9
(Celeste)
Somos despertados por la azafata que viene a avisarnos que hemos llegado y estamos a minutos de aterrizar.
Siento que David se revuelve un poco a mi espalda, pero no se mueve, asumo que sigue dormido porque siento su respiración pausada en mi cabeza, así que me giro un poco para hablarle.
En el momento que coloco mis manos en sus mejillas, él abre los ojos y me ve con la misma intensidad de siempre.
—Debemos levantarnos—le digo mientras él besa la palma de mi mano —ya estamos a minutos de aterrizar...
David me mira y asiente, se levanta de la cama y no puedo evitar sentir el vacío en mis manos, como si se diera cuenta de lo que siento, David toma mis manos entre las suyas y me ayuda a ponerme de pie y después se agacha a tomar a Ángel en brazos, que no se ha dado cuenta del movimiento.
—Vamos — me dice tomando nuevamente mi mano.
Nos acomodamos todos en nuestros asiento y veo que Mónica me mira con una gran sonrisa en la cara justo antes de susurrarme —¿Estuvo placentera tu siesta?
No puedo evitar sonrojarme ante el doble sentido de sus palabras y saco mi espejo para descubrir mi estado, estoy completamente despeinada y con el maquillaje corrido.
¡Dios! ¡No puedo conocer a la abuela de David en este estado!
Creo que deberé arreglarme antes de bajar del avión. David como leyendo mi pensamiento toma uno de los rizos sueltos de mi cola y dice —me gusta cuando llevas mechones sueltos o completamente suelto... aún más de cuando lo llevas completamente liso y arreglado... —y acercándose a mi oído me dice —te ves más como tú misma...
Yo le sonrío y le doy un casto beso mientras digo un silencioso gracias.
Decido colocarme solamente maquillaje natural, un poco de brillo en los labios y me retiro el lápiz de ojos, el cabello me lo dejé suelto y con ondas que se hicieron debido a que estuvimos acostados. David me mira con los ojos brillantes se acerca a mí y mientras me besa un costado de la cabeza me dice —Estás bellísima princesa...
Yo le sonrío mientras él, con Ángel en brazos, toma mi mano y bajamos del avión los tres.
Los medios de comunicación están tomando fotografías desde una distancia considerable que asumo que la seguridad de los Stevenson pusieron, hay un automóvil esperando y David me dice —Princesa, podemos irnos ahora si estás muy cansada... el equipaje lo llevará después Smith, ¿Quieres ir a comer algo primero o ir directamente a casa de mamá Lise?
—Vamos a casa de tu abuela... —Ie digo colocando mi mano en su mejilla —ella tiene mucho tiempo de esperarte... —yo me encojo de hombros y le digo con una media sonrisa —además, así salimos de la incertidumbre sobre si le gustará conocerme o no...
David se sonríe y me abraza mientras dice —ella amará todo sobre ti y nuestro Ángel...
Me estremezco un poco cuando lo escucho hablar de esa manera sobre mi hijo, pero sé que debo acostumbrarme... Al menos por un tiempo...
***
Después de casi media hora en automóvil nos detenemos frente a una verdadera mansión, entiendo claramente lo rica que es la familia de David.
Somos recibidos por un mayordomo que nos hace pasar a una gran sala, todo el interior de la casa está decorada muy sobria pero se nota el gran costo.
Se escuchan pasos en la puerta después de un momento, David sujeta mi mano con firmeza, la puerta se abre dejando entrar a una señora bajita sostenida por la mano del mayordomo, en el momento que ve David corre hacia él, por así decirlo ya que se nota que le cuesta respirar mientras camina o hacer algún esfuerzo físico.
—David por fin estás aquí!— le dice mientras lo besa como a un niño.
—¡Mamá Lise!— le dice David y la abraza sin soltar mi mano.
Ella se aparta un poco de él y se fija en mí, un «hola» silencioso sale de mi boca y siento sus brazos a mi alrededor antes de poder reaccionar.
—Querida tú debes ser la esposa de David, Celeste... — Y apretándome fuertemente entre sus brazos viendo a mi hijo en los brazos de David dice—¡Ohhh Dios! él debe ser el pequeño Ángel, su hijo.
—Ella es Celeste y él es Ángel, mi familia — dice David pasando su brazo sobre mis hombros y dándome un beso en el costado de mi cabeza.
—Eres bellísima querida—me dice la abuela de David.
—Gracias señora espero no molestar...
—Por supuesto que no querida y dime mamá Lise también... Sean bienvenidos a ésta que también es su casa.
—Gracias seño... quiero decir Mamá Lise... — le digo mientras ella toma una de mis manos.
—Bien, vamos a comer y después asumo que podemos descansar un poco... —dice guiando al comedor.
Cuando todos estamos ubicados en la mesa, incluso Ángel y está en un silla para bebé, comienzan a servir la comida.
Yo permanezco en silencio, pues no estoy segura que decir. Así que me limito a ver cómo Mónica, que llegó hace poco, está alimentando a mi hijo.
—David, ¿Nunca me has contado cómo te deshiciste de la trepadora de Leticia? —y señalandome dice —¿Cómo conseguiste caer en la vida de este hermoso ser?
Veo que David se tensa ante sus palabras y decido ayudar diciendo —Lo conocí por una amiga en común y desde el primer momento no pude mantenerme lejos de él... es como si el universo nos juntara siempre que quería...
—Ohhh... —dice ella mirándonos con los ojos brillantes — me alegro tanto que se hayan encontrado...
David me sonríe y me besa tiernamente, asumo que en agradecimiento.
La comida sigue sin más momentos incómodos y después de un momento estamos listos para irnos mamá Lise me toma la mano y dice —¿Y por qué no usan anillo de matrimonio?
Yo siento que el color deja mi rostro... ¿Cómo es posible que olvidáramos algo tan importante?
(David)
Celeste baja la mirada y continúa comiendo, no creo que pueda mentir mucho con mi mamá Lise mirándome fijamente, así que decido decir algo de verdad.
—Aún no nos casamos por la Iglesia... —justo cuando lo digo, Celeste me mira con los ojos muy abiertos y caigo en cuenta que mamá Lise da un grito ahogado de asombro.
—David Emerson Stevenson ¿Cómo es posible que estés viviendo en pecado con un Ángel cómo tu esposa? — me dice con reproche en la voz.
—Fue un matrimonio fugado... —escucho a Celeste decir —realmente sólo queríamos estar juntos...
Ella me toma la mano por sobre la mesa y veo como cambia el semblante de mi abuela cuando dice —bueno eso lo hace un poco menos malo... Me encanta que se encontraran en la vida...
Yo le sonrío y beso la mano de Celeste, ella me sonríe y acaricia mi mejilla.
—Bien, creo que deberíamos subir a descansar — dice mamá Lise poniéndose de pie —mañana seguiremos conversando.
Yo me levanto a ayudarla pero ella me detiene diciendo —Yo puedo subir sola, mejor lleva a tu familia a sus habitaciones... Selena les mostrará cuáles son.
—Buenas noches mamá Lise — nos despedimos Celeste y yo y subimos.
***
Anoche dormí cómo hacía mucho no lo hacía, mi princesa mágica espanta pesadillas lo logró nuevamente.
Es grandioso dormir sin fantasmas de mi pasado que me causen insomnio.
Nos hemos levantado hace poco, Mónica está terminando de arreglar a Ángel cuando llegamos a su habitación. En el momento que me mira Ángel comiendo a intentar llegar a mí y lo escucho decir «vid» «vid», yo le sonrío y me acerco a cargarlo después que está listo.
Bajamos todos juntos a comer, comemos solos, pues al parecer mi mamá Lise aún no se levanta.
Después del desayuno subo junto a Celeste a revisarla —Buenos días mamá Lise... — le saludamos asomándonos —nos dijo Philip que te sentías algo indispuesta...
—Hola calabacín y Celeste— dice y vemos a un médico salir del baño, ella siguiendo nuestra mirada dice —al parecer estoy algo más enferma de lo que quiero admitir...
—Señora Elise, vendré por la tarde — dice el médico —recuerde descansar...
Yo le beso la cabeza a mi abuela y salgo tras el doctor para saber el motivo de su visita, dejando a Celeste haciéndole compañía.
—Hola doctor, soy David Stevenson, el nieto de la señora Elise — le digo extendiendo mi mano —¿Cómo se encuentra mi abuela?
—Mucho gusto — me responde y continúa — No muy bien, volveré por la tarde con los resultados.
—Gracias, lo estaremos esperando — le digo entrando nuevamente a la habitación de mamá Lise.
—Calabacín... — me llama desde su cama —creo que no cuento con mucho tiempo ya... —y mientras me acaricia la mejilla me dice —sólo tengo un último deseo...
—¿Cuál es? — le pregunto sin dudar.
—Que tú, mi calabacín... dejes de vivir en pecado... sé que encontraste una joya en tu esposa y estaré mucho más tranquila si sé que no se separarán...
—Mamá Lise... — le digo tomando una profunda respiración.
—Por favor calabacín, no puedes negarle su última voluntad a una anciana... —y tomando la mano de Celeste dice —por favor Celeste, quiero estar presente en la boda de mi niño...
Celeste aspira una respiración y espero su negativa, pero me quedo perplejo cuando responde:
—Podríamos intentarlo...
Hola mis queridos(as) lectores(as), hasta aquí este capítulo.
Espero les haya gustado, recuerden votar y Comentar que les ha parecido.
Gracias por leerme,
Besitos,
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