—¡William!

Will regreso a la realidad cuando escucho la voz de  Liam alzarse.

Llevaban más de hora y media sentados en un maldito auto esperando a que James saliera del local  al que había ingresado en el pleno corazón de la cuidad.

—Hoy estas bastante distraído —lo acusó Liam.

Vaya que si lo estaba. No hacia mucho se había enterado de que sería padre y  aún no salía del estado de shock tras la noticia.

Claro que estaba emocionado con la idea de ser padre, pero al mismo tiempo estaba aterrado. Ser padre nunca había sido una prioridad para él,  mucho menos con el trabajo que tenía que absorbía casi todo su tiempo; incluso se sentía mal de dejar tanto tiempo a Ellie sola cuando ella más lo necesitaba, pero con su trabajo no había nada que hacer al respecto.

Prefería no ser padre a ser uno ausente que solo vería a sus hijos unas cuantas horas por semana.

Deseo quedarse hablando con Ellie y decirle que no estaba molesto con ella  por nada ya que al parecer la chica creía eso, pero la llamada de Liam le impidió decirle nada.

Desde el momento en el que William sospechó de James, decidió hablar con Liam y el hermano de Ellie y contarle acerca de la actitud de este hacia ella cuando la encontraron desmayada en el restaurante y acerca de la amenaza que le había hecho a Rose. 

Tal vez el James que él  conocía  y el tipo que había secuestrado y abusado de Ellie durante años fuesen personas distintas. Existían miles de James en todo el maldito país, pero aun así no podía confiarse ya que la seguridad de Ellie, Leila y Chris colgaban de un hilo.

Desde entonces Liam y Will pasaban horas vigilando cada movimiento que hacia el hombre, pero al parecer era un ciudadano modelo. Liam había revisado sus antecedentes y todo estaba limpio, ni una sola multa de transito.

William no conocía muy bien a James ya que de quien realmente había sido amigo era de su hermano Phill, pero a pesar de que expediente dijera que era un santo, William no terminaba de fiarse, había algo en la extraña actitud del hombre que hacia que se le pusieran los pelos de punta.

Había decidido no decirle nada a Ellie hasta estar seguro de que sus sospechas eran ciertas o falsas y Liam había estado de acuerdo con eso.

La prioridad de ambos era mantenerla a salvo de cualquier forma existente.

William no sabía nada de la familia de Ellie, excepto lo poco que ella le había contado, pero ver como su hermano se desvivía por protegerla supo que eran personas que realmente la amaban y estaban dispuestos a todo por estar a su lado nuevamente.

—William —Liam volvió a captar su atención.

—Lo lamento. ¿Qué me decías?

—¿Quieres que te lleve a tu casa? Te ves demasiado cansado para seguir con esto.

—No, aquí me quedaré. Es la primera vez en días que James sale de su rutina —Will se acomodo bien en el asiento del carro y dejó a un lado el café que se había puesto helado.

Desde que habían decidido seguir a James, era la primera vez que hacía algo distinto a la habitual que era salir de su casa para ir a trabajar, por las tardes salir con su esposa o Lori a algún teatro o al cine y luego regresar a casa para hacer lo mismo al día siguiente. Por eso mismo, Liam lo llamo a pleno día al percatarse de que el hombre no se dirigía hacia su trabajo sino que a otro lado.

Y ahí estaban, hora y media después esperando a que James saliera del local para ir a averiguar que ocurría.

—¿Cómo esta mi hermana? —preguntó Liam —. ¿Está comiendo mejor?

William no creía buena idea decirle lo del embarazo de Ellie a Liam ya que eso era algo entre ellos dos nada más, pero no podía darse el lujo de omitir detalles de suma importancia y ahora en el estado en el que se encontraba Ellie era necesario que saliera de su casa  para llevarla al ginecólogo para su revisión médica, y necesitaría más protección de la que ya tenía y eso solo se la podría brindar a la perfección un policía experimentado.

—Esta embarazada —dijo William sin más.

Liam lo volteó a ver con los ojos bien abiertos y le pareció ver las mismas expresiones de Ellie cuando se enfadaba.

—¡Maldición! Esto era lo último que faltaba —exclamó apretando los puños contra el volante —. ¿Cuándo se enteraron?

—Justo antes de que tu llamaras —Will se frotó el cuello con la mano. El cansancio estaba ganando terreno poco a poco. Llevaba más de treinta horas sin dormir.

—¿Y por qué demonios no te quedaste con ella? —Liam alzó la voz más de la cuenta.

—Porque quiero que Ellie este a salvo y eso solo lo lograré si atrapamos a este malnacido —le respondió William tratando de mantener la calma —. Puede que su historial sea perfecto e intachable pero hay algo que me dice que si le mostrara una fotografía de ese hombre a Ellie o a Leila, incluso a ese  tipo el tal Gabriel, cualquiera de los tres me dirían que James es el maldito proxeneta que los mantuvo encerrados por todos esos años.

Por primera vez, en lo que llevaban de conocerse, Liam se quedó completamente callado.

Había pensado en esa idea varias veces en esos últimos días, pero no deseaba que Ellie se sintiera incómoda bajo ningún concepto.

Él se había jurado a si mismo hacer que ese hombre pagara por el daño que le había causado a Ellie y a tantas personas más.

A pesar del evidente enojo del hermano de Ellie, este fue quien rompió el silencio.

—¿Y cómo recibió ella la noticia? —Liam se giro hacia él y lo examinó con esos intensos ojos azules idénticos a los de su hermana.

—Digamos que no se lo esperaba —Will trató de no dar muchas explicación al respecto. Ese seguía siendo un tema entre Ellie y él nada más.

—Y por lo visto tú tampoco —inquirió Liam.

—No, la verdad es que no —aceptó él sin pena alguna.

Ambos se quedaron en silencio por varios segundos.

—¿Le vas a responder cómo se debe a Kendall, verdad?

William entrecerró los ojos y le dedicó una mira hostil a su acompañante.

—¡Claro que si! ¿Qué clase de hombre crees que soy?

—Sólo quería asegurarme —Liam se encogió de hombros y volteó la vista al frente.

William estaba a punto de decirle unas cuantas cosas al hermano de su novia cuanto vio que este se puso tenso y se acomodó en su asiento.

—¡Aquí viene!

Will posó su mirada en el hombre de ojos azules y  cabellera rubia que hasta hacia poco le había parecido una persona "normal" mientras salía del local en el que había ingresado horas atrás.

James volteó a ver en  todas direcciones y pocos segundos después un hombre de contextura delgada, mucho más alto que el mismo James salió del mismo establecimiento que este y ambos caminaban a una distancia considerable del otro.

—¿Quién es esté? —preguntó Liam más para si mismo que a William.

El hombre estiró la mano hasta el asiento trasero y tomó  una cámara fotográfica profesional y saco varias fotografías de ambos hombres.

—Será mejor que no les perdamos la pista —sugirió Will.

—Primero debemos averiguar que hacia James en este lugar y quien es ese tipo que lo acompañaba.

Cuando James y su extraño acompañante se perdieron entre la multitud de gente Liam salió del auto y William lo imitó.

Ambos se que quedaron de pie en la entrada del local, que según la fachada era una agencia de viajes.

—Creo que nuestro amigo quiere viajar en clase económica a algún sitio —murmuró Liam mientras revisaba uno de los impresos que estaban pegados en la entrada del lugar, que ofrecían viajes a cualquier estados del país a precios cómodos.

—¿Pero a dónde? —preguntó William, imaginándose miles de escenarios en los que Ellie podía ser arrancada de sus brazos en cualquier momento si se descuidaba solo un poco.