y Gabe, quienes conversaban animadamente con el misterioso novio de Rachel.
Kendall examinó al hombre que tenía frente a ella, era de una contextura física similar a la de William, misma estatura, cabello oscuro, pero a diferencia de su esposo eso hombre tenía los ojos igual de verdes que Rachel y la piel un poco más clara, era bastante guapo de eso no había duda alguna, pero había algo en su mirada que la ponía inquieta.
—Kendall —habló Rachel, haciendo que cortara contacto visual con su novio—, te presento a Daniel Hudson, mi novio. Dani, ella es mi hermana Kendall Stewart —añadió la mujer sonriendo de oreja a oreja.
—Es un placer conocerla al fin señora Stewart —se presentó Daniel ofreciéndole un cordial apretón de manos. Su voz era bastante grave y fuerte, lo cuál concordaba muy bien con su apariencia.
—Solo Kendall, por favor —le pidió ella, sonriendo con amabilidad—, eres el novio de mi hermana así que dejemos el señora a un lado.
—De acuerdo, Kendall —aceptó el hombre mostrando apenas una ligera sonrisa.
Rachel lo abrazó por la cintura y el tipo se volteó a verla y le sonrió abiertamente haciendo que su mirada se suavizara mientras le ofrecía un casto beso en la frente.
Kendall se percató del "te amo" que salió de la boca de Daniel y que iba dirigido a su hermana. En respuesta, Rachel lo abrazó con más fuerza mientras lo veía a loa ojos y parecía indiferente a la audiencia que tenía de frente.
Liam —quien se había tomado muy a pecho el papel de hermano mayor con Rachel—, se aclaró la garganta para llamar la atención del par de enamorados.
Kendall lo observó con verdadero fastidio y su hermano la ignoró y siguió en su plan protector.
Tanto Rachel como Daniel despegaron la mirada uno del otro y le dedicaron una mala mirada a Liam.
—Es hora que la fiesta de mi sobrina de inicio—comunicó Liam.
Todos caminaron hasta donde se encontraban los niños jugando en el trampolín que habían alquilado para la ocasión. April estaba en brazos de su abuela paterna mientras que Chris ayudaba a Derek a subirse al trampolín con el resto de niños que estaban invitados.
Kendall nunca antes se había sentido tan agotada como en ese momento. Una fiesta infantil era cosa seria, después de despedir a todos sus familiares y amigos y que los niños se acostaran a dormir tanto Will y ella se encargaron de arreglar la casa entera.
Se tiraron al suelo al lado de la chimenea mientras tomaban una copa de vino.
Recordaba a la perfección cada detalle de la fiesta de su hija y lo maravilloso que fue ver a todos sus seres queridos reunidos celebrando con ella ese momento tan importante para ella como lo era el primer año de April.
Rachel le había contado como había conocido a Daniel en un momento en el que quedaron a solas. Era un hombre viudo que había conocido un año atrás en New York, en ese momento había relación alguna ya que él no parecía muy dispuesto a dejar ir el recuerdo de su mujer fallecida, así que Rachel a pesar de todo lo que sentía por él decidió dejarlo, ya que a como ella había dicho "Era imposible ganar en contra un fantasma del pasado". Cuando Rachel se fue a Boston por trabajo al parecer Daniel reaccionó y decidió seguirla para pedirle que le diera una nueva oportunidad para estar juntos.
A kendall no le quedó ni una sola pizca de duda que ellos se querían realmente pero aún así tenia sus reservas con él, no temía que la fuese a lastimar físicamente sino más bien que no estaba segura de como dos personalidades tan distintas como lo eran ellos podían compaginar.
Daniel, a simple vista se notaba que era demasiado serio, algo frío y pragmático, en cambio Rachel, ella era alegre, bromista y extrovertida. Eran como hielo y fuego. Pero deseaba que su hermana al fin hubiese encontrado el amor, aunque fuese al lado de ese hombre.
—No deberíamos hacer otra fiesta en loa siguientes veinte años—comentó William, se escuchaba cansado—. Voy a hacer que Chris y April firmen un contrato en donde están de acuerdo con eso.
Kendall se rió en voz baja. No podía estar más de acuerdo con su esposo.
—El próximo año llevaremos a los niños a la playa, es más fácil limpiar arena de la ropa y el trasero que toda la casa llena de helado, pastel y dulces—propuso ella apoyando la cabeza sobre el pecho de Will y dejando la copa a un lado.
—Aunque todo salió de maravillas, April disfrutó de toda la atención que recibió y Chris no dejó de hablar con la amiga que invitó y toda la familia se volvió a reunir después de varios meses de no estar juntos.
En eso si tenía que darle la razón a Will, tener a todas esas personas juntas era más de lo que podía desear.
Era feliz al ver a sus padres juntos, a su hermano en compañía de su esposa y su hija, a su hermana Quinn alejando a los tipos que su madre le lanzaba para que al fin sentara cabeza, a los padre de Will y a Jesse, a Gabe, su gran amigo con Alana y su pequeño Derek, su adorada y atolondrada Rachel, Chris, quien al parecer estaba experimentando lo que era enamorarse por primera vez, la pequeña April quien llegó a complementar su vida y su felicidad y William, quien la conocía mejor que nadie, y que a cada instante le recordaba que era una guerrera, una mujer valiente, con un deseo y amor por la vida que lo hacían sentir orgullo de ella cada minuto de sus vidas.
—Te amo William y gracias por todos estos años en los que has estado apoyándome incondicionalmente, gracias por cuidar de Chris y de mí y gracias por darme a una hija maravillosa —susurró ella apretando con fuerza la mano de su esposo.
—Yo te amo aun más mi vida. Eres la mujer perfecta para mi y jamás voy a dejar de darle gracias a la vida y a quien sea por hacerte puesto en mi camino, has cambiado mi vida solo para mejorarla. Tú, Christopher y April lo son todo para mi y siempre los voy a proteger bajo cualquier precio.
Kendall sabía que cada palabra dicho por William era cierta, ella era fuerte y valiente aunque comprendía que su pasado la perseguía pero ya no le temía más, James —quien era quién más la preocupaba—, había muerto un par de años atrás, después de gastar casi todo su dinero en abogados y apelaciones ante el jurado, en un motín en la prisión en donde estaba, pero sabía que Chris le preguntaría acerca de él ya que el chico se enteró de su padre estaba vivo luego de escuchar conversaciones a escondidas y lo rectificó cuando ella y William hablaron con él acerca de lo que había ocurrido con ella en su pasado. Pero ella estaba dispuesta a hablarle con la verdad cuando él lo demandara, no iba a ser prisionera de más mentiras. Ya no era más esa persona.
Había aprendido a verse a sí misma como una guerrera, una mujer que no tuvo un inicio en la vida para nada fácil pero lo que la definió no fue su pasado y la marca que este había dejado en su vida sino lo que llegó después de eso, bien pudo haberse dado por vencida y dejarse caer, estaba en su derecho de hacerlo después de todo por lo que había pasado, pero decidió luchar y enfrentar la vida, no volver a caer ante nada ni nadie, pelear con uñas y dientes por una vida mejor que sabía era bien merecida. Ella luchó por una segunda oportunidad de vivir y lo había conseguido.
Fin.
Mil gracias por llegar hasta aquí conmigo❤
La sinopsis de mi nueva novela ya esta en mi perfíl para que la guarden en sus bibliotecas si gustan.
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