Espero que les guste~

-¡Muy bien!- Bobby aplaudió para llamar la atención, sonriendo, luciendo orgullos y contenta de tenerlos allí, incluso si aun faltaba alguien en particular. -Ahora que DogDay se siente mejor...- el perro se encogió un poco en su lugar, ansioso, moviéndose apenas para quedar al lado del Kickin. Un gesto que ella noto y decidió archivar en su mente para analizar más tarde. -...y estamos todos juntos, creo que es hora de hacer una pequeña fiesta- y eso parece suficiente como para animar a algunos.

-Con mucha comida~- los ojos de Picky brillan, al mismo tiempo que se relame los labios y el elefante la mira de reojo, creyendo que es muy temprano aun para tener tanta hambre.

-Y decoraciones bonitas~- Crafty se ilumina, de seguro dispuesta a hacer las decoraciones por si misma, adorando todo lo que tenga que ver con el arte.

-¡Y una piñata con muchos dulces!- Hoppy hace un gesto de emoción pura, pensando más en golpear aquella pobre piñata y robarse todo el contenido, como lo había hecho muchas veces en el pasado.

-Podría organizar algunos juegos- Bubba tarareo para si mismo, pensativo, como si intentara crear un nuevo juego de la nada o ver como podía unir varios en uno.

-¿Qué dices, jefe?- miran al perro en espera de alguna especie de apoyo o quizás que él tomara el liderazgo de organización como había hecho muchas veces antes pero DogDay se siente repentinamente pequeño, casi intimidado por las miradas fijas, su cola moviéndose con cierta ansiedad.

-Yo...no lo sé- se mueve para esconderse tras su amigo, encogiéndose en un intento de hacerse más pequeño y cerrando los ojos de momento, concentrándose en el aroma floral y tranquilizador que el pollo tiene impregnado. No lo sabe y no lo ve pero las expresiones de los demás se derriten en algo más triste, mezclado con confusión y un ligero toque de dolor.

-¡Hagamos esta fiesta!- Kickin decidió tomar la delantera por primera vez en su existencia, llamando la atención, todos los demás luciendo confundidos y curiosos. -Picky, te puedes encargar de la comida- ella se ilumino, encantada. -Bobby, encárgate de las bebidas...- dudo. -...y de que ella no se coma todo lo que cocine- hizo un gesto hacia la cerda y la osa no dudo en asentir, aunque había ciertas dudas en su mente. -Crafty se puede encargar de la decoración...- ella aplaude, contenta con eso. -Hoppy y Bubba, piñatas y juegos- ambos asiente, incluso si están algo sorprendidos de que el pollo pareciera hacer el papel de líder por unos segundos. -¡Genial!- sonrío, moviendo su mano hacia atrás, sin sorprenderse cuando el perro se aferro al gesto. Estaba temblando, eso no era bueno. -DogDay se tiene que dar una ducha y debo ayudarlo a ordenar el desastre que dejamos anoche pero nos encontraremos en casa de Bobby en unas horas, ¿si?-

-¡Si!- y sin más, cada quien se fue por su camino, dispuestos a cumplir su parte pero el canino parecía desanimado.

-¿Estás bien?- el pollo lo miro con preocupación. Incluso si ya no estaban tomados de las manos, podía ver al otro temblar ligeramente, y eso no era buena señal en su opinión.

-Ellos...estaban buscando que yo liderara y...organizara todo...pero no pude...- paso sus manos por su cabeza y termino tirando apenas de sus orejas, usándolas para ocultar un poco su rostro. Se sentía avergonzado y apenado, como si hubiera hecho algo malo. -...no pude...- hizo una mueca, encogiéndose apenas. -...soy un desastre- lo dice casi con derrota.

-Amigo, reviviste después de una experiencia horrible y apenas es tu segundo día, se un poco más amable contigo mismo- golpeo su hombro con el del perro, haciéndolo tropezar un poco. -No creo ser el mejor en esto, fui un desastre la última vez que intente robarte el puesto...- hizo una mueca, recordando y por un segundo, había una sonrisa temblorosa en el rostro del canino, quien también estaba recordando aquello. -...pero hare lo mejor que pueda para mantener las cosas tranquilas mientras tanto-

-Te envidio un poco, ¿sabes?- confeso en un susurro, abriendo la puerta de su casa para entrar, sabiendo que el pollo lo seguía de cerca. -Puedes actuar normal, seguir siendo el mismo sujeto genial y mantener la compostura con tanta facilidad...- abrió la puerta de su baño, escuchando que la principal se cerraba, y tarareo para si mismo, mirando el interior, una pregunta viniendo a ah mente ¿Cuándo fue la última vez que logro bañarse? No lo recuerda. -...mientras tanto, yo apenas puedo existir ahora. Me siento como un desastre, como algo roto....- se da vuelta por un segundo, queriendo mirar a su amigo, solo para recibir de lleno una toalla directo al rostro que interrumpe sus palabras. -¡Hey!- se la quito, frunciendo apenas el ceño.

-Nadie habla así de mi amigo, ni siquiera tu- Kickin frunció el ceño y se cruzo de brazos, casi luciendo ofendido por unos segundos pero termino por suspirar, aflojando su postura. -Te tenía a ti, ¿recuerdas?- se acerco unos pasos, con expresión triste y seria al mismo tiempo. -Me obligaste a levantarme todos los días, alimentaste mi esperanza a fuerzas. Rayos, estoy seguro que tu me mantuviste cuerdo- hizo un gesto, extendiendo las manos para quitarle al perro el collar, este parpadeando y mirando su medallón en las manos del pollo. -Fue una situación horrible y todo lo que sucedió fue una porquería, para decirlo de forma suave...- bajo la vista por un segundo, casi admirando el medallón, acariciando apenas el contorno en forma de sol. Recuerda que DogDay lo había usado en su época de encierro, acercándose todo lo posible y frotando el centro para que algo de calidez llegará a ambos, como una especie de luz de esperanza a la que se aferraron tan fuerte como pudieron. -...pero tu estabas ahí, conmigo, lo hizo un poco mejor- lo miro una vez, con una pequeña sonrisa.

-...hice lo que pude- retuerce la toalla entre sus manos, avergonzado.

-Lo sé...- tarareo y el perro se movió para adentrarse un poco más en el baño, colocando el tapón en su bañera para girar las llaves y llenarla de agua tibia. -...pero eso no quita que me hayan matado y te quedaras solo- el canino aprieta los labios con cierta aprensión, dejando su toalla colgada en el gancho más cercano. -No sé lo que sucedió y si alguna vez quieres hablarlo, estoy dispuesto a escuchar...- se movió para sentarse sobre la tapa del inodoro, DogDay bufando entre dientes con cierta diversión al notar que no se quedaría solo pero agradeciendo el gesto con todo su corazón. La soledad le causaba incomodidad de cierta manera. -...pero sea lo que sea que hayas pasado, de seguro fue horrible y eso te deja una marca, algo que no puedes ignorar así nada más-

-¿Sentirme roto es normal entonces?- enarco una ceja, metiéndose dentro de la bañera ahora llena después de cerrar las llaves, dejando escapar un ligero suspiro contento. Fue una sensación buena estar rodeado de agua tibia, que relajo por completo su cuerpo, permitiéndose cerrar los ojos por unos segundos mientras pasaba sus manos mojadas por su cabeza y orejas. 

-En tu caso, seguro- se encogió de hombros, el perro agarrando su shampoo para poner un poco entre sus manos y frotarlo tanto en su cabeza como en sus orejas, el fuerte olor a vainilla pronto llenando el pequeño cuarto, un aroma dulce que traía una cierta paz en ambos.

-Los demás van a querer a su líder de vuelta- crea espuma que cae y flota en el agua que lo rodea.

-Eso no importa- no dudo en decir, seguro y firme. -Los demás van a tener que entender que no todo puede ser igual que antes...- aunque no tenía muy en claro cuanto podría costar eso. -...y quizás sea buena idea hablar con ellos en algún punto, aunque eso depende de ti- cree que podrían llegar a entenderlo si DogDay estuviera dispuesto a hablar, no contar todo lo que le sucedió, pero al menos, decirles que no puede actuar como antes.

-Supongo- se sumergido en el agua para quitar la espuma y pasto, pasando sus manos por su pelaje. Hay algo en su mente, algo que resuena desde el momento en el que empezaron a hablar de una fiesta y duda un segundo antes de decidirse. -¿Crees...que lo inviten a él también?- tiembla, sintiendo un escalofrió recorrer su espalda y sin poder siquiera decir su nombre de momento pero el pollo lo entendió. Hablaba de CatNap, quien no se había mostrado en su pequeña reunión para su alivio, no tenía muy en claro como podría reaccionar de verlo más cerca.

-Conociendo a Bobby. ..- conocida por ser amorosa, sin gustarle dejar a nadie apartado, sin importar nada. -...lo más seguro es que si- y el perro se estremece con miedo puro, abrazándose a si mismo en busca de consuelo, luchando por empujar recuerdos que amenazan con resurgir y hundirlo en pánico mezclado con horror. Kickin lo miro, preocupado, aun trazando los bordes del medallón en firma de sol de su amigo. -Puedo golpearlo si quieres- su comentario parece ser suficiente para sacarlo de su pequeño trance, los grandes ojos nublados con algo de miedo se alzaron para mirarlo.

-¿Tu solución...es la violencia?- su voz de rompe en su esfuerzo por hablar, sin poder dejar de temblar pero sintiendo que algo en si se afloja ante eso. Sabe que Kickin esta depuesto a hacerlo y aunque hay una parte de si que teme por eso, esa parte desesperada que solo pudo ver a su amigo siendo arrastrado lejos de él para no volver, hay otra parte que aprecia el sentimiento y lo hace sentir protegido.

-Siempre puede funcionar, ¿no?- sonrió, casi orgulloso, y DogDay bufa lo mejor que puede, dejando caer algunas lágrimas que apenas se notan por su pelaje húmedo. Hay un manojo de sentimiento en él que se retuercen y es difícil como interpretarlos pero de momento, solo puede dejar que las lagrimas caigan. -En todo caso, puedes decirme cuando quieras irte y si aun quieres que lo golpee en algún punto, solo debes hacerme una seña- parecía tan dispuesto, decidió mientras agitaba su puño en un gesto tan claro que el perro solo pudo verlo y bufar con diversión ligera, relajándose en su lugar, aliviado de tener a un amigo de su lado.

Solo podía esperar que la fiesta no fuera una mala idea.