#21
Espero que les guste~
Nota: Pensé que DogDay merecía recuperar ciertos lazos de amistad ^_^
Nota-2: Aun estoy trabajando en los siguientes capítulos, espero poder terminarlos pronto :3
Crafty se aseguro de hacerse un tiempo para poder pasarlo con sus amigos, sabiendo que no podía juntar realmente a DogDay con CatNap y tomándose un tiempo para pasarlo con cada uno por separado, poco dispuesto a que alguno se sintiera apartado o creyera que tenía favoritismo con el otro.
Mientras tanto, DogDay no se había dado cuenta de cuando realmente anhelaba la compañía de alguien que no compartiera el peso del trauma hasta que paso tiempo con Crafty. Ella era inocente y alegre, brillante y dulce, sin el peso completo que vendría con un trauma por su forma de morir porque realmente no lo recordaba, siendo capaz de ver todos los tonos coloridos que la rodeaban pero siendo capaz de traer mucho a su vida, lleno de pinturas diferentes y manualidades de todo tipo.
-¡Te dibuje!- ella luce orgullosa de mostrarle lo que acaba de terminar y él no puede evitar sonreír con cariño, viéndose a si mismo en el dibujo, de un tono brillante de naranja y con pasto verde bajo sus pies, además del sol en lo alto y sosteniendo en alto lo que estaba seguro era una pelota. -¿Qué te parece?- lo miro con ojos brillantes
-Me gusta~- le gustaba especialmente la sonrisa que ella había dibujado, amplia y llena de felicidad. -¿Qué te parece el mío?- él aun creía que sus propios dibujos eran bastante torpes y algo deformes pero aun así, ella se ilumino, encantada.
-¡Lo amo!- no dudo en colgarlo en esa pared que guardaba especialmente para los dibujos que sus amigos le hacían, satisfecha, y DogDay sonrío, sintiendo que su cola se agitaba de manera inconsciente, contento.
Es muy bueno tener una compañía tan brillante.
Salir de su casa lo dejaba con una sensación cálida en el pecho y una suave sonrisa en el rostro, sin mencionar que parte de su pelaje estaba manchado pero realmente no le importaba. Estaba contento con poder pasar el tiempo con una de sus amigas después de tanto tiempo, sintiendo como si una pequeña parte que había estado vacía durante mucho tiempo se llenaba un poco.
-Es un buen día~- camino, contento con la ligera brisa que soplaba y la calidez del sol que aun estaba presente. Había pasado un tiempo desde que había vuelto y en comparación, se sentía mucho mejor, no exactamente recuperado por completo porque estaba seguro de que eso no sería posible en un corto plazo pero si un poco más firme sobre sus pies.
-¡DogDay!- se sobresalto un poco ante el llamado, tenso por un segundo, solo para relajarse al ver a Piggy no muy lejos y luciendo muy animada, con una bolsa llena de compras colgando de su hombro.
-Hey- tampoco había interactuado mucho con ella desde que revivieron pero fue por él, se había alejado. Aunque aun así, ella se veía muy feliz de verlo, acercándose con paso saltarín y lleno de emoción notable. -¿Planear hornear hoy?- si no lo recordaba mal, ella siempre estaba contenta cuando se trataba de comer pero cuando se trataba de hornear, siempre había una emoción realmente grande en ella.
-¡Hare galletas, muchas galletas!- abrazo su bolsa llena contra su pecho, riendo y relamiéndose de solo pensar en sus productos horneados. Aunque pareció congelarse por unos segundos, pensativa, mirándolo tan fijamente que el perro no pudo evitar removerse con ansiedad y nerviosismo, sintiendo apenas, sin saber que estaba pasando por la mente ajena. -Hornea conmigo- ahora sus ojos brillante una vez más, mientras el canino ladea la cabeza y parpadea. -Deje muchos de tus bocadillos favoritos en la puerta de tu casa...- él asiente, porque es la verdad. Todos, a pesar de la distancia que él mismo causo, se habían asegurado de dejar algo en la puerta de su casa. Como una especie de recordatorio de que no se habían olvidado de todo de él. -...pero no hemos pasado mucho tiempo juntos- frunce apenas el ceño. -Kickin te acaparo todo este tiempo-
-Puedes decirlo de esa manera- bufo, divertido, porque se sentía como todo lo contrario. DogDay había estado acaparando a Kickin, aunque este realmente no se quejo, poco dispuesto a apartarse y ahora que lo pensaba un poco mejor, era de las pocas ocasiones que estaban separados. Se sentía algo raro pero esperaba que el pollo se estuviera divirtiendo de jugar con Hoppy. -No he tocado la cocina en años pero soy bueno en seguir instrucciones- hace un gesto y ella chilla, antes de arrastrarlo hasta su casa, dispuesta a ocupar todo su tiempo al parecer.
Y Piggy es otro soplo de aire fresco, lleno de aromas deliciosos de diferentes comidas, de cierta manera. Es un poco brusca y ruidosa, desordenada y vengativa pero de la mejor manera posible, algo que en realidad había extrañado enormemente de ella. Sale de su casa con algo de crema batida en su pelaje, porque ella adoraba eso por alguna razón y en especial si era para manchar a alguno de sus amigos, con la promesa de volver a hacer algo así tan pronto como pudieran.
-¡Ah!- y un día cualquiera, tiene que reaccionar por puro reflejo, pudiendo la pelota que había sido lanzada en su dirección. -Oh~- se animo un poco ante la vista de la pelota roja que no había visto en años, era la que todo usaban para jugar con él a las trepadas, aun tiene hasta marcas de sus dientes y todo. Siente que mueve su cola, sintiendo cariño por ese objeto y los buenos recuerdos que trae consigo.
-¿Quieres jugar, perrito?- Hoppy se acerca, con una gran sonrisa pero hay un ligero toque de nerviosismo en su postura a pesar de toda su confianza y diversión. -Seré amable contigo...- duda, entrelazando sus manos frente suyo, repentinamente tímida y un poco ansiosa, como si temiera ser rechazada. -...si quieres jugar conmigo, por supuesto-
-Estoy un poco fuera de forma...- no ha jugado mucho desde que volvió. Si videojuegos o juegos de mesa pero nada físico realmente, excepto cuando se revolcaba en el pasto. -...pero me encantaría- acepto, deseando poder pasar un buen momento con la coneja y que el cansancio de los juegos lo ayudara a dormir profundo. Eso es suficiente para que ella se ilumine y él sonríe con cariño al verla.
Hoppy esta llena de efusividad y energía que siente que a él le faltan pero que de alguna manera, cuando toma sus manos y lo arrastra hacia algún juego o algo así, le contagia. Pasaron años desde que había jugado tanto hasta perder el aliento pero cuando cae al piso, agitado, y la escucha reír a su lado, se siente feliz.
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