7. Bryce Bryce Bryce
A la mañana siguiente, la situación era tal que así:
—Piensa en otra cosa —me dije a mí misma —piensa en ese bolso que tanto te gusta pero siempre que vas a la tienda ya lo han agotado. Piensa es aquellas botas rebajadas tan monas que dejaste sin vigilancia dos microsegundos y una vieja te robó del carrito. Piensa en el conjunto de lencería que te regaló Bryce por aprobar aquel examen tan importan...
Y ahí estaba Bryce de nuevo.
Bryce, Bryce, Bryce, Bryce y otra vez Bryce.
Su recuerdo se aferraba a mí cuál parásito chupasangre. De hecho, hubiera preferido tener de ex a una sanguijuela antes que a él, porque de haber pasado la tarde con una sanguijuela, ahora no tendría que preocuparme por echar de menos su firme tacto, sus suaves caricias, su olor a hombre, sus jadeos desalentados, su risa sarcástica, su desagradable compañía o incluso su respiración agitada.
Y todo por un simple y fugaz polvo en su salón.
¿Siempre había sido una chica tan fácil?
De igual modo, por lo que ahora tenía que preocuparme era por un problema mucho más relevante en mi vida que Bryce Halton: escoger atuendo para la fiesta.
Hicieron falta más de dos horas tan solo para decidir los zapatos y el bolso. Ahora, teniendo como referencia el dorado de lo ya establecido en el conjunto, me tocaba decantarme por uno de los cientos fe vestidos que habitaban las profundidades de mi gran armario.
Me sentía sin fuerzas cual soldado después de una larga guerra.
Resoplé y me puse manos a la obra.
Me probaba un vestido. Le encontraba un defecto. Me lo quitaba. Lo guardaba. Sacaba otro. Me lo probaba. Le encontraba un defecto. Me lo quitaba. Lo guardaba. Sacaba otro...
Podría seguir así mucho más tiempo, pero en su lugar diré que abandoné la búsqueda ya hasta el coño de tanto vestirme y desvestirme.
Me vi forzaba a recurrir a un antiguo pero normalmente eficaz método: el directo de Instagram.
Comencé a grabarme y esperé a que los espectadores llegaran.
Ilusa de mí. La gente me repudiaba, no se iba a unir nadie.
Entonces, cuando estuve a punto de cerrar el directo, la primera persona entró. Tras ella una segunda, una tercera, una cuarta...
Cinco minutos después el contador casi marcaba los 100. Una cifra muy baja para tratarse de la perfecta Willow Lewis, pero como eran otros tiempos no podía quejarme.
Comenté mi dilema y el espacio para comentarios no tardó en llenarse de mensajes.
"El rosa es ideal" "El verde te hace más alta" "El negro, sin duda el negro"...
Al encontrarme con tanta diversidad de opiniones, me replanteé iniciar ese directo habia sido realmente una buena idea.
Di las gracias y modifique los ajustes de la hilera de comentarios. Marqué "solo seguidores a los que tú sigues de vuelta", y casi agradecí encontrarme con la bandeja vacía.
Sin cerrar el directo, me volví hacia la cama para recoger a los candidatos y apilarlos junto al resto de vestidos de mi armario.
Entonces, un nuevo mensaje.
"El rojo vino tinto, además de resaltarte los ojos te hace muy buen culo"
De Bryce Halton.
Cerré el directo, apagué el móvil y lo metí en uno de los cajones de mi escritorio, de donde no pudiera escapar.
Claro que no haría caso a Bryce ¿Desde cuándo sabía el de moda? Era un imbécil si creía que me vestiría solo para gustarle a él.
Diez minutos después yo ya vestía la prenda vino tinto.
Me excusaré diciendo que combinaba a la perfección con unos pendientes la mar de monos que hace tiempo quería estrenar.
Total, Bryce tampoco lo notaría.
Y hablando de Bryce...
El claxon de su auto sonó frente a mí casa. ¿Que como lo reconocí? Meh, pequeños detalles con los que solo una adolescente obsesiva podía quedarse.
Me miré una última vez a espejo, comprobando que no me faltara nada. Está mal que yo lo admita, pero lucía de escándalo.
—¡ME VOY! —grité ya en la entrada con la esperanza de que mi madre me oyese, pero sin esperar una respuesta de su parte.
No solo me hacían el vacío en la calle, también en mi propia casa. Así eran las cosas entre nosotras y no podía ni quería hacer nada por cambiarlo. Nos iba mejor por separado.
Abandoné la casa y caminé hacia el auto con aires de grandeza, como de costumbre. Abrí la puerta del copiloto y tomé asiento junto a Bryce, quién al reconocer mi vestido no tardó en esbozar una sonrisa vanidosa.
—No quiero ni un comentario —advertí con mi mal carácter mañanero.
—Está bien. Solo no esperes que te mire la nuca cuando me des la espalda, sabes que no tengo ni vergüenza ni autocontrol. Y en lugar de hacerte la ofendida, contestame una cosa, ¿Porque tenías que organizar la fiesta tan temprano? —preguntó con falso fastidio sin borrar la sonrisa de sus labios.
—No es tan temprano. Lo que ocurre es que necesito hacer un par de recados primero, y como yo no tengo coche y mi madre... Bueno, ya sabes cómo es, el título de chófer recae sobre tí. Es un gran honor, solo espero que sepas apreciarlo y puedas estar a la altura.
—Teniendo en cuenta a tu anterior chófer, creo que no me costará superar las expectativas.
Pillé la referencia a mi madre y quise continuar la gracia.
Me incliné sobre la palanca de cambios para crear un ambiente más íntimo, entonces intercambiamos miradas y confesé:
—Entre tú y yo, dejó el listón muy muy bajo. Casi por los suelos, me atrevería a decir —susurré a modo de secreto, provocando la risa de Bryce.
Nos permitimos unos segundos para volver a la seriedad de antes y retomamos la conversación.
—¿Y donde dices que queda ese recado tuyo? —inquirió a la par que arrancaba el motor del coche.
Encendí mi móvil y entré al GPS. Saqué también un pintalabios vino tinto, el que había usado ese día, y garabateé con él en la parte inferior de la pantalla.
Una vez el tiempo aproximado del trayecto estuvo cubierto de pintura, le tendí el móvil a Bryce con la sonrisa de alguien que no rompía un plato.
—¿Qué significa esto, exactamente? —inquirió divertido ante mi extraña conducta.
Significaba que estábamos a hora y media del destino, y sabía que si se enteraba se negaría a conducir hasta tan lejos.
—Tú solo conduce.
Bryce asintió, obediente.
💋💋💋
¿Cómo va la lectura?
Se que el principio se ha podido hacer un poco pesado, pero prometo que a partid de aquí intentaré darle algo de vida al asunto.
Si aún no he eliminado este texto es que continúa siendo tan solo un borrador, por lo que pido perdón de antemano por las posibles faltas y fallos en la escritura.
¿Os van cayendo mejor los personajes? Pronto introduciré a otros nuevos en la historia. Mientras tanto os dejo sacando conclusiones sobre quién será "W" y qué es lo que quiere de Willow.
Besis de fresis a todas las rubias peligrosas que me lean 💋
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