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Capítulo 34 (Sin Editar)

Habían transcurrido cinco días desde de Ellie salió del hospital y estaba más deprimida y frustrada que antes.

Su hermano Liam había aparecido en el hospital como alma que se lo llevaba el diablo y confesó que le había puesto vigilancia a Ellie debido a que sospechaba que alguien los estaba siguiendo.

El joven se había encargado de revisar de pies a cabeza la lista de invitados a la fiesta de ese día y no había nadie que pareciera sospechoso.

Si cuando Ellie, vio a Liam y Gabe en la puerta de su casa, creyó que su vida había cambiado radicalmente, ahora que James la había encontrado, todo volvía a cambiar, pero para empeorar.

Apenas salió del hospital, entre Liam y Will decidieron que ella estaría más segura en casa del medico, en el edificio donde vivía este había vigilancia las veinticuatro horas del día y nadie estaba autorizado a subir sin permiso hasta el ático.

-¿Y que va a ocurrir con Chris y Leila? ¿Qué hay de ellos? -preguntó Ellie, molesta cuando escuchaba a esos dos hombres tratando de velar por su seguridad, pero no mencionaban ni a su hermana ni a su hijo.

-Ahora es más seguro que ellos no estén cerca de ti -había respondido Liam.

-¿Por qué? -lloró ella.

-Es probable que ese hijo de puta no sepa quienes son ellos todavía -le respondió William furioso.

-De haber sabido de la existencia de Leila y Chris no solo te habría buscado a ti - coincidió Liam.

Ellie tuvo que aceptar que ambos hombres podían tener razón.

-Entonces, ¿qué va a pasar con ellos?

-Los voy a enviar a Luisiana, estarán a salvo ahí -le informó Liam.

-¿Ahí es dónde viven tus padres?

-Sí, es el lugar más seguro para ambos en este momento.

Ellie no estuvo muy convencida de esa idea al principio, pero William la hizo recapacitar y le hizo ver que todo eso era por la seguridad de su hijo y su hermana.

Sabía que ambos estaban a salvo, pero los extrañaba demasiado, estaban a pocos días de nochebuena y era el primer año que lo pasaría alejada de su pequeño y de su hermana.

Llamaba todos los días a Leila para ver como se encontraban y la mujer le decía que Chris preguntaba por ella acaba momento, pero que estaba encantado con la atención que todo el mundo estaba poniendo en él, y que había aceptado con mucha facilidad la idea de que tenía abuelos, tíos y hasta una pequeña prima para jugar.

Por ese lado se sentía tranquila, sabía que ellos estaban bien y lejos de ese hombre.

Liam se lo había jurado.

Incluso Gabriel y su esposa fueron llevados a otro lugar para mantenerlos protegidos.

Ellie observó a su alrededor y recordó la primera vez que vio la casa de William, le había parecido asombrosa, pero ahora que llevaba encerrada cinco días en ese lugar, deseaba salir corriendo, y no es que le desagradara la idea de estar con Will, sino más bien era el hecho de estar encerrada nuevamente. La volvía loca saber que tenía que estar en ese metro cuadrado las veinticuatro horas al día y que nadie podía saber su ubicación.

Dejó la cena a un lado y se dirigió a la cama. William estaba en horario nocturno en el hospital y no llegaría a casa hasta el día siguiente.

Había arreglado todos los inconvenientes con Will, él le había explicado por qué razón había asistido a la fiesta con Lori y y porque se había alejado de ella y Ellie se sintió tan feliz de saber que aún con todos esos problemas encima William deseaba ayudarla, también arreglaron el mal entendido con Gabe, ya que Ellie le explicó que él nada más era su amigo y que estaba muy bien casado.

Por su parte, William le confesó que había decidido alejarse de ella ya que él creía que ella querría estar con Gabe ahora que él había vuelto a aparecer en su vida y el la de Chris.

Ellie se aseguró de dejarle bien claro esa misma noche que a él era al único que quería.

No iba a negar que se sentía a gusto al lado de William apesar de que él pasaba más tiempo en el hospital que en casa, pero las horas que pasaban juntos eran increíbles, ya fuera que la pasaran viendo películas viejas, conversando, o en cama, no precisamente en ese orden.

Se cubrió con sabana y se hizo un ovillo mientras abrazaba la almohada de William.

Luego de dar varias vueltas en la cama, algo incómoda al fin logro conciliar el sueño.

Cuando esta comenzando a soñar con su hijo, un ruido extraño la hizo sobresaltarse de inmediato y se restregó los ojos para poder tener mejor visibilidad ya que aún era de noche y todo estaba muy oscuro.

Se sentó en la cama y en silencio absoluto para ver si lograba escuchar algo más pero por unos largos y angustiosos segundo no se escucho nada más que los latidos salvajes de su corazón y su respiración irregular.

Se volvió a acostar, cubriéndose casi toda la cabeza con la sábana.

Estaba aterrada apesar de que le habían dicho que el edificio estaba vigilado.

-¿Creíste qué es casa de tu novio estarías a salvo de mí, Kendall?

No sabía de que parte de la casa provenía esa voz, pero si estaba segura que estaba dentro de la misma. Era James.

En ese mismo momento, Ellie -sin importar el miedo que le invadía cada fibra de su ser - se levantó de la cama y se propuso correr lo mas rápido posible fuera del alcance de James y muy poco le interesaba salir corriendo por las calles a esa horas de la noche, correría hasta que se le quemaran los pulmones. No iba a permitir que ese desgraciado la volviera a golpear y quedar indefensa ante él una vez más.

Cuando pusó los pies en el suelo sintió que se le clavaban agujas en la planta de los pies debido al piso que estaba helado, cosa que le pareció extraña porque ella había dejado la calefacción encendida antes de irse a dormir.

Estaba a punto de llegar a la puerta cuando sintió el choque de su cuerpo con el de otro cuerpo.

Instintivamente retrocedió y trató de pensar en un lugar seguro para esconderse mientras llamaba al policía que estaba cuidando el edificio y a Liam.

El closet de Will tenía doble entrada y podía esconderse ahí y salir por el baño sin que ese desgraciado se diera cuenta.

Corrió hasta la cómoda de la cama y tanteó con las manos para encontrar su teléfono y una vez que lo encontró se dio la vuelta para dirigirse al closet, pero unas fuertes manos la tomaron del cuello haciendo sus pies se elevarán del suelo.

-Si no eres mía -le susurró James cerca del oído -, tampoco serás de él.

Ellie luchó por soltarse, incluso le tiró el teléfono en la cara, pero era imposible, James era más fuerte que ella.

Sentía un hormigueo por todo el cuerpo y cada segundo que transcurría la falta de oxigeno era mayor.

Sabía que estaba a punto de caer inconciente pero eso no le impidió hacer un último esfuerzo para luchar. Con la poca fuerza que le quedaba pateó la ingle del hombre y clavó sus uñas lo más profundo que pudo en su rostro.

James la soltó de inmediato entre maldiciones y Ellie cayó de golpe al suelo, lastimándose la nariz contra el piso.

Estaba muy débil y desorientada como para ponerse de pie así que se arrastró hasta la cocina pero no llego muy lejos cuando sintió el peso del cuerpo de James aprisionarla en el suelo.

-¡Auxilio! -trató de gritar ella antes de que le cubriera la boca con las manos.

-Adiós Kendall.

-¡NO!

-Ellie...

-¡NO! ¡Suéltame! -gritó a todo pulmón.

James la tomó por los hombros y la sacudió con fuerza.

-Ellie, cariño, despierta.

Esa no era la voz de James. Era la voz de William, era él.

Abrió los ojos y comenzó a hiperventilar mientras Will la abrazaba con fuerza.

Ella se dedico a examinar todo a su alrededor para estar segura que James no estaba allí realmente.

Había sido todo un maldito sueño.

Tardó varios minutos en recomponerse.

-¿Estás mas calmada? -Will le beso la coronilla de la cabeza sin dejar de tenerla abrazada.

-Si -dijo con voz ronca. Por impulso se tocó el cuello -¿Hace cuanto llegaste? -le preguntó a Will una vez más calmada y al ver como la luz del día se filtraba por las cortinas del ventanal de la terraza.

-Hace rato, te vi tan plácidamente dormida que no me atreví a despertarte. Hasta que te oí gritar - añadió él.

-Tuve una pesadilla.

-Lo sé, pero lo que sea que haya pasado en esa pesadilla no es real.

Ellie no estaba tan segura de eso, pero no deseaba preocupar a Will con sus miedos.

Will se acostó al lado de ella y la abrazó por la espalda, haciéndola sentir segura entre sus brazos.

Estaba agotada, pero no quería dormir, así que decidió ponerse activa.

-¿Quieres algo para desayunar? -le preguntó a William.

-Comere solo si tu comes conmigo -Will le sonrió, se le notaba cansado.

- No tengo hambre -murmuro ella con fastidio.

- Pareces una niña haciendo berrinches -se burló William -. Debes alimentarte bien, Ellie.

-Solo comere un poco - Ellie se levantó de la cama y sin querer su mirada se posó en la puerta de la entrada del ático, ahí había estado James en su pesadilla.

-Vamos a cocinar.

William la tomó de la cintura y la levantó del suelo haciendo sintiera vértigo de inmediato.

Una terrible pesadez en el estómago hizo que se le revolviera la poca comida que llevaba por dentro.

-¡Bajame, o te voy a vomitar encima!

El hombre vio que no estaba bromeando así que la bajo sin pensarlo dos veces.

Ellie corrió tan rápido como pudo hasta llegar al baño y se olvido por completo de la presencia de William.

Cuando término de expulsar lo poco que albergaba su estómago, este
quedó completamente vacío y sintió un sudor frio en la frente y el cuello. Se apoyó en la puerta de la ducha para sentir el frio vidrio refrescar sus mejillas.

-¿Cómo es que puedes vomitar tanto si casi no comes nada? - William se sentó al lado de ella y le apartó los cabellos del rostro -. Por cierto, traigo conmigo los resultados de tus examenes de sangre.

Ellie le restó importancia al asunto y se fue a lavar la boca.

En compañía de Will se dirigió hasta la cocina y comenzó a sacar los instrumentos necesarios para hacer el desayuno.

-Vamos a ver por que razón la señorita Rainer tiene esa extaña falta de apetito -dijo William sentándose en una de las sillas del desayunador y abriendo un gran sobre blanco.

-¿Eso que estás haciendo es ético? ¿No debería ser yo quien abra ese sobre? - preguntó Ellie mientras preparaba el café. El olor de los granos triturados de café inundó sus fosas nasales y se no ser porque William estaba cerca introduciría su nariz en el frasco del producto y se quedaría así todo el día.

-No es ético y estoy haciéndote un favor al abrirlo por ti.

Ellie puso los ojos en blanco y continuó con su labor de hacer un delicioso desayuno, ahora que si tenía hambre.

Despues de un buen rato, Ellie se percató de que William se encontraba demasiado callado y cuando lo vio, se sorprendió al verlo absolutamente pálido y con la mirada clavada en ella.

-¿Qué sucede? -preguntó ella confundida.

-Ellie -William se levantó de la silla y se dirigió a ella con paso apresurado por lo cual Ellie retrocedió un poco.

-William, me estas asustando, ¿qué te pasa?

-Ellie -repitió él. Tenía los ojos abiertos de par en par -. Estas embarazada.

Ellie abrió la boca para decir una grosería pero la volvió a cerrar.

Se sostuvo con fuerza del desayunador y esperó a que todo dejara de darle vueltas.

Ella no podía estar embarazada.







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