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Capítulo 34: Sentimientos

Al comenzar a abrir sus ojos, Sasuke pudo visualizar los rayos de luz que venían del exterior, a juzgar por estos, parecía que se había pasado con el hecho de dormir.

Aunque su olfato pudo percibir un olor peculiar viniendo de la cocina y al levantarse, pudo observar a la pelirroja cocinando.

Notando su presencia, Karin, sonriente, habló.

–Por fin despiertas– decía. –Si te doy sincera, hacía tiempo que no te veía dormir tan profundamente... así que decidí no despertarte, pensé en que necesitabas descansar lo suficiente– le dijo.

–Lamento eso– respondió el Uchiha.

La pelirroja solamente pudo mover su cabeza hacía ambos lados, en un tipo de movimiento de negación.

–No te disculpes por algo como eso, Sasuke– decía. –Viniste para descansar un par de días, así que está bien que lo hagas, como dije, aquí puedes sentirte cómodo– dijo.

Al apagar el fuego proveniente de su estufa, Karin lo miró.

–Y además hice de desayunar, a simple vista no es la gran cosa, pero me las arreglé con lo que encontré en el refrigerador– decía.

Sasuke solamente asintió en respuesta.

...

Al haber pasado ya varios minutos en que ambos habían comenzado a comer, la pelirroja habló.

–¿Y bien? ¿qué tienes planeado para hoy?– le preguntó.

Sasuke la miró.

–No había pensado en nada en particular– respondió. –Solo compraré algunas cosas que necesito para continuar mi misión– dijo.

–Esa es... una buena idea realmente, aunque también pienso que deberías ir a mirar cómo sigue Naruto, anoche con Sakura y yo ahí no pudiste hablar bien con él– dijo.

Al escuchar eso, el Uchiha lo pensó, en sí, Karin tenía razón. Como tal, debía hablar de Naruto sobre todo lo que habían descubierto, ya que incluso hasta el presente, solamente con Kakashi había hablado de ello.

–Lo haré–

...

La verdad era que el día en el hospital había transcurrido de manera bastante normal, claro que había personas que le decían que descansara después de días de misión, pero verdaderamente no se sentía cansada, en sí, se sentía... felíz.

Aunque, de manera repentina, pudo sentir un par de chakras acercándose a toda velocidad, hasta que el par de torbellinos ingresaron hasta donde ella se encontraba... uno era rubio y el otro rosado.

–¡Queremos todos, absolutamente todos los detalles!– dijeron al mismo tiempo.

Aquella sincronización solo hizo palidecer a la joven Uzumaki.

–No sé a qué se refieren– respondió, nerviosa.

–Nos llegaron informes de que te vieron junto a Sasuke-kun– decía Ino.

–Y que los vieron ir juntos hasta tu apartamento– mencionó Sakura.

Aunque no hayan escuchado respuesta alguna proveniente de Karin, la verdad era que su sonrojo masivo había aclarado la duda que habían traído con ellas hasta ese entonces.

Algo que las hizo emocionarse.

–N-no fue nada en sí– decía Karin. –Él no tiene donde dormir estos días que se quedará y, eh, yo tengo espacio entonces por eso le ofrecí dormir en mi apartamento– dijo.

Al momento de mencionar aquello, Karin no pudo más que tragar, con algo de dificultad, un poco de saliva... vaya que las miradas de Sakura e Ino eran penetrantes e intimidantes también.

–Nos estás ocultando más detalles, lo sabemos– dijeron ambas, seriamente.

Eso solo la hizo volver a sonrojarse.

Sí, ocultaba más detalles.

Y vaya detalles.

...

A los pocos segundos de haber tocado la puerta, se escuchó una voz tras ella.

–Adelante–

Lo siguiente que el rubio observó, fue a Sasuke ingresando a su habitación del hospital.

–No pensé que fueras a venir dos veces consecutivas– mencionó Naruto, con un poco de gracia.

–Fue idea de Karin en sí– dijo Sasuke.

Aunque al mirarlo, sabía que la sugerencia de Karin no fue la única cosa que lo hizo venir.

–Sé que te guardas preguntas, así que hazlas– le dijo.

Escuchando eso último, el Uchiha miró al rubio.

–¿Por qué este nuevo entrenamiento?– preguntó.

Naruto, como pudo, acomodó su postura en la cama y se recargó en la cabecera, para después mirarlo.

–Es en caso de que algo nos amenace nuevamente en el futuro, ya sabes, por lo poco que descubriste y que se saben– dijo.

Eso deja un poco reflexivo a Sasuke, es decir, entrenar como tal para adquirir más habilidades nunca está de más.

–Suena lógico– decía. –Pero no vale la pena si te mata en el proceso– dijo.

El silencio que siguió después de aquellas palabras hizo que Sasuke mirase al rubio. Le sorprendía en sí.

–Entiendo... será una especie de último recurso por si las cosas se llegan a complicar– mencionó.

Ante eso, Naruto solo asintió.

–¿Sakura lo sabe?– preguntó.

–No lo sabe– respondió el rubio. –Y, sinceramente, es preferible que se mantenga así– dijo.

El Uchiha solo pudo asentir en respuesta.

–¿Has encontrado más información que nos pueda ser de ayuda?– preguntó Naruto esta vez.

Aunque el movimiento hacía ambos lados de Sasuke, en negación, lo hizo suspirar.

–Pero he encontrado ruinas... y en algunas de ellas aún había pequeños grupos de zetsus blancos– mencionó, sorprendiendo al rubio. –Es solo teoría mía, pero pareciera que estaban ahí para tratar de proteger algo, solo que no he encontrado el qué– dijo.

Naruto, después de ello, suspiró.

–Todo esto es problemático– dijo.

–Lo es– respondió el Uchiha.

Y después de ello, un pequeño silencio se originó entre ambos.

–¿Y qué hay de Karin?– preguntaba el rubio.

Pero el silencio de Sasuke solamente lo hizo intrigarse más sobre el asunto.

–Oh... así que te gusta ¿eh?– decía el rubio, mientras levantaba ambas cejas en un tono... pícaro.

Ante el rostro de incredulidad que el Uchiha le brindaba, Naruto solamente se echó a reír.

–Que molesto eres– respondió Sasuke.

Pero al comenzar a detener su risa, Naruto habló.

–Vamos, no lo hago para molestarte en sí– dijo.

Aquellas palabras hicieron ganarse una mirada por parte del Uchiha.

–Quiero decir, han pasado muchas cosas, y también hemos pasado por muchas otras... y Karin no se queda fuera de eso, tú lo sabes– mencionó.

–¿A qué quieres llegar?– preguntó Sasuke.

Naruto, por su parte, le sonrió.

–Me refiero a que deberías ir y decírselo– decía. –Quiero decir, ella ha cambiado y tú también, ambos para bien... no estaría mal que te dieras una oportunidad como esas– dijo.

Tras eso, Naruto observó a Sasuke caminar hasta la ventana que había en la habitación, posando así su vista a la villa.

–Mi parte está fuera de la villa, y ella, en cambio, recién comenzó su vida aquí... algo así no funcionaría– dijo.

El rubio solo lo miró.

–Me sorprende que estés siendo así de prejuicioso– comentaba. –Karin, al menos por lo que Kakashi-sensei me ha dicho, casi siempre está al pendiente de tus noticias... en mi opinión, parece que a ella también le gustas– dijo.

Esas palabras vaya que habían dejado reflexivo al Uchiha. No le comentaría a nadie lo que sucedió un par de noches atrás con la pelirroja... pero era verdad, también, el hecho de que había desarrollado sentimientos por ella a través de todo este tiempo.

–Además, siendo ella la que te acompañó hace tres años, estoy más que seguro que entiende el hecho de que estés fuera por tanto tiempo– dijo Naruto.

Eso solo hizo que Sasuke pensara aún más en todo ese asunto.

Mucho más.

...

La verdad era que las confesiones que Karin había dicho, vaya que habían dejado boquiabiertas tanto a Sakura como a Ino.

–¡Eso es muy romántico!– decía la rubia, emocionada. –Quiero decir, Sakura, ¿te imaginas, por ejemplo, besando a Naruto en un lugar así, con la lluvia de fondo y después de una misión muy cansada?– le preguntaba la joven Yamanaka.

Eso las distraerá de no preguntar por más– pensaba la pelirroja.

Sí, había omitido la parte en donde ella y el Uchiha tuvieron sexo.

Aunque tanto Karin como Sakura pudieron observar a Ino con un rostro bastante emocionado por imaginar un escenario así con Sai.

Pero algo más llegó a los pensamientos de la pelirosa y, por alguna razón, sentía que Karin también pensaba en lo mismo.

–¿Ya has hablado de tus sentimientos con él?– preguntó.

Esa pregunta hizo que la pelirroja bajara su mirada.

–No... no realmente– dijo.

Tanto Ino como Sakura se miraron mutuamente.

–Yo pienso que deberías hablarlo con él– dijo la rubia.

Eso hizo asentir a Sakura.

–También opino lo mismo– decía la pelirosa. –Es decir, conocemos a Sasuke y sabemos que se le dificulta admitir o demostrar lo que siente... así que deberías hablar con él, puede que te lleves una sorpresa– dijo.

Ambas observaron como la pelirroja alzó su mirada y las observó.

–Chicas... gracias, en serio– dijo.

Esas palabras solamente lograron generar un par de sonrisas pero, después, aquellas miradas de cuando habían entrado se hicieron presente nuevamente.

–También vamos a querer detalles de eso– dijeron al mismo tiempo.

Ante eso, la única reacción que Karin pudo tener fue palidecer.

Vaya que eran intensas a veces.

...

Por la noche...

Había sido un buen día en el hospital, a decir verdad, debía admitir que extrañaba el ambiente que se vivía ahí, además de que extrañó también a Sakura e Ino.

Pero el pensamiento de hablar con Sasuke había estado rondando su mente casi todo el día, es decir, lo había sentido en el hospital, pero al ocuparse con otras cosas, simplemente lo dejo pasar.

Afortunadamente no dejo pasar el hecho de comprar víveres para reabastecerse de comida, la vista que tuvo por la mañana de su refrigerador había sido muy triste.

Aunque al agudizar su vista un poco, miró su espalda... al parecer también se dirigía al mismo lugar que ella: su apartamento.

–¡Oye, Sasuke!– se escuchó tras de él.

Y al girar, la miró.

–Pensaba que te encontraría en tu apartamento– le dijo el Uchiha.

La pelirroja solo pudo mostrar un rostro con algo de vergüenza.

–Si, bueno, me ocupe de más y terminé mi turno más tarde de lo pensado– decía. –Pero me alegra que también te dirijas para allá, así puedes ayudarme con la comida– dijo, mientras le pasaba un par de bolsas para cargar con su mano.

Sin más, Sasuke la aceptó.

–¿Y bien? ¿cómo estuvo tu visita a Naruto?– preguntó la pelirroja.

Al escuchar eso, el recuerdo de su charla con el rubio había vuelto a la mente del Uchiha.

–Estuvo... bien– decía. –Se le ve más animado– dijo.

Eso no hizo más que alegrar a Karin.

–Me alegro que sea así, seguro que a ambos les vino más que bien ponerse al día– dijo.

Sasuke solo sonrió ligeramente ante eso.

Sin más, ambos siguieron su camino.

...

La joven Uzumaki verdaderamente se había esmerado en preparar la cena, como tal, Sasuke era la persona que le gustaba, pero también era su invitado, así que el dejar buenas apariencias en todos los sentidos no estaba para nada mal.

–Y está listo–

Diciendo eso, Karin colocó sobre la mesa dos platos con yakisoba en ellos, además de un par de pequeños tazones con sopa de miso.

Sasuke había quedado verdaderamente sorprendido por... bueno, por todo en sí. Además de que nunca se imaginó que Karin pudiera cocinar a tal nivel. Pero se alegraba, sobretodo cuando la miró poner sobre la mesa algunos onigiris.

–No sabía que cocinabas– mencionó el Uchiha.

Con una sonrisa que demostraba orgullo, la pelirroja habló.

–Realmente no sabía cocinar muchas cosas, pero hablando con Sakura, ella me recomendó algunos libros para aprender a cocinar, sobretodo porque eran los que le sirvieron a ella y Naruto para aprender– dijo.

Sasuke, mirando la comida, habló.

–Entiendo– decía.

–Bueno, verdaderamente muero de hambre, así que comencemos– dijo Karin.

Pero fingiendo el hecho de comenzar a probar la comida, espero a que Sasuke lo hiciera primero.

Y a juzgar por las fugaces expresiones en su rostro, la pelirroja podía decir con suma seguridad que su comida le había gustado.

La operación había sido un éxito.

...

–Sabes que no es necesario que lo hagas– mencionó Karin ante la petición de Sasuke en lavar lo que se había ocupado para la cena.

Pero sin más que hacer, la pelirroja aceptó.

Aunque al estar limpiando la mesa, Karin pudo darse cuenta que a Sasuke se le complicaba un poco lavar, es decir, era normal. Solamente tenía un brazo.

Sin más, se acercó.

–Funcionará mejor si yo los lavo y tú los acomodas– dijo, mirándole.

El Uchiha solamente asintió en respuesta.

Y así, verdaderamente había sido un trabajo mucho más rápido. Pero también debía admitir que si hubiese usado un par de clones de sombra, todo el trabajo habría sido muchísimo menos... pero no se quejaba, si podía sincerarse con ella misma, estos pequeños momentos con Sasuke los disfrutaba. Sobretodo porque él no estaría muchos días en la villa.

–Y con ese son todos– dijo la pelirroja, sonriendole.

Aunque lo próximo que observó el Uchiha, fue la mano de Karin, la cual le ofrecía chocar los cinco.

Sin más, y con una pequeña sonrisa en su rostro, aceptó el gesto. Chocando sus cinco con ella.

Y así, un pequeño silencio invadió el lugar.

Pero recordando la plática que había tenido con Sakura e Ino...

Bueno, que pase lo que tenga que pasar– pensó. –¿Qué es lo que sientes, Sasuke?– preguntó, sin mirarlo.

El Uchiha la observó, algo confundido por aquella pregunta.

–¿A qué te refieres?– mencionó.

La pelirroja solamente suspiró.

–A... esto. A nosotros– dijo.

Eso lo había tomado verdaderamente con la guardia baja... y solamente se quedó pasmado.

Para Karin, ciertamente esperaba alguna respuesta, cual sea... pero estaría mintiendo si dijera que no esperaba una respuesta parecida a la que ella tenía con respecto a él. Aunque el silencio parecía decirle otra cosa.

Sin más, la joven Uzumaki secó como buenamente pudo sus manos, aunque al estar a punto de dejar al Uchiha ahí parado... recordó aquellas palabras de la pelirosa.

A Sasuke verdaderamente le costaba admitir o demostrar lo que sentía o estaba sintiendo.

Y así, probando al joven de cabello oscuro, Karin lo miró. Haciendo que ambas miradas conectaran nuevamente, y dando un par de pasos hasta dejar un diminuto espacio entre ellos... lo siguió mirando. Causando así un sonrojo en él.

Eso la hizo sonreír.

–Ya lo entiendo– decía, colocando también uno de sus dedos en el pecho de Sasuke. –Si que eres algo complicado, Sasuke Uchiha... pero me alegra que te sientas de la misma manera que yo– dijo.

Así, lo siguiente que Sasuke pudo mirar fue a la pelirroja, quien acercaba lentamente su rostro hacía él.

Y no es que fuera a negarse... aceptando así, y nuevamente, un beso prolongado por parte de la joven Uzumaki.

Un beso que despejaba cualquier duda que ambos tuvieran.






























































































































































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