Capítulo 10
Horas antes...
Narrador
Los tres hombres escuchan atentos los que su sobrino he hijo le está contando. Se miran entre sí, sin decir nada y Gerald calla un instante antes de seguir con su relato. El primo de Rose, Thomas lo ha llamado hace unos libros y le ha contado lo que ocurre. La llegada de ella esa mañana a la habitación lo puso en alerta, que le huyera a Tanned también eso le hizo llamar a su primo y preguntarle. Fue el quien lo contó todo lo que estaba pasando y dado que su familia estaba ya de regreso, el no pudo quedarse callado.
—Llegó hace unos minutos golpeada y aseguró fue asaltada, sé que es mentira. Thomas Mackay me contó que los hombres de Tanned la golpearon —sigue diciendo, porque siente las palabras atravesadas en la garganta desde que sabe lo que sucede.
Tanned asegura tener a su abuela y amenaza con dañarla si no le entrega el documento firmado. Guido sale de la habitación y dice irá a verificar lo de la anciana. Dejando a sus dos hermanos con Gerald, que es interrogado por conocer a Thomas Mackay.
—¿De dónde conoces a ese doctor? —pregunta su padre y Gerald guarda silencio un instante.
Tirar a su primo de cabeza no era la intención, de ninguna manera podría decir la verdad y pensó en una mentira bastante real.
—Será mejor si no nos mientes—aconseja Gino —de todas maneras, miraré esas cámaras y los guardias tienen que darme informe.
No tiene de otra más que decirle la verdad y le escuchan esta vez enojados. Gino ingresó a su novia al castillo, durmió con ella allí y como si eso no fuera suficiente la chica tomó por error un potenciador sexual que iba dirigido a su hijo.
—Una cagada tras otras —habla su primo —en estos días no ha llegado a la empresa ha viajado de un lado a otro. Desde que fue a la a arena actúa extraño y no quiere decir que ocurrió.
—Nada malo, Betf me hubiera dicho algo de ser así —Gino suspira decepcionado, porque pensó que su hijo le cambiaría la presencia de la chica.
—Igual ni Betf podría saberlo si llegó a encontrar algo extraño y disculpen si meto el dedo en la herida o lastimo sus sentimientos. —habla Gael su hermano menor — De Lessie espero cualquier cosa, dudo que se halla arrepentido. —sus dos hermanos asienten y le ordenan a Gerald salir.
Gael sale a hablar con sus hijos y Gino se queda en silencio un instante antes de decidir sobre qué puede hacer. Sumido en sus pensamientos lo encuentra su hijo, tiene la respiración agitada y la copia de algo en sus manos que le entrega. Es la copia de una nota de periódico del asesinato de una familia.
—Es nuestra camioneta — dice agitado golpeando con fuerza el papel—la que le entregaste al tío Tanned ¿Recuerdas la fecha? —señala la fecha del periódico y luego sigue hablando — realmente nunca entendió si tenía dinero como y donde esconderse se había entregado. Fueron las palabras de la primera enfermera de la abuela. También dijo que la familia, que murió en este asalto fueron confundidas con nosotros.
Escucha lo que encontró y hasta le muestra la carta que le había dejado la abuela. Hay recuerdos que deben permanecer en la oscuridad y que tu cerebro debería contar con un mecanismo para olvidar ciertas cosas. Fue una época difícil, que lo único importante y rescatable fueron sus esposas y la familia que hoy tenían.
—Cameron hijo y padre —nombra su hijo cada vez más agitado —y Iona Mackay, son los padres de Rose papá. La familia de Rose fue asesinada a confundirlas con nosotros. Alguien intenta algo... lo sé.
—Será mejor si guardas la compostura y piensas con cabeza fría —le advierte su padre.
La entrada de Gael con una empleada y que va rumbo a la fotocopiadora. Ingresa unos documentos, les saca copia y luego entrega a la mujer con la orden de dejarlos en el mismo lugar los hace callar. Gino sigue con la sorpresa de lo descubierto, mientras que su hijo sigue relatando lo ocurrido ese día en la arena. Alguien le escondió las joyas o quizás no estaban allí, aunque su abuelo insistía en que sí. Logró perseguir a un hombre de 1,80mt o quizás más, delgado vestido de negro y rapado. Describió el auto en que huyó con tanta precisión y los detalles de lo vívido que no tenía dudas que su hijo decía la verdad. Sin embargo, era la muerte de los Mackay y en el vehículo que Tanned les dio lo que llamaba su atención.
—Puede que la señora sólo dijo lo que se le pidió decir —habla Gael, una vez se ha puesto al tanto —Yo si la contraté, pero la empresa que la envío era de Tanned.
Comenta que la mujer le llamó, el mismo día en que entró recibió una llamada de la mujer diciendo que Tanned estuvo en ese lugar y que según él, tenía permiso especial de Gino. El recuerdo de la camioneta y el rastreador que le encontró vuelven a él, también que fue en esa camioneta que hizo el último viaje y vio a su madre por última vez. Los cuadros en ese lugar eran obra de su cuñado y siendo honesto la muerte de esa familia también tiene todos tintes de ser él.
Era único que se había lucrado de la muerte de esa familia, al tener trabajando a su madre y ahora a la hija de esos infelices. Divaga entre intervenir o no, él tendría que enfrentar a Duncan en algún momento por lo que se hizo con su madre, pero no de la manera en que su hijo quería.
—¿Por qué hasta ahora lo dices? —se alza de hombros y no responde, solo le entrega el documento que acaba de sacarle copia. —tu tío Tanned sabe la ubicación del destierro. En esa camioneta fuiste por primera vez.
Su hijo se queda en silencio intentando recordar y asiente minutos después. Aunque las imágenes que recuerda sean vagas.
—El contrato que Tanned quiere que la chica firme —señala y mira a su sobrino quien parece sorprendido al leer el documento —sé que adoras a ese hombre, pero aquí tienes las razones por las cuales tu padre no quiere que te acerques.
No responde tanto el padre como el hijo, están inmerso en la aberración e injusticia que es el documento para ellos. Gael se cruza de brazos y observa al dúo tan parecidos físicamente, pero diferentes en su comportamiento.
El menor recuerda la vez que la vio llorar y como se burló de ella o cuando observó que entraba en ese auto y no la siguió ante el cansancio de esa noche con Selene.
Rose Mackay ha sido una mujer sufrida, bastó teclear su nombre en el buscador para que todas las noticias aparecieran. No entendió por qué ese tatuaje del punto y coma, hasta que leyó la noticia que quiso suicidarse y las posibles razones para ello. No lo decia las noticias, sí la nota luctuosa de la persona que murió supuestamente el día en que quiso morir. Sin lugar a dudas Los Todt se ensañaron con ella y tienen motivos de sobra para estar asustados por como reaccione su hijo.
Sabe lo que significa, porque es de esas personas que le gusta averiguar de todo y no tragar entero "El punto y coma solo es un signo de puntuación para interconectar dos oraciones o frases, que de alguna forma siguen separadas como dos capítulos de una misma historia. En la simbología de los tatuajes se dice que el punto y coma se utiliza cuando el autor pudo haber finalizado una frase, pero decidió no hacerlo. El autor de esa frase eres tú, y la frase es tu vida."
En forma rápida y sencilla, es una sobreviviente de la depresión, y las tragedias en su vida sólo la han hecho fuerte.
Observa a su padre quien lo mira sin decir nada y ahora entiende porque la dejó allí al lado de él. Por mucho tiempo él le ha temido a la soledad, cuando obtenga el cargo, significaría que su padre no esté y no estaba preparado para ello. Por eso les huía a las responsabilidades y a ser adiestrado por los suyos.
Rose Mackay, quedó sin padres y hermano muy joven, aun así, logró salir adelante con sus abuelos paternos, ante el rechazo de los maternos que la odian por representar la vergüenza de su madre al ser madre realmente muy joven. Su abuelo murió hace par de años atrás, una expareja la engañó y culpó de todo a ella en estos momentos se encuentra huyendo y ella enfrentando un proceso legal delicado.
No superó el engaño de su segundo novio y la muerte del primero, le comenta su padre y de nuevo siente la bilis subiendo por su garganta. La similitud de la historia de Rose Mackay, con el eterno amor de Archie, es tan grande que apostaría su vida a que es la misma mujer. Ella ha sufrido en vano, no sólo no es culpable de ese accidente, tampoco de lo que se le acusa. Esta refrendada como acosadora sexual, cuando fue una víctima más de ese miserable.
—Le debo una disculpa —habla al fin y su tío y padre lo miran sin decir nada —tengo la mejor forma de ello.
Ha evitado decirle que el supuesto novio muerto no lo está, pues no está seguro y se plantea una pregunta ¿Que tan importante es cumplir la promesa de guardar el sector a los padres de Archie? Dos horas después su tío Guido asegura que la mujer está bien.
—La vi una vez un auto la recogía a las tres de la mañana, sin placas, negro un BMW —comenta a sus tíos y en eso entran Gael con Gerald. —simplemente es cambiarnos por ellos y enfrentar al tío Tanned.
—¡Solo no iras! —ruje su padre —no me importa lo que tengas en mente, solo no iras —insiste —esto se hace a plena luz del día y ya mismo, no en las sombras como ladrones. —le prende y todos guardan silencio al verle enojado —no tenemos tratos con la mafia o con ningún grupo ilegal, somos una familia de paz y eso no va a cambiar.
—No dejaré que se salga con la suya —insiste su hijo —Él no puede usar a la gente de esa manera, ella esa bajo nuestra protección es nuestro deber.
—Te vas a cansar si tu deseo es que nadie sufra—interrumpe su padre y sus hermanos intervienen. —¿Crees que yendo a enfrentarle el dejara de ser lo que es?
En respuesta su hijo lo mira enojado. No lograra nada, salvo quizás que se desquite con la chica y no lo hará de frente, más bien de espaldas y cuando todo se hayan olvidado del suceso.
—Déjalo solucionar las cosas a su manera —aconseja uno de sus hermanos y este lo mira enojado —jamás va a madurar si no lo sueltas, te has quejado de Gino desde que tiene seis y te hizo salir del evento de la inauguración del whisky de papá, pero corrías cada que se caía. No le puedes tirar almohadas de plumas eternamente, tiene que madurar.
—Yo lo acompaño —habló Gerald y todos callaron.
Dolía admitirlo, pero la sola presencia de su sobrino hacia que el doblegara. Gerald Doyle Macgregord era todo lo que un padre quería para su hijo.
Gino
Se aleja en medio del llanto y giro el rostro para encontrarme con la mirada enojada del tío Tanned.
—No te metas en mis asuntos —dice enojado —¿Crees que puedes venir aquí y destruir mi trabajo? ¿Quién es ella? Esa insignificante criatura no puede estar en tu vida por encima de mi ¡Yo soy tu tío!
—Rose vive con nosotros —habla mi primo tranquilamente.
—Esa insignificante criatura, perdió a sus padres quienes recibieron tiros de gracia al ser confundidos "supuestamente" como los Doyle Morrison. —le jode que diga los antiguos apellidos de mi madre.
La noche oscura se ha prestado para que se aprovechara de ancianos indefensos. Mi padre y tío asegura que él pudo matar a los Mackay solo para que la anticuaria pidiera ayuda. Ese clausula allí hablaba que quería perpetuar a las dos mujeres en ese trabajo. Rose en esa época, estaba en su primer año.
—¿Morrison? Tu eres un Duncan ¿Aun lo dudas?
—Mi madre fue educada como un Morrison—le recuerdo —lleva el Duncan porque presionaste hasta el cansancio... pero realmente no deseo como familia a quien dañó a los Mackay.
Gerald es solo un espectador silencioso, solo dijo estaría allí para que mi padre se calmara, me advirtió no interfería si no era necesario. Los hombres del tío Tanned se han alejado, pero se mantienen alertas a su jefe.
—¿Crees que yo maté a esos infelices? —pregunta indignado —¿Me acusas por aprovecharme de una situación favorable para mí? Yo no busqué a los Mackay, ellos tocaron mi puerta y es imposible que los mataran por confundirlos con ustedes. Esa camioneta llevaba años en el garaje y sin ser usada. Quien sea te dijo eso te mintió ...
Avanza un paso y niego retrocediendo, no quiero una excusa o más mentiras. Solo quería comprobar con mis propios medios la verdad, aun a sabiendas que ella estaba en el castillo se atrevió a golpearla a amenazarla con hacerle daño si decía algo.
—Dañaste a la abuela Lessie y eso ha hecho que ahora exista alguien alla afuera con el dinero que ella le dejó que quiere dañarme —digo señalando la calle y se cruza de brazos en silencio —No te deseo cerca de mi o de mama Tanned Duncan, por desgracia llevo tu apellido, pero no quiero que tu forma de vida dañe a los míos.
Sonríe preguntándome si esa es mi primera orden como jefe del clan Doyle y niego. El mayor orgullo para él, era que un Duncan estuviera en el poder, mi negativa hace que me mire con rostro dolido.
—El segundo apellido no cuenta en nuestra familia Tanned —advierto y Gerald ríe al ver el rostro de sorpresa del anciano —Gino Doyle Turner III, heredará las riendas de la familia... olvídate del Duncan cuando me case y obtenga el título.
Damos media vuelta y salimos del lugar, papá puso como condición que mi primo fuera y que no hiciera escándalos, tanto él, como mi madre me hicieron prometer no pisaría nunca más esa casa. Yo me hice una promesa más grande... era buscar una esposa, casarme y recibir lo que por mucho tiempo me he negado.
Quería mandar un mensaje a quienes estaban alla afuera y me querían destruir. Gino Doyle Turner III, heredaría lo que por ley y tradición le pertenecía. Y dado que con Selene me llevara realmente bien, hablaría con mi padre para que hablara con sus padres y pidiera su mano.
—¿Por qué siento que algo te traes? —la voz de mii primo me saca de mis pensamientos y lo observo mirarme divertido.
—¿Vendrás para mi matrimonio? —si estaba sorprendido no lo demostró y solo hecho su cabeza hacia atrás empezando a reír con ganas
—Piénsalo bien, yo realmente no me creo la historia que las pastillas eran para ti. Y su actitud no me gusta.
Lo que realmente quiere decir es que le coquetea abiertamente y le incomoda, que nuestros padres nos han dicho que hay cierto tipo de mujeres que hay que tener cuidado. No creo a Selene capaz de dañar a nadie y estoy empezando a quererla realmente.
—Creo que la quiero... —confieso.
—Yo quiero a Dayana, Marcela, Sofía, y Maryorie mis ex compañeras de universidad y no por eso me casaría con ellas. —su voz sale enojada cuando lo dice —empieza a madurar Gino, tu corazón no está en la entrepierna usa tu cerebro que parece lo tienes sin estrenar. ¿Rose estas bien? —la chica asiente y mi primo le sonríe.
—La abuela está bien... muchas gracias, nunca pensé que me ayudaría —se acerca y besa su mejilla, mientras a mí me mira indiferente.
—Le dije que le ayudaría y un Macgregord nunca miente...
¡Yo te ayude también! ¡Yo hice todo este jodido plan! le dice mis cejas juntas mientras ella solo ve por encima del hombro.
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