Capítulo 5: Un viejo rostro
Dos días después...
El sonido de unos nudillos en la puerta consiguieron despertar a la pelirroja. Era bastante temprano, aunque a pesar de ello, ya se escuchaban unas cuantas voces por la calle.
Al sentarse sobre su cama, solo pudo girar su cabeza hacía la ventana cuando escuchó el pequeño canto de un pájaro, era hora de levantarse y, sin más, la pelirroja lo hizo.
...
Había sentido su chakra desde hace tiempo, así que no le sorprendió cuando lo miró parado ahí.
–Kakashi– dijo
–Veo que te tomaste tu tiempo para abrir la puerta– mencionó.
–Sí, bueno, no pensaba que vendrías tan temprano– dijo.
El sexto solamente suspiró.
–Acompañame, espero recuerdes sobre lo que te había comentado hace un par de días– decía.
Karin lo miró y habló.
–¿Quién será?– preguntó.
–Eso te lo comentaré cuando estemos por llegar–
...
Unas cuantas calles antes de alcanzar el hospital, la pelirroja miró al sexto y pregunto.
–Entonces... ¿ya me dirás?–
–Creo que hay bastantes médicos capacitados para poder enseñar ninjutsu médico– decía. –Pero tú tienes una cantidad de chakra demasiado enorme y una capacidad de curación especial, así que decidí pedirle el favor a alguien que ya habías conocido antes– dijo.
Karin solamente lo miró.
–No entiendo qué quieres decir con eso– decía.
–Necesitas a alguien más que capacitado para que puedas desarrollar esas habilidades, así que, como te dije, le pedí el favor a una persona muy cercana a mí– dijo.
–Entiendo...– mencionó Karin.
Al entrar por la puerta principal del hospital, se podía decir que el ambiente era un poco calmado, aunque quizás eso podía deberse a la hora del día en la que estaban. Era bastante llamativo el como se veía un hospital de esa forma.
–Sigueme, es por aquí– mencionó Kakashi.
–¿Hacía dónde vamos?– preguntó.
–Hace realmente poco se inauguró una clínica para niños, es un nuevo departamento del hospital que está dando muy buenos resultados, positivos en su mayoría– decía. –Es dirigida por alguien que fue mi alumna, se conocieron hace un tiempo– mencionó.
Karin hizo memoria y, bueno, logró recordar. Había escuchado hablar a algunas personas durante su paso en la guerra de las hazañas que había hecho Sakura. No había tenido contacto con ella en demasiado tiempo, aunque es un poco raro, por decirlo así, que su única vez en la que se habían hablado fue cuando ella estaba yendo como prisionera para Konoha... además también de compartir el hecho de que ambas estuvieron a punto de ser asesinadas por Sasuke.
–Es aquí–
Al salir de sus pensamientos, la pelirroja solo pudo observar dos puertas, así que ambos procedieron a pasar por ellas.
La verdad era que le habían dado a la clínica una buena aula del hospital, era espaciosa, con algunas mejoras que Sakura y compañía habían implementado. Ciertamente se sentía como un espacio recreativo, solo que dentro del hospital.
Ambos se adelantaron hasta una puerta mientras que, a su vez, estaban siendo saludados por algunos niños y personal que ya había comenzado a trabajar con la pelirosa.
Después de tocar un par de veces...
–Adelante– se escuchó tras la puerta.
Kakashi procedió a abrir la puerta y habló.
–¿Mal momento, Sakura?– preguntó el sexto.
–Para nada, Hokage-sama, pase– dijo.
Aunque la sonrisa de la pelirosa disminuyó un poco cuando miró a la otra persona que acompañaba al sexto. Claro que Kakashi le había comentado, pero no dijo específicamente sobre quien se trataba... vaya sorpresa fue verla ahí.
–Y hola para ti también, eh... ¿Karin? ¿cierto?– preguntó.
–Sakura, ha pasado tiempo– dijo.
La pelirosa solamente se levantó de su escritorio y saludo a ambos.
–Sí, bueno, ciertamente si ha pasado bastante tiempo desde la última vez que te vi– decía. –Para ser sincera, no pensaba que fueras a ser tú la persona de la que Kakashi-sensei me habló, me tomó por sorpresa– dijo.
El sexto vió la mirada fulminante de la pelirosa sobre él y no le quedó más remedio que sonreír por debajo de su máscara. Quizás si debió haberle dicho sobre quien iba a ser la persona de la que hablaba.
La pelirroja solamente observó la escena y habló.
–Creeme, Sakura, yo tampoco me imaginé que fueras a ser tú– dijo.
–Tomen asiento, por favor– decía la pelirosa, a lo que ambos aceptaron y se sentaron. –No he leído tu registro, pero por lo que Kakashi-sensei me ha contado acerca de tus habilidades, creo que podrías ser una buena candidata para aprender ninjutsu médico– comentaba. –Sé que eres una sensor de alto nivel, eso requiere demasiada precisión de chakra, supongo que lo haces aún mejor cuando te concentras ¿no?– preguntó
–Nací con esa habilidad, pero sí, necesito concentrarme un poco para distinguir cualquier chakra en específico– comentó.
Sakura solamente asintió.
–Tengo entendido que también posees una habilidad única– comentó.
Karin asintió.
–Es... heredada– dijo.
El sexto y la pelirosa solamente se observaron mutuamente. Habría que darle un conocimiento básico acerca de lo que era el ninjutsu médico en general. Alguien con esa cantidad de chakra y que lo pudiese controlar al milímetro solo se veía en Naruto, habría que prepararse bien.
–Creo que deberíamos hacerte una pequeña prueba antes de todo– dijo Sakura.
Tanto el sexto como la pelirroja asintieron y se pusieron en marcha hacía una sala especial que había en el hospital. Aunque a Kakashi se le podía notar una pequeña sonrisa cuando miró al personal de la clínica y a los niños admirar a la pelirosa.
...
La pelirroja quedó un poco confundida cuando miró frente a ella un pescado que yacía casi muerto, mientras Sakura y el sexto iban a sentarse a unas sillas frente a ella.
–Eh... ¿esto qué es?– preguntó.
–Primero comenzaremos con un ninjutsu médico básico, eres sensor, así que puedes controlar tu chakra bastante bien– decía. –Tienes que acumular chakra en tus manos y curar al pez, pero asegúrate de no pasarte, podrías quemarlo– dijo.
–¿Y cómo se supone que debo saber la cantidad necesaria de chakra?– decía.
–Bueno... míralo bien ¿cuánto crees que necesitaría alguien casi moribundo? implementa el chakra, si notas que es demasiado, bájalo un poco y continúa– decía. –Por lo general, tú misma irás sintiendo cuánto necesitas– dijo.
Karin la miró y simplemente suspiró.
–Bien... aquí vamos– pensó.
Al acumular chakra en ambas manos, incluso se podía ver. El sexto se mantenía expectante y la pelirosa también.
El chakra curativo, al hacer contacto para comenzar la recuperación se tornaba de un color verde, lo cual indicaba que estaba cicatrizando tanto heridas, como hemorragias internas y externas. El pez solo tenía heridas y estaba debilitado, así que no suponía un gran problema y por lo visto, la pelirroja iba por buen camino.
–Sigue así...– pensaba la pelirosa.
...
Al cabo de unos diez minutos, la aleta caudal del pez se había movido un poco.
–¡Eh! ¡se movió su aleta!– dijo la pelirroja.
Sakura se levantó de su asiento y miró al pescado. Parecía que en efecto se iba recuperando, pero al paso que iba, podía estimar que la palma mística estaba tardando mucho.
–Es un gran paso, no muchos consiguen hacer que el pez se mueva en su primer intento, pero aún falta mucho camino por recorrer, tu palma mística tarda bastante en poder curarlo– decía.
La pelirroja se separó del pescado y miró sus manos, parecía que se habían... quemado. Algo que la pelirosa se percató de ello.
–Y tus manos también se quemaron un poco con tu mismo chakra por forzarte en curarlo, es normal, pasará un poco hasta que le vayas agarrando el ritmo– dijo.
Karin solo la miró y asintió en respuesta.
Sakura comenzó a curar ambas manos de la pelirroja, algo que ciertamente sorprendió a Karin, en menos de un minuto, sus manos parecían estar como nuevas.
–Por el momento terminamos aquí, sé que por tu cantidad de chakra aún puedes continuar, pero nos veremos en algunos días– decía. –Por lo pronto acompáñame, vendaré tus manos y te entregaré algunos libros que debes leer– dijo.
–Yo seguiré mi camino, debo regresar a la torre del Hokage y atender algunas cosas– decía el sexto. –Confío en que ya sabes el camino a tu apartamento– dijo.
La pelirroja lo miró con poca gracia, algo que hizo sudar un poco al sexto y, sin más, desapareció en una nube de humo.
–Debería dejar de despedirse así, solo nos llena de humo– pensó la pelirosa.
...
Mientras aplicaba las vendas en las manos de la pelirroja, Sakura no pudo pensar en cualquier otra cosa que en Karin. ¿Por qué estaba ahí? no le parecía una mala persona, pero era raro, definitivamente.
–Y con eso es suficiente– dijo.
Sakura le sonrió y se separó de ella, mientras comenzaba a arreglar el kit de primeros auxilios. Aunque no se quedaría con las ganas de saber el por qué estaba allí.
–¿Puedo preguntarte algo?– decía la pelirosa.
Karin la miró, ya se esperaba esa pregunta, ella también hubiese hecho lo mismo.
–Adelante– respondió.
–No lo tomes a mal, es solo que quiero saber el por qué decidiste pedir que te dejaran vivir en Konoha– dijo.
La pelirroja suspiró y la miró. Era bastante obvio que Kakashi no le diría que fue por petición de Sasuke, pero ella diría la verdad.
–Yo no pedí vivir en Konoha... fue, más bien, un pedido que un viejo amigo le hizo a Kakashi– dijo.
Sakura la miró y comenzó a juntar las piezas en su cabeza. Orochimaru y Sasuke eran los únicos de Konoha en ese grupo, pero el sannin legendario no podía ser... y la única opción que quedaba era el Uchiha.
–Vaya...– decía.
Karin quedó un poco extrañada por esa reacción.
–¿Ocurre algo?– preguntó.
Sakura sonrió. La pelirroja pudo ver esa sonrisa y, bueno, no parecía haber malicia detrás de ella o burla alguna.
–Solo me sorprendí– respondió. –Creo que ambas conocemos a Sasuke, y creo que ambas también sabemos que él nunca se había comportado así con alguien, creo que debes ser alguien que lo ha sabido descifrar, algo así como mi esposo lo hizo en su momento– dijo.
La pelirroja solamente la miró y sonrió también. No creía que fuera tan "especial" como Naruto, ya que, al final, fue él quien terminó de alejar a Sasuke de ese camino lleno de oscuridad en el que se encontraba.
–Pero en fin, como te dije antes de venir aquí, en unos días te mandaré a llamar para comenzar con el verdadero entrenamiento, lee esos libros que te dí, te ayudarán bastante en la teoría– decía la pelirosa.
Sakura caminó hacía la puerta de la habitación, pero se detuvo antes de salir del todo, así que volteó y la miró con una sonrisa.
–Oh, en unos días tendremos una reunión, serán amigos cercanos, espero recuerdes a algunos, creo que conociste a unos cuantos cuando veníamos de vuelta desde el puente samurái– decía. –Pero te daré la fecha exacta cuando nos veamos para tu entrenamiento, así puedes unirtenos, te vendría bien conocer a algunas personas de por aquí– dijo.
Karin la miró y sonrió también.
–Me encantaría eso, gracias por la invitación– comentó.
–Bueno, entonces descansa y estudia, nos vemos en unos días– dijo Sakura, para después salir por la puerta.
La pelirroja quedó sola en la habitación, pero un pequeño ruido en la ventana la hizo mirar y solo pudo observar a un pájaro fuera, lo que la hizo sonreír levemente.
Quizás el vivir en Konoha estaba comenzando a ser más divertido.
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