Prólogo
Espero que les guste~
Nota: Tiktok es mi perdición. Me encontré con tantos Au diferentes, algunos más sanos que otros al decir verdad, que no pude evitar tener algunas ideas. Así que me anime a crear mi propio Au, con mis propias reglas
Nota-2: Vi uno en particular que mostraba que el mundo de los Smiling Critters estaba conectado al laboratorio con una pantalla que funcionaba como portal. Es un detalle que decidí usar, aunque no supe como mencionarlo pero aquí esta :3
Nota-3: Bunny es el único personaje que me pertenece y Sunny es un personaje que me prestaron. Las usaré para poder llenar ciertos espacios vacíos
Nota-4: Como una aclaración más, en esta versión mía, cambie ciertas cosas. La mayoría del grupo murió en medio de las alucinaciones y pesadilla provocadas por el humo rojo, excepto Kickin y DogDay. Ambos estuvieron encerrados juntos por un tiempo, hasta que el pollo murió y nuestro pobre perro quedó solo durante unos años hasta que murió
Nota-5: Si me equivoque en algo, no duden en decírmelo ^_^
La fabrica Playtime se vea realmente mal cuando entrabas y solo parecía empeorar entre más te adentrabas al lugar. Cuanto más profundo llegabas, peor se volvían las cosas, las paredes con colores desgastado y dibujos borroneados siendo reemplazados por manchones rojizos de aspecto viejo, los pedazos de muñecos destrozados decorando los suelos entre más manchones rojos, con un fuerte olor metálico, acompañado de algo agrio y nauseabundo. Es lúgubre, deprimente, con una sensación pesada de depresión y muerte, sin movimiento de ningún tipo.
Y ellas resaltaban en aquel entorno tan oscuro, especialmente por sus ropas blancas.
-Este lugar se ve peor de cerca- una de ella hizo una mueca, pasando las manos con cierto nerviosismo por su cabello corto hasta los hombros y rizado, de color negro con pequeños destellos blancos, de piel pálida. Sus ojos castaños recorren los alrededor con cierta aprensión, acomodándose los anteojos de vidrios algo grandes en una especie de tic.
-Y que lo digas- la otra asintió, haciendo una mueca. Sus propios ojos verdes mezclados con azul miran a su alrededor con notable ansiedad, con el cabello castaño largo hasta la cintura y con las puntas algo onduladas se agita con su caminar nervioso, luciendo asustada mientras apura su paso para alcanzar a la más alta. -Este lugar me da escalofríos- se estremece. -¿Por qué es que estamos aquí?- la más alta se detiene y entonces ella también, ambas compartiendo una mirada llena de confusión.
-¿No fue tu idea venir?- frunció apenas el ceño.
-No- ladeo la cabeza. -¿No fue tuya acaso?- la señalo y la de cabello oscuro abre la boca, como si quisiera contestar, pero cerrándola cuando nada se le viene a la mente.
-Yo...no lo recuerdo- admitió con cierta vergüenza y las más baja solo puede darle una palmada en la espalda, comprensiva. Ambas eran distraídas, además de olvidadizas, y no recordar su objetivo principal no era exactamente algo nuevo para ninguna. Les pasaba más seguido de lo que les gustaría. -Lo siento, Sunny- la miro con pena.
-Nha, no te preocupes. Nos pasa todo el tiempo- le resto importancia sin mucho problema. -No es tu culpa, Bunny- le muestra una sonrisa amable y la otra le devuelve el gesto ligeramente, aun apenada por su mente olvidadiza. -Bueno...- mira de reojo a su alrededor, haciendo una ligera mueca. -...supongo que podemos terminar de ver todo y esperar a recordarlo- y es exactamente lo que hacen. Todo en si se ve bastante mal, no solo abandonado, sino como una zona de guerra...o mejor dicho, de masacre. Sin duda alguna, no es un lugar realmente bonito, en especial cuando están en la parte de abajo y frente a aquel lugar que alguna vez había funcionado como una especie de orfanato, una simple tapadera para algo mucho más oscuro. -En serio, ¿Qué estaban pensando cuando hicieron este lugar?- tropieza con algo, apenas evitando caer, bajando la mirada con cierta molestia y relajando apenas su expresión al ver un muñeco. Se inclino para agarrarlo, triste. Era uno de los muñecos de Huggy, luciendo sucio y maltratado, con las extremidades apenas unidas y algo del relleno saliendo. -Este lugar si que es triste- lo acaricia con la punta de sus dedos, tarareando para si misma. -¿Crees que deberíamos...?- levanta la vista, parpadeando al darse cuenta de que esta sola. -¡¿Bunny?!- llama, alarmada de no verla, el muñeco cayendo al suelo en el momento en el que ella avanza a grandes pasos en busca de su compañera. -¡Bunny!- no tiene que llegar muy lejos para verla. Esta ahí, parada frente a las puertas abiertas de lo que alguna vez funciono como un horrible intento de orfanato. -¡No puedes abandonarme así nada más, estoy chiquita!- hace un puchero, dando grandes pasos para acercarse, confundida ante la falta de reacción. -Hey, ¿Qué pasa?- la mira con preocupación al llegar a su lado.
-Mira- luce triste mientras señala el interior y Sunny obedece, entendiendo el sentimiento en cuanto lo ve. Ahí están los restos de lo que alguna vez fue la versión grande y experimental de DogDay, destrozado hasta el punto que había partes suyas esparcidas a su alrededor, su sonrisa permanente luciendo algo deformada pero aun presente, ojos vacíos y un aire frio a su alrededor, con la única mano que le quedaba extendida hacia el frente, en dirección a la puerta. Parecía que había luchado con las fuerzas que le quedaban para llegar hasta allí y aun cuando la salida de aquel infierno estaba tan cerca, no logro llegar.
-Ah, rayos...- hizo una mueca, sus labios temblando, sus ojos brillando con lagrimas que amenazaban con empezar a caer en cualquier momento. -...pobrecito, no te merecías esto...- se agacho y solo después de unos segundos de dudo, coloco su mano sobre lo que quedaba de la mano de DogDay.
-Ninguno de ellos lo merecía- Bunny hablo, haciendo un gesto a su alrededor. -El causante de esto fue destruido pero el daño aun esta aquí, la mayoría están muerto, se siente como si todo el esfuerzo por derrotarlo...fuera completamente en vano- lucia frustrada y molesta, algo que la otra pudo entender.
-Cuando lo dices de esa forma, es aun más deprimente- le dio un ligero apretón antes de soltarlo y enderezarse para poder ver a su compañera una vez más. -Tienes razón, nada de esto se siente justo. Eran inocentes, nadie merecía lo que sucedió aquí, ni siquiera alguien como CatNap- retorció apenas sus dedos, pensativa. -¿Y si...cambiamos las cosas?- sonrió con cierta nerviosismo.
-No podemos reescribir la historia. Lo que sucedió, ya esta hecho y no hay vuelta atrás...- hizo un gesto, pensativa de repente. -...pero podemos darles una segunda oportunidad- se animo notablemente. -No podemos borrar todo lo que sucedió pero al menos, podemos darles otra oportunidad de vivir...lo mejor posible estando aquí- su sonrisa flaqueo y dudo, mirando de reojo los restos del perro. -¿Crees...que él estará bien con eso?- y ahora, se veía preocupada. -No podemos borrar 10 años de tortura de su mente, no tenemos tal poder-
-Solo podemos intentar...y esperar que sea lo suficientemente fuerte como para seguir adelante, quizás hasta lograr sanar de alguna manera- y aunque eso no sonaba como un seguro de nada, ambas asintieron, acercándose la una a la otra. Compartieron una última mirada de chasquear los dedos.
En lo más profundo de un laboratorio mayormente destruido, en una zona apartada, una pantalla se prendió y un mundo de caricaturas apareció, reconstruyéndose al parecer, aunque también haciéndose más grande y amplio. Y allí, en un casa de tonos naranjas y una alfombra con una gran huella en frente de la puerta, un perro de pelaje naranja y aroma a vainilla abre los ojos, su boca abierta en un grito medio ahogado mientras se siente de repente. Tarda unos segundos en darse cuenta de que esta vivo una vez más y su siguiente grito resuena por su pequeña casa.
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