Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

#4

Espero que les guste~

DogDay y Kickin solo se mueven para poder acomodarse, sintiéndose un poco más calmos después de su emoción inicial, recostándose sobre la alfombra que cubre parte del suelo y mirando el techo de manera distraída, el perro sonriendo apenas antes las estrellas que brillaban en la oscuridad que alguna vez había pegado allí. Ninguno de ellos lo piensa mucho mientras se agarran las manos, aferrándose de alguna manera, aun sintiendo una punzada de paranoia y temor de que todo desapareciera en cualquier momento.

Fueron el consuelo el uno del otro durante 5 años, la única compañía y apoyo que tuvieron, así que se siente un poco pegajosos entre ellos. No es que alguno fuera a quejarse.

-¿Cuando tiempo estuviste allí?- Kickin no puede resistir por mucho tiempo a curiosidad, fue algo que se quedo en su mente desde que salió de su propia casa para revisar al perro, su esperanza en su limite de solo imaginar que podía estar vivo. -Después de que yo...- hizo una mueca, frotándose el pecho con su mano libre. Podía recordar vagamente como murió, aunque el rostro deformado y sonriente del felino fue uno que quedo grabado en su mente.

-...seguí contando- habían estado encerrados, sin una ventana siquiera cerca para saber que momento del día era, pero habían estado contando los mejor que pudieron, sin querer perder del todo la noción del tiempo e hicieron lo que pudieron para contar su tiempo allí. -Pasaron 5 años, creo- se mueve para estar de costado. Tiene deseos de correr, usar las piernas que le habían arrebatado y saborear algo de libertad pero ese sentimiento se ve opacado por el profundo cansancio que no parece que fuera a irse pronto, teniendo muchas ganas de dormir por algunas horas.

-Estuviste encerrado 10 años- hace una mueca, horrorizado con aquel detalle, sin poder imaginar que más la podría haber pasado a su amigo. Lo mira, preocupado, como si quisiera preguntar más pero se abstiene de momento, notando la decaída expresión del canino. El DogDay del pasado había sido siempre sonriente y positivo, con una energía que casi podía rivalizar a la de Hoppy, pero en ese momento, con todo lo que había sucedido, se veía cansado y desganado, capaz de quedarse allí acostado por quien sabe cuando tiempo. -Lo siento, debí...debí haber peleado o...- y se siente frustrado, decepcionado consigo mismo. Dejo a su amigo solo, se siente pésimo esa sensación de haberlo abandonado, incluso si no tuvo mucha opción.

-Nha, no es tu culpa- le da un ligera apretón a sus manos unidas y le muestra una pequeña sonrisa, sincero. -Él...te habría matado de cualquier manera- y esa es una verdad que pesa en ambos, un peso que no parece que vaya a abandonarlos muy pronto. -¿Por qué estamos vivos?- esa es la pregunta principal, aquella que viene con muchas dudas y pocas respuestas.

-Ni idea- negó. Se había despertado en su nido, confundido y sorprendido, corriendo apenas reacciono, queriendo ver si el perro también estaba vivo. -Quizás el plan loco de ese experimento raro se fue por el retrete...- esperaba que ese "prototipo" estuviera ardiendo en las llamas del infierno o algo así de malo. -...y alguien se apiado de nuestras almas...supongo- no lo tenía muy en claro y tampoco parecía muy interesado en buscar respuestas a eso.

-Piedad habría sido dejarnos descansar- eso fue una prueba de lo marcado que estaba DogDay con sus años de tortura. Eso fue un comentario deprimente, pesimista, poco característico en él y es como un golpe en el rostro. Kickin hace una mueca de dolor, apenas evitando apretar los puños para no lastimar al otro, sabiendo de alguna manera que esos años de soledad habían sido muy malos.

-¿No te alegras de verme?- lo pregunta en tono juguetón, esperando poder animarlo y sacarlo un poco de ese cansancio que parece arrastrarlo. -Eso duele amigo- se llevo la mano libre al pecho en señal de dolor y el perro parpadea, confundido por unos segundos.

-Eres un tonto- bufo sin poder evitarlo y algo de brillo vuelve a sus ojos, diversión mezclado con cariño, algo que el pollo toma como una victoria. -Supongo que estar vivo tiene sus ventajas...- aprieta la mano que sostiene y el otro le devuelve el apretón. -...incluso si volvimos aquí-

-¡Así se habla!- Kickin decide, en ese mismo instante, que han estado tirados en el suelo el tiempo suficiente. Además, incluso con la alfombra algo acolchada, deja de ser cómodo en algún punto. -Trabajaremos en tu positivismo, mi amigo- se mueve para levantarse y aprovechándose de su agarre, obliga al perro a hacer lo mismo, rápido en sujetarlo al verlo tambalearse. -¿Estás bien?- lo miro con preocupación, sosteniendo la mayor parte del peso ajeno, notando como las piernas del perro tiemblan.

-Creo...que olvide como usarlas- suelta una risa ansiosa y nerviosa, su cola agitándose. Incluso si se siente torpe, hay una emoción en poder moverse libremente una vez más que le da fuerzas para esforzarse. El pollo decide no comentar sobre eso, archivándolo en sus preocupaciones para más tarde, centrado en ayudarlo.

-Bueno, tendrás que aprender rápido, así podemos volver a jugar- dan pasos de bebé hasta la cama, el perro dejándose caer con un suspiro, contento incluso si sus piernas se sienten un poco entumecidas ahora. -Hasta aceptare lanzarte la pelota tantas veces como quieras en cuanto te sientas listo para correr-

-Eso suena genial- su cola se agita con ligera emoción de solo pensarlo. Por causalidad, mira hacia la ventana para admirar el exterior que tanto anhela recorrer, sintiendo un ligero cariño por los colores brillantes y hermosos que siempre tuvo su pequeño mundo pero todo eso se convierte en horror cuando logra verlo, abriendo los ojos, sintiendo un subidón de pánico que lo obliga a moverse. Grita, saltando de su cama y cayendo al suelo una vez más, la adrenalina repentina siendo suficiente como para obligarlo a usar sus piernas temblorosas pero apoyándose mayormente en sus manos, más acostumbrado a eso.

-¡DogDay!- Kickin esta preocupado al verlo arrastrarse con suficiente miedo como para tropezar con sus propias extremidades, sintiéndose dolido por ese sonido triste y lleno de angustia que parece emanar del pecho ajeno, uno que escucho muchas veces en el pasado. El perro se mueve hasta poder ocultarse bajo su cama, acurrucado como su hubiera una tormenta fuerte y llena de sonidos retumbantes afuera, usando sus manos para mover sus orejas y taparse los ojos, casi luciendo como si quisiera hacerse invisible. El pollo hizo una mueca y dudo un segundo antes de acercarse, agachándose para verlo lo mejor posible. -Hey- lo único que consigo son más sonidos de ese llanto animal que estruja un poco más su corazón y frunce el ceño con confusión, enderezándose para mirar por la ventana, encontrando la respuesta con horrible facilidad. -¿Él también?- afuera, puede ver a CatNap con todos los demás. Parece estar hablando, un detalle que lo toma por sorpresa, con la cola y las orejas bajas, mientras el resto lo mira con desconfianza. Le gustaría poder escucharlo, para saber exactamente lo que esta sucediendo, pero solo puede verlo, confundido al ver como Bobby avanza con confianza y sonriente, extendiendo su mano hacia el gato que la mira con asombro en esos momentos. Frunce el ceño cuando la osa y el gato se abrazan, sin entender el repentino gesto. -Bobby esta loca- se sobresalta ante el nuevo llanto que viene de abajo de la cama y se inclina para ver al perro, preocupado. -¿Quieres salir?-

-No puedo...no puedo...- se acurruca un poco más, tembloroso, lleno de puro terror. -...tengo miedo...mucho miedo- el pollo tararea para si mismo. Cree que sacarlo y hacerlo ver a los demás seria demasiado, algo que ni siquiera va a intentar.

-¿Qué te parece si hacemos algo mejor?- se mantiene tranquilo y animado, decidido a ser el fuerte entre ambos. DogDay parece haber pasado por el infierno, ida y vuelta, con más cicatrices que nunca y muchas de ellas con una historia que él no conoce. -Lograre de convencer a los demás para que se vayan...- el perro mueve apenas una de sus orejas, lo suficiente como para ver a su amigo, quien le sonríe apenas lo nota. -...y volveré para que nos quedemos aquí hoy, ¿si? Traeré bocadillos, algunos juegos de mesa...-

-¿Nido de mantas?- la voz de DogDay es pequeña y esperanzada, apenas audible, pero el pollo se anima apenas puede entenderlo.

-¡Totalmente!- no duda en decir. -Traeré todo lo suave y blando de mi casa, estoy seguro de que hasta puedo recordar como hacer un nido super radical- y el perro bufa, ligero, su temblor calmándose un poco.

-Kickin...- llamo al ver al pollo moverse y este se detuvo, agachado una vez más para mirarlo con curiosidad, atento. -...¿Puedes...encontrar una manera de bloquear la puerta?- se siente avergonzado de solo pedirlo. Ninguna de las puertas allí tenía llave, nunca lo vieron necesario pero ahora, se sentía desprotegido y vulnerable darse cuenta de eso, de que su puerta estaba abierta a cualquiera. 

-Yo me encargo- chasquea las plumas que tiene por dedos y DogDay le muestra una pequeña sonrisa, agradecido, acomodándose en su lugar en una clara señal de que lo esperara allí. El pollo se endereza y se encamina hacia la puerta, luciendo como alguien con una misión, deteniéndose solo por un segundo para armarse de valor antes de salir.

Los demás se están acercando.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro