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Capítulo 3

Charles

—Iré con Brady—grito desde el vestíbulo y voy rumbo a la entrada de la casa, tomando la chaqueta en el proceso —¿Cas escuchaste? —insisto —empezaré a buscar a Des, lo prometo.

—Lo mismo dijiste hace un mes.

Sonrió al ver que ya empieza a hablarme, desde lo sucedido esa noche con mi hijo, hemos estado peleados, ella no me habla y yo no puedo perdonarle que quisiera matar a nuestro hijo. No obstante, soy yo quien termino cediendo, porque odio el silencio en mi hogar.

—Ahora es diferente tengo un trabajo decente, pagarán bien y necesito personal para nuestro plan. —no espero respuesta y cierro la puerta tras de mí.

Encuentro la prensa en la entrada de la casa y me inclino a tomarla, una nueva nota de los Doyle figura en primera plana, esta vez no es una propaganda sobre sus nuevas sedes. Se trata del matrimonio a efectuarse el día de hoy entre el heredero de la familia, el que mencionan como "Él custodio del castillo", con una mujer de la alta sociedad de Edimburgo, Lady Mackay.

—Estos sí que saben escoger sus esposas —murmuro entrando en mi vieja camioneta.

Vendí todo lo que podía venderse, bar, las chicas, zona de trabajo, apartamento y hasta la Harley mi mayor tesoro. Con ello no sólo logré que mi hijo entrará a tiramiento, también pude comprar una casa a las afueras de la ciudad. Mucho verde, árboles y enorme jardín, estaba descuidado, pero de apoco Cas y yo le estamos dando calor de hogar.

El doctor nos dijo que nuestro hijo necesitaba un ambiente sano, saludable y respirar aire puro. La casa era el mejor lugar, el hogar estaba dispuesto a recuperarlo y, de hecho, hemos logrado un gran avance. Ya en la autopista enciendo la radio al azar y el dial sintoniza las noticias. El locutor narra que encontraron los huesos de un adolescente en una casa abandonada.

—Varón 18 años según los documentos encontrados, viste un jean negro y una Jersey del mismo color. —le escucho decir —Spike Roosevelt, es el nombre que figura en su permiso de conducir. Si alguien conoce o sabe algo de algún familiar favor contactarse con....

Presiono el dial en búsqueda de música y me pregunto ¿Quién encontró a Spike? Han pasado muchos años desde ese día sonrió y en la radio suena un rap al encontrar lo que quiero y regreso la vista a la solitaria carretera.

—Spike, yo que pensé que nuestro escondite no sería hallado nunca —murmuro y veo a lo lejos mi antigua moto.

Lo solitaria vía y la hora, nos permitirá tener una conversación sin problemas. Esta apoyado en el sillón de la moto, sostiene en una de sus manos un cigarro al que le da una calada soltando en el aire el humo de éste. Brady tiene 33 años y todos los delitos que una persona puede cometer, son de esas pocas personas que me alegra sea mi amiga, porque tenerlo de enemigo es un peligro.

—Pude llegar a tu casa —comenta tirando El cigarro y pisándolo con el talón —¿Cas sigue enojada conmigo?

—Será mejor si no le llamas o te acercas, sabes cómo es de rencorosa —le recuerdo y en respuesta sonríe —además que no es feliz por estar lejos de todos.

A las cinco de la mañana y siendo una vía al que solo conduce a tres ranchos, la carretera luce solitaria. La neblina empieza a dispersarse con los primeros rayos del sol. Es un hermoso lugar para vivir, calmado y lejos de molestos vecinos, de tenerlos el día de nuestra discusión hubieran llamado a la policía. Cas y yo no hubiéramos podido solucionar las cosas, yo sería llevado a la estación uno o dos días y ella no tendría quien le llevara de comer y estaba mi hijo él no podía estar lejos de sus padres.

—Le costará adaptarse ser una mujer de hogar y esas cosas, lo que Cas suele ser. Si fuera Des, lo creería de ella... —guarda silencio mirando en dirección a donde me ha visto venir y luego a mí. —¿Estás preparado para ser un padre soltero? Te dejará en cualquier momento.

—Ella no se irá, estoy haciendo mi mayor esfuerzo para que sea feliz —digo y sonríe divertido —he dejado a todas las mujeres, colgué las armas... Lo que siempre me ha criticado, estoy dispuesto a aceptar a Des y a su novio.

Si se sorprendió por esa confesión no lo demostró, aunque me reclama que nunca me ha interesado Des ¿Por qué el cambio ahora? Continúa con demasiadas preguntas, que intento responder con la mejor disposición. No me conviene tenerlo de enemigo, Brady suele ser vengativo con ellos.

—¿Quieres que busque a Des? —pregunta —¿Por qué? —sus cejas rubias se juntan con molestia y niego divertido.

—Cas está preocupada por ella, no suele perderse por tanto tiempo. Entraré a trabajar en unos días, no podré estar con ella en algunos momentos y la compañía le caerá bien —termino de decir y procesa lo que le acabo de decir.

—¿Encontraste trabajo con los Doyle?

—Cómo chófer —respondo —por el momento.

—¿Te casaras con él o qué? —habla de buen humor tomado la llave de su motocicleta —cuando sepa algo de Des, te lo haré saber saludos a Cas.

Inclino la cabeza un poco y lo veo girar e instalarse en la moto. La nostalgia de todo lo que perdí, está en esa moto, el bar, las chicas. En estos días he comprendido lo efímero que suele ser el dinero y las amistades. Alejando mis pensamientos giro y entro a mi auto, para volver a casa.

—¿Charles? —alzó la vista y encuentro que está a pocos pasos de mi auto en sentido contrario a mi auto — Tienes una vida normal, por primera vez ¡Disfrútala! No sé qué buscas con los Doyle.... Pero ten cuidado.

No sé a qué se refiere, tampoco me quedó a preguntarle, porque empezaran los interrogatorios, luego querrá unirse a mi negocio. Trabajar como chófer de Gerald Doyle era solo el comienzo, tendría que ganarme su confianza. En algún momento podría acercarme y tendría acceso a casi cualquier cosa.

—¿Cuál es la mejor manera de ganarme esa confianza? —cuestiono en voz alta y me respondo rápidamente —un asalto y yo sería el héroe. —¡Perfecto!

Regreso por el mismo camino y llego a casa en quince minutos. Cruzo el enmallado, el ante jardín y veo varias piezas de harinero dispersadas por todo el lugar. Cas no sabe trabajar la tierra sin hacer desastres, pienso tomando las cosas y dejándola en el garaje.

—¿Cas? —la llamo, pero no hay respuesta.

Normalmente estaría tranquilo, pensaría que se fue a la huerta por vegetales o que está en su caminata de las mañanas. La conversación con Brady ha dejado en mi interior un poco de duda, por lo que avanzo rápidamente a la habitación. Una vez cruzó el umbral de esta, la veo de medio lado sonriendo con una de las manos de mi hijo en ellas.

—Tenías razón Charlie, mira como sonríe —observo al motivo de mi cambio de personalidad y veo con sorpresa que sonríe y moviendo su mano libre en mi dirección.

—Brady buscará a Des—digo acercándome a ellos y acostándome detrás de Cas. —estás un poco pálida ¿Seguro estás bien? —asiente tomando mis manos.

—Tengo al mejor hombre y a mi hijo... Jamás me he sentido tan feliz —me responde.

Su respuesta me hace sentir que estoy haciendo las cosas bien, espero a que se queden dormidos y una vez lo hace me levanto con cuidado a arreglar el jardín. Cuando ella despierte, verá que la casa es cada vez un hogar, más habitable que nunca.

Belliz

La boda se dio pese a que en un inicio creí que no se realizaría, Gabriela tuvo una indiscreción cuando la novia se estaba arreglando. Diciéndole que su futuro esposo, se había acostado con una ex, justo un día antes. La chica se comportaba extraño y no entendía porque le hizo esto a su hermano.

Agotada con las piernas que temblaban me alejé de la pista de baile, Gabriela y yo éramos las pocas mujeres jóvenes de la fiesta de bodas y en ella había muchos chicos. Era el sueño Bruna hecho realidad, de haber venido conmigo, no dudo que se hubiera liado a uno o dos de mi familia.

Esta vez era yo quien le huía a Gerald, el ambiente festivo se prestaba para eso. No quise explicaciones, no quería hablar del pasado mi idea era enterrarlo y yo quería guardar en lo más profundo de mi mente mi mayor vergüenza. Me alejo todo lo que puedo del ruido y llego hasta un punto que conocí la primera vez que llegué al castillo.

Era un pequeño lago, se dice que fue mandado a construir por quien realizó ese lugar, en medio se cruzaba un puente que comunicaba el castillo con un espeso bosque. Apoyo un pie en el puente de piedra y luego otro, podría escuchar incluso las voces infantiles mías y de Gerald riéndonos porque sus hermanos no nos habían encontrado.

Siento la presencia detrás de mí y mis dedos se incrustan en las rocas del puente en el que estoy asida. Mi corazón empieza a latir nuevamente y otra vez la sensación de caída libre está en cada parte de mi piel.

—Mamá nos vio besarnos ese día —empieza a decir y giro para alejarme de él —no te vayas —ruega al ver que estoy por pasar por su lado —por favor, solo escúchame. —toma mi uno de Mis brazos y su voz ronca es casi un susurro.

Mi cuerpo se tensa al sentir su contacto, siento que de la palma de su mano despide un fuego intenso que quema esa parte de mi piel. Su agarre es firme, pero no llega a dañarme, es su rose y cercanía que me ha en daño. No quiero escucharle, porque es darme esperanzas, he entendido que lo nuestro no tiene oportunidad. Somos primos, hijos de dos hermanos de padre y madre, el tío Gino jamás lo permitirán.

—Me dijo que no podía hacerle esto a mis tíos, ellos confiaban en mí, que tú sólo eras una calentura momentánea, además familia —su dedo pulgar acaricia mi piel haciendo círculos en mi brazo.

Me suelta al notar que me he relajado y toma mis manos para caminar por el puente. Me hace detener en mitad de este, la ausencia de luna de debe al cielo nublado por lo que el pequeño estanque y su puente que suele tener un toque romántico, luce fantasmagóricos. Aquellos que nos ven a lo lejos, solo podrán ver mi vestido azul celeste o el blanco de la camisa de Gerald.

—Aun así, quise continuar, yo estaba seguro que aquello que sentía por ti, no lo había tenido por nadie. —siento mi corazón detenerse.

Sus manos toman las mías y las alejo, hago lo mismo con mi cuerpo porque su presencia me asfixia de una manera irreal y miles de mantras lograrán calmar mi corazón en ese instante. Lo escucho en silencio, controlando los impulsos de no salir corriendo y mirando asustada en todas las direcciones. Si mis hermanos me ven, me acusaran y descubro que no quiero defraudar a mis padres.

La tía Megan no fue la única que nos vio ese día, mis hermanos y los suyos también, no lo supo inicialmente, fue al regresar para mi cumpleaños. La vergüenza se multiplica cada vez más al escuchar cómo fue señalado como abusador. Me recuerda que yo tenía 17 y él era mayor de edad.

—La cercanía en tu cumpleaños les hizo recordarme lo que vieron —insiste y por cada paso que el da yo retrocedo dos.

Ello no explica porque me trato de esa manera, que mi mayor humillación la recibiera de la persona que creí me correspondía en sentimientos hacia más difícil de superar esa noche.

—Lo siento bella, —dice y elimina el poco espacio que nos divide —me odié por humillarte jamás me sentí como un miserable hasta ese día y desde entonces no tengo paz.

Pasa ambas manos por mi cintura y yo no puedo siquiera tocarle sin que me desborone. Apoya su rostro en mi frente, sin dejar de pedir perdón. Su aroma ya no tiene ese toque cítrico de antes, el indiscutible aroma a Dior Sauvage en él tiene ese toque hipnótico que me impide alejarme de él. Gerald Doyle, ya no me perseguirá en mi mente su rostro, ya tenía un olor indiscutiblemente varonil, con un toque salvaje o era mis hormonas.

—Intenté olvidarte y creí que lo había logrado, hasta que supe de tu novio, tomé hasta quedar en la inconsciencia. —aún sigue su frente apoyada en la mía.

Saca algo de su bolsillo y al ponerlo en mi campo de visión me encuentro con un anillo de compromiso. Lo compró junto con el oso y el juego de lencería, ese día haría el amor conmigo, sí, pero como su prometida. El día que él escogió para hacernos una promesa a futuro, se convirtió en el peor de mi vida. Confiesa que ahora entiende que fue mejor esperar, pero lamenta no saber manejar la situación.

—Todo estaba planeado, esperaría a que terminaras tu carrera, hablaríamos con tus padres, pero tus hermanos me hicieron derribar todos mis sueños. Sembraron dudas ¿Si la amas en verdad? ¿Eres consciente de lo que ocurriría si no funcionan? Dividirás a nuestras familias una vez más y... Es tu prima mis tíos jamás aceptarán...

—Y tiene razón Gerald, déjame ir... Papá debe estar buscándome —ruego, pero no me suelta.

—No somos nada... El día que supe que me iría a New York papá me lo dijo, soy adoptado Bella —escucho lo que sigue entre feliz y asustada.

Hasta que me digo que eso no quiere decir nada, él sigue siendo a los ojos de todos un Doyle y yo igual. Alejo mi rostro del suyo apoyando mi mano en su pecho y sintiendo como late su corazón.

—No te pido mucho Bella — pide —déjame demostrarte lo que siento, hablaré con tus padres.

—No querrán que este lejos de ellos Gerald, estarás en américa un buen tiempo ¿Qué tipo de relación llevaremos? —exijo saber.

Miro a lo lejos el grupo de personas bailar, jamás pensé que me encontraría en esta situación. Llegar a la boda, solo significaba tener que sortear mis emociones y tener que ver a Gerald de la mano de otra mujer. Ni en mi más loca pesadilla, yo estaba aquí abrazada a él y haciendo este tipo de propuestas.

—Entonces ¿Nos veremos en este lugar dentro de dos años? —alzo la mirada y me doy cuenta que ese acto fue mi perdición. —terminas tu carrera y yo mi compromiso con mi familia.

Su mirada escudriña mi rostro, siente mi miedo y toma mi rostro entre sus manos. Observo como empieza a eliminar distancia al tiempo que me dice que el tiempo solo es para mí, porque él es consciente de sus sentimientos.

Sus labios acarician los míos y la tibieza de ellos sobre mi piel me hacen lanzar un suspiro y el escucho el suyo ambos de satisfacción, nuestros latidos mezclados al compás de nuestros cuerpos buscando el calor de otro.

Nos alejamos del mundo, ambos estamos lejos en ese instante de ser los adolescentes en búsqueda de repuesta a su pensamiento. La realidad al ser besada y sentir todo lo que estaba sintiendo me hizo entender. Podría esperar todo lo que fuera, solo para tenerlo cerca de mí, porque un simple beso no era suficiente.

—Tengo un año para demostrarte que te amo —comenta alejándose de mi con nuestras respiraciones agitadas —si los Doyle no aceptan, sé que nuestros padres sí... Solo te pido una segunda oportunidad Bella.

Y acepto porque en ese instante estoy en el mismo cielo, es en sus brazos en el único lugar en que quiero estar. Ingresa mi anillo y el primer pensamiento es lo que le diré a mis padres sobre ese objeto en mi dedo. Una vez me ve mirarlo, parece entender mi turbación y me hace verle.

—Iré a Piamonte en unos días, pediré tu mano de manera formal —y ese comentario viene con la necesidad de gritar. —mejor regresamos.

Tomados de la mano juntos regresamos por el mismo lugar, una vez en los jardines, escuchamos la voz del novio preguntar por su Esposa.

—Nos verá, Gerald... —le digo al ver que se dirige directa a nosotros.

Se detiene ocultándome con su cuerpo y la voz de la tía Megan su madre cruzarse en su camino y decirle que su esposa ha subido. Que mi primo se aleje alivia, pero enfrentarme a la madre de Gerald es más peligroso.

—Será mejor si son más discretos—nos dice a uno y a otro.

—No estamos cometiendo un delito mamá, dos personas caminando por un jardín...

—¿A oscuras, tomados de la mano y se esconden al escuchar la voz? —increpa y bajo el rostro —espero sepan lo que están haciendo.


Sin más nos deja solos y siento las manos de Gerald en mi cintura pegarse a mí. Una de sus armas era que sus padres nos apoyarían, pero estaba claro que por lo menos, su madre no estaba de acuerdo.

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