Janet Weasley
Jenna Ortega
as
Janet Parvarti "Granger Weasley" Kim
No se puede afirmar que hubo una epoca en la que la vida de Janet Weasley no fue un horror en sus años en el mundo mágico.
Siendo la primogénita de Ron Weasley y Hermione Granger, los héroes del mundo mágico todos esperaban que tenga mucha presión sobre sus hombros. Pero nunca fue así.
Sus padres nunca la valoraron, siempre estaban sus hermanos primero. Ni siquiera en los pocos años que fue hija única, porque ahí estaban muy ocupados estableciendo sus trabajos, ya que la tuvieron cuando eran muy jóvenes. A los diecinueve años de Ron y a los veinte de Hermione.
Janet fue una de las primeras nietas Weasley y la primera nieta de los señores Granger. Sus primeros años de vida pasaba la mayor parte del tiempo con sus abuelos paternos porque sus padres trabajaban.
Todo cambió con el nacimiento de la princesa de la familia: su hermana menor Rose Weasley. Sus padres siempre encontraban momentos para estar con su hija menor, cosa que no habían hecho nunca con ella.
Cuando ya estaban sus hermanos, a ella siempre les tocó cuidarlos. A pesar de eso tenía tiempo para tomar cursos de idioma y programación, sus más grandes hobbies.
Cuando empezó Hogwarts en el 2010 tenía muchos amigos de entre sus primos de "La Gran Familia", pero su mejor amiga era su prima adoptiva Vinari Grindelwald y su mejor amigo era Viktor II Krum Brown.
Fue seleccionada a Gryffindor para alegría de sus tíos, ya que a sus padres no les importó nunca. A pesar de todas las dificultades que atravesaba, Janet seguía siendo muy inocente e ingenua y siempre encontraba como justificar a sus padres.
De manera virtual se hizo amiga a sus doce años de una bruja inglesa de ascendencia koreano japonesa de nombre Ashley y de su hermano Ji-Hoo. Nunca les contó todo lo que le pasaba porque nunca se consideró a si misma demasiado importante.
Janet Weasley estaba enamorada de Viktor Krum desde que tenía memoria. Y él había aceptado una cita con ella en Hogsmeade.
Se estaba arreglando con Georgina en su habitación ¡su primera cita! Se puso un corset negro con transparencias, una pollera negra, un abrigo del mismo color, unos zapatos de tacón y varias joyas de oro.
—¿Estás segura de que querés hacerlo?—le preguntó su amiga.
—¿Que pregunta es esa Georgi? Claro que quiero—dijo la pelinegra.
—Suerte entonces—dijo su prima pelirroja con una mueca.
¡claro que no la necesitaba! Su amor platonico habia aceptado una cita en Inglaterra ¡con ella!
Todo había salido mal, no podía haber salido peor. Cuando llegó se estaban besando su mejor amiga y Viktor ¡se estaban besando!
Salió corriendo de ahí lo más rápido que pudo y fue entre lágrimas a la oficina de McGonagall.
—Janet, que sorpresa verla aquí—la saludó la directora.
—Profesora, no puedo seguir aquí. Tengo que desaparecer—le había dicho.
Le contó todo: desde sus padres hasta lo que había pasado ese mismo día.
—Si quieres te puedes quedar en una de las habitaciones de arriba mientras que llegan todos los papeles falsos—le sugirió.
—Gracias Minnie—dijo la chica entre lágrimas.
Supo a dónde ir: se iba a reunir con sus amigos de Oxford. Cuando llegó, en medio de la noche, la recibieron con los brazos abiertos y los señores Kim la acogieron como a una hija.
Empezó en Oxford con una identidad falsa junto a Ashley y se hicieron un grupo de buenos amigos. Siguió estudiando magia en una escuela local y logró graduarse a sus dieciseis años.
A pesar de que aparentaba estar bien, su pasado la carcomía lentamente. No podía ser feliz y estaba en una profunda depresión. Hasta que se intentó suicidar con una sobredosis de pastillas.
Ashley lloraba en San Mungo frente a una cama, ahí estaba Janet. Inconsciente, fragil... todo lo que ella odiaba. Una medimaga entró a la habitación, con estudios en la mano.
—¿Como está?— preguntó la asiatica desesperada.
—Ashley... lo siento—dijo la mujer rubia, a quién Ashley reconoció como Victoire, la prima de su novia—, no fue casualidad.
—¿Que quiere decir? Tiene un problema respiratorio o algo...
—No, ya revisé los historiales médicos de la familia mil veces, y me lo acaban de confirmar.
Le dio los papeles, y Ashley se quedó en shock. Vic se fue al ver que llegaban los señores Kim y Ji-hoo.
—Ella se intentó suicidar— dijo en shock Ashley, desconsolada.
En el estudio mostraba que había ingerido pastillas suficientes para una sobredosis.
—Mientras estaba buscando sus cosas para traerlas encontré esto— dijo Ji-Hoo sacando una carta.
—Yo la leo— dijo su madre sacandosela de la mano.
"Ash"
—¿Por qué te escribió solo a vos?— preguntó Kyomi frustrada.
Ashley le arrebató la carta a su madre para leerla.
"Ash, perdon. Perdoname porque te voy a dejar sola, no puedo más con este solor. Llevar el dolor y todo el peso de mi vida es horrible, y ya no puedo más.
Estos años con vos fueron maravillosos, no los cambiaría por nada. Tus padres y Ji me acogieron y me dieron el amor que nunca tuve.
Pero las heridas de mi corazón ya son imposibles de sanar . Gracias por darme los mejores años de mi miserable existencia, Ashley Kim Takada"
Ash le pasó la carta a su hermano, que la leyó tmabien entre lágrimas.
—Quiero estar sola— dijo la chica antes de abandonar la sala.
—Mi niña— dijo el señor Kim con tristeza.
Los señores Kim se habían adueñado de la carta, la leyeron de arriba a abajo. Ashley lloraba en San Mungo frente a una cama, ahí estaba Janet. Inconsciente, fragil... todo lo que ella odiaba. Una medimaga entró a la habitación, con estudios en la mano.
—¿Como está?— preguntó la asiatica desesperada.
—Ashley... lo siento—dijo la mujer rubia, a quién Ashley reconoció como Victoire, la prima de su novia—, no fue casualidad.
—¿Que quiere decir? Tiene un problema respiratorio o algo...
—No, ya revisé los historiales médicos de la familia mil veces, y me lo acaban de confirmar.
Le dio los papeles, y Ashley se quedó en shock. Vic se fue al ver que llegaban los señores Kim y Ji-hoo.
—Ella se intentó suicidar— dijo en shock Ashley, desconsolada.
En el estudio mostraba que había ingerido pastillas suficientes para una sobredosis.
—Mientras estaba buscando sus cosas para traerlas encontré esto— dijo Ji-Hoo sacando una carta.
—Yo la leo— dijo su madre sacandosela de la mano.
"Ash"
—¿Por qué te escribió solo a vos?— preguntó Kyomi frustrada.
Ashley le arrebató la carta a su madre para leerla.
"Ash, perdon. Perdoname porque te voy a dejar sola, no puedo más con este solor. Llevar el dolor y todo el peso de mi vida es horrible, y ya no puedo más.
Estos años con vos fueron maravillosos, no los cambiaría por nada. Tus padres y Ji me acogieron y me dieron el amor que nunca tuve.
Pero las heridas de mi corazón ya son imposibles de sanar . Gracias por darme los mejores años de mi miserable existencia, Ashley Kim Takada"
Ash le pasó la carta a su hermano, que la leyó tmabien entre lágrimas.
—Quiero estar sola— dijo la chica antes de abandonar la sala.
—Mi niña— dijo el señor Kim con tristeza.
Los señores Kim se habían adueñado de la carta, la leyeron de arriba a abajo.
Después de ese acto fallido y mucha terapia pudo empezar a ser feliz y a disfrutar.
Lo único que le quedaba de su pasado eran sus cosas magicas y varios de sus amigos/primos con quiénes se sentía juntando. Nunca más volvió a pisar Londres mágico, y con sus cincuenta años no tenía pensado volver hasta ese momento.
En la casa Kim-Weas en Oxford estaba la familia desayunando cuando la menor de la familia, de once años, señaló a la ventana.
—Mutty Jan, Mutty Ash—dijo la pequeña Sunhye—, hay un búho en la ventana.
Janet se acercó a él y sacó la carta.
Querida Janet:
Cuanto tiempo sin vernos o hablar, Nissa te iba a escribir pero está ocupada asique me dejó esa tarea a mi.
La abuela Molly cumple 100 años en una semana y su deseo fue que nos reunamos todos para su cumpleaños. Y estamos contactandolos.
Espero tu pronta respuesta
Lydia.
Janet le pasó la carta a su esposa.
—Si es lo que tu abuela quiere, Jan. Podemos ir—dijo Ashley—y ante todo ¿Quién es Lydia?
—Ahora debe llamarse Lydia Grindelwald con su apellido de casada. O Lydia Dumbledore—dijo Janet.
—¿Cuñada de Vinari?—preguntó con una mueca.
—La misma, hace años está casada con Gellert—dijo Janet.
—¿Podemos ir mamá Jan? Nunca conocimos a nadie más de tu familia—pidió Mia, de diecisiete.
—30 de octubre—recordó Janet—, iremos. Le voy a preguntar a Haejil y a Sander si tienen libre.
—¡Si!—dijeron las dos menores entusiasmadas.
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