Minos se acercó a Albafica, con una mirada cálida, una solamente dedicada para el... Aquella que jamás había compartido con alguien más.

- Es hora de que descanses, Albafica. Ha sido un día largo.

Albafica asintió, sintiendo el cansancio en su cuerpo - Sí, gracias, Minos.

Minos sonrió - No hay nada que agradecer. Eres mío ahora, y mi deber es cuidarte.

Albafica se sintió conmovido por las palabras de Minos - ¿Por qué eres tan amable conmigo?

Minos se encogió de hombros - Porque eres especial, Albafica. Y porque pronto serás mi esposo pero sobre todo mi compañía para gobernar estas tierras a un futuro más próspero.

Albafica se sonrojó - ¿Esposo?

Minos asintió - Sí. Y hasta que nos casemos, no te tocaré, eso puedes tenerlo por seguro y cuidaré de ti, siempre que lo necesites.

Albafica se sintió aliviado y emocionado al mismo tiempo por la forma en la que Minos era con el, algo que jamás vivió con su familia, ni mucho menos con quién se iba a casar anteriormente - Gracias, Minos.

Minos se inclinó y besó la frente de Albafica - Duerme bien, mi rosa. Mañana será un nuevo día.

Albafica se retiró a su habitación, sintiendo la protección y el cuidado de Minos.
Aunque Minos no había tocado a Albafica de manera íntima, su cercanía y su mirada habían creado una conexión profunda entre ellos.

Albafica se preguntó qué sería de su vida al lado de Minos. ¿Cómo cambiaría su relación cuando se casaran? ¿Qué desafíos enfrentarían juntos? ¿Acaso, lograría el sueño de su vida?

Mientras se dormía, Albafica sonrió, sabiendo que Minos estaría allí para protegerlo y amarlo, aunque tomó la decisión a la deriva sin conocer al padre de Minos, ni siquiera sabía que relación llevaría con ellos.

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Al día siguiente, Albafica decidió explorar el castillo y sus alrededores. Minos le había dado permiso para hacer lo que quisiera, siempre y cuando lo mantuviera al tanto de la situación.

Mientras paseaba por los jardines, escuchó el sonido de acero chocando contra acero. Siguió el ruido y se encontró con un grupo de jóvenes guerreros aspirantes entrenando en el patio de armas.

Albafica se sintió emocionado. Él también sabía usar la espada, gracias a su entrenamiento con Shion, aunque sus padres siempre se opusieron ante ese aprendizaje, no le quedaba alternativa alguna más que practicar lejos de ellos.

Se acercó al instructor, un hombre maduro con varias cicatrices en el rostro a causa de sus combates.

- Disculpe señor. ¿Puedo unirme a la sesión de entrenamiento?

El instructor lo miró sorprendido ¿Cómo una figura delgada, sutil y sobre todo de piel palida que no mostraba rasguño alguno ni siquiera huellas de alguna batalla anterior.

- ¿Tú? ¿Eres...?

- Soy Albafica, el consorte de Minos - Dijo con orgullo.

El instructor se inclinó - Lo siento, señor. No sabía que usted era....

Albafica sonrió - No hay problema. Quiero entrenar con ellos.

- P... Pero... ¿Le gustaría que le otorgara algún instructor capacitado para usted solo? Está es una prueba para aspirantes, no quisiera que saliera lastimado y el joven Minos me castigara por ello.

- Conmigo no existe ese problema, Minos está al tanto, puede estar tranquilo.

El instructor asintió un poco más aliviado - Muy bien. Únete a la sesión.

Albafica ató su cabello en un coleta y se unió a los jóvenes guerreros, que lo miraban con curiosidad y respeto.

Durante el entrenamiento, Albafica demostró su habilidad con la espada, impresionando al instructor y a los jóvenes guerreros.

- Eres muy bueno - dijo el instructor. - ¿Quién te enseñó?

Albafica sonrió - Mi amigo Shion. Él me enseñó todo lo que sé.

De repente, un joven guerrero se acercó - Señor Albafica, ¿puedo hablar con usted?

Albafica asintió - Claro, ¿qué pasa?

- Me llamo Valentine. Soy uno de los mejores guerreros aquí. Y quiero saber... ¿cómo logró ganarse la confianza de Minos? Todo mundo dice que es un ser despiadado.

Albafica se sintió intrigado - ¿Qué quieres decir?

Valentine se inclinó - Minos es conocido por ser implacable. Pero contigo es diferente. ¿Qué secreto tienes?

Albafica sonrió - No hay secreto. Solo soy yo mismo.

Valentine se rió - Debe haber algo más. Pero no importa. Me alegra verte aquí.

Albafica se sintió bien recibido por Valentine y los demás jóvenes guerreros. Cadia día que pasaba, sentía que realmente su lugar en Valtania era el correcto.

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Minos observó a Albafica desde una distancia considerable viendo cómo se movía con gracia y precisión mientras entrenaba con los jóvenes guerreros.

Se sintió impresionado por la habilidad de Albafica y su pasión por la espada.
De repente, una idea surgió en su mente.

- Quiero un duelo personal con él - se dijo a sí mismo mientras que su asistente personal le seguía los pasos.

Minos se acercó al patio de armas, llamando la atención de Albafica y los demás - Albafica - dijo, con voz autoritaria. - Quiero hablar contigo.

Mientras que los aspirantes presentes y el instructor rogaban para sus adentros que realmente no tuvieran algún problema por haber sostenido un enfrentamiento con el consorte.

Albafica se acercó, sudoroso y con la espada en mano - ¿Sí, Minos?

Minos sonrió al instante - Quiero un duelo contigo. Solo nosotros dos.

Albafica se sorprendió - ¿Un duelo? ¿Por qué?

Minos se encogió de hombros - Quiero ver tus habilidades en acción. Y quiero probar mis propias habilidades contigo.

Albafica asintió, emocionado - Estoy listo - Mostró su espada con ímpetu.

Los dos se enfrentaron en el centro del patio de armas, sus espadas brillaban en la luz del sol irradiando ante la mirada de los presentes.
Unos apostaban a que Minos le ganaría al joven consorte mientras que unos cuantos esperaban que el ganador fuera Albafica.

- Comienza - dijo Minos, con su mirada intensa analizando cada movimiento de Albafica.

El duelo comenzó, los dos guerreros intercambiando golpes y mostrando su habilidad. Albafica se sintió desafiado por la fuerza y la estrategia de Minos.
Pero no se rindió. Luchó con todo su corazón, demostrando su valía como guerrero.

Minos se sintió impresionado por la determinación de Albafica.

- Eres más fuerte de lo que pensaba - dijo, sonriendo.

Albafica sonrió también - Gracias, Minos.

El duelo continuó, los dos guerreros igualados en habilidad y pasión.

Albafica se dejó llevar por su confianza y habilidad con la espada, atacando a Minos con una serie de movimientos rápidos y precisos.
Pero no se había percatado de que Minos estaba jugando con él, dejándolo creer que estaba igualado en la lucha.

En realidad, Minos estaba conteniendo su verdadera fuerza, permitiendo que Albafica se sintiera seguro y confiado.
Minos sonrió para sí mismo, admirando la pasión y la determinación de Albafica.
Pero era hora de demostrar su verdadera habilidad.
Con un movimiento rápido y poderoso, Minos desvió la espada de Albafica y lo empujó hacia atrás.

Albafica se sorprendió, perdiendo el equilibrio.

Minos se acercó - No te rindas - dijo, con voz demandante.

Albafica se recuperó rápidamente, atacando de nuevo con renovada energía.

Pero Minos estaba listo para él.
Con una serie de movimientos precisos y poderosos, Minos comenzó a presionar a Albafica, forzándolo a retroceder.

Albafica se dio cuenta de que había subestimado a Minos.

- ¡Eres más fuerte de lo que pensaba! - exclamó.

Minos sonrió - Siempre he sido más fuerte - dijo, sonriendo victorioso.

El duelo continuó, Albafica luchando por mantenerse en pie frente a la abrumadora fuerza de Minos.

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Personitas bellezas lamento la tardanza, estuve ocupada y aparte enferma 🤧 Pero con otro capítulo más jejeje mil disculpas 🙏🙏🙏🙏