Capítulo 28: Resistencia
Casi cayendo el atardecer, los tres se encontraban caminando por lo que parecía ser un pasadizo. Habían sido ya unos varios minutos de caminata, pero en opinión de la pelirroja, le recordaba a sus días viviendo en la guarida de Orochimaru, la mayoría de la estructura se encontraba bajo tierra.
-¿Hacía dónde vamos?- preguntó Karin.
-Estos túneles se comenzaron a construir debajo de Redaku para poder construir bajo tierra, y también para aprovechar la humedad- decía. -Fue un proyecto que fracaso, aunque lograron avanzar en la mayoría del lugar, era algo impresionante sinceramente- dijo.
Karin solamente asintió.
-¿Tú cuánto tiempo llevas luchando para la resistencia?- preguntó.
Akemi, con su mirada hacía el frente, habló.
-Un poco más de año y medio... era eso, o seguir aguantando injusticias- dijo.
La pelirroja simplemente se limitó a mirarla.
...
Lograron llegar hasta unas escaleras de mano, parecía la salida hasta la superficie.
-Iré yo primero, quiero presentarles a algunas personas, así que siganme, por favor- dijo.
Ambos solo asintieron, y así lo hicieron.
Llegando hasta el exterior, Karin pudo observar varias tiendas de campaña, en algunas atendían a lo que parecían ser sus heridos, en otras simplemente se encontraban personas charlando. Hombres y mujeres.
-¿Qué es todo esto?- preguntó Sasuke.
Akemi solamente lo miró.
-Bienvenidos a la resistencia... como pueden ver, nos han apaleado duro, pero seguimos de pie- dijo, sonriendo.
La pelirroja sonrió de igual manera, no lo iba a confesar, pero podía presentir que esto sería algo beneficioso para ambas partes.
...
Al ser guiados por Akemi, los tres entraron en lo que parecía ser una tienda un poco más grande que las demás y, al ingresar, se percataron de la presencia de otras tres personas.
-Kenji, Akane, estos son Daisuke, Tatsuo y Yuji... son las tres personas que, al igual que yo, están al mando de todo esto- decía, ganando una mirada por parte de Karin. -Vale, confieso que mis "desapariciones" durante nuestro turno fue para dar reportes de un par de sospechosos, es decir, ustedes- dijo, mientras rascaba su cabeza en señal de vergüenza.
Yuji solo mantuvo una mirada de sospecha en "Kenji", parecía recordar algo.
El Uchiha, desviando su mirada de Akemi y encarando a los otros tres líderes, habló.
-Antes de seguir, discutiremos el trato... información por poder, ni más, ni menos- dijo.
Daisuke solo hizo una seña para que ambos se sentasen en un par de sillas que habían traído, comenzando así, las negociaciones.
-¿Qué clase de información requieren de nuestra parte?- preguntó Daisuke.
Sasuke solamente se mantuvo en silencio, hasta que se escuchó la voz de la pelirroja.
-Buscamos información acerca de un mineral... oímos historias, algunos rumores y todo conducía hasta este lugar- decía. -Es vital para la misión que se nos encomendó- dijo.
Tatsuo, sonriendo de una manera en que el Uchiha podía describir como burla, habló.
-Ustedes también vienen por eso... no quiero decepcionarlos, pero como tú misma dijiste, solamente son historias, rumores- decía, antes de ser interrumpido.
-Cállate- dijo Yuji. -Miren, no son del todo rumores, ¿quieren el mineral? la ciudadela debe ser su mejor opción para conseguir la información que buscan- dijo.
Sasuke solamente asintió en respuesta.
-Aún con eso, no estás del todo segura que se encuentre ahí... sería un tiro a la suerte- dijo.
Yuji lo miró.
-Si es un tiro a la suerte ¿cómo se puede explicar que, a pesar de los intentos de asesinato que han sufrido los miembros de esa familia, siempre salen ilesos después de ingresar a la ciudadela?- le preguntaba. -Incluso algunas personas que han vendido todo por lo que sea que haya ahí dentro... siempre salen como si nada hubiese ocurrido- dijo.
El Uchiha recordó lo que había logrado ver cuando se infiltró por primera vez en el lugar. Ambos, roja y negro, recordaron el asunto de la mujer que había sido escoltada hasta ese lugar.
Ambos solo pudieron mirarse, entendiendo así, una vez más, sus miradas.
-Estamos dentro- dijo finalmente la pelirroja.
...
Para familiarizarse un poco con el lugar, Akemi y Yuji habían decidido darles un pequeño tour a ambos, para que así pudieran observar con lo que contaban.
–¿Y están seguros aquí?– preguntó la pelirroja.
Yuji la miró.
–Ni de chiste... pero es una posición relativamente fácil de defender, es por eso que no la hemos perdido en meses– respondió.
Sasuke, simplemente observando, habló.
–¿Los reclutas están bien entrenados?– preguntó.
Akemi, mirando hacía los reclutas, habló.
–No del todo... como dije, ninguno de nosotros somos soldados como tal, nos las apañamos como verdaderamente podemos– dijo.
Sasuke la miró.
–¿Cómo piensan ganar una lucha así sin siquiera estar entrenados?– preguntaba.
Esta vez, Akemi no tenía palabra alguna, el joven tenía razón.
Aunque Yuji lo observó.
–Eso es algo que también queríamos discutir, aunque fue más una idea de Akemi que mía– decía, haciendo que el Uchiha la mirase. –Desde que te ví, me resultaste algo conocido... había tenido algunos contactos en el bajo mundo de los grandes países y sus villas, escuché algunas historias también... unos meses después de que acabó la guerra, siempre se hablaba de un shinobi legendario que, desde que te ví, encajaste perfectamente con esas descripciones– dijo.
Sasuke la observó con su único ojo visible.
–Eres un luchador de primer nivel, lo sé... contigo entrenandolos, estoy segura de que podremos acelerar esto y ponerle fin de una buena vez a esos bastardos– dijo Yuji, finalmente.
Eso había sorprendido de gran manera a la pelirroja, quien, por supuesto, miró al Uchiha.
–Me niego– decía, para después poner su rumbo por donde vinieron.
Karin solo pudo observar tanto a Akemi y Yuji, siguiendo así a Sasuke.
Al llegar hasta él y tomándolo del brazo, logró hacer que girase para, así, ambos encararse.
–¿Qué carajos te pasa? esta gente necesita nuestra ayuda– le dijo.
Sasuke solamente la miró.
–Naruto necesita nuestra ayuda... esta gente, todos ellos pueden combatir por su cuenta– dijo.
El Uchiha solamente pudo mirar el claro enfado de Karin quien, haciendo un poco de fuerza, lo empujó.
–Sabes muy bien que, cómo están las cosas, esta gente morirá pronto si no les ayudamos... creí que habías cambiado– decía, mientras Sasuke solamente la observaba. –Mira, ayudamos y nos dan la información que necesitamos, con aliados será más fácil que ir por ahí cambiando nuestros nombres... así que ¿estás conmigo o no?– preguntó.
Sasuke cerró su ojo, suspiro y sonrió frente a ella. Esta vez de forma visible, algo que la pelirroja había extrañado.
–Necesitaremos a alguien que les enseñé taijutsu, no solamente kenjutsu– dijo, mirándola.
Karin, al igual que él, sonrió.
Le agradaba la respuesta.
...
Mientras el Uchiha miraba el arsenal con el que contaban, habló.
–Pasen al frente los que sepan manejar mejor una espada– habló.
En su mayoría se acercaron jovenes, no pasaban de los 17, al parecer.
Sasuke, de entre los diez que se habían acercado, eligió a uno. Un chico de cabello castaño, piel algo pálida y de alta estatura también.
–Desenfunda tu arma– dijo el Uchiha, algo que el chico obedeció.
Aunque los reclutas se extrañaron un poco cuando miraron a Sasuke sacar de su capa un pergamino, el mismo que había utilizado para guardas sus cosas. Poniéndolo así en el suelo y, con una posición de dedos, liberó el sello, sacando así su espada.
El Uchiha la desenfundó y encaró al joven.
–Te atacaré, defiendete– dijo.
Al hacer el primer movimiento, el chico tenía experiencia en combates de ese estilo, se notaba... pero no tenía la suficiente, y eso se notaba más. Lo que hizo que el Uchiha detuviera su ataque en el momento indicado.
–Te habría cortado la garganta fácilmente por tu manera de bloquear... es la incorrecta– dijo.
El chico solamente asintió.
Reacomodando su postura, Sasuke lo miró nuevamente.
–Tu turno, atacame– dijo.
Y, sin más, el joven cargó en contra del Uchiha, pero su experiencia en combate era muy superior, haciéndolo notar.
Sasuke simplemente bloqueó el ataque con una facilidad enorme, para después tomar una postura de contraataque, deteniendose.
–¿Notas la diferencia?– preguntó.
El chico solamente asintió en respuesta.
Reacomodando su postura, el Uchiha los miró.
–esto sera complicado- pensó.
...
–Eh, debo decir que no soy una gran maestra, pero necesito que se formen, hombro a hombro– mencionó Karin.
Los reclutas, sin más, hicieron caso a la petición de la pelirroja.
–¿Quién de aquí es bueno en combates mano a mano?– preguntó.
Solamente seis de los quince que había levantaron sus manos.
–Carajo- pensó. –Eh, ¿Quién de ustedes quiere enfrentarse a mí en un pequeño combate?– decía, para después observar como un hombre alzaba su mano. –Pasa al frente entonces– dijo.
El hombre, quien no pasaba de sus treinta, hizo caso y la miró.
–Bueno, como dije, tendremos un pequeño combate... el primero que golpee al otro, gana– dijo.
Aquel hombre solamente podía mostrar un rostro sonriente, parecía confiado de enfrentarse a una chica que, en su opinión, no parecía fuerte.
La pelirroja solo observó cuando comenzó a cargar hasta ella, esperándolo y, justo en el momento de poder recibir el impacto del golpe, Karin lo esquivó, para después aprovechar la guardia baja de su oponente y terminar el combate con un potente rodillazo en el estómago de aquel hombre, quien solamente pudo caer al suelo, sosteniendo su estómago y jadeando por la falta de aire y el dolor.
La pelirroja, sin tiempo que perder, miró a los reclutas y habló.
–Primera lección: ¡jamás permitas que el oponente lea de manera tan obvia tus movimientos!– dijo.
Los reclutas, como si hubiesen visto lo más aterrador en sus vidas, se pusieron rectos.
–¡Sí!– decían.
–Entrenarlos uno por uno será muy tardado...– pensaba, mientras todos miraban como la pelirroja se había quedado en una especie de trance. –¡Ya se!– pensó.
Escuchando unos murmullos, Sasuke miró hasta donde se encontraba la pelirroja, simplemente para observarla crear quince clones de sombra.
–Ya entiendo, quiere acelerar los entrenamientos con los clones de sombra... uno para cada recluta– pensó el Uchiha.
Karin se percató de ello y lo miró también.
–Intentalo, será más rápido– le dijo.
Sasuke solamente asintió en respuesta a ello, para después hacer un par de sellos con su mano, haciendo aparecer, así, a diez clones de él.
La pelirroja solamente le sonrió después de ello.
El entrenamiento recién comenzaba.
...
Mientras ambas caminaban hasta los otros líderes, Yuji miró a Akemi y habló.
–¿Estás segura de incluirlos?– preguntó.
Akemi, sonriente, habló.
–Supe que este día llegaría... tú has escuchado las historias, sabes de lo que es capaz ese hombre, y ella, Akane también es una shinobi. Presiento que el día de la liberación está más cerca que nunca– dijo.
Yuji, contagiada por la sonrisa de su amiga, sonrió de igual manera. Imaginando el día en que eso sucediera... no estaría mal comenzar nuevamente.
...
Al estar por caer la noche, Sasuke y Karin se dirigían hasta la tienda de los líderes, habían sido llamados por Akemi.
Al entrar, los observaron.
–Por favor, acerquense– decía Daisuke.
Al hacerlo, ambos miraron finalmente lo que había sobre la mesa, era un mapa.
–Ese es el mapa de la prisión que está al norte de la ciudadela– dijo Yuji.
Ambos recordaban haber visto la prisión durante la primer noche, aunque una duda invadió al Uchiha.
–Cuando la observé, ese lugar no parecía tener gente dentro, lucía abandonado– mencionó.
Akemi asintió en respuesta a ello.
–Es solamente una fachada, los prisioneros se encuentran dos pisos hacía abajo– dijo.
Eso tenía más sentido, haciendo que el Uchiha asintiera.
–¿Por qué el interés?– preguntó la pelirroja.
Tatsuo dió un paso adelante y habló.
–La mayoría de nuestros hombres que no fueron asesinados, fueron llevados hasta ese lugar... aunque, ciertamente, es peor– decía. –Los matan de hambre, les torturan... incluso hasta la muerte– dijo.
Sasuke solo lo observó.
–Supongo que será una misión de rescate– dijo.
Los líderes solamente asintieron, aunque Daisuke, habló.
–Si hacemos eso, daremos un golpe duro y aumentaremos nuestros números... y con eso, la entrada a la ciudadela será todavía menos complicada– dijo.
Karin miró a Sasuke, ambos compartieron miradas por un par de segundos, hasta que el Uchiha habló.
–Bien– decía. –Pero me encargaré yo de la prisión– dijo.
Eso tomó a la pelirroja por sorpresa, mirándolo, incrédula.
–Será un sitio con muchos espacios cerrados... con mi velocidad y unos hombres extra, podemos lograr liberar el lugar– dijo.
Los líderes simplemente asintieron.
–La misión se llevará a cabo en tres días... eres libre de elegir a quienes tú creas aptos para ello– dijo Yuji.
Sasuke solamente asintió en respuesta.
...
Afortunadamente, a ambos se les había dado una tienda en la cual podían descansar, incluso una cama para cada uno.
Al estar acomodando sus cosas, cada uno por su lado, la pelirroja escuchó la voz de Sasuke.
–Perdona– dijo.
Karin, girando, lo observó.
–¿Por qué?– preguntó.
El Uchiha, girando su cabeza un poco para mirarla con su ojo visible, habló.
–Por no incluirte a ti también en la prisión– decía. –Quiero mirar por mano propia qué tan fuertes son, como son las defensas de un lugar como ese... no quería ponerte en riesgo– dijo.
Karin solo mantuvo el silencio por unos momentos, hasta que pudo observar al Uchiha batallar un poco para desabrochar su capa.
–Dejame ayudarte– decía, acercándose hasta él, quedando así frente a frente. –Para esta misión, Konoha nos asignó a ambos como un equipo, Sasuke... sabes perfectamente que puedo cuidarme sola, así que no vuelvas a tomar decisiones como esas por mí, no quiero y tampoco soporto que tengas ese peso innecesario sobre tus hombros– mencionaba. –Pero... perdóname a mí también por lo que dije hace unas horas, si que has cambiado. A veces se me puede ir la lengua un poco– dijo, desabrochando finalmente la capa.
Sasuke solo la miró, sonriendo ligeramente.
–Estamos a mano entonces– dijo.
Karin, mirándolo, no tuvo reparos en devolver la sonrisa. Le agradaba y gustaba mirarlo sonreír.
–A mano– le dijo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro