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#9

Espero que les guste~

DogDay se movió para quedar de espaldas, sin molestarse por el pasto que lo pinchaba un poco en el proceso, satisfecho mientras estiraba sus extremidades hasta donde podía y dejaba escapar un suspiro contento al relajarse del todo. Retorcerse en el pasto mojado se sintió más que una simple necesidad o un recuerdo del pasado, se sintió como una chispa de algo que no tenía muy en claro pero no había sentido en mucho tiempo. Felicidad, comodidad, libertad. Había muchas posibilidades.

-...esto es lindo- el sol ya estaba en su punto más alto y él había logrado tirarse justo en el punto en donde los cálidos rayos lo golpeaban de lleno. Estaba un poco acalorado y sucio pero nada podía quitarle la satisfacción que se instalo en su pecho. Si su cola no estuviera medio aplastada entre su cuerpo y el suelo, estaría agitándose con animo.

-¿Te divertiste?- Kickin, quien se había mantenido sentado no muy lejos, se levanto al verlo detenerse y se acerco, mirándolo desde arriba, divertido. El pelaje de tonos castaños estaba despeinado y erizado, manchado de tierra y con algo de pasto, de seguro con muchos nudos encima debido a sus acciones pero sus ojos estaban claros, sin esa pesadez de momento que gano con los años, y su sonrisa era la más grande hasta el momento. Lo iba a tomar como una victoria.

-¡Muchísimo!- se removió solo para poder pararse de un salto y se sacudió como el perro que era, logrando esponjar aun mas su pelaje. -¡Había olvidado lo bien que se sentía esto! Fue genial~- sonríe y por un segundo, el pollo puede ver el reflejo del pasado, de un DogDay mucho más joven, antes de que las cosas se fueran por el caño. -Tenías razón, funciono mejor con la luz del sol...- se paso las manos por las orejas, haciendo una ligera mueca cuando algo del pasto enganchado en su pelaje logro caer. -...aunque voy a necesitar un baño después de esto-

-Un lavado intenso diría yo- bufo con burla ligera, sonriente, aunque notando un manchón rojo a la lejanía que se acercaba a ellos con cierto apuro. -Bobby viene hacia aquí- advirtió y el canino parpadeo con cierta confusión, como si se hubiera olvidado de los demás por unos minutos, y volteo en cuanto reacciono, un pequeña ola de ansiedad llegando a él de repente. No había pensado mucho en su futuro encuentro con los demás.

-¡DogDay!- Bobby parece iluminarse al verlo, llena de energía y cariño puro, corriendo con los brazos en alto con una sola intención.

-Hey- algo en su interior se estremece al verla pero en un buen sentido, con un repentino anhelo lo llena y lo impulsa a avanzar un par de pasos, abriendo los brazos justo a tiempo para recibirla. Se aferra. Es cálida y aunque tiene un ligero olor a té mezclado con galletas, el aroma a rosas es lo más llega a su nariz, aquel que esta impregnado en su pelaje y casi siente una necesidad de llorar de alivio. Los había extrañado tanto, a cada uno de ellos, y había llorado durante horas por esa melancólica añoranza que en ese momento sabía que no podría cumplirse, que tenerla entre sus brazos hace que un peso ligero se quite de sus hombros.

-Estoy tan feliz de verte- y ella lo rodea con sus brazos para darle un apretón lleno de amor, de esos que llegan a doler pero al perro no le importa.

-También estoy feliz de verte- le devuelve el apretón con la misma fuerza y entierra su sonrisa temblorosa entre el pelaje rojizo de la osa al escucharla reír alegremente.

-Kickin dijo que no te sentías bien ayer- se separa, tomando sus manos entre las suyas, mirándolo con preocupación. A ella ni siquiera parece molestarle que ahora que su pelaje rojo tuviera algo de pasto y tierra, más concentrado en él. -¿Te sientes mejor?-

-Si, mucho mejor- no tuvo problemas para decir, sincero. Incluso si no había dormido del todo bien y el cansancio acumulado por los años amenazaba con obligarlo a recostarse una vez más, estar fuera y en contacto con a naturaleza le dio algo de fuerzas. -Gracias por...todo- cada uno había dejado algo en la puerta de su casa, respetando su estado de animo bajo y manteniendo la distancia como accedieron, logrando hacerlo sentir acompañado incluso si no estaban ahí presentes.

-Lo que sea por un amigo- sonrió, una de sus orejas agitándose cuando algo vino a su mente. -¡Vamos!- mantiene el agarre en una de sus manos y empieza a caminar, el perro tropezando un poco por la sorpresa, sin tener más opción que seguirla. -Los demás estarán felices de verte-

-¡N-Necesito un baño antes!- la ansiedad vuelve a invadirlo y detesta esa sensación, incluso si no puede luchar contra eso. Son sus amigos, son su familia, y no cree que reaccionen mal al verlo, aun así, siente cierto temor.

-Esta bien, estas perfecto- la osa no se detiene, decidida, y DogDay miro de reojo al pollo, casi pidiendo auxilio o algo así porque sus habilidades sociales estaban un poco descompuestas, pero lo único que recibió como respuesta fue un bufido ligero. Kickin lucia divertido, algo burlón también, no ocultando del todo su risa tras su puño mientras trotaba para alcanzarlos y al perro no le quedo otra más que hacer un puchero ligero.

El perro no tarda mucho en ver a los demás, reunidos en un punto de medio de los caminos que llevan a la casa de cada uno, hablando al parecer.

-¡Hey!- Bobby grita, cortando su charla, y sonriendo cuando se voltean a verla. -¡Traje a alguien!- y el perro lucha contra las ganas de encogerse cuando los ojos se fijan en él, empujando la repentina necesidad buscar algún lugar para esconderse, y sonriendo con cierta torpeza, sintiéndose muy fuera de lugar.

-¡DogDay!- todos parecen iluminarse de solo verlo, corriendo para acercarse al mismo tiempo que la osa y el pollo dan unos pasos a los costados. Hoppy, siendo la más rápida entre ellos, es la primera en llegar y básicamente taclearlo, rodeándolo con sus brazos en un agarre tan fuerte que duele y lo alza, dando vueltas. A pesar del brusco trato y el dolor en su cuerpo, el perro se aferra a su amiga, el aroma mentolado inundando su nariz hasta el punto que le pica y quiere estornudar pero sonriendo con cariño.

-Es muy bueno verte vivo, amigo- le muestra una gran sonrisa en cuanto se digna a soltarlo y él tropieza un poco, abriendo la boca para contestar, pero pronto tiene dos amigos más allí, aplastándolo en un abrazo. Hay dos olores que se mezclan, jazmín y cítricos.

-¡Estás vivo!- Picky solloza, frotando su mejilla contra la suya, un gesto en el que el perro se apoya y disfruta, luchando un poco por corresponder el abrazo con sus propios bazos a pesar de estar medio apresado.

-¡Estaba tan preocupada por ti!- Crafty es un poco más dramática, llorando con alivio notable y apretándolo todo lo que puede.

-Ustedes lo van a matar si siguen así- Bubba se cruzo de brazos, casi autoritario, pero su cola se agita de manera ansiosa de alguna manera. -Venga, suéltenlo- el par duda, sollozando, pero después de unos segundos, lo sueltan a regañadientes, reclamando con ofensa cuando el elefante se aprovecha del espacio y avanza para rodear con sus brazos al perro. DogDay bufa con diversión ligera, aferrándose a su amigo y enterrando medio rostro en su hombro, permitiendo que el aroma a citronela inundara su sentido del olfato.

Ah, como los había extrañado.

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