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Parte 17

Comentario: HELL YES!!!!  llegamos a un hito importante de la historia por fin!!!!! ahora empieza la mejor parte del fic  ( ͡° ͜ʖ ͡°) ( ͡° ͜ʖ ͡°)   ( ͡° ͜ʖ ͡°)   ( ͡° ͜ʖ ͡°) espero poder relatar de una forma correcta para que no se enreden desde ahora en adelante... bueno, del cap 18 en adelante  *3* 

cof coff coff... respeto sus gustos de ships como lectores, pero reafirmo mis gustos de ships como escritora de todos modos ... así que verán mucho porno por los caps que siguen cofcofcofcof  lasjhdlañshflasñjdfilsokuhefjdñasihgflasoñdj -explota- (le nani dando puro spoiler suculento)   

Ojalá les guste éste cap 

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Ivlin tenía una semana para cuidar de la demonio que le habían creado para ella, tenía que enseñarle las distintas costumbres del mundo de su señor Siralos, desde las cosas más básicas como alabarlo por sobre todas las cosas, hasta lo de desterrar a todo aquel que osara rechazar las leyes de su señor. Ese día sería pesado, ya que la pequeña niña sabía solo algunos dialectos básicos, pero no la totalidad del idioma, además debía enseñarle a comer, ir al baño, vestirse, volar entre otras cosas, debía construirle un lugar para que pasara la noche, como aún era muy pequeña para vivir sola en una casa debía construirle algo cerca, quizás en el mismo palacio. Miraba a Rieta, realmente era muy pequeña, incluso más que ella, de cierta forma eso le agradaba, odiaba ser las más chica del palacio.

-Bueno Rieta escúchame muy bien –

-Si lady Ivlin- dijo la niña admirada de su señora quien se sonrojaba cuando hablaba – tengo que crearte un lugar para dormir hoy – la niña ladeó la cabeza y le sonrió sin entender – ¿dormir?- con esa pregunta Ivlin supo que este trabajo sería difícil, sin embargo era su deber cuidar de su demonio a cargo – dormir es lo que se hace cuando tienes poca energía y necesitas recuperarte, bueno, ya lo veras hoy en la noche-

-¿Noche?-

-Jejeje después te explico eso, por ahora necesito un lugar para que descanses y estés cerca de mí para supervisar tu crecimiento – Rieta la miró y sonrió de lado nuevamente esperando las enseñanzas de su mayor, en fin, ya se le ocurriría algo para hacer dormir a la peli naranja y si no encontraba una solución le haría dormir junto a ella en su cama. De esta manera pasó enseñándole todo el día vocabularios y modales, ya sea en la mesa, de cómo ser respetuosa, como inclinarse ante sus mayores rangos. – Lady Ivlin yo... siento un dolor aquí- dijo Rieta indicándole el lugar, no sé qué sucede- dijo afligida – ¿qué tipo de dolor? – la miró preocupada la niña mayor – no lo sé, pero es molesto y siento como si fuese a salir de mi por abajo- la de cuernos abrió los ojos notando de inmediato que era lo que estaba sucediendo, suspiró y tomó a la menor para llevarla al baño, era increíble que no supiera orinar, tuvo que enseñarle también ese tipo de cosas, fue un momento bastante vergonzoso, quizás sería mejor idea llevarla a la casa de alguna familia de demonios para que una madre le ayude a cómo enseñarle temas básicos de la vida de forma adecuadas, eso lo haría mañana, ya era tarde y seguro la más pequeña tendría hambre, además debía comprarle ropa adecuada. Cuando volvieron a la sala Iglis se encontraba en ella anotando algo en un papel – oh hermana has llegado, ¿te fue bien durante la tarde? –preguntó la de cabello gris mientras la otra asentía sin perder la concentración en sus quehaceres – me alegro, oh... lamento molestarte, pero quiero presentarte a alguien – la rubia salió de sus pensamientos al notar lo que decía su hermana mirando hacia donde ella decía – ella es Rieta y el Señor Siralos la creó para mí, por ende quería que la conocieras – miró a Rieta y le habló de forma tierna- esa hermosa ángel que vez ahí es mi hermana mayor, se llama Igls Unth, espero que la respetes como a un mayor igual que a mí –

-Si lady Ivlin –dijo dándole una reverencia a la ángel quien sonreía, le agradaba esa demonio, era muy cortés además de linda y poderosa, era perfecta para ayudar a su pequeña hermana en sus quehaceres de controlar a los residentes sublevados de la región norte – un gusto Rieta, espero tu arduo trabajo - la de mirada rojiza sonrió y asintió – señorita Ivlin mi estómago hace ruidos extraños ¿eso es grave? – dijo ingenua mientras que ambas niñas mayores se rieron, la pobre Rieta no había probado bocado desde que la crearon, era de esperarse que tuviese hambre, así que se fueron a cocinar, ahí fue cuando surgió un problema para Ivlin, su señor no permitiría un demonio de menor rango que ella sentada a la mesa junto a él, por lo que Rieta debería cenar en otro lugar, eso era muy triste para ella, sin embargo no podía hacer pasar malos momentos a su señor él estaba primero que todo, por lo que le explicó a la de grandes garras que ella debería comer en la cocina antes, como era la primera vez que comía, Ivlin se encargó de enseñarle como usar los cubiertos, como masticar adecuadamente, que debía limpiarse la boca, etc. En fin el día había concluido y podía ir a la cama, había sido duro, enseñarle tantas cosas básicas a una niña que no sabía nada era bastante pesado, aunque olvidaba un gran e importante detalle ¿dónde dormiría Rieta?, después de todo necesitaba un lugar, ya eran las nueve de la noche y Rieta no daba más de sueño, se le notaba en su pequeña carita la cual estaba agotada, con los parpados caídos, y los ojitos que apenas si podía mantener abiertos, Ivlin entonces pensó que sería buena idea tener algún espacio donde poder almacenar a la niña, sin darse cuenta comenzó a pensar en voz alta frente a la demonio de peli naranja, por lo que esta hizo una reverencia ante su señora – como usted desee lady Ivlin – dicho esto comenzó a brillar y una extraña lámpara apareció en el aire, Rieta fue absorbida por ésta y luego el destello de luz desapareció, donde la lámpara descendió hasta llegar a las manos de su propietaria, la de ojos ámbar quedó anonadada ante tal escena, jamás había presenciado ese tipo de acontecimientos, tras unos minutos llegó Igls asustada por el brillo que sintió venir de la habitación – ¿pasó algo hermana? –

-Nada, solo fue Rieta que se auto guardó en esta lámpara, fue bastante extraño, lo mejor es que ya tengo un lugar para que ella duerma – sonrió la niña dejando el objeto sobre el velador junto a su cama – hermana, debo comprarle ropa a mi demonio ¿sabes tú de algún aldeano que confeccione costuras lindas para ella? – la mayor pensó un momento y se acordó que uno de los ángeles de la región suroeste hacía muy lindos trajes de encaje para niñas pequeñas, luego Ivlin al saber esta información pensó detenidamente que su demonio fue creada para asesinar demonios rebeldes, si compraba ropa que fuese incómoda para ella y muy sofisticada sería difícil para ésta moverse y además la ensuciaría o rompería inmediatamente – necesito ropa firme y de gran calidad – dijo por consecuencia Ivlin, la ángel se puso a pensar y solo recordó al costurero real, ese ángel que diseñaba y creaba la ropa de su señor y las de ellas – solo conozco a ese ángel, pero no estoy segura si pueda crearle ropa a un demonio de raza alta, más bien, no sé si es que lo tiene permitido, ya sabes, hay criaturas que solo tienen permitido trabajar para servir a la familia de dios-

-Mmm gracias hermana, le preguntaré yo misma mañana – sonrió Ivlin terminando de colocarse el pijama para ir a dormir, tendría una ardua semana aun y necesitaba descansar apropiadamente, solo esperaba que Rieta estuviese durmiendo dentro de la lámpara ya que no le había enseñado a hacerlo, aunque en sí parecía muy somnolienta así que tal vez lo aprendería por sí sola, cerró los ojos entonces y el otro día comenzó, de esta manera pasaron los días hasta que llegó el más difícil para Ivlin en la enseñanza de la demonio, el día en que se enfrentarían al primer demonio rebelde de la zona, no sabía que tan fuerte era Rieta, quizás cometió un error y debía haber tenido una lucha con ésta antes de llevarla a pelear, sin embargo confiaba en su dios, éste le había dicho que su demonio era muy poderosa entonces no había nada que discutir ni probar, fueron a dicho lugar a los confines del pueblo de demonios, en él se encontraba un tipo de cabello amoratado y grandes cuernos color marrón líder de un grupo de revolucionarios - te estábamos esperando Ivlin – la niña descendió de los cielos y una vena se comprimió en su sien, ¿cómo osaba llamarla por su nombre siendo ella de alta raza? movió un pie para hablar con el demonio que había cometido tal insolencia cuando vio su cabeza volar por los cielos y caer directamente a sus pies, la niña quedó perpleja no podía creer lo que veía, ni siquiera había sido capaz de ver en qué momento Rieta se había movido para atacar al más alto con sus enormes garras – ¿he obrado bien en acabar con él? Estaba siendo muy irrespetuoso y no pude soportar que trataran así a lady Ivlin – dijo la niña sonriendo ante su señora quien la miraba con grandes ojos, algo le dolía en su ser, no quería ver a su demonio llena de sangre por el asesinato de otro ser, le dolía, sin embargo así era el destino de este mundo, si te rebelabas solo te convertías en una basura y ella lo comprendía bien, aunque no dejaba de pensar que quizás algunos demonios solo querían ser un poco traviesos.

Pasada la semana que Siralos le dió para entrenar a Rieta, ésta ya se encontraba lista para ejercer la labor de guardia en ese pueblo donde tantos demonios se estaban sublevando, es más si tenía que matarlos a todos lo haría si es que eso le hacía feliz a su señora, pensaba la pequeña niña. Ivlin supervisaba su trabajo y vaya que se desempeñaba bien, por ende pensaba que era momento de dejarla sola. – Rieta – le dijo Ivlin antes de volver al palacio para juntarse con Satanick que pronto llegaría – estaré comunicándome contigo via telepática como te expliqué ayer, si estas en peligro no dudes en avisarme, vendré luego para que conozcas a alguien- dijo la de ojos ambar mientras que la otra asentía, no pasó ni siquiera media hora e Ivlin volvió al lugar junto con Satanick, le habían hablado de él a la demonio peli naranja sin embargo al verlo no pudo dejar de sentir un cierto rencor hacia él, no es que lo juzgara por apariencia u otra razón, solo le estaba quitando tiempo con su señora y eso le hacía enojar, no obstante eran los deseos de lady Ivlin estar con él, ella no podía interceder ante sus deseos, sin embargo si le hacía daño a su mayor no dudaría en atacarlo.

– Satanick te traje hasta aquí por qué quiero presentarte a Rieta – la pequeña demonio caminó hasta donde se encontraba su señora y saludo a Satanick de forma cortés, éste también la saludo y miró a Ivlin – ¿Quién es esta niña?, es más chica que tu fufufufuf- rió molestoso

-Cállate... yo soy baja para mi edad pero ya verás que creceré y seré muy alta – dicho esto ladeó la cabeza y miró a Rieta –vez a ese niño bobo, es mi novio, es un tonto pero lo quiero – dicho esto Satanick se sonrojó y tomó en sus brazos a la más pequeña para rodar con ella, la demonio de mirada rojiza solo miraba como se comportaban, se preguntaba si algún día ella podría hacer eso mismo con su señora y sonreía imaginándolo.

Tras este evento pasaron 25 años, donde Satanick e Ivlin se habían conocido el uno al otro bastante, estaban muy enamorados, al verlos pareciera como si el amor volara por los aires, el conflicto en los pueblos demoniacos había cesado hace dos décadas, por lo que Rieta que ya tenía una apariencia más grande solo vigilaba por las calles para evitar que otros cuantos se sublevaran, además de eso se había transformado en la mejor amiga de Ivlin ya que Igls unth, la hermana de su señora había estado evitándola durante mucho tiempo por razones anteriormente mencionadas. Por otro lado, ese día era el cumpleaños de Satanick uno muy importante ya que era el cumpleaños número 100 del diablo, en el cual su apariencia ya era similar a un joven de 15 años y a partir de ese día su crecimiento se hacía aún más lento, en estos años solo había crecido 3 centímetros, sin embargo aún era mucha la diferencia de tamaño entre su pequeña novia que ya aparentaba 13 años y él, al menos habrían unos 30 cm de diferencia.

Ese día Satanick se acercó a su mejor amigo para hablar un detalle bastante importante para él, la verdad llevaba meses pensando en cuando sería el momento adecuado para intentarlo, pero después de casi 26 años de relación con la pequeña demonio creía que ya era el momento adecuado, sin embargo, a pesar que el Satanick del pasado le habló miles de cosas de cómo debía hacerlo cuando llegara aquel día no sentía que debía confiar en él para planear este tema, quizás debería ser más espontaneo y dejar que las cosas pasaran, aunque al parecer esa técnica no funcionaba, Ivlin no tenía el mas mínimo conocimiento de ese tema, nunca pasaría si solo dejaba que las cosas siguieran un rumbo natural, debía provocarlo él y ya se sentía preparado para dar el gran paso a la adultez, solo tenía algunas dudas, por lo que caminó hasta la habitación de Envi y tocó la puerta, después de todo era temprano y aun no viajaba al mundo de Siralos - Envi, ¿estás ahí? ... mmm quizás vine muy temprano – en lo que caminaba de regreso a su habitación el demonio cabra salió y lo hizo pasar, su cara no era de muy buenos amigos, al parecer había salido anoche para alguna parte, últimamente Envi no le contaba mucho de su vida privada por lo que no sabía que es lo que salía a hacer por las noches, aunque quizás lo sospechaba, después de todo el demonio cabra también estaba en la edad en que las hormonas se le revolucionaban y solo tenían una sola cosa en la mente, de esa manera sería más fácil preguntarle del asunto, seguro Envi ya era un demonio con experiencia en mujeres – ¿Qué desea saber señor? –

-Bueno... yo... -lo miraba y luego miraba al suelo, le daba bastante vergüenza aun, aunque recordaba a su yo del futuro, como le gustaría poder hablar de esos temas sin avergonzarse tanto, ahora entendía por qué lo llamó virgen cuando era pequeño, ahora realmente se sentía virgen y sin experiencia – dígame en que le puedo ayudar – dijo el más alto aunque ya no tanto, solo dos centímetros separaban a Envi de Satanick, ni la cabra podía imaginar que su pequeño señor se convertiría rápidamente en un apuesto joven tan alto en solo unas cuantas décadas, le traía nostalgia, pero no podía negar que cada vez le atraía más ese diablo, por lo que la necesidad de cubrir sus deseos de poseerlo era casi a diario, como Yagi ya no le satisfacía comenzó a buscar otro tipo de demonios, alguno más parecido a su señor – te ... te quería preguntar sobre... temas sexuales...- su cara estaba encendida en vergüenza – solía hablar de estos temas con mi yo del futuro cuando era pequeño, pero ha pasado tanto tiempo que ni siquiera me acuerdo de las cosas que me enseñó, bueno excepto de un dato muy relevante que jamás olvidaré, pero necesito que me enseñes- dicho esto Envi tragó saliva y miró con seriedad y sorpresa el asunto ¿su señor quería que le enseñara acerca del sexo? ¿Le estaba pidiendo que fuese su tutor en esos temas? Es decir ¿quería acostarse con él? ¿O era su imaginación? tragó saliva por el asunto, se dio vuelta y suspiró profundo para calmarse – ¿Qué clase de enseñanza desea señor?... por qué si quiere que le enseñe directamente el proceso puede contar conmigo – dicho esto Satanick se ruborizó, jamás pensó que Envi, su mejor amigo y su mejor demonio le iba a hacer esa clase de proposiciones indecentes, miró hacía todos lados y la vergüenza no se le pasaba, es más, hasta comenzó a mirar con ojos que jamás en su vida había pensado mirar a su súbdito, si lo miraba bien, Envi tenía buen cuerpo y su cabello era bastante largo, no podía negarlo, le encantaban los sujetos de cabello largo, quizás era una de sus debilidades, además la cara de Envi era bastante juvenil, sus ojos eran grandes, Envi era un demonio bastante apetecible a sus gustos, sin embargo jamás cambiaria a Envi por su amada novia, ella sería su esposa, él estaba felizmente comprometido, no sería capaz de cambiar a Ivlin por un poco de sexo ¿verdad?. Tragó saliva entonces y contestó nervioso – jejeje ¿Qué estás diciendo Envi? claro que no... yo es decir... solo necesito que me contestes preguntas ... no pienses de esa manera de mi... yo, yo no sería capaz de engañar a mi linda flamita, para nada – su risa era nerviosa y se apoyó en la pared pasando su mano por la frente, estaba sudando frio, el demonio cabra suspiró y se sentó en la cama, cruzando una pierna por sobre la otra - entonces su excelencia ¿Qué desea saber de mí? – Ya estaba tan acostumbrado a ese sentimiento que le carcomía, que actuaba de forma natural ante el dolor – ¿tú... tú tienes experiencia sexual verdad? Yo... yo quería saber cómo fue tu primera vez... es decir... ¿hiciste algo en especial, quizás algo romántico?... -el joven chocaba sus dedos uno contra el otro a modo de disminuir su vergüenza – ¿tuviste quizás que preparar el área para entrar?... bueno tú me entiendes... - había visto demasiado porno hasta estas alturas tratando de mentalizarse como sería su primera vez y bueno para masturbarse algunas veces – mi primera vez... la verdad no fue nada especial, solo llegué a la casa de un demonio, derribé su puerta tomamos hasta emborracharnos y le obligué a mostrarme su ano, en un comienzo no tenía claro que el sería el que pasara el trasero, pero tras un poco de forcejeo y bueno unos que otros golpes se rindió y lo mostró para mi... me acuerdo también que gritó bastante la primera vez que le metí mi miembro, estuvo unos dos minutos bastante inquieto pero después ya no gritó más, aunque a mí también me dolió un poco la primera vez, pero al parecer no tanto como a él- Satanick estaba en shock nuevamente, su amigo le acababa de confesar que se había violado a un demonio y sin tapujos en la lengua, bueno ese tipo de costumbres era bastante común en un infierno como en el que vivían, pero jamás lo pensó así de Envi, más cuando lo veía tan recatado – oooh ya veo... jeje jeje jeje...- reía más que nervioso ahora, sus manos sudaban, no sabía si fue buena idea o no preguntarle a Envi, había quedado más confundido, pero luego se le ocurrió otra idea – Envi... ¿y sobre experiencias con mujeres... podrías contarme? – Dicho esto la cabra ladeó la cabeza y respondió honesto – lo siento señor, pero jamás me he acostado con una mujer, es más, le puedo enseñar sobre experiencias con ángeles-

-¿C... Con ángeles?-

-Bueno, hace unos años atrás hubo un altercado con algunos ángeles y tomamos de prisionero al bastardo de Taffy, así que a muchos nos dio curiosidad si hacerlo con un ángel sería distinto que con un demonio – habló sin tapujos dejando aún más atormentada la mente del joven diablo, ahora hasta a él le estaba entrando la curiosidad de que se sentía, no podía negarlo, su cuerpo se sentía caliente todo el maldito día y era casi en lo único podía pensar, ya casi ni se podía controlar, a veces tenía miedo de no poder siquiera controlarse y terminar acostándose con el primero que viera y engañar a su pequeña novia, por eso quería terminar con este suplicio pronto, tragó saliva y le dio las gracias al de mirada rojiza por responder a sus preguntas, ahora ya tenía la determinación, no importara como saliera, hoy era el gran día se dijo, ya cumplió su primer siglo, era casi todo un hombre y tenía ciertas necesidades que cumplir, ya pensaba que si lo hacía una vez las ganas que tenía por hacerlo se irían por un tiempo y podría seguir viviendo como siempre y recuperar la cordura.

Llegó a las dos de la tarde al palacio de Siralos, Envi no lo dejó irse antes hasta que comiera pastel que le iba a preparar, por lo que tuvo que esperar y tener una pequeña celebración con su amigo antes de partir donde su novia, sin embargo no fue a ella a la que pasó a ver primero, fue a Siralos, necesitaba pedirle una cosa en específico –Siralos ~~ hoy es mi cumpleaños ¿me harías un lindo favor ~~? -dijo el más alto intentando que su plan no fallase-

-¿Qué quieres Satanick?, hacerte el lindo ya no funciona, ya no eres tan adorable como antes –

-Oooh~~ me dijiste adorable, Siralos -tan pensaba que yo era adorable, eso me alegra mucho –se sonrió al ver que el mayor solo sonreía de lado y se acomodaba los lentes – ¿y qué quieres?-

-Ehh... bueno... yo... quiero llevarme conmigo a Ivlin por un día a mi mundo, para que lo conozca claro ejeje jeje jeje –se puso rojo – y sé que no va a querer ir si no le das permiso, siempre estás tú, luego tú y luego tú antes que yo – el dios se sintió más que alagado por eso sonriendo victorioso mientras enrulaba su pelo con su dedo – está bien, puedes llevártela, recuerda, ya te había dado permiso para llevártela a tu mundo cuando quisieras, no sé por qué sigues con esto –

-Emmm yo... bueno quizás no estoy listo todavía para una vida marital... jejeje, ya sabes aun soy joven – Satanick comenzó a ponerse nervioso cuando el dios adoptó una pose bastante coqueta y pasó una pierna por sobre la otra de forma muy provocativa a sus ojos, éste ni siquiera le estaba prestando atención en ese momento y eso era bueno por qué jamás en su vida había visto de forma tan apetecible al pequeño dios, es más, siempre encontró muy guapo a Siralos, pero ahora no podía pensar con claridad, hasta podía desnudarlo con la mirada, de seguro la tenía bastante pequeña, pensaba mientras miraba la entrepierna que apenas se marcaba por la falta que usaba el otro, luego subía hasta sus pectorales y los imaginaba, seguramente los tenía rosados y esas piernas, esas piernas eran deliciosas, tuvo que golpearse para dejar de mirar al padre de su novia, la tentación era mucha, ya ni siquiera sabía por qué todo le parecía apetecible, salió del recinto esperando encontrar a la demonio de fuego pronto, pero peor fue su desdicha cuando se cruzó con Rieta, esa niña había crecido bastante estos 26 años, aunque si bien no le gustaban tan pequeñas, aun así algo lograba provocarle en él, en sí le gustaban las mujeres más voluptuosas se decía para sí mismo, aunque si bien pensaba su novia estaba bastante plana, solo esperaba que el desarrollo llegara pronto a ella, en los años que conoció a Ivlin, esta apenas había crecido 5 centímetros, la verdad no tenía mucha esperanza a que ésta fuese a tener un cambio muy brusco en su adolescencia, seguro seria como una tabla toda su vida, en fin, no era eso lo que le importaba ahora, él amaba a su tabla y quería darle amor.

En lo que esperaba fuera del palacio notó que la demonio de pelo naranja lo miraba con una mirada filosa – ¿estas tramando algo?...- dijo casi asesinándolo – no estoy planeando nada que te incumba, solo iré a pasear por un día con mi linda novia – dijo el más alto mientras le sacaba la lengua a Rieta quien miraba desconfiada. Pronto llegó la mencionada quien venía volando con un gran pastel –Nick~- dijo contenta mientras corría con la torta en la mano hasta donde estaba su alto novio – feliz centenario Nick –sonrió contenta mientras el mayor le revolvía el cabello – gracias mi amor – dicho esto se besaron, Rieta no quería seguir viendo la escena, no es que Satanick fuese un mal tipo, pero lo tenía entre ceja y ceja, algo le decía que no podía confiar en él, y aunque su señora le habia dicho que debía mantenerle respeto ella simplemente no podía, si le tenía que moler a golpes, lo haría.

-Mi amor, hoy te llevaré a un lugar que nunca antes hemos ido – dijo Satanick sonriendo feliz más por qué sabia a lo que irían a su mundo, estaba ansioso – iremos a mi mundo – sonrió, la menor levantó una ceja y se puso sería- lo lamento, pero no puedo – el más alto comenzó a sudar frio, ya tenía todo planeado ¡no lo podía dejar así!- mi señor jamás me dejaría abandonar sus tierras, si él no me da permiso no lo haré- el de cabellera negra suspiró entonces y le tomó de la mano – tranquila, tu "señor" ya me dio permiso así que vamos, lleva ropa de cambio por qué te traeré de vuelta mañana – la menor lo miró con los ojos brillosos y se emocionó demasiado, asintió y corrió para buscar ropa que llevar, era primera vez que sentía tanta libertad en su vida, su corazón estaba emocionado, si bien idolatraba a su dios, sería muy bueno para ella conocer otros mundos y quizás aportar conocimientos al mundo de su amado padre, eso sería perfecto.

Fue entonces como Satanick abrió un portal hacía su mundo y a su época, y se fueron a Pitch Black, directo al inframundo, a Ivlin le costó adaptarse, era extremadamente oscuro a comparación al mundo en el que vivía, es más, se sentía ciega en aquel lugar, le costó varios minutos acostumbrarse un poco, pero lo logró, lo más sorprendente fue notar que su cuerpo era capaz de sobrevivir sin la luz del sol ¿ese sería acaso un regalo otorgado por su padre? se sentía dichosa por descubrir la benevolencia de su dios para ella. Notó entonces que habían muchos pinos en aquel lugar, pinos pequeños, a lo lejos se veía una enorme mansión y unas cuantas casitas, vió a unos niños jugando en una plaza, en particular le llamó la atención uno que estaba solo y llorando por qué un demonio pequeño de cabello rojizo le había golpeado y algunos cuervos rondaban a su alrededor, pronto siguieron caminando hasta llegar a una gran colina, la cual subieron y entraron al enorme castillo de Satanick, era un lugar muy tétrico por fuera, sin embargo por dentro era muy elegante y sofisticado, le encantaba la decoración llena de cuadros y retratos, finos candelabros y muebles con muchos detalles, pronto notó a una joven muchacha que se acercaba, esta poseía serpientes en su cabeza- hola, mi nombre es Medouco mucho gusto, señor Satanick, ¿se le ofrece algo? – el diablo le susurró al oído y esta hizo una reverencia para luego marcharse, Ivlin estaba sorprendida, nunca había visto en sí el trato que le daban a Satanick en su mundo y se admiró, realmente su novio era un diablo, un demonio de los más puros que existían, su corazón comenzó a palpitar y no puedo evitar sujetarle más fuerte el brazo, Satanick sonrió y caminó un poco más con su novia hasta que notó que una mirada los observaba desde la profunda oscuridad del pasillo, una mirada rojiza y penetrante, Ivlin se puso en alerta de inmediato, sin embargo Satanick solo sonrió – tranquila, es mi mejor amigo, te lo presento, él se llama Envi, ¡hey Envi no te escondas acércate, tengo a alguien a quien presentarte! – éste se acercó, sin embargo no podía evitar colocar una cara de asesino cada vez que miraba a Ivlin y ésta lo notó enseguida, no era bien recibida por parte de ese demonio, seguramente aun la odiaba de cuando le dijo cosas crueles a Satanick, así que entendía el odio por parte del mayor – un gusto en conocerla señorita Ivlin – dijo por cordialidad sin cambiar la cara -el gusto es mío – respondió la menor a la defensiva quien cambio el tema rotundamente mirando a Satanick - ¿entonces vamos a comer el pastel?- éste sonrió y le dijo que continuara caminando por el pasillo y subiera las escaleras mientras, la de cabellera larga lo hizo y él se quedó hablando con la cabra -Oye Envi, voy a estar ocupado, dile a todos que no quiero visitas, no molestias hoy ¿sí? Estaré en mi cuarto- dicho esto salió corriendo tras su novia mientras la cabra suspiraba y una lagrima de dolor corría por su cara, era primera vez en mucho tiempo que lloraba sobrio, sería mejor ir a tomar y borrar la imagen mental de su señor junto a esa tipa.

Horas habían pasado, ya eran casi las 7 de la tarde y el frio comenzaba a bajar –oye hermosa- le dijo al fin, había estado toda la tarde intentando hacer un movimiento, pero creía que ahora ya era el momento indicado –¿que sucede Nick?- Satanick no fue capaz de preguntarle si quería intimar con él, así que solo forzó la situación besándola apasionadamente mientras que con sus brazos sombra apagaba la luz, era primera vez que se besaban de esa manera, el calor ya se estaba haciendo insoportable para ambos, es más, Ivlin se sentía bastante a gusto por ese tipo de besos y tanto fue su aumento de temperatura que sola se sacó el chaleco que la cubría, esto iba por buen camino se dijo Satanick mientras pasaba su mano por la espalda y por las piernas de la menor para tomarla en brazos y llevarla hasta su cama, la oji ámbar se extrañó por la acción del más alto y más cuando notó que este se subía arriba de ella sin aplastarla para seguir besándola, en el momento le pareció extraño sin embargo siguió besándolo, nuevamente ese calor intenso le recorría el cuerpo, más ahora que el de cuernos amoratados le besaba el cuello, era una sensación nueva para ella le encantaba, le hacía exaltar y jadear, no sabía por qué, pero se sentía deseosa de más, ella incluso también quería besarle el cuello a su novio, por lo que desprendió la corbata de éste para aflojar su camisa y hacerse espacio, fue ante el primer beso que Satanick se volvió loco, ya no aguantaba quería poseerla, quería hacerla suya y que él fuera de ella, así que aventó su ternó lejos comenzando a desabrochar su camisa mientras que con sus manos de sombra le quitaba los zapatos a Ivlin que ni siquiera sabía que estaba pasando, pero tampoco quería pararlo, es más, le parecía excitante ver a Satanick de esa manera y lo deseaba.

Las manos del mayor tocaban las desnudas piernas de Ivlin inmiscuyéndose por debajo de la falda de ésta hasta llegar a su ropa interior, en donde comenzó a masajear con sus dedos por sobre estas, la demonio fuego abrió los ojos y miró sorprendida al más alto quien solo le dijo – relájate, estará todo bien – le beso los labios y con su mano libre comenzó a desabrocharle la blusa que estaba usando dejando libre su plano torso que usaba un sostén infantil el cual literalmente no sostenía nada más que una pequeña protuberancia que quizás eran los senos no formados de la menor, presionó la zona apretando levemente uno de los pezones de Ivlin quien al contacto comenzó a jadear fuerte, sin duda era muy sensible en aquella zona, sus gemidos se hacían cada vez más audibles y le gustaban, su cara sonrojada era lo más dulce que había conocido hasta la fecha, se sentía en el paraíso justo en ese momento, tocar los pequeños senos de su novia eran la gloria, amaría si fuesen un poco mas grandes. No dudó entonces en desprender toda la ropa de la chica quien se sentía extraña de esa manera, no sabía que estaba pasando ni que seguiría – Sa... Satanick... ¿qué... qué haces? – pregunto con la voz cortada y un par de lágrimas en sus ojos, éste sonrió mientras le limpiaba los ojos - te haré el amor- dicho esto volvió a besarla profundo, quería lograr excitarla lo más que pudiera, había estado investigando por unos meses sobre las mujeres y sabía que les dolía la primera vez, por eso quería hacerlo bien y no como un completo imbécil, por el momento se estaba controlando bastante, aunque para ser virgen creía que todo iba marchando de lo mejor, no sabía si era por qué estaba demasiado necesitado o por qué tenía un talento para esto. Sin pensarlo dos veces se terminó de desnudar también y bajó a chupar los pechos de la menor, ahora esta parecía estar desenfrenada, gemía bastante incomoda, retorciéndose de un lado hacía otro, pero sin duda la estaba pasando bien, el pelinegro podía sentir la humedad de la menor en la mano que le acariciaba la entrepierna para estimularla – ¿te gusta mi amor?- le preguntó ya casi perdiendo el raciocino, estaba en trance por la excitación, solo necesitaba más y más, parecía no tener forma de saciarlo, ni siquiera esperó a que la otra contestara, solo fue a atacar el clítoris de Ivlin con su boca, lamía de arriba hacia abajo y luego succionaba, no tenía mal sabor, al contrario le excitaba más el saber que su novia re retorcía gracias a sus acciones, sin duda era lo mejor del mundo escuchar su voz gimiendo, era una nueva experiencia para él y le encantaba.

Con una de sus manos libres comenzó a masturbarse, su miembro estaba más que duro y quería estar lo suficientemente preparado para entrar pronto a su amada, realmente lo necesitaba luego. Su respiración era rápida, su mirada fija, su boca parecía babear más de lo común, era un degenerado y no le importaba, quería gozar de este momento y no le importaba quedar como un maldito pervertido ante la demonio que más amaba, por lo que ya decidido se colocó entre las piernas de la oji ámbar y sin previo aviso entró, al comienzo fue difícil, es más, le dolió bastante, sin embargo al parecer no fue al único que le dolió, la niña lloraba en silencio, se le había olvidado por completo ser delicado, era un imbécil, paró de entrar quedando a la mitad del camino cuando sintió algo romperse, Ivlin estaba asustada lo podía entender, había sido un completo tonto en tomarla sin siquiera decirle lo que estaba sucediendo, por lo que se acercó a ella y la abrazó – lo siento, fui muy brusco... yo... yo no podía aguantar – estaba intentando controlarse como a dé lugar, por lo menos hasta que Ivlin estuviese más cómoda, sus manos sudaban y tiritaban a la vez, estaba nervioso – e...eso dolió... - dijo la de pelo bicolor cuando sintió como era llenada por la entrepierna de Satanick, abrió los ojos ante lo que sentía, era extraño, algo estaba dentro de ella y... y no se sentía del todo mal – ya... ya no aguanto más ... lo lamento mi amor- dicho esto Satanick comenzó a moverse, no rápido pero si a un ritmo constante, la menor miraba asustada al de pelo oscuro, más por los choques eléctricos que sentía por cada penetración, de cierta manera se sentía bien, ya no era tan malo, pero si molesto.

-Aaaghh mmmg Ivlin~- escuchó gemir al mayor y esto la hizo sonrojar de sobre manera más que cualquier excitación previa, se sujetó de la amplia espalda del oji purpura y gimió para éste. Al fondo a la izquierda, era lo que nunca iba olvidar de los consejos que le había dado su yo del futuro, así que se enfocó en moverse hacia esa zona, si bien no era experto en el tema, logró su cometido, era exactamente el lugar que hacía volverse loca a Ivlin, sentía como las paredes del conducto vaginal de la demonio lo apretaba de una manera fenomenal, jamás se arrepentiría de esto, pensaba. Comenzó a gemir bastante cuando las estocadas cada vez eran más fuertes y más rápidas , Satanick ya no podía y tampoco quería parar, ambos jóvenes estaban uniéndose por primera vez en ese oscuro cuarto del castillo de Satanick y ambos gemían el nombre de su ser especial, tomándose de las manos de forma cariñosa, sin duda había sido una muy buena experiencia para ambos, si bien no duraron mucho por la falta de experiencia, todo había salido perfecto, Satanick estaba satisfecho, con esto de seguro podría dejar de pensar en sexo a cada segundo, sin embargo no fue así, no habían pasado siquiera ocho horas desde su encuentro, y ya se había despertado con una erección, sentía vergüenza de sí mismo, miró entonces a su novia que aún seguía dormida. ¿Le molestaría si lo hicieran otra vez? Se preguntaba a sí mismo, por lo que tomó la decisión de despertarla, ésta abrió sus ojos para notar el gran miembro de su novio a la vista, al día anterior no lo había notado por qué ni siquiera fue capaz de verlo, pero ahora que lo veía de cerca se asustó –eh... Ivlin... ¿puedo... puedo continuar con lo que hicimos ayer?... estoy algo deseoso... jejeje...- la niña lo miró incomoda y supuso que estaba bien, aun le dolían sus partes íntimas por la actividad del anterior día, pero suponía que estaba bien si Satanick se lo pedía, por lo que no se negó y dejó a Satanick volver a hacérselo.

Ese día volvió a su mundo algo inquieta, su novio estaba algo cambiado, si bien venia notando ese cambio hace tiempo, ahora se notaba bastante, se comportaba como un pervertido de verdad, aunque no podía negar que se la había pasado bien con él, aunque le dolía bastante el cuerpo, sobretodo el área de la cadera. Al otro día Satanick apareció nuevamente en el mundo de Siralos para encontrarse con su novia como era de costumbre, le llevó sus típicas rosas moradas y volvió a pedirle si podían hacerlo otra vez, así estuvieron toda la semana y cada vez el mayor se descontrolaba más y más, Ivlin ya no tenía ganas de ver a Satanick, era como si solo quisiera estar con ella para acostarse y ya, ya ni siquiera salían a pasear, no le traía flores, solo la llevaba a un cuarto o a algún lugar y lo hacían, Satanick por su parte no se había dado cuenta, pero no podía parar de sentirse excitado a ninguna hora, todo le parecía penetrable y por fin le encontraba razón a su yo del futuro, todos los seres que habitaban en el mundo eran hermosos y deseables, incluso su amigo de casi toda su vida, el padre de su novia, la subordinada de su novia, la gente del pueblo de su novia, esperaba no tener que ver a la hermana de Ivlin o le iría mal, esa joven tenía un cuerpo increíble, tenía un grave problema que no sabía cómo controlar, necesitaba consejos, pero no conocía a ningún hombre adicto al sexo más que a su yo del futuro. Intentó recordar que hacía éste cuando se sentía necesitado, fue cuando recordó que tenía la bufanda de Ivlis en su poder, la buscó por todas partes hasta encontrarla, si, ese olor, era el mismo de Ivlin, quizá un poco más fuerte, pero era el mismo que su adorada Ivlin, lo olía mientras se masturbaba, sin embargo aún no era suficiente, su mano no lograban el mismo efecto en su miembro que el cuerpo de su novia, necesitaba estar con ella, sentirla, oírle gemir su nombre, poseerla, quería besarla, tocar su cuerpo aun sin desarrollar, aunque no se sentía satisfecho aunque hicieran el amor, algo faltaba, si, sin duda algo faltaba.

Un mes pasó desde que Satanick e Ivlin tuvieron su primera vez y ya Satanick le había pedido a la menor 60 veces hacerlo, algunas veces las conseguía pero cada vez era menos, hasta que entraron al segundo mes e Ivlin ya no quería más, se sentía utilizada, poco querida, comenzó a deprimirse bastante, es más, lloraba cuando veía a Satanick con cara de degenerado viniendo hacía ella, o cuando la manoseaba, se sentía sucia, ese no era el Satanick tierno del cual ella se había enamorado, le habían cambiado a su amor y solo quería llorar, estuvieron un mes sin siquiera dirigirse la palabra, Ivlin huía cada vez que Satanick llegaba al palacio, por lo que la desesperación de Satanick comenzó a volverlo loco, estar en abstinencia era casi mortal para un sátiro como él, necesitaba una solución pronto, estaba hiriendo a Ivlin, mas no sabía cómo controlarse. Pronto la falta de sexo lo irritó y ya todo le causaba molestia, era un joven amargado e irritable, se levantaba de mal humor, tomaba café para relajarse en las mañanas, hasta Envi se veía asustado por el cambio radical en su señor, a veces lo encontraba fumando, seguramente había encontrado esa alternativa de relajación por parte de Fumus, aunque nada le calmaba, estaba perdiendo la paciencia y la razón. Un día llegó hasta el palacio de Siralos, no encontró a Ivlin como era de esperarse y su furia fue única, desapareció y apareció justo en frente de la mas joven quien se puso a llorar al verlo – tu maldita infeliz ¿qué crees que consigues con escapar de mí y poniéndote a llorar? ¿Crees que te volverás más apetecible para mí? Al contrario, ¿sabes qué? ya no necesito de tu cuerpo, si no quieres hacerlo conmigo conseguiré a otro que me lo seda, además ni siquiera me atrae tu figura, dime, ¿quién se excitaría con lo plana que estas? ni siquiera sé si se lo estoy haciendo a una tabla o a ti – dijo más que irritado Satanick por sus dos meses de abstinencia, por su parte Ivlin comenzó a llorar a mares, le había dolido que la trataran así, se sentía como solo un objeto que servía para satisfacer los deseos sexuales de su pareja y ahora ni siquiera la deseaba, lo había perdido todo y lo peor es que aun seguía amando a ese imbécil diablo, su corazón se rompía y dolía mucho, no podía parar de llorar ¿Qué significaban todos esos años juntos para el pelinegro? ¿No sentía dolor de tirarlos por la borda por un poco de placer? El conocía todo de ella y ella todo de él, ¿entonces por qué ahora jugaba de esa manera con sus sentimientos, por qué la trataba así? No sabía cuánto soportaría de esa manera, quizás Satanick necesita de algo que lo despertase de su adicción, algo grave, ¿pero qué? ¿Cómo podía ayudarlo si no sabía casi nada del tema? ¿Y si le preguntaba a su dios? Él siempre tenía la respuesta para todo, aunque eso significaba revelarle que había entregado su cuerpo antes del matrimonio y eso no sabía cómo lo iba a tomar su padre, estaba entre la espada y la pared, fue entonces que vió pasar a Igls Unth sin que ella los notara y escuchó como el mayor decía un par de ordinarieces con respecto al cuerpo bien desarrollado de su hermana, una frase muy burda que la hizo enfadar, más cuando comenzó a decir que ese tipo de cuerpo si lo satisfacería y que quizás podía llevarse a las dos hermanas, eso no lo iba a aguantar, ya se había rebalsado su paciencia y no podía tolerar que hablara de esa manera tan horrorosa de uno de los seres que ella más amaba, quizás ella no poseía un cuerpo deseable, y podía tener miles de defectos por su carácter y podía soportar que la tratara mal, pero meterse con su hermana eso no tenía perdón. Se sacó el anillo de compromiso y lo hizo añicos en sus garras mientras su pelo iba tornándose poco a poco rojo furia, Satanick notó lo caluroso que estaba el lugar y fue cuando vió a su prometida envueltas en llamas que despertó de su trance y se dio cuenta de todo lo que había estado diciendo y lo que había pasado todos estos meses, al parecer ya era muy tarde para él, había echo sufrir de una manera horripilante a Ivlin.

La menor sacó su tridente y envuelto en llamas se lo lanzó con furia, el más alto lo esquivó fácilmente, sin embargo no se dio cuenta que solo era una tetra y una furiosa flama que salía de la boca de Ivlin lo quemó por completo destruyendo su ropa su cabello y dejando graves quemaduras en todo su cuerpo, además de esto Ivlin llena de furia le clavó 5 lanzas dejándolo colgado en una pared mientras le gritaba que no quería volver a verlo en su vida, que era el ser más asqueroso y repugnante que pudo haber conocido y que le daba asco recordar que alguna vez lo había amado tanto que prometió pasar su vida junto a él, que lo repudiaba y que era la peor basura del universo y si lo volvió a ver no dudaría en matarlo, no quería su perdón y tampoco tenía intención en recuperarlo, la había perdido y para siempre –¡te doy un minuto para que saques tu asquerosa presencia del preciado mundo que creó mi dios, asquerosa y repugnante bestia! Ni si quiera intentes dirigirme la palabra si no quieres que te corte la lengua- le dijo antes de desaparecer y encerrarse por días a llorar en su habitación.

Satanick por su parte volvió gravemente herido a su mundo, pero nada que no pudiese solucionar más que la herida en el corazón que él mismo había provocado, ni siquiera él entendía que le había pasado y por qué actuaba de esa manera, pero ya lo había estropeado y nada volvería a ser como antes, una pena absoluta llenó su corazón y todo el mundo se oscureció más de lo que ya estaba, una gran tormenta se desarrollaba en el mundo de Pitch Black. Se dirigía a tomar un baño, para llorar en un lugar solitario y luego sanar sus heridas cuando un extraño portal se abrió ante sus narices

-Hola~~ volví~~... ¿me extrañaste? ¿Pero qué mierda te pasó? Te dejo unos años solo y te vez así de estropeado... -

-¿Sa... Satanick? -



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Comentario: No me odien al Nick ;v;  el solo está pasando por un ataque de satiriasis (?) fulminante que ni siquiera él sabía que tenía, bueno sospechaba por que algo le habló su yo del futuro, pero nunca pensó que a él también le afectaría de tal manera que no podría controlarse. 

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