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Capitulo 39 (Sin Editar)

El timbre de la casa sonó y Ellie corrió para abrir la puerta ya que sabía que se trataba de Liam puesto que la acababa de llamar para avisarle que subiría por ella.

Cuando lo vio de pie en la puerta su primer impulso fue abrazarlo y eso hizo.

Su hermano se quedó inmóvil ante su demostración de afecto pero a Ellie no le importó. Estaba muy feliz de verlo.

Poco a poco Liam fue relajándose y le devolvió el abrazo con más fuerza.

—Me alegra ver que estas bien —dijo él sonriéndole.

—Estoy muy feliz de salir un rato al menos —confesó ella cerrando la puerta a su salida y caminando junto a Liam hasta el primer piso.

—Toma, ponte esto —Liam le extendió una gorra y un par de gafas de sol a pesar de que afuera estaba nevando.

—Creo que llamaré más la atención si me ven con esto puesto con el clima que esta haciendo —se quejó ella pero de igual manera se colocó los accesorios.

Salieron a la calle y justo en frente de la entrada del hotel estaba estacionado un auto negro de cuatro puerta al cual Liam la ayudo a ingresar con absoluta rapidez.

El viaje fue más rápido de lo que se esperaba, y al cabo de unos veinte minutos ya estaban dentro del hospital dirigiéndose al consultorio de William.

El móvil de Liam resonó por la estancia con una música infantil y se detuvo a revisarlo.

—Vamos al consultorio de la ginecóloga, tu novio dice que nos verá ahí —Ellie notó cierta tensión y en la voz de Liam pero le restó importancia.

Observó con recelo la puerta del consultorio de la persona que la atendería pero Liam le puso una mano en el hombro para darle fuerza.

Estaba nerviosa, no lo iba a negar pero ahora que no había ningún malentendido entre Will y ella con respecto al pequeño intruso se sentía con más valor.

Tocaron la puerta del consultorio y una voz femenina les pidió que pasaran.

Liam fue quien abrió la puerta Ellie observó a una mujer de cabello corto y rubio con algunos rastros de canas en el. Cuando los vio sonrió con amabilidad y algunas arrugas se formaron alrededor de sus ojos marrones.

—Buenas tardes y bienvenidos —los saludo con una voz suave y agradable.

—Buenas tardes —saludaron Ellie y Liam al mismo tiempo.

—Así que tu eres la novia del majadero de Stewart. ¿Cómo haces para aguantarlo querida?—Ellie se puso colorada de inmediato. Will había hablado de ella en su trabajo con sus colegas.

—Me soporta porque me ama, Abigail.

Ellie se volteó hasta la puerta y se relajó al ver a Will, con su uniforme de pantalón verde y bata blanca.

—Hola cariño —la besó Will fugazmente en los labios — Liam, un gusto verte.

Ambos hombres se voltearon a ver y Ellie pudo notar las miradas preocupadas de los dos.

Ellie le dedicó una mirada curiosa a Will y este le sonrió pero la joven sospechaba de algo estaba ocurriendo y él no quería decirle.

—Yo los esperaré afuera —Liam rompió el contacto visual con Will y salió del consultorio, dejando a la pareja sola con la doctora.

—De acuerdo Ellie, te haré unas preguntas rutinarias, pero no es nada del otro mundo —la doctora la la guió hasta una silla color rosa frente a un escritorio del mismo color.

La doctora le hizo preguntas como su edad, si sus ciclos menstruales eran regulares o no, cuales habían sido los síntomas que hubiese notado desde su último periodo menstrual, que si tenía problemas ginecólogos, acerca de su embarazo con Chris y si llevó algún control prenatal — lo cual ella le detalló como había sido su embarazo y su parto con su primer hijo — y que si en su familia había alguien con alguna condición medica de cuidado a lo cual Ellie no supo como respondió responder.

Will de inmediato hizo que Liam entrara a la consulta para responder a esa pregunta.

Saber que no había casos clínicos de cuidado con su familia la tranquilizo bastante.

—No te preocupes, todas estas preguntas son normales, más la de tu primer embarazo para ver si tuviste alguna complicación durante la gesta de tu otro hijo y tenerlo como un antecedente, pero cada embarazo es distinto al otro —le explicó la doctora —, así que vamos a ver que tal va todo con este nuevo pequeñín o pequeñita. Por lo general no veo a pacientes con menos de ocho semanas de gestación pero William me explicó de tus nauseas y vómitos constantes así que hice una pequeña excepción —dijo la mujer guiñándole un ojo a la joven.

—¿Eso es algo de cuidado? — preguntó Ellie entrando en pánico.

—A veces, pero es muy normal las nauseas en el primer trimestre de gestación así que no te preocupes tanto —la tranquilizo la mujer mayor —. Eso si, necesito que comas, no importa si vomitas, es importante que tu pequeño reciba los nutrientes necesarios.

—De acuerdo —acepto Ellie de inmediato y Will le apretó la mano.

—Muy bien. William necesito que me dejes a solas con tu mujer un momento —pidió la mujer levantándose de su silla y dirigiéndose a la puerta para abrirla.

Ellie no comprendía porque tenía que irse William así que lo tomó de la mano con fuerza.

—Tranquila, Abigail te hará un chequeo de rutina —Will le beso la frente con ternura y susurró —. Confía en ella, es de mi absoluta confianza.

Media hora después Ellie estaba colocándose su ropa nuevamente mientras sentía como sus mejillas ardían.

En realidad no había sido nada del otro mundo, y al contrario de lo que pensó al inicio, fue muy profesional y en ningún momento se sintió incomoda. La doctora fue muy amable y mientras le realizaba el chequeo le decía cosas acerca de como debía ir hasta el momento el crecimiento de su bebe. Al parecer aun no llegaba a medir ni dos militros y no pesaba ni más de un gramo lo cual realemente la sorprendió.

Abigail —a como había pedido que la llamara — le explicó que le enviaría a realizarse un examen de sangre y de orina que era rutinarios.

—Estas entrando en tu cuarta semana de gestación apenas, así que trata de descansar lo necesario, realiza algún ejercicio para fortalecer tus músculos y sobretodo come bien —le recomendó Abigail. Ellie asintió con la cabeza mientras veía como la mujer anotaba en un expedientes algo que era prácticamente incomprensible de leer —. Te enviaré vitaminas prenatales y ácido fólico.

La puerta del consultorio se abrió y Will ingresó sin ser llamado.

Estaba completamente serio, no había ningún rastro de humor en su mirada lo cual acrecentaba más las sospechas de Ellie de que algo estaba ocurriendo y William se lo estaba ocultando.

—Pasa Stewart —Abigail frunció el ceño molesta por la interrupción de Will —. Muy bien Ellie, eso es todo por hoy, nos veremos en nuestra proxima cita dentro de cuatro semanas más. Y ya sabes cualquier dolencia que tengas por mínima que sea y tu notes que es irregular ven acá de inmediato.

Ellie asintió enérgicamente.

—Muchas gracias Abigail —Ellie le extendió la mano a la doctora y esta la aceptó con una gran sonrisa dibujada en los labios.

—Es un placer linda. Will necesito hablar ahora contigo a solas.

Will acompañó a Ellie hasta afuera y la dejó en compañía de Liam, quien se encontraban sentado en una silla en la pequeña sala de espera.

—Hola —lo saludó ella sentándose junto a él.

—¿Qué tal te fue? —Liam trató de sonreir pero no logró hacerlo.

—Mejor de lo que imaginaba —aseguró ella viéndolo directo a los ojos —. Liam, dime que pasa. ¿Por qué William y tu estan actuando de forma tan extraña? Lo noté cuando llegamos al hospital, pero ahora que veo sus caras se que algo me estan ocultando.

Liam la volteó a ver y le tomó las manos y las agarró con fuerza.

—William y yo estabamos pensando en llevarte a que vieras a mamá por unos días.

La mandíbula de Ellie se abrió de pura impresión. Eso era lo último que se esperaba oír realmente.

La noticia la entusiasmo verdaderamente y se lo hizo saber a su hermano con un fuerte abrazo.

—¡Quiero ir! —exclamó bastante fuerte.

—Tranquila, primero debemos ver que el área este despejada, ¿comprendes, verda? —Ellie asintió con la cabeza, ya se estaba cansando de tantas afirmaciones que había hecho en menos de una hora. Le dolía la nuca —. Vamos a esperar a que William salga para que hablemos los tres.

Los minutos que William paso en el consultorio de su colega estuvieron a punto de volverla loca pero cuando lo vio salir corrió hasta él y lo abrazó con mucha más fuerza de la necesaria.

—Le di la noticia del viaje que estamos planeando hacer —Liam tomó la palabra y Will suspiró.

—Creí que me estaban ocultando algo malo —confesó Ellie, ruborizandose nuevamente.

—No cielo —Will la abrazó con fuerza y beso su cabeza.

Una vez en casa de Will, tanto él como Liam trataron de convencerla de que esperará unos días más para ir, pero Ellie ya estaba emocionada y por nada del mundo cambiaría de idea con respecto a ir a conocer en persona a su familia lo antes posible. Ahora que estaba armada de valor para hacerlo ellos no iban a detenerla.

—Iré a Luisiana con o sin ustedes —Ellie se le plantó a los dos hombres con determinacion.

Will dijo unas groserías en voz alta pero cedió al final.

—De acuerdo, pero yo iré contigo también.

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