Capítulo 17: Objetivos
Algunos días después...
Por la tarde, tres siluetas se podían divisar en las enormes puertas de la villa.
Habían llegado.
El jóven Hyuga miró hacía las calles de Konoha, para después mirar a sus compañeros y habló.
-Ha sido un viaje largo, yo entregaré el reporte al sexto- dijo.
-Yo lo entregaré- interrumpió el rubio. -Después de lo que supimos, creo que necesitamos algunas explicaciones por parte de Kakashi-sensei- decía. -Bueno... creo que quien las necesita soy yo- dijo finalmente.
Tanto la pelirroja como Neji solamente se miraron mutuamente, en silencio. Era normal y justo lo que pedía el rubio.
Ambos solamente lo miraron poner rumbo hacía la torre del Hokage.
-Bueno, yo iré a mi apartamento, necesito tomar un baño... y también necesito descansar un poco- decía la pelirroja.
Neji la miró.
-Creo que haré lo mismo- dijo.
Ambos estaban a punto de tomar rumbos distintos, pero la jóven Uzumaki logró recordar las palabras que Neji había mencionado justo antes de salir por la misión.
-Antes de marcharme... la misión fracasó ¿entonces eso nos convierte ya en camaradas o aún no?- preguntó
El jóven Hyuga la miró y sonrió ligeramente. Si era sincero, debía admitir que había olvidado esa condición, aunque todo lo que lograron descubrir fue gracias a ella y Sasuke.
-La misión fue un fracaso, pero tú fuiste una pieza fundamental para hallar todo lo que pudimos- decía. -Te desempeñaste bien, aunque si debo ser sincero, desde el primer momento que te asignaron con nosotros ya eras nuestra camarada- mencionó.
La pelirroja solamente sonrió en respuesta.
-Tomaré eso como un sí- dijo.
Y así, ambos tomaron rumbos separados. Había sido un viaje bastante largo, se habían ganado, definitivamente, un buen descanso.
...
-Adelante- decía el sexto tras su escritorio.
Aunque una mirada de sorpresa se marcó en él cuando miró ingresar al jóven Uzumaki, no porque fuera él, sino porque había tocado antes de ingresar. Al menos esa costumbre estaba comenzando a pasar, eso era bueno.
-Veo que por fin regresaron, me alegro por eso- dijo.
El rubio solamente suspiró, solo para después comenzar con el resumen y reporte de la misión.
-Aunque no habríamos encontrado pistas significantes de no haber sido por Sasuke- decía, Kakashi solamente sintió un poco de enojo en esas palabras. -¿Por qué mantener en secreto algo así?- preguntó.
El sexto solamente suspiró. Había recibido una carta de Sasuke informando todo lo acontecido en aquel lugar, había llegado un día antes de que ellos llegaran. El Uchiha mencionaba que venía siendo hora de decírselo a Naruto, aunque, al menos si podía ser sincero en ese sentido, Kakashi hubiese optado por hacerlo desde un inicio.
Sin más, el sexto comenzó a explicarle, con detalle, todo lo que había ocurrido en la misión de Sasuke y Karin hace unas semanas atrás, desde el pergamino, la información que se le otorgó al Uchiha, hasta el misterioso hombre que dejó caer una cueva entera sobre él.
-La guerra terminó relativamente hace bastante poco, entonces debes entender que este tipo de asuntos se mantienen en secreto para, más que nada, mantener la calma en la población y no generar pánico innecesario- decía. -No tenemos pistas solidas, no tenemos sospechosos potenciales, no tenemos locaciones, no tenemos nada... mencionar algo así solamente nos traería problemas que, siendo sincero, es mejor ahorrarse por ahora- dijo. -Sabemos que no eres muy confidencial, esa fue la razón del por qué no se te habló de ello en su momento pero, Naruto, por esta ocasión te pediré que mantengas todo en secreto... no sabemos a lo que nos enfrentamos, tampoco sabemos cuántos años pasaremos sin saber de algo que nos amenace, entonces es mejor mantenerlo así por el momento- mencionó.
El jóven Uzumaki simplemente paseaba por la habitación, se le notaba distraído, pensante.
¿Una nueva amenaza? ¿Alguien que, probablemente, tiene algún jutsu espacio-temporal? ¿Secuestros? era realmente algo para procesar.
-Déjeme ir con Sasuke entonces, estoy seguro de que ambos podríamos encontrar algo, pistas, movilizar el asunto- dijo.
Kakashi solamente movió su cabeza, con ligereza, hacía ambos lados.
-Dime, Naruto, ¿Sakura se tomaría a la ligera si le dices que te irás por un tiempo indefinido?- preguntó, el sexto solo pudo mirar el cambio en el rostro de Naruto. -Él se ofreció en hacerlo solo. Y aún si Sasuke hubiese pedido tu apoyo, como dije, debes pensar en que Sakura te está esperando, debes pensar en que, si quieres algún día alcanzar el puesto de Hokage, no puedes tomar a la ligera el irte y dejar indefensa a la aldea- decía. -Tienes responsabilidades, Naruto, sé que en algún momento te sentirás con impotencia por no estar haciendo algo, pero debemos confiar en Sasuke, estoy seguro de que tarde o temprano me tendrá alguna noticia- dijo.
El rubio, quien lo miraba, parecía que finalmente había acomodado sus ideas, así que solamente pudo cruzar sus brazos, para después suspirar.
-Lamento esa insistencia, Kakashi-sensei- dijo. -Sé que no lo haré cambiar de opinión, aunque después de lo que me dijo, estoy también bastante seguro en no querer dejar a Sakura-chan durante tanto tiempo... pero me gustaría pedirle un favor- decía.
-Claro, adelante- dijo.
-Por favor, manténgame al tanto de las noticias que pueda traer Sasuke- dijo.
Kakashi solamente sonrió. Era justo aceptar ese trato, Sasuke también pensaba en que el rubio debía estar enterado de cualquier cosa referente a ello.
-Tienes mi palabra- dijo finalmente.
Al rubio no le quedó más que asentir y comenzar a retirarse hacía la puerta, pero al momento de abrirla, volteó nuevamente y miró al sexto.
-Kakashi-sensei, ¿Sakura-chan puede saberlo?- preguntó.
El sexto lo miró. Mentiría si dijera que era bueno que Sakura lo supiera, pero de igual forma ella lo tendría que saber tarde o temprano.
-Esa decisión recae solamente en ti, Naruto, pero debes asegurarte que ella también lo mantenga en secreto. Confío en ambos- decía, a lo que el rubio solamente lo miró. -Ahora ve a verla, fue una misión larga- dijo.
El jóven Uzumaki solamente asintió con su cabeza.
-Una cosa más, Naruto- dijo.
El rubio volteó a mirarlo nuevamente.
-¿Qué pasa, Kakashi-sensei?- preguntó.
-No dejes de entrenar, estamos en paz, pero aún así mantén tus habilidades pulidas... nunca se sabe cuándo podrías necesitarlas- dijo.
El rubio lo miró, para después asentir. Sabía a lo que se refería Kakashi con eso y era mejor hacer caso.
Vaya información.
...
En las calles...
Una sensación rara inundaba a la pelirroja en ese momento, extrañaba estar rodeada de esto, de sonido, de alegría... extrañaba estar rodeada de ese tipo de vida.
En un principio había pensado en pasar a comer algo en Ichiraku, quizás ahí se encontraría a Naruto y le preguntaría sobre lo que ocurrió con el sexto después de dar el reporte, pero ya era muy tarde, estaba cansada, sudada y necesitaba descansar un poco, así que la comida en casa vendría bien... por hoy.
Aunque algo llamó la atención de la jóven Uzumaki.
A lo lejos se podía observar al inconfundible oloroso a perro del puente samurái y de la noche de la reunión, pero también, a su lado, se encontraba la jóven medianamente tímida que lo sostuvo junto al chico de las gafas oscuras. ¿Parecía que ambos estaban en una cita? al menos eso pensó justo después de mirar a Kiba regalarle algo a Hinata.
Bueno, bien por ellos.
Sin más, Karin tomó rumbo a su apartamento, observando la claridad abandonar a la aldea, sonriendo y saludando a las personas que hacían el mismo gesto con ella.
Si, definitivamente extrañaba esa sensación.
...
Al llegar a su apartamento, lo primero que hizo fue entrar directamente a ducharse. Era necesario.
Con el agua recorriendo su rostro y cayendo por sus mejillas, la jóven Uzumaki cerró los ojos. Podía recordar con claridad a Sasuke, la conversación que tuvieron justo antes de que él partiera de nuevo... su sonrisa. Era algo extraño, podía decir con certeza que el Uchiha seguía gustandole, pero no al nivel enfermo de antes. Pero aún así le gustaba más este Sasuke que el de hace un par de años.
Aunque otro recuerdo vino a ella... podía recordar cuando hace tres días entrego la pijama de la pequeña desaparecida a su madre. Recordaba con claridad cada palabra que cruzó con esa mujer, recordaba el llanto íntimo que pudo escuchar una vez le entregó las prendas... recordaba el dolor observable en sus ojos y, también, recordaba el dolor en el "gracias" que le brindó cuando se marchó.
Al abrir nuevamente sus ojos, solamente pudo observar la pared frente a ella, para después suspirar.
Era algo que te marcaba de una u otra forma.
...
Una vez fuera del baño, era un alivio cambiar su ropa sucia por prendas limpias, además de que también era un alivio comer algo después de pasar horas sin hacerlo.
Descansando un poco sobre su cama, solamente podía observar el último rayo de luz dejando el cielo en el horizonte. La noche estaba por caer.
...
Al entrar a su apartamento, el rubio pudo observar las sandalias de la pelirosa en la entrada. Parece que ella había llegado también.
Aunque al entrar en la sala, pudo observar a Sakura recostada en el sofa, con un libro cubriendo su rostro, se había quedado dormida y, al parecer, ella también había tenido un largo día.
Sin más, el rubio se acercó para retirar el libro de su rostro y acomodarlo cerca, solo para después darle un ligero beso en el rombo de su frente, acto que hizo a la pelirosa abrir sus ojos con ligereza, solamente para encontrarse con los ojos azules del rubio.
-Veo que ya has llegado- dijo ligeramente.
Naruto sonrió.
-Bueno, quizás es solo un sueño y realmente no estoy aquí- respondió el Uzumaki.
La pelirosa logró sentarse en el sofá para, después, darle un pequeño beso en los labios.
-Mmm, no, me parece que no es un sueño- dijo, sonriendo.
El rubio volvió a sonreír después de aquello, solo para levantarse y dirigirse a la cocina.
-Parece que tú también tuviste un día duro, Sakura-chan- dijo.
La pelirosa solamente bostezó.
-Algo así, aunque para ser sincera ha habido días peores- decía, aunque el sonido proveniente de la cocina la hizo girar y mirar al rubio comenzar a preparar la cena. -Naruto, no, yo la haré, tú acabas de volver de una misión, no pensaba que volverías tan pronto- dijo.
El rubio la miró con extrañeza.
-Vamos Sakura-chan, ambos estamos cansados, pero creeme que aún tengo un poco de energía como para preparar algo para ambos, no te preocupes por eso- decía. -Además, recuerda que somos un equipo- dijo.
La pelirosa solamente posó su barbilla encima de la cabecera del sofá y lo miró con una pequeña sonrisa.
-Bueno, tienes razón- dijo.
...
Al sentarse para cenar, el rubio trataba, con todas sus ganas, de controlar sus impulsos por querer devorar la comida. Habían pasado horas en las que no había probado algo y estaba realmente con el estómago vacío.
La pelirosa solamente se concentraba en platicar de lo que había hecho durante esos días que el rubio había estado fuera por misión.
La habían llamado un par de veces para ayudar a Shizune en intervenciones, y un par de veces más para encargarse de algunas por ella misma, algo que le emocionaba bastante. Además de que la clínica iba viento en popa y seguía dando resultados más que excelentes y, al menos ahora con más personal, no era extremadamente cansado como al inicio, aunque aún seguía siendo agotador.
Pero podía observar la mirada del Uzumaki un poco distraída.
-¿Naruto?- habló, sin respuesta alguna. -¡Naruto!- dijo.
El rubio sacudió su cabeza y la miró.
-¿S-si? ¿qué pasa?- decía.
La pelirosa solamente entrecerró los ojos levemente.
-Parece que no estás prestandome mucha atención- mencionó.
El rubio sonrió con una ligera vergüenza.
-Claro que sí Sakura-chan, siempre lo estoy- decía.
La jóven pelirosa se recargo en el respaldo de su silla y cruzó sus brazos.
-Aja...- dijo. -Bueno, entonces dime, ¿qué hice durante estos días que me emociona mucho?- preguntó.
El rubio, mientras la miraba nerviosamente y jugaba un poco con su comida, habló.
-Era sobre, eh... cierto, sí, era acerca de la clínica- decía. -¿Ves?, si te estaba poniendo atención- dijo.
La pelirosa, aún con sus brazos cruzados, levantó una ceja. Algo que definitivamente hizo sudar un poco al Uzumaki.
Sakura reacomodo su postura y colocó nuevamente sus brazos sobre la mesa.
-¿Sucedió algo durante la misión? no sueles estar así de distraído- dijo.
El rubio suspiró. Vaya que si había sucedido algo durante aquello.
Naruto procedió a contarle lo que había sucedido en el transcurso de la misión. Las distintas desapariciones, incluso la de una menor, y, al igual que Karin, eso era algo que aún rondaba por su memoria ya que todavía podía recordar a la madre de aquella pequeña y, también, a algunas de las familias angustiadas.
-Pero Sakura-chan, esto que voy a decir... Kakashi-sensei me pidió mantenerlo en secreto- decía. -Confío en que tú lo mantendras de esa forma también- dijo.
La pelirosa se mantenía expectante.
-Claro, sabes que cuentas conmigo- respondió.
El rubio suspiró.
-Bien, Karin y Sasuke habían tenido una misión hace algunas varias semanas, incluso un poco antes de nuestro matrimonio- decía. -El hecho es que durante esa misión encontraron información valiosa de un tipo bastante misterioso que dejó caer una cueva sobre él, pero, al final, esa información era en si un pergamino con coordenadas dispersas a lo largo del mundo- dijo. -Durante nuestra misión, Karin se reencontró con Sasuke y ambos fueron hacía una de las coordenadas cerca del pueblo en donde estábamos, era alguna especie de laboratorio- el rubio hizo una breve pausa, algo que llenó de todavía más duda a la pelirosa. -Ahí encontraron la ropa de las personas que habían desaparecido y... al menos según Sasuke, es probable que hayan desaparecido gracias a algún tipo de jutsu espacio-temporal ya que no dejaron ninguna manera de rastrearlos- dijo.
La pelirosa después de escuchar aquello se dejó caer nuevamente en el respaldo de su silla y suspiró. Vaya que realmente era algo para procesar y, además, no sonaba para nada bien que alguien tuviera la capacidad de viajar con un jutsu así.
-¿Y por qué Kakashi-sensei no ha hecho nada? es decir, confío en Sasuke, pero algo así necesita a personas buscando en todos los lugares posibles- dijo.
El rubio suspiró.
-Pienso de igual forma que tú, Sakura-chan- decía. -Pero como dijo Kakashi-sensei, eso solo traería pánico innecesario... además de que tiene razón, aún no hay nada que nos ponga en pistas de lo que está pasando- dijo.
Silencio entre ambos.
La pelirosa solamente podía observar al rubio con un rostro bastante desanimado, es decir, era bastante normal y entendible después de enterarse de algo como eso y que, además, tu misión fracasó sin algo que pudieras hacer para ayudar en, al menos, localizar el paradero de todas esas personas.
Sakura solamente reacomodo su postura, al igual que sus brazos sobre la mesa y estiró una de sus manos para sostener la de Naruto.
El jóven Uzumaki solo la miró y pudo observar una sonrisa ligera en su rostro, algo que, de igual manera, lo hizo sonreír.
Vaya que necesitaba de ella en esos momentos.
...
Al estar acomodando sus cosas para por fin dormir, la pelirroja debía acomodar los diversos libros que Sakura le había estado prestando días antes de salir por su misión. Eran, en si, referentes a su entrenamiento.
Mañana habría algunas cuantas cosas por hacer. Quizás iría a ver a Lee, ya que cuando tuvo su charla con Sasuke y le platicó sobre lo que quería hacer iba, bueno, iba bastante en serio. No había más opciones, era superarse si o si.
Aunque algo que no llegó a pensar hasta ese momento fue que extrañaba, medianamente, los entrenamientos de Sakura. Desde que ambas habían vuelto a coincidir, realmente se han estado volviendo personas bastante cercanas a pesar del poco tiempo que habían estado tratándose... además de que estaba en deuda con ella después de que la pelirosa curase sus marcas de mordiscos con aquel sello de su frente.
La pelirroja solamente suspiró ante aquel recuerdo.
Entonces, sin más, la jóven Uzumaki colocó sus gafas sobre su mesita de noche y apagó todas las luces. Debía admitir que le gustaba el hecho de que el apartamento donde antes vivía Naruto tenía la ventaja de ser iluminado con la luz de la luna en noches despejadas. Eso era un plus para el sitio y, además, lo encontraba algo relajante.
...
Casi cerca de la madrugada, el jóven Uzumaki había estado pensando mucho en lo que había sucedido durante esos días. Era preocupante, bastante preocupante... pero ¿por qué? y lo más importante de todo, ¿quién o quienes?
El rubio solo pudo suspirar ante esas incógnitas.
-Supongo que pensar mucho en el asunto no ayuda demasiado- pensó.
Sin más, Naruto se levantó del sofá y se dirigió a la habitación, había sido un día largo y estaba realmente cansado.
Al estar en el marco de la puerta, el rubio pudo observar a la pelirosa dejar un libro que había estado leyendo en su buró que había justo al lado de la cama.
Nunca podía describir esa sensación que le daba verla allí, con él, en ese espacio, pero vaya que tenía la fortuna de que las cosas hayan salido como salieron.
La pelirosa solamente lo observó y le hizo un gesto para que él también se acostase, algo que el rubio siguió complacentemente.
Al cruzar su brazo por detrás de la cabeza de Sakura, la pelirosa pudo acomodar una de sus mejillas en el pecho del rubio. Debían admitir que al inicio había costado un poco acostumbrarse a dormir de esa manera, más que nada porque era algo nuevo para ambos, pero actualmente era todo lo que pedían después de un largo día o, también, después de una larga y agotadora misión.
-¿Sabes, Sakura-chan? me alegro bastante de que estés aquí- mencionó.
La pelirosa solamente cerró sus ojos y lo abrazó.
-A mí también me alegra mucho que ambos estemos aquí- dijo.
Y así, los dos lentamente comenzaron a caer en el profundo mundo de los sueños.
Vaya día había sido.
...
Al tratar de abrir sus ojos lentamente, la pelirroja podía escuchar que llamaban a su puerta, era bastante temprano, lo cual era molesto.
-¡Si, si, ya voy!- decía. -Que impaciente- pensó, antes de abrir la puerta.
Aunque al abrirla, se llevó una sorpresa.
-Uzumaki Karin, el sexto quiere verte en la torre- dijo.
Al parecer Kakashi había enviado un mensajero... quien desapareció dejando una nube tras de él.
La pelirroja solamente pudo mover sus manos para alejar toda aquella pequeña nube de humo de su rostro.
-Que obsesión con eso- pensó.
...
-Adelante- decía el sexto.
Kakashi sonrió al mirar a Karin ingresar por la puerta.
-Bien, veo que ya no te tomas demasiado tu tiempo para salir del apartamento- decía. -Me alegra que las lecciones de Sakura esten dando frutos en otros aspectos también- dijo
Karin solamente entrecerró los ojos ante esos comentarios... pero tenía razón, la pelirosa admiraba mucho la disciplina y la puntualidad, así que debía de estar al nivel.
-Enviaste a alguien bastante impaciente así que, bueno, aquí estoy- dijo.
Kakashi solamente dejó los papeles que había en su mano sobre su escritorio y habló.
-Cierto- mencionó. -Como sabrás, Naruto entregó el reporte de su misión, es una pena que las cosas hayan terminado de esa forma, aunque al menos tenemos un poco más de información- decía.
-Bueno, creo que el mayor reconocimiento a eso es de Sasuke, él tenía las coordenadas, yo solamente ayudé un poco- dijo.
-Seguro- respondió. -Sasuke me envió una carta un día antes de que ustedes llegasen, contenía todos los detalles de la información que encontraron y, además, resaltaba tu participación en ello- mencionó.
Aunque ella no lo notó, el sexto pudo observar un pequeño sonrojo en ambas mejillas de la pelirroja. Quizás no estaba tan acostumbrada en recibir halagos sobre su desempeño como kunoichi, o bueno, quizás en su momento nunca se lo hicieron saber.
La pelirroja solamente pudo observar a Kakashi buscar algo en uno de los cajones que había en su escritorio, aunque al mirar lo que era, su rostro se llenó de una sorpresa total...
-Debo ser sincero y reconocer que cuando Shikamaru sugirió el recomendarte para la misión, mantuve un poco de negación en aceptar la idea, más que nada porque aún no formas parte oficialmente como shinobi, pero al final, claramente, terminé aceptando su propuesta- decía. -Shikamaru es alguien bastante inteligente, uno de los mejores que he presenciado, creo que no debería dudar de sus opiniones y, obviamente, me equivoqué al dudar de ello en esta ocasión- mencionó. -Has estado demostrando lo suficiente para llevar la bandana, aunque, como dije, oficialmente comenzaras a ser shinobi de Konoha después de que tu entrenamiento con Sakura termine por completo, así que después de ello, no lo sé, quizás busques otras ramas por tu cuenta... he oído a Ino hablar bien de ti y de tu habilidad sensorial, aunque Sakura estaría encantada de tenerte en el cuerpo médico, al menos por lo que platiqué con ella durante estos días- dijo.
El sexto solamente extendió su mano, sosteniendo en ella la bandana.
La pelirroja, quien mantenía un rostro de asombro, dió unos cuantos pasos al frente y lo aceptó.
El sexto pudo notar el hecho de que Karin parecía analizarla, no entendía bien eso, ¿quizás no era lo que quería?
-Aunque si no quieres volver por el camino de los shinobis, lo entenderé, al final de todo y como habitante de esta villa, tienes el derecho de elegir cual camino seguir- dijo.
La pelirroja alzó su mirada y miró al sexto, para después hablar.
-Creo que por el momento la llevaré en el brazo- dijo finalmente.
Kakashi solamente sonrió por debajo de su máscara ante esa respuesta, al final debía ser sincero, esa era la respuesta que quería escuchar.
...
Debía ser completamente sincera y admitir que el traer, por fin, la bandana de Konoha era un logro en sí, es decir, hace unas varias semanas podía ver su vida pasar día tras día mientras estaba en la guarida de Orochimaru. Ahora, con todo lo que había pasado, tenía su propio lugar en la superficie donde poder dormir cómodamente y, además, ya portaba la bandana de una villa como Konoha... vaya cambio.
Aunque aquellos pensamientos se esfumaron al mirar frente a ella la entrada del hospital, que rápido había llegado.
Entonces, sin más, ingresó al edificio... aún había que culminar su entrenamiento y, si se podía, aprender algunas cosas más con la pelirosa, al final de todo era una gran maestra y también tenía amplios conocimientos respecto a todo lo que abarcaba el ninjutsu médico.
Pero un rostro de sorpresa se marcó tanto en ella como en la persona que tenía frente a sus ojos, justo en la recepción del hospital.
-¡Karin, que alegría!- saludó Sakura.
La pelirroja solamente sonrió en respuesta.
-Han sido unos pocos días, pero también me alegro de verte de nuevo, Sakura- dijo.
La pelirosa la abrazó, aunque un detalle la hizo abrir sus ojos en sorpresa.
-No me digas, ¿ya eres...- decía.
-Aún no, bueno, claramente tengo ya la bandana, pero según Kakashi formaré parte oficialmente hasta que mi entrenamiento contigo finalice por completo- dijo, interrumpiendola.
Sakura sonrió en respuesta a ello.
-Bueno, te lo mereces bastante, de eso no me cabe la menor duda- decía, aunque la pelirroja pudo notar al instante el cambio de expresión en el rostro de la pelirosa. -Naruto me contó sobre su misión, espero que te encuentres bien- dijo.
Karin simplemente suspiró en respuesta.
-Mentiría si te dijera que no me afecto en lo absoluto pero, no lo sé, es algo raro de describir, ya sabes, por todas las cosas que rodean a todo eso en general- dijo.
Sakura asintió en respuesta. Ese tema debía ser tocado con cuidado y, además, en bastante secreto.
-Vayamos a entrenar, ahí podemos hablar más en privado- decía.
La pelirroja asintió, aunque mientras ambas avanzaban hasta la sala de entrenamiento, una duda surgió en ella... además de que, también, quería comenzar a entablar conversaciones más casuales.
-¿Sabes? ayer por la tarde miré al oloroso a perro y aquella chica un poco tímida, eh... Hinata, en una especie de cita- decía.
La pelirosa abrió sus ojos en definitiva sorpresa... ¿Hinata y Kiba?
-Bueno, yo realmente nunca vi a esos dos saliendo pero, no lo sé, yo creo que bien por ellos- comentó Sakura.
Karin solamente mantenía su mirada hacía el frente, aunque debía dar su opinión.
-Yo creo que hacen una pareja bastante rara, pero se ven bien juntos, eso es bueno- dijo.
La pelirosa sonrió al escuchar aquellas palabras.
Definitivamente se alegraba bastante por Hinata. Se lo merecía y mucho.
...
-Bien, sigue así- pensaba la pelirosa.
Hacía ya un par de horas que el entrenamiento de Karin había iniciado nuevamente. Su mejora con la palma mística era bastante buena, demasiado buena. Ahora estaba a punto de superar su barrera de los cuatro minutos y lograrlo en dos, aunque aún le costaba un poco mantener ese ritmo constante.
-Ya... ya está- decía Karin.
La pelirroja se separó del pescado, mientras que la pelirosa se acercaba a observar. Era verdad, el pescado había sanado completamente en menos de tres minutos, eso si era un avance.
-Bien hecho, Karin, realmente te has superado- mencionó Sakura.
La jóven Uzumaki solamente suspiró.
-Gracias, aunque aún tengo que mejorar más- decía.
La pelirosa la miró.
-Bueno, desafortunadamente una curación de tal magnitud nunca será instantánea con el ninjutsu médico tradicional, una herida pequeña sí, esa es la única pared que no podemos romper, no importa lo talentoso, perseverante o qué tanto te esfuerces por superar ese tiempo- decía. -Al menos si me lo preguntas, la única manera en la que podrías curar a alguien instantáneamente sería usando tu habilidad, pero tu palma mística es excelente como está- dijo.
La pelirroja analizó esas palabras y, bueno, Sakura tenía razón. Por mera lógica no se podía sobrepasar algo como eso, ni tampoco intentar forzarlo porque de igual forma no funcionaría y solo causarías algún error o contratiempo con una imprudencia como esa. Habría que olvidarse de ello pero seguir mejorando en otros aspectos. Aunque esos pensamientos y dudas serían para otro entrenamiento.
Aunque una duda había entrado en la mente de la pelirroja y era sobre el rubio.
-¿Cómo está Naruto?- preguntó.
La pelirosa miró a Karin y suspiró ligeramente.
-Lo noté demasiado distraído el día de ayer- respondió. -Me contó que era por la misión y por todo lo que tú y Sasuke habían encontrado, además de por todo lo que Kakashi-sensei le comentó- dijo.
Karin solamente asintió con ligereza.
-Lo siento por eso, Sakura, debí haberle dicho desde el inicio- dijo.
La pelirosa sonrió en respuesta.
-No hay problema, sé que Kakashi-sensei ha pedido mantener en secreto todo esto, eso lo entiendo a la perfección- decía. -Pero, bueno, ¿tú estás bien? es decir, me dijiste que te sentías rara por ello- dijo.
Karin simplemente suspiró al escuchar aquello.
-Creo que, en general, todo ese asunto me preocupa un poco, más si involucra a civiles que no tienen nada que ver en un problema así- decía.
La pelirosa había dejado al pescado en un lugar seguro, para después regresar a su asiento y comenzar a arreglar unas cuantas cosas.
-Creo que por el momento no es bueno pensar tanto en ello, confiemos en que Sasuke sabrá o tendrá información pronto- decía, a lo que la pelirroja solo pudo mostar una ligera sonrisa. -Creo que hemos terminado por hoy, siendo sincera, creo que tu próxima lección será la última, solamente necesitas perfeccionarla un poco más y estarás lista, después de ello, bueno, lo que quieras aprender sobre todo esto ya dependerá de ti... pero sabes que cuentas conmigo para todo, incluso para aprender cosas nuevas- dijo.
La pelirroja asintió en respuesta.
-Estoy segura de que aún necesitaré tu ayuda, Sakura- decía. -Gracias por... bueno, gracias por todo- dijo.
La pelirosa solo pudo mostrar una sonrisa en respuesta a ello.
-Sin problemas- respondió.
Aunque alguien ingresó por la puerta.
-Sakura, tengo la lista de unos cuantos niños más que comenzarán a asistir a la clínica- decía Ino. -Hola, Karin- dijo, sonriendo.
-Me alegra verte, Ino- respondió la pelirroja.
Sakura tomó la lista y miró los nombres, habría que conocer a los niños en los días siguientes.
Karin se estiró un poco y habló.
-Bueno, ustedes tienen cosas que hacer, así que iré a ver a ese chico de peinado extraño, eh... Lee, ¿alguna sabe dónde podría estar?- preguntó.
La pelirosa e Ino se extrañaron un poco por ello.
-¿Lee-san?- preguntó Sakura.
Aunque Ino alzó ambas cejas ante ello.
-¿Sales con Lee?- preguntó.
Karin simplemente mostró un rostro de incredulidad.
-Que exageración- dijo. -Y no, ni siquiera lo conozco, pero quisiera pedirle que me entrene en taijutsu, Naruto me platicó que sabe bastante de ello y yo... bueno, quiero comenzar a tomarme en serio todo esto- dijo.
Al escuchar eso, una sonrisa se pudo reflejar en el rostro de la pelirosa, le alegraba bastante mirar a Karin de esa manera.
Así se habla.
Por parte de la jóven Yamanaka, aunque no lo había notado al inicio, pudo observar la bandana de Konoha en uno de los brazos de la pelirroja, eso fue algo que la hizo sonreír.
-¡No me había percatado de tu bandana!- decía. -Eso definitivamente se debe festejar... bien, entonces sugiero que, como festejo por ello, nos acompañes esta noche- dijo.
Karin quedó extrañada un poco por ello... al igual que Sakura.
-¿Esta noche?- preguntaron ambas.
-Bueno, bueno, un poco apresurado y bastante de sorpresa... además de que lo debí haber planeado un poco mejor pero, sugiero vernos después del trabajo, ¿qué dicen?- preguntó.
Karin y Sakura solamente se miraron mutuamente... bueno, nunca viene mal despejarse un poco de las responsabilidades.
-Seguro- respondieron
-¡Bien!- decía. -Entonces nos vemos fuera de tu casa después del trabajo, frentona- dijo.
Al escuchar eso, Karin pudo observar un rostro bastante enojado por parte de la pelirosa después de haber escuchado aquello.
-Seguro que sí, Ino CERDA- respondió.
-¡¿Qué has dicho?!- decía.
La pelirosa simplemente rió de una forma victoriosa.
-Lo que has escuchado- dijo.
Karin solamente miró a ambas con un rostro de bastante confusión, ¿qué acababa de suceder?
-Yo, eh, volviendo a lo de Lee, ¿pueden decirme donde podría encontrarlo?- preguntó.
Ambas miraron a la pelirroja, una mirada que, sin duda, infundía temor.
-Campos de entrenamiento- dijeron al unisono.
Karin solamente sudo ligeramente ante esa respuesta y esos tonos de voz, para después avanzar con bastante cautela hacía la salida.
-Eh, bueno, yo supongo que las veré después- decía, para después cerrar la puerta.
Un alivio recorrió su cuerpo después de abandonar la sala de entrenamiento. Se miraba a kilómetros que ambas eran amigas inseparables y, probablemente, las mejores que había... pero ¿qué había sido eso?
vaya par más raro.
...
Aún había "partes" de lo que era Konoha que aún no visitaba, una de ellas eran los campos de entrenamiento. A pesar de haber pedido indicaciones para llegar hacía ellos, le tomó un poco de tiempo el encontrarlos.
Aunque debía de admitir que en un inicio pensaba que los campos de entrenamiento serían pequeños, lo justo para entrenar, pero vaya que eran amplios, al menos si se lo preguntaban, estaba a punto de dar media vuelta y regresar a su apartamento... hasta que miró a tres siluetas a lo lejos, entonces, sin más, comenzó a acercarse a ellos.
...
Después de la guerra y un poco antes de la boda de Naruto y Sakura, Lee comandaba una 'unidad' especial de shinobis, los cuales se especializaban en taijutsu, además de que también se escogían shinobis capaces que pudiesen llevar a cabo las ocho puertas internas, un kinjutsu que necesitaba, sobretodo, de bastantes años de arduo y feroz entrenamiento tanto físico como mental. Eran muy pocos eran en verdad los que lograban aguantar algo de tal magnitud.
Era, en verdad, algo de temer.
Aunque la pelirroja debía admitir que quedó un poco confundida cuando miró a una persona parecida a Lee en una silla de ruedas.
-Eh, hola a todos- saludó.
Gai, Lee y Ten Ten miraron a la pelirroja.
-¡Karin!, que sorpresa- decía Ten Ten.
Lee y Gai solamente saludaron con una sonrisa.
-Creo que no te habíamos visto desde la reunión, Karin-san- mencionó Lee.
La pelirroja sonrió en vergüenza ante ese comentario.
-He estado un poco ocupada con los entrenamientos de Sakura, además de que recientemente tuve una misión con Neji y Naruto- dijo.
-Neji me contó de ello, lamento que no haya salido con éxito- dijo Ten Ten.
La pelirroja solamente suspiró nuevamente.
-Bueno, supongo que las cosas son así a veces- dijo en respuesta.
Aunque la jóven Uzumaki pudo observar al tipo en silla de ruedas observándola fijamente como, bueno, como tratando de recordar algo.
-Eh ¿hay algún problema?- preguntó.
Ten Ten solamente llevó una mano a su rostro.
-Gai-sensei, ella es...- decía, antes de ser interrumpida.
-¡Oh! ¡eres la chica que mencionó Kakashi cuando hablamos la última vez!- dijo.
-¿Sen-sensei? ¿es ese el "Gai-sensei" que mencionó Naruto?- pensaba la pelirroja.
Karin solamente miró a Lee y Ten Ten, para después regresar su mirada hacía Gai.
-Si, eh, creo que esa soy yo- decía. -Es, bueno, ¿en verdad tú eres el sensei de ellos?- preguntó.
Gai solamente sonrió ampliamente, notaba una ligera pizca de incredulidad en aquel tono de voz.
-¡Que la silla de ruedas no te engañe, aún puedo dar bastante batalla de esta manera!- decía.
La pelirroja solamente quedó un poco en shock por la efusividad del sensei de Ten Ten y Lee... aunque al mirar a este último, pudo observar lágrimas de, bueno, al parecer alegría y orgullo.
-¡Que orgullo, Gai-sensei!- dijo el jóven cejon.
Ten Ten solamente llevó ambas manos a su rostro para tratar de cubrirlo.
-Ni aún porque acaba de conocer a Karin, Gai-sensei puede mantenerse tranquilo... y para colmo Lee le sigue el juego- pensó.
La pelirroja pudo salir de su trance gracias a que escuchó la voz de Lee.
-Pero Karin-san, no hemos preguntado el por qué estás aquí, ¿has venido a entrenar?- preguntó.
La jóven Uzumaki solamente miró a Lee.
-Cierto, sí, hablando sobre eso... me gustaría pedirte algo- decía. -Bueno, ya saben que he estado aprendiendo ninjutsu médico con Sakura, pero quisiera tomarme en serio todo esto, en general- dijo. -Naruto mencionó que eres excelente en taijutsu, entonces pensé en que si podías ayudarme con ello- mencionó.
Todos miraron a Lee y pudieron observar un rostro de bastante sorpresa, aunque había un poco de duda en él también.
-Yo, bueno...- decía.
La pelirroja entendía perfectamente la actitud del jóven cejon, prácticamente solo había convivido con Neji, Ino, Sakura y Naruto desde que había llegado y, a pesar de que Ten Ten y Lee formaban parte del equipo del jóven Hyuga, no había tenido el tiempo ni la oportunidad de conocerlos mejor.
Gai, por su parte, había observado detenidamente la mirada de Karin al mencionar su entrenamiento con Sakura y su petición. Pocas veces se podían ver esas miradas con determinación en los ojos. Tenía potencial de ser una buena alumna.
-¡Lee, ya has entrenado a otras personas antes!- decía Gai. -¡Estoy seguro de que Karin podría ser una buena alumna!- dijo.
Ten Ten solamente pudo asentir en respuesta, estaba bastante de acuerdo con su maestro.
-Estoy de acuerdo con lo que dice Gai-sensei, Lee- decía. -Además de que Ino nos ha contado lo bien que Sakura habla de Karin como alumna- dijo.
Ese comentario hizo sonreír ligeramente a la pelirroja, escuchar ese tipo de comentarios respecto a lo que Sakura decía de ella era, en sí, motivador.
-Bueno, entonces acepto entrenarte con lo que sé- decía. -No será fácil, nada fácil, ¡pero eso solamente avivará las llamás de tu juventud todavía más!- dijo.
-¿En serio tenías que arruinar un momento así?- pensó Ten Ten al mirarlo con un rostro de bastante vergüenza.
-¡Oh!, y también podrías usar un traje como el de Gai-sensei y el mío para entrenar, es muy cómodo- decía.
La pelirroja solamente sonrió con nerviosismo y miró a Ten Ten.
-Si, eh... no lo creo- dijo.
Ten Ten asintió ante la mirada de Karin. Buena respuesta.
Gai solo podía reír ante todo lo que estaba ocurriendo.
Iba a ser, definitivamente, algo interesante.
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