Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Parte 22

Comentario: Holis, le nani ha estado todos estos días desvelandose para actualizar rápido este fanfic, le hace mal pero al menos distrae la mente :D 

ojalá les guste, en lo particular por fin escribí un capitulo que me agradó como quedó, ahora se enterarán del porqué era necesario hacer muchas cosas del fanfic 

El proximo cap se viene divertido  :D 

PD: le nani quería seguir escribiendo en cierta parte cofocfocfo pero debía seguir la trama y no desviarse del camino ;3;    

Tengan muuuuuuuuy felices fiestas de año nuevo, un abrazo enorme a todos, muchas gracias por seguir esta historia y las otras que he escrito, gracias a su apoyo como lectores me han motivado a continuarlas,  esta es la primera vez que escribo un fanfic tan largo, así que les agradezco de todo corazón que me acompañen en esta travesía, solo espero que les guste mi trabajo, realmente amo crear historias, desde muy pequeña que siempre desarrollo cuentos para auto alegrarme, actualmente lo hago para alegrarme y de paso alegrar a mas gente, por lo que eso me hace mas que  feliz, el  que haya gente que me apoye y les gusta lo que hago, gracias, me han hecho sentir especial en muchos comentarios que me han dejado, asi que les aprecio mucho. -no suelo ser muy expresiva con lo que siento, pero quería sincerarme ya que estamos a final de año  y espero que el que comience sea mucho mejor y que esté lleno de nuevas y mejores experiencias de este que fue un gran año, al menos para mi.  :) - 

------------------------------------------


¿Un día de esos Licorice notó a su madre algo aproblemado, era extraño su comportamiento, hace mucho tiempo que no lo veía tan inquieto ¿será que su padre lo estaba atormentando otra vez? Aunque, hace mucho que no lo veía, a decir verdad, el solía odiarlo, pero hace tres años que había percibido un cambio en su actitud hacia ellos y eso le había provocado tenerle un poco más de estima que antes.

-Mami... te noto algo exaltado, ¿ocurrió algo? – Ivlis se asustó ante las palabras de su hijo, había estado tratando de disimular su molestia lo más posible, al parecer sus esfuerzos no eran del todo buenos – mami, hace días que no veo al tarado de mi padre, pasó algo entre ustedes? – el diablo flama abrió los ojos sorprendido, era demasiado extraño que su hijo estuviese preguntando por su padre, es decir, no solo él sentía su ausencia, también Licorice se sentía incómodo ante la desaparición del diablo de Pitch Black, esto no se quedaría así, pensó Ivlis apretando sus puños – ya aparecerá, conociéndolo debe estar planeando una estupidez como siempre lo hace ¿no crees? - el niño pestañeó y miró con sus penetrantes y enormes ojos a su madre – ¿realmente crees eso? A mi parecer pareciera que nos abandonó – lo que dijo el menor pareció impactar una parte de Ivlis, fue como si su cuerpo se vaciara por un instante y le hiciera volver a la realidad, ni siquiera sabía por qué estaba reaccionando de tal manera ante la desaparición de ese tipo, respiró profundo y le dio la espalda a su hijo – tranquilo, ya verás que volverá en un par de días, ese sujeto nunca cambiará – dicho esto, miró el pasillo que se encontraba en dirección a su pieza y caminó rápido por éste hasta llegar a su habitación, cerró la puerta de un portazo, tomó una almohada de su cama y la arrojó fuerte contra el suelo, ¿qué se creía ese sujeto?, preocupando a su pequeño hijo y preocupándolo a él... debía ser el diablo más imbécil de todo el universo para sentir preocupación por ese maldito sujeto, ja, preocupación, no es lo que siento, se trataba de convencer. Miró la almohada en el piso despechadamente por un instante y un pensamiento vino a él, uno de cuando Satanick aplastaba su cabeza contra esa almohada mientras lo penetraba fuerte y él no podía más que morder aquel suave objeto para tratar de no gritar y ser escuchado por alguien del castillo, recordaba también como aquel tipo gemía su nombre cada vez que lo envestía y jadeaba rápido para no perder el ritmo de respiración, su voz, su olor, la calidez de su cuerpo, todo eso lo recordaba perfectamente tan solo al mirar ese objeto inanimado el cual yacía en el suelo botado. De pronto el diablo se autogolpeó y de esa manera despabilarse, debía dejar de pensar en ese imbécil, se supone que él lo odiaba y lo único que estaba logrando al pensar de esa manera era adquirir un bochorno en su cara, maldito Satanick, pensaba y apretaba sus dientes por la vergüenza que sentía.

Estaba tan enojado, pero tan enojado, que sin pensarlo hizo un portal hacia el mundo Pitch Black, después de todo se sabía el camino de memoria, había viajado miles de veces a ese sitio que era casi como su segunda casa, ese mundo le traía demasiados recuerdos, muchos buenos, otros muy malos, pero en fin, ya estaba ahí y Satanick tendría que escucharlo –maldito diablo, maldito y estúpido diablo, esto no quedará así... ¿cómo se atreve a abandonarme después de todas las mierdas que me hizo?... ni creas que te voy a pedir perdón por pegarte esa cachetada, te la merecías por imbécil... eso y mucho más... te voy a pisar en tu mierda hasta que ruegues mi perdón... - se decía entre dientes mientras caminaba furioso por el pasillo del castillo de Satanick ya que éste no se encontraba en la gran habitación en la cual siempre se veían. Iba tan enojado que no dudó en sacar una lanza y dejar fuego a su pasó mientras caminaba, pareciera como si todo el pasillo en dirección a la sala de estar se incendiara. De pronto pudo escuchar su voz, al parecer el de cuernos morados se encontraba cerca del comedor, podía oírlo hablar con alguien, lo más seguro es que fuese ese demonio cabra que siempre lo protege como si el muy tarado de Satanick fuese un bebé y el ser más inocente del mundo... que fastidio, pensaba Ivlis acercándose cada vez más mientras escuchaba la conversación y menguaba su caminar.

-Señor ya dejé de llorar, han pasado meses desde que dejó el castillo de ese sujeto – la cabra limpiaba las lágrimas de Satanick quien tenía los ojos hinchados, se veía demacrado, bastante delgado. Envi le estaba obligando a comer, por lo que lo sacó a la fuerza de la cama y lo llevó al comedor, no sabía que más hacer para alegrar a su señor, había hecho de todo, desde llevar peluches de conejos, llenar el cuarto de conejos reales, llevarle a Artamos, traerle hermosas damas y hombres para el disfrute de su diablo, traer a la señora Lil, pedirle a Glasses que animara a su padre, entre otras cosas, Satanick había rechazado cada una de ellas, solo quería morir, lo triste era que tampoco quería atentar contra su vida, era un cobarde que solo se encerró a llorar por un amor el cual no pudo lograr obtener por su estupidez, le carcomía por dentro todos esos sentimientos y solo le hacían sufrir en su miseria, se había rendido, ya no sabía que más hacer, no tenía sentido seguir luchando por una razón injustificada, Ivlis nunca lo amaría y esa era la única verdad – ya no puedo más Envi... por favor mátame –

-No diga esas tonterías señor, ya olvídelo de una vez-

-No puedo.... Si tan solo pudiese borrar mi memoria quizás... quizás pueda vivir mejor... sin embargo el corazón no olvida Envi... puedo olvidar su rostro, su voz, su aroma, todo, pero mis sentimientos por él no se desvanecerán... te juro que traté de todo, traté de que ya no me tuviese miedo y lo logré, dejé que me pisoteara, que me humillara, que se vengará todo lo que pudiese por todo el daño que le hice... le confesé mis sentimientos cientos... miles... millones de veces, lo hacía todo el tiempo... pero no me creyó nunca... es difícil que le crea a alguien que lo trató de esa manera horrible, pero... pero me duele ... ya no sé qué hacer para que se fije en mi de otra manera, no tengo la habilidad para ser amado... es una maldición que Fumus me dio, estoy seguro de eso, Fumus solo quiere verme sufrir, desde que nací fue así conmigo... yo estaba seguro que esta vez lograría romper aquella maldición, que había encontrado al amor de mi vida... pero todo fue una mentira de mi corazón Envi... duele mucho... duele demasiado el que no te quieran, el que te miren con desprecio, el que te odien – el oji violeta lloraba sin poder parar, llegaba a hipear de tan triste que se encontraba.

-Señor por favor no lloré de esa manera – Satanick estaba desecho en lágrimas, se veía en una lamentable situación la cual removió algo en el corazón de Ivlis, jamás en su vida había visto llorar a Satanick de una manera tan patética, realmente sufría ese hombre, tragó saliva y sintió vergüenza del porqué fue a visitar a ese sujeto, la rabia se le esfumó aunque no así el deseo que tenía porque ese diablo poseyera su cuerpo. suspiró pensando en la situación y decidió esperar a que el mayor estuviese recompuesto para hablar con él, por ahora estaría haciéndole guardia en su habitación e hizo desaparecer todo el fuego que había dejado repartido por el castillo.

Horas después se sintieron unos pasos avanzar lentamente por el pasillo, el rechinar de la puerta le avisó al diablo flama que alguien estaba entrando a aquella habitación y por lo que notaba si era Satanick y lo miró de manera brusca - así que por fin te dignas a aparecer – dijo con tono indignado. La voz asustó al más alto, abrió los ojos lo más que pudo, cerró la puerta y buscó la luz aunque esta no fue necesaria, Ivlis creó una flama en su mano la cual comenzó a flotar a su lado – ¿qué mierda sucede contigo? ¿ah? Tienes un rol de padre que cumplir, no puedes llegar e irte sin siquiera avisarle a Licorice... me importa una mierda si... si tu no quieres ir a mi mundo, pero Licorice necesita de un padre... y... yo... no... no voy a permitir que ... -

-Ivlis... ¿tu ... tu vienes a buscarme? – interrumpió anonadado por las palabras del más bajo, parecía indignado por algo de atención, ¿será que? ... oh por Fumus, la cara de Ivlis estaba roja de vergüenza, claramente estaba usando a Licorice como excusa para reclamar que ¿le extrañaba? ... ¿esto acaso era un sueño? El diablo de ese mundo estaba demasiado feliz.

-¡No he dicho eso! – Satanick se acercó para abrazarlo, Ivlis al notar que el más alto se acercaba, rehuyó y le empujó, sacando una lanza de forma amenazante – no intentes acercarte más o te arrepentirás –

-Ivlis... ¿acaso estas aquí porque me extrañabas? –

-¡Jah! ¿Quién podría extrañarte? –

-Me refiero a otra cosa – dicho esto Ivlis se puso rojo hasta las orejas, ¿tan notoria era la razón de porqué lo estaba buscando? – No... no entiendo a qué te refieres... ale... aléjate o yo... - el de ojos violeta se acercaba dominante, intimidando al menor quien por cada paso temblaba más y sus fuerzas parecían irse, ese aroma, esos ojos... esos labios entre abiertos que le estaban seduciendo, no se dio cuenta cuando la lanza desapareció y yacía en los brazos del otro, besándolo, el más alto sostenía su cintura fuerte, recorriéndola de arriba hacia abajo, tenía tantas ganas de abrazarlo, de besar esos labios, de decirle cuanto lo amaba, que sus sentimientos eran profundos y sinceros, que estaba muriendo por ese amor, no tenía deseo de poseer su cuerpo, él quería los sentimientos de Ivlis. Por otro lado el de cabello bicolor estaba más que deseoso, quería hacerse el difícil, darse de rogar, sin embargo le era complicado, tanto tiempo sin que nadie lo tocara, a veces pensaba que realmente era un imbécil, él no tenía ningún tipo de relación amorosa con Satanick, podía meterse con cualquier tipo para saciar su sed de placer, no obstante se encontraba justo en los brazos de ese sujeto casi rogando para que lo satisficiera como solía hacerlo, no entendía por qué solo Satanick lograba esas sensaciones en él, le hacían sentir incómodo.

-Cucarachita~ mi hermoso Ivlis~ - dijo contento el más alto al tenerlo entre sus brazos, dejó al menor en la cama y se ubicó a su lado para acariciarle y abrazarle como el ser más delicado del mundo, como si fuese un ser sagrado, por él podría pasar toda la noche abrazándolo, sin embargo sabía que Ivlis lo había ido a buscar solo por una cosa, él estaba caliente, se le notaba de aquí a su mundo que estaba desesperado por algo de acción, si fuese el mismo de hace tres años pensaría que esta vez su plan había funcionado y que actualmente había ganado a Ivlis, pero ahora que ya había madurado bastante la situación, se sentía usado, se convirtió solo en el objeto de placer de Ivlis, era tan triste como cierto y era de él la culpa.

Le daría lo que buscaba, después de todo él podía dárselo y no había nadie mejor que él para este tipo de situaciones ya que se lo haría con amor, no obstante, él también quería sentirse amado, si Ivlis no compartía su amor, solo saldría más lastimado de lo que estaba, no quería soportar ese tipo de sentimientos otra vez -mi amor~ - dijo antes de volver a besarlo y que el diablo flama se colorara al tener al más alto arriba de él, podía casi sentir que su ano se dilataba solo con escuchar la estúpida pero sensual voz del diablo mayor . El oji violeta sonrió al notar como Ivlis abría la boca y algo de baba escapaba mientras él mordía su oreja y bajaba lamiendo el cuello.

El menor se relamió los labios y apagó la flama que yacía volando sobre sus cabeza y era causante de iluminar el oscuro cuarto, ahora solo quedaban ellos dos, nadie más sería testigo de lo que pasaría esa noche, no quería sentirse débil por entregarle casi voluntariamente su cuerpo a Satanick, tenía grandes expectativas de esa noche para ser cierto, esa gran cantidad de sueños húmedos con el de cachos enraizados le habían estimulado la imaginación sobre las posibilidades de este encuentro, tragó saliva mientras el mayor empezó a desabotonar su chaqueta negra, un jadeó salió desde lo más profundo de su ser, sentir las manos del otro hombre en su piel desnuda, solo ese pequeño roce estaba causando estragos en su ser, el que se encontraba en pijama sonrió al escuchar la voz de Ivlis, quizás hacerlo gemir un poco más estaría bien. Pasó sus manos por el torso desnudo del diablo flama enfocándose en los duros pezones para apretarlos, sabía a la perfección que ese lugar era un punto débil de su amado diablito, los había tocado tantas veces y notado esa reacción tan excitante en el rostro de Ivlis. El oji ambarino no paraba de retorcerse y a pesar de la molestia, se encontraba feliz, necesitaba de Satanick para saciar sus ganas, no obstante, no perdería su orgullo en el proceso, no cedería, él no amaba a ese diablo así que solo dejaría que este disfrutara de su cuerpo y le diera placer, así como todos estos años lo había sido, tendría su cuerpo, pero no su amor ni su deseo, eso solo lo tenía reservado para alguien a quien realmente amara.

El diablo de ese mundo fue besando el cuerpo del menor hasta llegar a su ombligo, era una parte que le fascinaba desde que había descubierto que Ivlis sufría de algunos espasmos cuando le besaba en esa zona, mientras con sus manos recorría la hermosa figura de su diablo preferido, para pronto ir desabotonando el pantalón y comenzar a bajar la ropa, en ese momento notó el duro miembro del menor, le sorprendía que estuviese tan excitado si no había pasado de los besos y los pequeños roces, miró la cara del otro y este rehuyó con la mirada hacia otra parte, le daba vergüenza que el más alto le viese en esa situación, sin embargo la luz de la luna que se colaba por la ventana le delataba, estaba avergonzado por estar así de caliente tanto que unas cuantas lagrimas decoraban sus ojos y sus orejas parecían estar rojizas. Satanick rió, le daba ternura ver su rostro rogando por un poco más de atención y se le ocurrió una maldad, no tocaría el miembro de Ivlis sino hasta el final, quería que suplicara que lo poseyera, que lo tocara, le obligaría a participar a como diese lugar, además, sinceramente, él no andaba de humor para intimar, su corazón seguía destrozado y no porque Ivlis lo fuese a buscar para acostarse éste volvería a rearmarse, solo había una forma que éste lograra sanar su herida y era que el oji ambarino le correspondiera en sentimientos, algo que se veía muy lejano.

Se hincó en la cama y sacó los zapatos del de cachos rojos, los llevó hasta su boca y rápido empezó a lamer sus dedos, Ivlis se tapó la cara con sus brazos, se sentía avergonzado, esa sensación cálida y húmeda en sus dedos era extraña y a la vez le excitaba más, le encantaba – agggh- gimió con voz suave, ese tono le encantó al mayor quien de apoco estaba comenzando a elevar su temperatura, no quería aceptarlo, pero sabía bastante bien que no resistiría mucho sin calentarse y terminar dándole una noche increíble al diablo a quien amaba, en cierta parte ese detalle le molestaba, odiaba ser tan caliente y que ni siquiera podía respetar sus propios deseos, su cuerpo a veces tenía más control que su propia mente

–te vez precioso de esa manera – le dijo mientras le sacaba los pantalones y la ropa interior. Ivlis se relamía la boca, estaba deseoso, quería que lo poseyera de una vez, no importaba si dolía, aunque seguro no sería así, se sentía mojado e incluso dilatado tan solo por estar en aquella situación, maldito Satanick, pensaba cuando notaba que el más grande tocaba cada rincón de su cuerpo menos la que le interesaba, se estaba entrando a enfadar y más cuando sintió un extraño golpeteo en la puerta, parecía un golpe en clave ya que era un ritmo extraño, el diablo de Pitch Black se levantó de inmediato como esperando otro patrón de sonido, éste no tardó en aparecer, por lo que se levantó de la cama, dejando a Ivlis con todas las ganas.

- Lo siento cucarachita, el juego se acabó, surgio algo importante y debo retirarme –

- ¿!Te.... Te vas!? No puedes dejarme así –

- Es realmente importante Ivlis –

- ¿Más importante que yo?- el de ojos violeta suspiró y miró directo a la cara enrabiada y confundida del menor – vamos Ivlis, sabes bien cuál es mi respuesta a esa pregunta, te amo, pero hay asuntos a los cuales no puedo faltar, esto es importante – habló serió, demasiado serio para el gusto del diablo flama, dio unos pasos hacia la puerta, hasta que sintió como el menor se colocaba de píe y de forma enrabiada sacaba su tridente que parecía que flameaba desesperado – si te vas... si te vas ahora nunca más volveré a tu puto mundo... yo... tu... lo vas a lamentar... no te daré otra oportunidad, es más, deberías valorar que... que vine acá por ti... - Satanick suspiró pesado y se acercó al otro – respóndeme algo- dijo con una mirada sería, Ivlis tragó saliva y apretó sus puños – tu, ¿me amas?-

- Ja, claro que no lo hago-

- Entonces, ¿sientes deseo por mí? -

- ¿Quién crees que soy?, claro que no, es más, puedo acostarme con cualquier otro, no te necesito para nada – dijo arrogante.

- Entonces no le veo la razón a tu rabia, tu fuiste el que me buscó y como te amo te acepté, sin embargo no puedo soportar el hecho que no me ames, que solo me hagas esperanzarme en algo que nunca va a ocurrir, tu sola presencia acá me duele... y si ni siquiera piensas participar en lo que iba a suceder ahora, creo que no tengo ganas de acostarme contigo, tu cuerpo me satisface, pero no es lo que ando buscando en este momento – dicho esto Ivlis apretó los dientes, sentía mucha rabia y vergüenza, según las palabras de Satanick él se había convertido en un maldito pervertido, vio al otro acercarse a la puerta y sin pensarlo dos veces le tiró la lanza la cual cayó en su brazo – Dices que mi cuerpo no te satisface ahora... ja, siempre lo tomaste sin siquiera pedir mi consentimiento... ¿y ahora te haces el dolido? Eres un maldito desgraciado Satanick, ándate... vete, no vuelvas, si das un paso mas afuera ni creas que volveré para acá... ¡te odio! - gritó, mas Satanick solo tragó saliva, cerró los ojos y siguió su camino, Ivlis solo realizaba una pataleta, ya pronto se le pasaría, lo conocía, era demasiado tímido como para conseguir placer de otras partes que no fuera con él y demasiado arrogante como para pedir placer sabiendo que en cualquier otro momento lo podría obtener, el realmente no era un ser que se hiciera mucho de rogar en cuanto al sexo, sin embargo ahora le lastimaban sus palabras y habían momentos en el cual hasta él temía por su mundo, el código secreto que habían tocado en su puerta era el mas grave, debía dirigirse a la oficina rápido y encontrarse con Envi, él era el único que conocía tales código, seguramente le explicaría que estaba pasando en el mundo.

Por otra parte Ivlis apretó los puños y se sentó en la gran cama de Satanick tras verlo salir, ¿por qué él le había echo tal escandalo al mayor solo por un poco de atención?, ¿tan imbécil era?, si, realmente ha de serlo, se sentía humillado, había logrado sentir compasión del otro por cierto instante, sin embargo él no tenia porqué tenerle lastima a ese sujeto, el había sido la causa de su infinita desgracia por tanto tiempo que no le debía nada, podía morirse ahora mismo y sería el día más feliz de su vida.

Satanick por su parte hizo aparecer un traje formal en su cuerpo, de aquellos que comúnmente usaba, no podía atender un asunto importante en pijama, sin siquiera entender por qué a medida que avanzaba lagrimas caían por su rostro, era un imbécil de pies a cabeza por haber desaprovechado una oportunidad como esa, seguramente sería la única en su vida, se estaba comportando de forma infantil con un asunto muy serió y lo sabía, pronto se limpió las lágrimas y entró a su oficina secreta - ¿qué sucedió En... vi? – quedó atónito al notar que había otro sujeto en el lugar de su subordinado usurpando el puesto de éste, un sujeto que conocía perfectamente, era el único aparte de Envi que conocía esos códigos secretos los cuales fueron tocados en su puerta, es decir, él mismo.

– ¿Qué mierda estás haciendo aquí Nick? - preguntó atónito al ver a su otro yo, que ahora compartía su edad y apariencia -hola Satanick – respondió el aludido guiñándole un ojo y sonriendo de forma traviesa, colocándose de pie y acercándose al Satanick de esa dimensión – vine a verte, ¿no interrumpí nada importante verdad? ¿Qué estabas haciendo en tu habitación? - Satanick suspiró pesado y llevó su mano derecha a su sien, se sentía enojado e irritado por aquella situación, lo habían obligado a salir en el mejor momento por una estupidez – acabas de lograr que Ivlis se pusiera furioso por preferir responder al llamado de alerta antes de atenderlo... me has causado un gran dolor de cabeza ¿sabes?... se te ocurrió un pésimo momento para venir a visitarme –

-Oooh lo siento –

-Dime ¿Solo vienes a saludar o quieres que hablemos de algo en específico? – preguntó serio el Satanick de ese mundo, el de la otra dimensión se puso pensativo, se reía por ver al otro molesto – tranquilo, la verdad en un comienzo me pareció curiosa la idea de venir a saludarte, han pasado varios siglos ¿sabes? –

- Hace tan solo tres años que no te veo Nick –

-¿En serio? ¿Y ya le confesaste tu amor a Ivlin? -

-¿Si... tras lo que hablamos me di cuenta de muchas cosas, pero mi cucarachita no me ama... - suspiró pesado mientras el de la otra dimensión levantaba una ceja – ¿le sigues diciendo cucaracha? ¿Qué acaso no aprendiste nada de todo lo que hiciste? –

-Es de cariño... además no es fácil cambiarle de apodo... la verdad me gusta decirle así, creo que le queda bien-

-Se nota que eres un estúpido fufufuf, bueno, vamos al grano, ven siéntate tenemos un asunto del cual conversar, algo que te beneficiara tanto a ti como a mí –

-No tengo ánimos para negocios Nick, tengo una cucaracha enojada y prefiero arreglar el asunto antes que lo pueda perder para siempre –

-Tranquilo, te ayudaré a conseguir a tu Ivlin, veras que todo saldrá bien, ahora necesito que te acerques y me escuches – el recién llegado suspiró, no podía negar que le daba curiosidad saber qué clase de proposición le haría aquel Satanick que cuidó hace algunos años atrás, por lo que se sentó tal como éste le decía y puso atención a su plan - cuéntame-

-Fufufufufuf, es algo muy interesante –

-Solo cuéntame de una vez, entre menos tiempo pierda más rápido puedo tratar de arreglar la situación con Ivlis –

-Bueno... también tiene que ver con eso... veras... Ivlin y yo discutimos recientemente y está explotando en flamas de rabia... literalmente –suspiró pesado abriendo los ojos de tan solo pensar de lo furiosa que estaba – no quería volver por un tiempo hasta que se le pasara el enojo, a veces puede ser aterradora cuando le da la rabia, por lo que te propongo un pequeño trato –sonrió victorioso mientras cruzaba la pierna y se estiraba hacia atrás en la silla, como todo un ganador – ¿y cual sería ese trato?, aun no sé para dónde quieres llegar con todo este asunto Nick –

-Fufufufuf muy fácil Satanick, tu y yo somos iguales ya que somos la misma persona – sonrió de lado, así que de por sí nadie podrá saber que tú no eres el real yo ya que eres yo, ¿me entiendes? En fin, ¿qué tal si intercambiamos de dimensión por un mes?, solo un mes, nada más y nada menos, ¿qué te parece la oferta? ¿No te da curiosidad saber cómo vive el otro? A mí me da mucha –

-¿Es mi idea o solo estas huyendo de Ivlis? quieres que yo arregle el asunto con él para después volver a casa como si nada, no soy tan imbécil ¿sabes?... no tengo ganas de soportar eso por saciar tu curiosidad –

- Fufufuf me descubriste, sin embargo, te puedo dar algo que quizás te interese a cambio–

- ¿Y que sería eso? – el viajero dimensional levantó la mano para pronto mostrársela al otro – ¿ves esto?, es mi anillo de bodas con mi preciosa flamita, eso te ofrezco a cambio, ¿me entiendes?, si tu logras que mi esposa se calme durante estos días, yo puedo conseguir que tu Ivlin te amé – al Satanick de esa dimensión se le abrieron los ojos de forma exorbitante, era el mejor trato que sellaría en su vida, tragó saliva casi atorándose por la impresión, estaba casi desesperado pensando en las miles de posibilidades que le podría acarrear el aceptar esa proposición, sus manos tiritaban y su cuerpo sudaba frio, la ansiedad recorrió todos su sistema nervioso, desde la cabeza a los pies – ¿en ... en serio tu... tu podrías lograr eso?- preguntó nervioso, el otro solo levantó una ceja y sonrió de lado – si pude con un diablo flama, ¿por qué no podría con otro?, quizás no pueda enamorar a Ivlin al cien por ciento en un mes, pero te dejaré un camino seguro para que termines el trabajo.

-¡kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Nick te amoooo!- gritó eufórico y dicho esto se tiró encima de su otro yo para besarlo por la emoción, pronto se puso a tirar confeti como si toda su vida hubiese sido solucionada, éste era el mejor día de su vida, esperaba aprender mucho de esta travesía, podría conocer como era un Ivlis realmente enamorado de él por fin.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro