Capítulo 33 (Sin Editar)
Ellie tuvo que parpadear varias veces para que su visión regresara a la normalidad y se dió cuenta de que su visión no estaba fallando, donde fuera que estuviera estaba casi por completo oscuro.
Estaba acostada sobre una superficie dura y cubierta con una manta delgada, apenas la poca luz que había, proveniente de una lampara de que estaba colocada aún lado donde estaba ella acostada, le permitía ver -dudosamente - que se encontraba en un cuarto cerrado. El corazón le comenzó a palpitar violentamente y trató de inmediato de levantarse pero un dolor profundo de cabeza hacía que su sien palpitara y sintiera mareos.
Algo en su brazo derecho le impedía moverlo a voluntad y a puro tacto identificó que tenia una aguja clavada en el mismo.
Con desesperación y pánico se la arrancó sin pensarlo dos veces. ¡Detestaba las agujas!
Estaba muy confundida y no recordaba con claridad que le había ocurrido, pero si recordaba perfectamente la voz de James hablándole antes de caer inconsciente.
¿Acaso la había atrapar nuevamente?
¿Dónde demonios estaba?
Sin siquiera notarlo, las lágrimas resbalaron por sus mejillas ante la idea de estar nuevamente encerrada y en manos de ese hombre.
¿Qué iba a ser de Chris sin ella? ¿Y Leila? ¿Acaso nunca más volvería a ver a su hermano? ¿No conocería a su familia? ¿Y, William?
Comenzó a temblar y sintió un hueco en la boca del estomago a causa del pánico que se apoderó de su mente.
Ahora, que sus ojos se habían acostumbrado a la poca luz del lugar pudo ver el suelo así que se propuso a ir a averiguar en donde estaba.
Apenas sus pies descalzos tocaron el suelo, estos le fallaron e irremediablemente calló al suelo, botando en el proceso la pequeña lampara que iluminaba el cubículo en el que se encontraba.
Tanteó hasta encontrar los restos de la lampara, tomando en sus manos la base de la misma y a gatas se dirigió en busca de alguna puerta.
No había avanzado mucho cuando la puerta se abrió y sin importar el dolor en su cabeza y en su cuerpo entero se le lanzó encima con su arma a quien había entrado.
No pensaba volver a estar encerrada.
-¡Hey, Ellie! Tranquila -de un solo movimiento le quitaron la base de la lámpara y la abrazaron.
Ellie reconoció la voz de William y se aferró a él con todas sus fuerzas mientras lloraba desconsoladamente.
Estaba aterrada y estuvo a punto de golpear a William.
-Tranquila, cielo -la consolaba el hombre acariciando su espalda con suaves movimientos -. Aquí estoy y nadie te hará daño -le prometió.
Por la claridad que entraba por la puerta abierta descubrió que se encontraba en la habitación de un hospital.
-Lo lamento -dijo ella entre el llanto y la falta de aire -. No sabía donde me encontraba y me asuste.
-Ven -William la guió nuevamente hasta la cama y ambos se sentaron en ella -. Fue culpa mía por haberte dejado las luces apagadas, quería que descansaras bien.
-Creí que... creí que... otra vez.
-Lo sé, lo sé, perdóname. Déjame revisarte por favor.
El hombre se levantó de la cama y se fue hasta la entrada de la habitación para encender la luz.
Por unos segundos, Ellie quedo cegada por la luz blanca y su dolor en la cabeza se intensificó aun más.
Will regreso con ella y le examinó la cabeza, tomó una pequeña linterna en forma de lapicero e hizo que Ellie siguiera su dedo indice con la mirada, pero no pudo, la luz le molestaba demasiado.
-¿Recuerdas que fue lo que te paso? -le pregunto William, acariciando su mejilla.
-No -respondió ella, no deseaba involucrar a Will en sus problemas.
-No me mientas por favor -susurró él, notoriamente dolido por la desconfianza de la joven.
-No recuerdo con exactitud que fue lo que pasó -la cabeza le estaba comenzando a doler y le estaba picando como un demonio -. De una vez te digo que no estoy loca -aclaró antes de continuar hablando-, pero vi... o creí ver al hombre que me secuestró cuando era una niña.
Ellie vio como los músculos de William se tensaron y su expresión se volvía sombría.
-¿Estás segura? ¿Cómo era?-le preguntó apretando los dientes.
-No lo vi a la cara ni por dos segundos, el hijo de puta me golpeó, perdí el equilibrio, me golpeé contra la mesa de la cocina y poco después quedé inconsciente -recordó ella furiosa -, pero si recuerdo su voz, lo recuerdo perfectamente Will... era él, me llamó... Kendall -la voz se le quebró en la última frase.
Will estaba inusualmente callado y Ellie sospechaba que no le creía lo que le estaba diciendo.
-No estoy alucinando, William.
-Rose me ha dicho que no has estado comiendo a como es debido -la acusó él.
-No he andado muy bien del estómago últimamente -aceptó ella sin tratar de negar nada -. Pero eso no significa que me haya inventado todo.
-Claro que no, yo te creo.
Ellie sintió un gran alivio apesar de todo, al menos no la creía loca.
-Ellie...
Leila, estaba de pie en la puerta de la habitación y se encontraba pálida.
... Cielo, ¿estás bien? -su hermana se aproximó y la abrazó con fuerza. Ellie soltó un pequeño quejido -. Lo lamento, ¿qué pasó? Rose no me supo explicar muy bien que ocurrió.
-¿Leila, dónde esta Chris?-pregunto Ellie antes que nada.
-Esta con Shawn, le pedí que lo cuidara mientras venía para acá. Ellie te dije que te enfermarías y debías comer bien, ya vez lo que te acaba de pasar...
-Leila... él me encontró -Ellie soltó de una vez.
Ellie sabía que no era necesario decir mucho ya que Leila de inmediato supo a quien se estaba refiriéndose su hermana.
Si antes Leila había estado pálida, ahora estaba traslúcida.
-¡No! -gritó Leila agarrándose la cabeza entre las manos -. ¿Estás segura de que era él?
-Muy segura.
-¿Cómo? ¿Dónde? -Leila se sentó en la camilla y se pusó la mano en el corazón.
-No lo sé, Leila, el solo apareció en la cocina del restaurante mientras yo estaba ahí sola y me atacó -Ellie no sintió pena en llorar nuevamente, de hecho se sentía bien soltar todo ese peso.
-¿Sabe algo de Chris?
La pregunta de Leila hizo que todo su mundo cayera a sus pies. Nuevamente.
No sabía que tanto estaba enterado James de su nueva vida, pero para haberla encontrado y atacado en un lugar público debía saber más de lo que la ojiazul podía imaginarse.
-No lo sé -gruñó aun más molesta -. Pero ese maldito no va a acercarse a mi hijo porque primero lo mato.
-Tranquila, cariño -William la abrazó con delicadeza. Ellie podía sentir la tensión que aun era dueña del cuerpo del hombre.
-No puedo estar tranquila -lo contradijo ella -. Ese desgraciado podría saber de la existencia de Chris y no se de que sería capaz.
Sus miedos más profundos salieron a relucir y quiso desaparecer de ese lugar cuanto antes. No iba a permitir que James tocara un solo cabello de su pequeño.
-Pero ese hombre no tiene nada que ver con Chris -Will le tomó el rostro entre las manos y la obligo a verlo. Tenía la mirada llena de furia.
-Será mejor que llame a Shawn y le pida que no salga. Y llamaré a tu hermano igualmente, él es policía y sabrá que hacer -Leila salió de la habitación y Ellie comprendió que los estaba dejando solos para que ella hablara con Will.
-¿Qué está pasando, Ellie? -pregunto Will una vez que Leila cerró la puerta a sus espaldas.
-Christopher es hijo biológico de... ese... hombre.
-¿Qué? -gritó Will, bastante sorprendido -. Pero tu me dijiste que ese tipo, Gabriel...
-Gabriel no es el padre de Chris. Siempre he querido creer cualquier cosa antes de aceptar que mi hijo tiene un padre que es un maldito violador -murmuro Ellie, presa del pánico.
William se quedó en silencio por un largo rato y Ellie notó como sus manos temblaban sobre las de ella.
-Ellie, dime como se llama ese hombre -apenas fue un murmuro lo que salió de la boca de Will pero la chica comprendió muy bien cada palabra.
No le gustaba decir ese nombre en voz alta, pero ya no tenía más remedio que aceptar que él estaba de regreso y que debía enfrentarlo, pero no podía hacerlo sola, necesitaba la ayuda de William para eso.
-James -respondió ella con la voz llena de odio.
Will no se movió. Parecía que ni siquiera respiraba
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro