Capítulo 14 (Sin Editar)
- Doctor Stewart, ¿me escucho?
Will regreso a la realidad al escuchar como su asistente alzaba la voz
- ¿Qué ocurre Kate?
- La señorita Evans está aquí nuevamente.
Rayos, Lori otra vez. Era la tercera vez en lo que iba de la semana que llegaba al hospital a buscarlo, a pesar de que él le había pedido que se abstuviera de hacerlo.
La pelirroja sabía que había algo entre él y Ellie y aún no terminaba de aceptarlo.
Nunca había sido absolutamente nada más que solo amigos, pero Lori no parecía entender eso; su familia y la de Will era amigos de toda la vida y la muchacha por eso creía que eran algo.
-Dile que pase - le pidió a su asistente con frustración
La mujer le sonrió con pena. Ya la pobre había escuchado peleas entre el médico y la mujer. Sabía lo que se aproximaba.
Will se levantó de su silla y se apoyó a su escritorio.
Lori, tan bella como distinguida entro a su consultorio sin siquiera tocar la puerta.
-Hola William - lo saludo ella con un beso en la mejilla.
-Hola Lori, ¿qué haces aquí? - le pregunto el medico sin cordialidad alguna.
- Vine a visitarte para ver con mis propios ojos si lo que dice tu madre es cierto.
- ¿Y se puede saber qué es lo que dice la señora Stewart?
-Que estas atendiendo un caso de caridad con una pobre... muchacha- escupió la pelirroja con desprecio.
- No estoy haciendo ningún acto de caridad, Lori. Ellie, es mi novia.
La expresión de Lori cambio totalmente al oír la respuesta de Will.
Lo cierto es que ellos aún no eran novios, apenas estaban conociéndose poco a poco. Pero no le gustaba con Lori se expresaba al hablar de Ellie, como si la bella chica de ojos azules fuera menos que ella solo por no nadar en dinero.
- ¿Cómo es eso que son novios? Apenas si se conocen - despotrico Lori.
-Eso no es algo que te tenga que explicar ni a ti ni a nadie.
- ¿Qué sabes de ella, Will? ¿Cómo sabes que no es una interesada nada más?
-La conozco lo suficiente - le aseguro William.
La verdad es que Ellie casi no hablaba de su vida, era demasiado reservada; lo único que le había contado era que su familia había muerto y que Leila no era su hermana de sangre realmente, sino que la había conocido varios años atrás y la verdad es que Will no quería molestara con tantas preguntas, dejaría que ella misma le contara las cosas a su tiempo.
Jamás se había sentido atraído por alguien de esa manera, parecía un idiota por pensar las veinticuatro horas del día en una mujer que apenas conocía, pero cada vez que el rostro de Ellie le cruzaba por la cabeza todo a su alrededor dejaba de existir, solo anhelaba poder verla nuevamente y tomarla de la mano y besarla hasta que se quedara sin aire y la necesidad de oxigeno le exigiera separarse de ella.
No sabía en qué consistía realmente el estar enamorado, es decir, nunca antes lo había estado, pero era un sube y baja de emociones que algunas veces no podía comprender y lo frustraba. Ellie Rainer era complicada y a él no le gustaba lo complicado, pero había algo en ella, su misterio, su fragilidad escondida, su delicadeza, su malhumor a veces, que lo atraían como un imán.
- ¿Qué hay de tu y yo?
La pregunta de Lori lo sacó del embrujo en el que había entrado nuevamente debido a Ellie.
-Lori, tu y yo nunca hemos tenido nada - Will se le acerco despacio.
Los ojos de Lori se humedecieron y las lágrimas no tardaron de bajar.
Will conocía a Lori perfectamente y conocía sus técnicas de chantaje. El llanto era una de ellas.
-Lori tengo mucho trabajo que hacer, te agradecería que te fueras.
-Esto no se va a quedar así - gruño Lori bastante molesta mientras le daba la espalda y azotaba con fuerza la puerta del consultorio.
Will suspiro aliviado. No había sido tan malo.
********
Lori Evans estaba bastante molesta. William Stewart era el hombre que quería para ella, paso toda su infancia y adolescencia enamorada de él y estaba logrando conquistarlo hasta que esa insignificante mujer apareció en sus vidas; era una simple camarera por Dios, no era nadie, en cambio Lori, ella era una mujer de negocios, preparada. Una maldita camarera no le iba a quitar al hombre que ella amaba. Primero muerta.
Su móvil sonó y se detuvo para contestar.
- Hola cariño - dijeron al otro lado del intercomunicador.
- Hola tío - respondió Lori el saludo mientras se secaba las lágrimas.
- ¿Qué pasa cielo? - pregunto su tío con un tinte de preocupación en la voz. A veces su tío se preocupaba más por ella que su propio padre.
-Tengo un problema, nada que no se pueda resolver - Lori continúo caminado hasta llegar a donde había dejado estacionado su BMW negro.
- ¿Te puedo ayudar en algo?
Lori sabía que su tío tenía uno que otros negocios turbios, pero a la mujer ojiverde no le importaba, era su tío adorado.
- ¿Podemos vernos justo ahora? - pregunto la pelirroja con bastante decisión.
-Claro - le aseguro el hombre -. Nos vemos en el restaurante de Elena, yo ya estoy aquí ¿te parece?
-Perfecto, no estoy muy lejos, llegare en unos minutos.
colgó la llamada.
Si había alguien que podía ayudarla era su tío y lo haría sin preguntar ni reprenderla.
Su tío se encargaría de esa maldita camarera y ya no sería un problema más para ella.
Llego al restaurante de su tía Elena y la mujer rubia de elegancia impecable le sonrió cuando la vio llegar, sus ojos azules brillaban de alegría.
-Lori cariño - corrió a abrazarla.
Los tíos de Lori no habían podido quedar embarazados por problemas en la matriz de Elena, pero aun así llevaban más de diez años de casados y se veían tan enamorados aún.
- Hola tía Elena -Lori recibió de buena gana el abrazo a pesar de que estaba furiosa - ¿Dónde está él?
- Atrás, estamos organizando una expansión del restaurante para un futuro cercano.
- Eso es grandioso tía - la felicito Lori mientras ambas caminaban hasta donde estaba el hombre dando órdenes a diestra y siniestra.
- James, amor mira quien está aquí.
El interpelado se giró al oír nombre
Su tío James siempre había sido bastante atractivo, con ese cabello rubio y largo hasta la altura de la nuca, de ojos azules, sonrisa encantadora, con unos hoyuelos que harían derretir a cualquier mujer -incluso a la camarera muerta de hambre esa que le quería quitar a William. Era bastante alto, y cuerpo tonificado gracias a su obsesión por el gimnasio.
- ¡Lori, cariño! - James se acercó a abrazar a su única sobrina
-Hola tío James.
- ¿Dime que es eso tan malo que te está pasando? - le pregunto el hombre cuando se sentaron a tomar una copa de whisky.
- Una tipa cualquiera- expreso la pelirroja con odio.
- ¿Que te hizo? - se rio James.
-Trae como idiota a William. No lo entiendo, ¿qué le ve? Es una mujer tan simple, sin gracia alguna, no se viste bien, no habla bien, es nada, peor que nada.
James se quedó callado por varios segundos, no podía coincidir con su sobrina esta vez; a veces las mujeres más simples podían volver locos a los hombres, ya lo sabía bien el hombre por experiencia propia.
- ¿Y que necesitas de mí? - pregunto James entrecerrando los ojos.
-Quiero que me ayudes a abrirle los ojos a William para que la baje del maldito pedestal en donde la tiene.
- ¿Y cómo haría yo eso?
Lori se le acercó y le sonrió con malicia.
-Quiero que la seduzcas, quiero que William lo vea.
- ¿Y si ella no quiere? - pregunto James cruzándose de brazos.
-Sé que encontraras la forma de que quiera. Siempre lo haces.
James se carcajeo y se acabó lo que quedaba de whisky.
- ¿Cómo se llama nuestra victima?
-Ellie Rainer - respondió Lori saboreando la victoria.
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