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Capítulo 29: Victoria

Unos días después

Abriendo sus ojos poco a poco, la pelirroja miró hacía la parte superior de la tienda. Debía admitir que extrañaba Konoha, sobretodo su cama, vaya que su espalda la necesitaba.

Mirando a su costado, miró al Uchiha. Parecía que ya tenía algo de tiempo estando despierto.

Sin más, y tomando asiento sobre el colchón, habló.

–Desperté tarde, lamento eso– dijo.

Sasuke la miró.

–Fuí yo el que despertó más temprano de lo usual, no quise despertarte tampoco, creí que necesitabas dormir un poco más– dijo.

Karin solamente miró a su alrededor, observando bien, era verdad que, en sí, había despertado más temprano también puesto que la luz del sol todavía no pegaba del todo en la tienda de ambos.

Levantándose de la cama y estirándose un poco, la pelirroja habló.

–Irás esta noche ¿cierto?– preguntó.

Sasuke asintió en respuesta a ello.

–Repasamos el plan y elegí a los que irán... el entrenamiento con los clones fue de ayuda– dijo.

La pelirroja solamente sonrió ante eso.

–Estaré alerta por si algo no sale del todo bien, o si se necesita de mi ayuda– dijo.

El Uchiha la miró.

–Si ese llegar a ser el caso, confío en que irás– dijo.

Aunque después de pronunciar esas palabras, ambos fueron interrumpidos por una voz fuera de su tienda. Yuji, Akemi y los otros líderes requerían su presencia.

Sin más, ambos salieron de la tienda, solamente para encontrar la movilización que había fuera. Se notaba que este sería un día decisivo.

Al mirar hacía el frente, Yuji hizo señas hacía ambos, caminando así hasta ella.

–¿Qué sucede?– preguntó Karin.

Ambos pudieron observar en la mano de Akemi lo que parecía ser una especie de radio.

Daisuke, teniendo a los dos frente a él, habló.

–Esta radio se la quitamos a un guardia hace algunas semanas, durante el golpe de esta noche, la utilizaremos para saber si son descubiertos o no– decía. –En caso de que eso suceda y que estén en riesgo de ser superados en número, podremos actuar enviando refuerzos... de esa manera será más fácil liberar la prisión– dijo.

Ambos solo pudieron asentir en respuesta, era un as bajo la manga que les daba mucha ventaja.

...

Casi terminando el día y con la luz solar escondiéndose por el horizonte, Sasuke se encontraba repasando el plan una vez más con el grupo de seis reclutas que había seleccionado para la misión. Uno de ellos era el chico que había elegido para ponerlo aprueba durante el primer día de enseñanza, más que nada por la insistencia de él mismo.

Antes de dar la orden para partir, todos miraron el arsenal que llevaban. Debían ir bien cubiertos en ese sentido, sería un lugar cerrado, era mejor ir preparados.

Estando unos instantes antes de partir, el Uchiha pudo observar a Karin acercarse a él.

–Escucha... sé de lo que eres capaz pero, eh, ten mucho cuidado ¿quieres?– decía, mientras arreglaba ligeramente la capa de Sasuke.

Este la miró.

–Como dije, si eso llega a suceder, confío en ti para continuar– dijo.

La pelirroja lo observó, no le gustaba eso.

–Llevaremos lo necesario a Konoha para ayudar a Naruto... juntos– dijo.

Sasuke solo pudo regresar una sonrisa ligera a la pelirroja quien, observando a los demás y mirando que estaban listos, se apartó.

El Uchiha los miró también.

–Es hora– dijo.

Los reclutas que había de reserva, los líderes y Karin solamente miraron a todos ellos partir por los tuneles hasta la prisión.

Suerte– pensó al mirarlo irse.

...

Habiendo pasado algunos varios minutos desde que el equipo de Sasuke había partido, Akemi no podía ocultar su curiosidad y, también, un poco la preocupación que le brindaba la pelirroja cuando la miraba.

Se le notaba... ansiosa. Distraída.

–¿Está todo bien, Akane?– preguntó.

Esta última la miró.

–Yo, eh, estoy bien ¿por qué la pregunta?– respondió.

Akemi, tomando asiento a su lado, habló.

–Ese chico... ¿él es en verdad tu compañero o son algo más? ya sabes ¿una pareja?– preguntaba.

Akemi solo pudo observar el notable sonrojo en las mejillas de la pelirroja.

–Él es solamente mi compañero– dijo.

Akemi, acomodando un par de dedos sobre su barbilla, pensando, habló.

–Que raro– decía. –Es decir, una diría que son algo más por la manera en como tú te preocupas por él, y por la manera en que él te protege... además de, también, por la manera en como su semblante se relaja cuando está hablando contigo, por todo eso pensaba que eran pareja o algo por ese estilo– dijo, sonriendo.

Eso solo pudo dejar un rostro de incredulidad en la joven Uzumaki ¿él se relajaba cuando estaba con ella?

Saliendo de esos pensamientos, y para no hablar más de ese tema, la pelirroja habló.

–¿Tú tienes pareja?– preguntó.

Akemi la miró, aunque esa mirada traía consigo, al menos en opinión de la pelirroja, un poco de tristeza. Incluso manteniéndose en silencio por unos instantes.

–Tengo una familia– respondió.

Esto sorprendió de ligera manera a Karin. Sabía lo de su posible familia gracias a Sasuke, aunque siempre cabía la posibilidad de que fuera otra cosa y no su familia como tal...

–Yo... bueno, lamento que tu familia ya no esté– dijo.

Akemi, quien podía mostrar una sonrisa que parecía, al menos para Karin, esperanzadora, habló.

–Están con vida, solamente que no en Redaku– decía. –Hace ya dos años que no los veo... mi esposo y mi hija fueron de los pocos afortunados que pudieron salir de aquí antes de que todo se volviera un desastre– dijo.

La pelirroja solamente pudo suspirar después de eso, aligerando su rostro de igual manera. Aunque una duda la invadió.

–Si tu familia se fue ¿tú por qué decidiste quedarte?– preguntó.

Akemi, suspirando, habló.

–Soy enfermera... siempre pensé en mi trabajo como algo que debía seguir haciendo incluso en los peores momentos– decía. –Así que elegí quedarme durante más tiempo para ayudar en todo lo que pudiera... tenía un contacto que me ayudaría a escapar, pero tres días antes de que pudiera ayudarme, fue asesinado cuando lo descubrieron fugando a un par de civiles– mencionaba. –Así que desde entonces sigo aquí– dijo.

Karin la miró.

Akemi, quien notaba esa mirada y sabiendo lo que significaba, sonrió.

–No pongas esa cara– decía. –Cada día que despierto, me repito a mí misma que un día me reuniré con ellos, me alivia el saber que están fuera de peligro... eso me da las fuerzas para continuar luchando– mencionaba, para después girar su rostro nuevamente hacía el frente. –Esas fuerzas se han ido incrementando estos días gracias a ti y tu compañero... siento que, con ayuda de ambos, el día de nuestra victoria está más cerca que nunca– dijo.

La pelirroja después de escuchar eso, solo pudo mirar también hacía el frente mientras una sonrisa se marcaba en ella.

Tenía buenas sensaciones también.

...

Caminando por los tuneles hasta la salida que les daría la oportunidad para comenzar su asedio, Sasuke pudo notar al joven recluta que le pidió unirse. Se le notaba nervioso.

–¿Por qué luchas? eres muy joven para eso– dijo.

El chico lo miró, algo sorprendido porque sabía que Kenji no era alguien de muchas palabras.

–Ellos... mis padres, ellos murieron por esta lucha hace algunos meses atrás, Kenji-san– decía. –Pienso que al unirme a la lucha es una manera de honrar la memoria de ambos– dijo.

Sasuke solamente pensó en esas palabras. Ciertamente lo sentía por el chico, al menos estuvo varios años acompañado por sus padres.

–Eso lo pueden hacer las personas mayores a ti, no alguien muy joven como tú– mencionaba. –Se nota tu experiencia en combate, pero no deberías– dijo.

El chico, con su mirada al frente, suspiró, para después sonreír ligeramente. Algo que el Uchiha pudo notar.

–No podría abandonar así como así... mis padres siempre me inculcaron el luchar por lo correcto, el luchar en contra de las injusticias, por el bien común– decía, dirigiendo su mirada hacía el Uchiha. –Esta gente nos ha quitado todo cuanto amabamos, Kenji-san... con eso, y sabiendo que con los pocos recursos que hay, probablemente muera de hambre ¿qué más da el dar mi vida por un buen futuro por las personas que quedarán?– dijo.

Siendo observado por el único ojo visible de Kenji, el chico pudo notar una ligera sonrisa en su rostro. Fugaz en sí.

Sasuke por su parte solo podía observar la mirada de aquel chico, contenía rabia, determinación, ambas siendo controladas por un inmenso espíritu de lucha.

Eso le agradaba.

Mirando nuevamente hacía el frente, y hablando de una manera alta para que los demás pudieran oír de manera clara, se escuchó la voz del Uchiha.

–Mi nombre es Sasuke... Kenji es solamente el nombre encubierto que uso– decía, ganándose una mirada de sorpresa por parte de todos. –Estando a mis ordenes, sus vidas ahora son responsabilidad mía... y es mejor que supieran quien era yo– dijo, mientras caminaba.

Todos se miraron los unos a los otros, esa había sido, definitivamente, una sorpresa.

–¡Si, Sasuke-san!– logró escuchar el Uchiha tras de él.

...

En Konoha, por la noche

La pelirosa se encontraba sentada al lado de Naruto. Otro día había pasado pero la rutina se mantenía... más o menos esta vez. Estos últimos días solamente había traído ropa desde casa, además de estar tomando sus baños en el hospital, era mejor de esa forma para estar pendiente del rubio.

Aunque de igual forma podía contar con Iruka para relevarla mientras ella trabajaba, o a veces con Tsunade cuando Iruka no podía.

Estaban siendo, en efecto, días algo difíciles para ambos. No notaba que el problema de Naruto se intensificara, pero si le veía más apagado... más cansado. Eso le preocupaba en sí.

Mañana sería otro día de igual forma y, al menos cuando trato de dormir un poco, los quejidos por parte del Uzumaki la despertaron, haciendo que su sentido de alerta se activara rápidamente, solo para, después, subir con él a la pequeña cama del hospital... abrazándolo. El rubio solamente podía sostenerla con un poco de fuerza, aunque no se lo decía, el dolor se había incrementado paulatinamente en estos días.

Sakura sabía que a él no le gustaba verla llorar, así que reuniendo toda la fortaleza que podía, lo hizo, mientras lo continuaba abrazando.

–Todo va a salir bien– le dijo.

Esto último marcó una sonrisa en el rostro de Naruto, le alegraba tenerla ahí, con eso, el dolor que le mantenía jadeando, disminuía a tal punto de que lo dejaba relajarse.

Esperaban que todo estuviera bien.

...

Mirando los planos que se les habían otorgado, la entrada hacía la prisión estaba siendo custodiada por solamente cuatro guardias y unas cuantas farolas que alumbraban parte de la parte frontal, eso era, cuanto menos, bastante despreocupado por parte de esa gente.

Yendo por puntos ciegos, esos cuatro podían ser derribados fácilmente.

Asignando a los cuatro hombres que se encargarían de esa tarea, el Uchiha habló.

–De las luces me encargaré yo, cuando lo haga, deben moverse rápido– dijo.

Todos asintiera en respuesta a ello.

Y, sin más, Sasuke tomó algunos shuriken del arsenal que habían traído, apuntando así hacía las luces.

Los presentes solamente pudieron mirar sorprendidos cuando cada una de ella dió en el blanco. La puntería del Uchiha cuando se trataba de ello era impresionante cuanto menos.

Aprovechando el despiste, arremetieron en contra de los cuatro guardias, dejándolos fuera de combate muy fácilmente.

Ahora solo faltaba ir dos pisos hacía abajo.

...

Para llegar finalmente al primer piso que había por debajo, el equipo de Sasuke debía cruzar un pasillo casi en total oscuridad, mirando bien, al final, se podía observar como estaba repleto de gente uniformada.

–Son muchos– decía uno de los reclutas.

Sasuke solamente se mostraba pensativo ante lo que debían hacer. Era casi un espacio cerrado, podía moverse fácilmente siempre y cuando fuera solo.

Será de esta manera entonces– pensó, para después mirar a todos. –Iré yo, liberaré este pabellón y así nos abriremos pasó hasta donde están los prisioneros– dijo.

El joven, observandolo, habló.

–¿Estás seguro de que no necesitas ayuda?– preguntó.

Sasuke solo mantuvo el silencio, para después mirarlo... su ojo había cambiado de color, era un rojo intenso.

–Mantengase alertas– dijo.

Todos solo pudieron asentir en respuesta.

El Uchiha, haciendo uso de su velocidad, desapareció de la vista de todos en un abrir y cerrar de ojos, era algo de temer.

Mirando hasta el final del pasillo, en donde se encontraba la claridad, solamente podían escuchar lo que parecían ser sonidos de golpes secos... acompañados, también, por lo que parecían ser cuerpos cayendo al piso.

Al cabo de unos minutos, todos pudieron observar al final del pasillo una silueta... con aquel ojo de un color rojo intenso que, así como así, desapareció del rostro del Uchiha.

–Sigamos– les dijo.

...

Uno de los trabajos que había para Akemi era aprovechar su "camuflaje" para poder salir a la calle. Su trabajo como enfermera le podía permitir eso, claro que lo seguía haciendo para no levantar sospechas por dejar de ir.

La vigía de la resistencia era ella. Algo importante, sobretodo en un lugar como el hospital.

De un momento a otro, Akemi solo pudo mirar el movimiento que se estaba llevando en la calle. Varios guardias estaban dejando sus puesto, definitivamente algo estaba ocurriendo.

Mirando hacía la prisión, Akemi solamente pudo sonreír de una manera victoriosa. Si este golpe funcionaba, probablemente habría personas que se unirían a ellos para combatir también, sus números aumentarían... podían ganar la lucha.

...

La pelirroja podía observar los rostros de ansiedad en la mayoría de los presentes cuando algo sonaba por el radio, la mayoría de reclutas esperaban que esto funcionara, que dieran un golpe de autoridad.

Los líderes, por su parte, solo mantenían sus rostros tranquilos, pero Karin podía saber algunas emociones mediante el chakra, siempre y cuando este estuviera alterado por alguna razón... y ellos no estaban para nada tranquilos. Eso la incluía a ella misma.

Aunque una peculiar petición por la radio los hizo girar sus cabezas para prestar más atención.

–A todas las unidades disponibles cerca de la prisión, acudan hasta allí inmediatamente–

La pelirroja solo pudo mirar a los líderes.

–Ellos están pidiendo refuerzos, deberíamos ir también– dijo.

Todos la miraron, aunque Daisuke asintió a su petición.

–Será más fácil sorprenderlos, no sabrán que apareceremos– dijo, mientras se movilizaba.

La pelirroja lo miró.

–Iré también– dijo, mientras crujía sus nudillos.

Yuji y Tatsuo solo pudieron asentir a ambos. Ellos debían quedarse para así mantener el lugar en pie.

...

Varios minutos después

El grupo de Sasuke se había visto envuelto en una lluvia de kunais y shuriken estando tan cerca de alcanzar el nivel dos.

Era claro que habían sido descubiertos por la cantidad de esos tipos que aparecieron de repente. Sabía también que él podía repelerlos, pero eso dejaría desprotegidos a los demás... debía admitirlo, habían luchado bien, pero no estaban preparados para algo así. Al menos no todavía.

Estaba contra la espada y la pared, pero debía arriesgarse.

–Los atrasaré lo más que pueda– decía, mientras los demás escuchaban. –Corran hasta el segundo nivel, les daré el tiempo suficiente para eso, y procuren no caerse o retrasarse, si lo hacen... es probable de que sean asesinados– dijo.

Miro sus rostros, se les notaba nerviosos pero, aún así, asintieron.

Aunque, justo en el momento que el Uchiha había desenvainado su espada, pudo observar como la lluvia de armas se detenía, además de observar, también, como los uniformados los ignoraban completamente para centrarse en otro problema.

–¡Acaben con ellos!– pudo escuchar Sasuke, seguido de algunas bombas de humo.

Daisuke, junto a doce de sus hombres, y junto a Karin hicieron si aparición, mientras el sonido de espadas chocando inundaba el lugar. El pesado golpe del metal con metal se hacía escuchar.

La pelirroja alcanzó en cuanto pudo al Uchiha, esta la miró aliviada, puesto que no tenía ningún rasguño en él, para después centrarse en los demás, ellos la habían pasado un poco peor.

–Tú sigue hasta el nivel dos, estás cerca, yo me quedaré a tratar a los heridos– le dijo.

Sasuke solamente asintió en respuesta, desapareciendo de la vista de todos.

Ahora podía moverse sin preocuparse por alguien, los había dejado en buenas manos.

...

El camino hasta el segundo nivel había sido fácil, aquellos que se suponía debían custodiarlo, ahora estaban entretenidos tratando de mantener el orden en contra de la resistencia.

Aunque al llegar al pabellón principal, los prisioneros, al mirar al joven de cabello negro, imploraban que se les sacara de ahí.

–¿Alguna manera de abrir las celdas?– preguntó.

Pero, en ese momento, todos miraron hacía la espalda del Uchiha.

–Para sacar a esas escorias de ahí, primero debes acabar conmigo–

Sasuke solo giró, encontrándose así con un solo hombre, al parecer, era el único que quedaba para resguardar el lugar, mientras portaba una espada.

–Si fuera tu, soltaría el arma y cooperaría– mencionó el Uchiha.

El tipo solamente rió ante esas palabras y sin más tiempo que perder, cargó en contra de Sasuke... atravesando así su pecho. El hombre solamente podía reír a carcajadas mientras miraba al joven de cabello negro tirado, inmóvil, en el suelo, mientras parecía desangrarse... y, dirigiendo una vez más su mirada, solamente pudo observar como el cuerpo se desvanecía, quedando así en una oscuridad total.

Algunas voces llamaban por el mientras que, al intentar dar un simple paso, fue tomado por sus pies por lo que parecían ser manos que salían desde el suelo.

¿¡Qué mierda es esto!?solamente podía gritar, en completo terror.

Observando todo, Sasuke se acercó hasta aquel hombre, quien se encontraba arrodillado con su mirada perdida, sumido en un genjutsu que le mostraba su miedo más profundo... el peso de todas las vidas que había arrebatado.

Afortunadamente, el hombre traía consigo las llaves del panel que había para activar las puertas de las celdas.

...

La pelirroja, en medio de toda la pequeña batalla que se había librado, trataba de curar uno de los lados del rostro de un hombre que había sido herido por lo que pareció ser una espada.

Los shuriken y kunais iban y venían, era algo de lo que tener cuidado... afortunadamente pudo esquivar un kunai a tiempo, que de no haberlo hecho, hubiese sido probable de que se le hubiera clavado de lleno en su brazo.

–¡Listo, ahora corre y ponte a cubierto!– le dijo al hombre que recién había ayudado.

Pero, al momento de girar completamente para buscar más heridos, pudo ver llegar a Sasuke junto a los prisioneros que había liberado. Ahora ellos tenían la ventaja numérica.

Observando esto, los guardias restantes no tuvieron otra alternativa más que aceptar la rendición.

Habían logrado liberar a los suyos.

Habían logrado la victoria en esa batalla.

Al mirar los rostros de alegría de los demás, la pelirroja no pudo evitar ocultar su felicidad. Aunque, acercándose a ella, pudo observar al Uchiha. Abrazándolo una vez llego hasta ahí.

–Me alegra de que todo haya ido bien– le dijo al joven de cabello negro.

Este solamente la observó y, con ello, su brazo.

–Estás herida– mencionó.

Karin solamente miró su brazo, había sangre brotando de una herida que parecía haber sido causada por un kunai.

–Mierda, en medio de todo el caos no me dí cuenta– decía mientras ponía una de sus manos en la herida.

Aunque se extrañó un poco cuando el Uchiha tomó esa mano, retirándola. Después entendió que trataba de hacer.

Sin más, Sasuke procedió a activar su ninjutsu médico, comenzando así la curación en el brazo de la pelirroja.

–No es necesario que hagas eso, debes guardar tus fuerzas... eres más importante para esta misión– decía Karin.

Sasuke solo la miró, fugazmente.

–Estando herida te resultará más pesado el viaje de vuelta, ya que debemos volver juntos a Konoha– dijo

Al escuchar eso, la pelirroja solamente sonrió.

–Touché–

...

Al llegar nuevamente hasta la base, todos fueron recibidos entre aplausos y una alegría desmedida.

Tanto Yuji como Tatsuo solo pudieron hacer una reverencia en forma de gracias para ambos y Daisuke, mientras que estos asentían en respuesta.

Había sido una gran victoria.

Faltaba solamente un paso.























































































































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