Parte 16
Comentario: :D holis, les traigo otra parte de este fic, :> les dije que avanzaría rápido, espero ya no odien tanto a Ivlin U_U, realmente no es un mal personaje, solo era una niña muy mimada.
por otra parte estoy un poco nerviosa para lo que se viene en el siguiente capitulo... ¬/////¬ la verdad me cuesta escribir un poco >//////< pero lo haré. el próximo capitulo a mi parecer será algo bastante intenso ¬v¬ la verdad creo que lo haré mas largo de lo común de todos los capítulos por qué he decidido que quiero adelantar lo mas que pueda este fic, por lo que el próximo capitulo encontraran una sorpresa al final del capitulo :D y se podrán teorizar algunas cosas quizás =v=
eso :p espero les guste y comenten ^v^ -los comentarios llenan el alma y motivan a seguir escribiéndoles y bueno me ayudan también a saber si les gusta o si tiene algunas fallas (?)-
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Ivlin y Satanick estaban comprometidos a casarse, ninguno de los dos lo podía creer, es más Ivlin miraba a cada instante el anillo de compromiso que tenía en su mano para estar consiente de lo que estaba pasando y que era real. Cuando se lo contó a su hermana sentía como si su corazón fuese a estallar, la verdad es que fue a la segunda que se lo contó, puesto que como creación de Siralos era su deber contárselo primero a él, Igls por su parte la felicitó en primera instancia, aunque por lo que le contó Ivlin terminó riendo, Satanick estaba tan nervioso cuando le pidió ser su esposa en un futuro lejano que dijo muchas incoherencias mientras hablaban, la ángel rió bastante por lo que le contó su hermana, más cuando su hermana le contó que le dijo el si, Satanick respondió con un ¿sí? Tan nervioso que su voz sonó extraña como si le estuviese cambiando su tono, fue bastante gracioso imaginárselo.
A pesar de todo lo ocurrido, Igls pensaba que la vida de su hermana estaba avanzando demasiado rápido ¿es acaso obra de su señor? La verdad no juzgaba la decisión de Siralos para comprometer desde muy pequeña a Ivlin, quizás era el propósito de su dios que el destino de Ivlin fuese irse de su lado a un lugar más adecuado para ella, eso le entristecía bastante porque se había encariñado demasiado con su hermana, la amaba, más las decisiones de Siralos estaban por sobre el amor que le tenía a esta, su palabra era la ley absoluta y lo entendía a la perfección, por lo que desde ese día intentó desprenderse poco a poco de Ivlin, dejar que ella fuese capaz de ser independiente, después de todo era bastante fuerte para serlo, algo tonta y bruta, pero fuerte, ya sabría tomar buenas decisiones con un poco de experiencia.
Pasaron algunos meses en donde Ivlin estaba notando bastante la falta de atención que le ponía su hermana mayor, la verdad no quería molestarla o preguntarle su razón por el desapego tan repentino, ¿acaso Igls estaría triste por su compromiso con Satanick? Pero eso era muy distinto, ellas siempre iban a ser hermanas aunque se casara con Satanick y se mudara a otra casa, ella siempre iba a estar para Igls y para su señor, después de todo eran su única familia y eran lo más importante para ella, la única forma en que se alejaría de Igls es si su dios se lo pidiese, sin embargo no encontraba ninguna razón para que esto ocurriera ¿Por qué Siralos querría separarlas? Era algo ilógico de pensar, después de reflexionar bastante tiempo se puso muy triste, caminó por los pasillos de su hogar llegando a la parte superior para pronto sentarse en el techo del palacio de Siralos y de paso observar el hermoso paisaje, estuvo ahí algunos instantes y escuchó de repente una voz que provenía desde abajo – ¿qué sucede preciosa?- miró al suelo, era Satanick quien venía con un racimo de rosas moradas, eran sus flores favoritas así que quería dárselas a su demonio favorita también – Nick... ¿viniste por mí? Se suponía que vendrías mañana – sonrió la demonio bajando hasta el suelo y abrazando a su alto novio quien la abrazaba por la cintura y la apegaba a su torso con una mano – te extrañaba – dijo contento entregándole las flores y colocándose rojo – toma... te hablé una vez de estas flores, que eran mis favoritas, sin embargo no te conté la otra parte – la de ojos ámbar lo miró con intriga - en mi mundo existe una leyenda, dicen que esas flores fueron bañadas en sangre de alguien que amaba intensamente, pero no fue correspondido en su amor, entonces el rojo de la sangre que este individuo poseía se tornó violeta significando que el amor no correspondido lo mató como si de un veneno se tratase, en sí significan el amor puro de alguien hacia otro y eso es lo que siento por ti... yo... yo te quiero mucho -dijo rojo de vergüenza entregándoselas a Ivlin a quien le latia a mil por horas el corazón – no sabía esa historia, es ... es muy bella, no pensé que en un mundo lleno de demonios pudiese haber leyendas de amor- dijo mientras agachaba la cabeza para que no la vieran tiritar de nervios y sonreír como una estúpida mientras sus ojos se cristalizaban.
-La verdad yo tampoco, la acabo de inventar para ti- Ivlin quedó paralizada y algunas lágrimas salieron de sus ojos, sentía un leve enfado por el engaño y la vergüenza, sin embargo todo eso no era nada comparado al profundo sentimiento de amor que le producía saber que Satanick le había inventado una propia leyenda para ella, fue un lindo, un muy lindo detalle, se refugió en su pecho y lo golpeó despacito – tonto...- dijo sonriendo al final y aceptando las bellas flores que le traían de regalo, siempre recordaría el significado de estas, un significado que el propio Satanick le había inventado para ella – muchas gracias – dijo finalmente cuando sintió una mano que le hacia cariño en la cabeza – voy a dejar en agua las flores o se marchitarán y sería muy triste verlas morir pronto – el joven le asintió con la cabeza y la siguió, aunque esperaba un te quiero de vuelta, en fin, quizás era muy pronto para comenzar a decir ese tipo de cursilerías, aunque no podía negar que adoraba ser cursi.
-Ivlin – escucho la menor del palacio por lo que tuvo que salir corriendo dejando olvidada las flores en la mesa –lo siento Satanick – dijo la menor corriendo a ver que necesitaba su omnipotente dios, mientras el diablo se sentía triste porque nunca lograría tener la máxima atención de la niña, a veces le gustaría que Ivlin fuese más rebelde, seria entretenido que desobedeciera en alguna ocasión a Siralos, aunque en sí Siralos le caía bien, pero ¿acaso no era la naturaleza de un demonio ser travieso y rebelde? ¿Por qué entonces Ivlin no actuaba de esa manera?, es más, ningún demonio se atrevía actuar de esa manera en aquel mundo, ¿sería acaso Siralos un dios poco benevolente el cual no perdonaba ese tipo de faltas?, en fin, caminó hasta donde la de cuernos rojos dejó las flores y se dedicó a dejarlas en un jarrón con agua helada, allí sobrevivirán un par de días.
Ivlin llegó al trono de su señor y se arrodillo ante él agachando la cabeza como señal de absoluto respeto –señor, ¿estaba usted llamándome?-
-Necesito que vayas al distrito sur por unas hierbas, Igls Unth aseguró que un ángel de esa zona le había comentado que esas hierbas sirven para rejuvenecer la piel y quiero probarlas, ve y trae la suficiente para hacerme una mascarilla, te espero de vuelta en una hora-
-Como usted diga su excelencia – la niña desapareció de donde estaba Siralos y llegó donde Satanick notando que este estaba sentado al lado de la mesa donde estaba un lindo florero decorado por las flores que le traían de regalo – acompáñame - le dijo con una sonrisa en la cara mientras tomaba una bolsa y salía volando lo más rápido que sus alas le permitían hacia el distrito sur en donde viven los ángeles de menor rango, aquellos que jamás en su vida podrían ver a dios, pero sabían de su existencia gracias a los ángeles mayores y a la hermosa arcángel Igls Unth que era una deidad en cada rincón del distrito sur.
–¿Hacia dónde nos dirigimos? - le hablo Satanick con dificultad ya que iban muy rápido y el viento en su cara le afectaba.
-Vamos al confín del área habitada por los ángeles –
-¿Angeles?... mmm conozco a algunos ángeles ¿sabes?-
-¿Si? Pensé que vivías en el inframundo de tu mundo –
-Sí, pero mi hermano es el dios ¿recuerdas?, así que algunas veces lo voy a ver y aprovechamos de torturar a algunos ángeles, hay uno al que mi hermano prefiere sobre los otros... aunque últimamente lo reemplazó por una que tiene forma de gato... -
-¿Gato?... ¿qué es eso?-
-¿En serio no sabes lo que es un gato?-
-No... ¡cuidado con el árbol!-
-Oh – esquivó fácilmente el árbol que se interponía en su camino y volvió a juntarse en el vuelo con Ivlin – son unos animalitos pequeños y muy tiernos los cuales tienen unas orejas triangulares por sobre su cabeza y dicen miau- le explicó sin mucho detalle, la niña ni siquiera se pudo imaginar bien como eran, pero supuso que la ángel tenia orejas y decía miau a veces – ¿y por qué los torturan? ¿No se supone que los dioses deben ser bondadosos con sus creaciones? –
-Bueno... digamos que es divertido, aunque mi hermano dice que si son sus creaciones le deben dejar entretenerse con ellos porque él les permite estar vivos –
-Vaya... supongo que tu dios no se compara con el mío... el señor Siralos jamás haría eso – sonrió confiada, Satanick por su parte la miro y se mantuvo callado por unos minutos – bueno, supongo que tú conoces más que yo a Siralos-
-Señor Siralos –
-... Siralos-tan – dijo sonriendo de lado mientras Ivlin habría unos ojos grandes como si intentara asesinarlo con la mirada – ¿cómo dijiste?... no le faltes el respeto al señor Siralos –
-Tranquila Tranquila fufufu... es que viéndolo bien... el señor Siralos... -se rió al decir esto – es bastante adorable –
-... No puedo creer que seas tan falta de respeto ante las eminencias de otros –
-Hey... tu acabas de desprestigiar al dios de mi mundo... aunque fufufufuf no puedo decir nada en contra jajaja Fumus es extraño –
-Llegamos –dijo por fin la menor bajando al lugar y caminando por entre las casas, pareciera que el pueblo estaba desierto, como si ningún alma viviese ahí – ¿no se supone que aquí viven ángeles? ... ¿entonces por qué no hay nadie? –
-Viven aquí, pero cada vez que vengo entran en sus casas, para los ángeles no es común ver demonios en su territorio, estos jamás podrían convivir juntos, es la ley de la naturaleza ¿no crees?-
-Bueno, en mi mundo se cazan unos con otros, hace unos años hubo un conflicto bastante barbárico entre el ángel predilecto de mi hermano con alguno de mis demonios... ni siquiera sé por qué se formó el conflicto, pero corrió bastante sangre, por lo que me contaron el ángel de mi hermano atacó a un demonio por orden de él, pero no sé si es verdad –
-ósea ¿tu hermano disfruta de torturar a ese ángel no es así?, quizás lo manda a atacar a los demonios para que estos lo dejen mal herido... tu dios es un sádico – dijo sin más la niña sacando sus propias conclusiones mientras Satanick analizaba y pensaba que la menor realmente tenía razón, probablemente Fumus disfruta de ver llegar a Taffy apenas vivo después de ir a atacar solo a decenas de demonios con ganas de matarlo.
Caminaron por el pueblo hasta llegar a una casa y la menor tocó la puerta, nadie pareció salir, por ende la demonio volvió a tocar – vengo de parte de su excelencia Siralos, si no abre la puerta inmediatamente entenderé que se están sublevando ante la palabra de nuestro señor – Satanick abrió los ojos grande, jamás había presenciado como es que la niña trabajaba e interactuaba con los habitantes del mundo, realmente era rudo el trato que daba, de inmediato se escuchó un crujido y la puerta se abrió - señorita Ivlin... disculpe, nosotros no queremos ser irrespetuosos con la palabra de nuestro señor, por favor disculpe nuestra descortesía, pero se supone que nuestra encargada es la señorita Igls Unth, temíamos que su presencia significara algún castigo de nuestro señor-
-¿Qué les hace pensar que nuestro señor les enviaría un castigo? ¿Acaso creen merecerlo que lo mencionan?-
-No, para nada, lo siento, he pensado mal, lamento la equivocación señorita Ivlin, por favor disculpe nuestra descortesía-
-... Tengo poco tiempo así que dejaré esto pasar por esta vez, sin embargo no tienen por qué asustarse, mientras vivan bajos las leyes de nuestro todopoderoso señor no deben temer, ahora mujer, necesito que me guíes hacia ciertas hierbas que comentaste servían para tratamientos de belleza, nuestro señor requiere de esos tratamientos para mantener cuidada su perfecta y nívea piel –
-Oh muchas gracias lady Ivlin, no soy digna de tanta benevolencia de su parte, le haré entrega de toda la que he recolectado y le guiaré a donde encontrarla como gratitud hacia usted y a nuestro dios por hacer que mi conocimiento sea útil para él – dicho esto, la dama guió a los jóvenes hasta el bosque donde le enseñó a reconocer la planta y recolectó la mayor cantidad de esta, le enseñó además de cómo se debía utilizar.
-Está bien, agradezco el esfuerzo que has hecho para declarar tu lealtad hacia dios, espero que esta hierba no afecte la salud de nuestro señor, eso no podría ser perdonado- dicho esto la ángel le hizo una gran reverencia a la joven demonio y entró a su casa, Satanick estaba aturdido por tanta formalidad y alabanza a Siralos, era algo tedioso toda esa profunda devoción hacia el padre de Ivlin, le confundía también como esa adorable criatura podría influir tanto en todo los habitantes de un mundo, se había puesto a pensar un momento sobre todo esto, ¿acaso el causaría tanto revuelo en su mundo como lo hacía Siralos? ¿O eso solo lo conseguían los dioses? Ya le preguntaría a Envi si él tenía tanta influencia en su mundo como para que los demonios fuesen devotos a él o le obedecieran de esa manera – ¡Satanick!- escuchó de pronto a su novia quien le gritaba, despabiló de sus pensamientos y le contesto delicado – ¿me ... hablabas? Fufuf disculpa estaba pensando –
-Piensa después, mi señor necesita sus hierbas, debemos irnos – al diablo le judía cuando Ivlin ponía por sobre él a Siralos, realmente le molestaba de sobremanera, suspiró y tomó de la mano a la menor para ambos desaparecer y re aparecer en el palacio, ahí volvió a presenciar todo un conjunto de alabanzas hacia Siralos cuando Ivlin le entregó todas las hierbas y le enseñó como ocuparlas, Igls Unth sería la encargada de prepararle la mascarilla a su dios por lo que Ivlin debía ir a hacer guardia al distrito norte que era el más peligroso del mundo, puesto que eran los demonios de más bajo rango y solían ser bastante desobedientes, aun así eran absolutamente leales y devotos a Siralos. – ven Satanick, tengo trabajo que hacer-
-Pero acabas de terminarlo – hizo un puchero disgustado – ¿cuándo hay tiempo para mí?-
-Siempre tengo tiempo para ti, bueno por algo hago que me acompañes a mi trabajo... puedes ayudarme mientras lo realizo... lo lamento, pero somos la guardia real de nuestro señor Siralos... eso está por sobre todo y debemos mantener el orden en este lugar – dijo mirándolo a los ojos tratando de excusarse, el más alto suspiró y se rascó la cabeza – está bien, está bien... vamos, si se portan mal ¿puedo golpearlos? Hace mucho tiempo que no peleo con alguien que no sea con Envi-
-¿Tus entrenamientos matutinos con él cierto?- respondió la demonio mientras emprendía vuelo – si, fufufuf mi bella demonio conoce mucho de mi vida, eso me hace feliz – dijo sonrojándose sacando nuevamente su capa para volar a la siga de Ivlin quien lo esperaba en lo alto del cielo.
Ese día fue realmente atareado, los demonios comenzaron a pelear, Ivlin les lanzó un poco de fuego para separarlos, sin embargo al ver a Ivlin sonrieron y un buen grupo de demonios salió de todas partes, sublevándose sobre las ordenes de la pequeña niña, por lo que se tuvo que encargar de darles una lección, su deber no era matarlos, su deber era frenar el ataque y esperar ordenes de Siralos, aunque Ivlin viviese en una burbuja y pensara que Siralos se encargaba de mandar a su bella arcángel para rehabilitar a los demonios con sabios consejos, la verdad era que Igls era la encargada de sacar la basura del mundo exterminando a todo aquel que no siguiera los mandatos del dios, a ella nunca se le había encomendado detener a los seres que se querían ir en contra de las leyes de dios, no obstante ese día no fue así, ese día recibió órdenes precisas una vez tenia amarrado a todos los demonios que habían sido participe de la revuelta – mátalos, mata a cada uno de ellos de tal forma que nadie se atreva a volver a crear un desorden como este, esa clase de basura contamina mi perfecto mundo- fue la orden precisa que llegó por telepatía a sus pensamientos –Ivlin comenzó a tiritar, nunca había matado a nadie, suspiró profundo y miró a Satanick – Nick... ¿puedes irte un momento? –
-¿Qué sucede mi linda flamita?-
-Yo... recibí órdenes precisas de mi dios... no quiero que veas lo que haré con ellos... -
-... ¿Te ayudo a darles una paliza?- dijo sonriendo de lado – no Nick... ellos... ellos deben morir- el diablo abrió los ojos grande y desvió la mirada – ah... está bien... te estaré esperando en el campo de girasoles... se fuerte- dijo mirándola de reojo mientras la niña tiritaba y trataba de no llorar - si no quieres hacerlo no lo hagas –
- ¿! Qué estás diciendo!? Debo hacerlo, mi señor lo ordenó... escoria como esta que no respetan las leyes de nuestro mundo merecen nada más que el destierro o la muerte... es... es lo que quiere mi señor-
-Pero no lo que quieres tu-
-¡Lo que quiere mi señor es lo mismo que yo deseo! – dijo con lágrimas en los ojos mientras un demonio se puso a gritar de terror al saber que lo matarían, imploraba perdón, que no volvería a hacerlo, no faltaron los que se pusieron a llorar desesperados , Nick miró un instante a la demonio quien aún no podía parar de tiritar, y pronto comprendió que era un caso perdido tratar de convencerla que desobedeciera a su señor y fuese libre, por lo que desapareció del lugar y solo pudo esperar a que Ivlin volviera, no quería ver lo que haría, es cierto, él era un diablo, sin embargo nunca se había ensuciado las manos de esa manera, no había razón para deshacerse de una vida con sus propias manos por que otro lo desee, además la razón era estúpida, que mundo más extraño era este, nadie tenía real libertad, ¿acaso Ivlin sería feliz ahí?.
Pasaron veinte minutos donde la menor no llegaba, por lo que tuvo que regresar al lugar de los hechos, en este se encontraba la menor totalmente ensangrentada mirándose las manos, con una cara horrorizada mientras el suelo estaba lleno de cuerpos desmembrados, había uno que aun seguía con vida y gritaba desesperado por piedad, la niña lloraba sin embargo no quería traicionar a su señor, no era capaz, su palabra era ley, ella no era la mala de este episodio, ella solo seguía las palabras y las ordenes de un ser supremo, ella era buena, el malo era ese demonio desobediente, merecía morir, estaba bien, todo estaba bien, se repetía mentalmente, por lo que sacó una gran lanza y le atravesó con esta el corazón al demonio para luego partirlo por la mitad mientras su cuerpo era incinerado por el calor que desprendía ésta. Satanick estaba horrorizado, la forma de morir de aquellos demonios había sido muy dolorosa y desgarradora y solamente por querer un poco de libertad, pronto vió como Ivlin se arrodillaba en el piso colocando sus manos en el suelo y comenzaba a llorar sin poder parar, seguramente este sería uno de los episodios más fuertes para ella en su vida, pensaba el diablo quien no sabía que ese sería el principio de una seguidilla de asesinatos ordenados por el ser supremo, ya que la población de demonios de ese distrito se había descontrolado y había aumentado exponencialmente, habían muchas organizaciones que se oponían a las leyes de Siralos por ende ya casi todos los días Ivlin debía ir a matar a un conjunto de demonios, la niña se sentía mal, demasiado mal, su única escapatoria para todo ese dolor era Satanick, sin embargo últimamente estaba con tan poco tiempo debido al trabajo que lo había descuidado mucho, estos últimos seis meses su noviazgo era saludarse, uno que otro besito y luego despedirse, el diablo estaba realmente enfadado con esta situación, por lo que decidió ir a la raíz del problema.
Siralos se encontraba limándose las uñas en el trono de su palacio mientras era abanicado por uno de los ángeles de mayores rangos después de Iglis Unth cuando escuchó la puerta abrirse - puedes irte – le ordenó a la criatura quien le daba servicios – ¿qué sucede Satanick? ¿Por qué te ves tan enfadado cariño?- el joven entró al lugar y lo miró – necesito hablar algo contigo –
-¿Algo conmigo? ¿Es sobre Ivlin? –
-Exacto, ¿tienes un momento?-
-Ven, vamos al comedor a tomarnos un té- le dijo cariñoso llevándolo hacia el lugar mientras pedía a su servidumbre servir los alimentos para que ambos conversaran adecuadamente. – ¿hay algo que te esté causando problemas con Ivlin?-
-Si... la verdad es que quería hablar contigo sobre eso –
-¿Pero qué clase de problemas hay? ¿Es Ivlin una mala novia? ¿Quieres que cambie algo de ella? –
-¡No!... realmente la quiero mucho tal cual como es... -
-¿Entonces que sucede querido?- dijo el dios mientras se sacaba los lentes para que no se le empañara el vidrio al tomar té, eso sería muy poco glamuroso para un ser tan maravilloso como él.
-La verdad es que... le das mucho trabajo y no puedo convivir con ella en lo absoluto... no es que te esté echando la culpa, pero creo que tanto asesinato a tus demonios tienen bastante mal a mi pequeña flamita- dijo consternado mirando serio a Siralos mientras su corazón bombeaba a mil por hora, no era fácil desafiar a un dios y menos sabiendo que era su suegro... ¿suegra?. El dios lo miró levantando una ceja sin siquiera pestañar por algunos instantes, luego tomó un trago de su té y bajó la tasa de forma delicada e imponiendo autoridad en el lugar, meditó unos segundos y desvió la mirada – sí, la verdad es que tienes razón, supongo que tanto trabajo impide que puedas llevar una relación más íntima con ella, descuida, no te aflijas por esto, veré una forma de solucionar ambos problemas, ya verás que podrás tener más tiempo para conquistar debidamente a mi creación y ella tendrá más tiempo para ti, ven en una semana y tendré solucionado este asunto- dijo sin más el más pequeño de los dos sonriendo protector hacia Satanick quien sonreía animado por esto – gracias Siralos-tan~- dijo feliz lanzándose a abrazarlo de forma efusiva, el dios se sorprendió por ese apodo, pero sin más se dejó abrazar, no sabía por qué le tenía tanto agrado a ese diablo.
Tal y como especificó el dios del mundo de los soles, Satanick no volvió en una semana al lugar, no sin antes dar aviso a su preciada demonio flama a través de una carta romántica el cual le expresaba todo lo que la quería y que la echaría mucho de menos, escrita de una forma muy cursi y llena de corazones y conejos dibujados. Ivlin guardaba todas esas cartas en una caja debajo de su cama, desde la primera que le dedicó el diablo de Pitch Black hasta la que había recibido ese día, las cartas de Satanick eran muy especiales, más porque siempre estaban escritas con lápiz morado y llenas de dibujitos muy lindos, además la letra del ojipurpura era muy bella. Ivlin reía como tonta al darse cuenta como actuaba por un simple papel decorado – Igls, ¿tú crees que parezco una tonta actuando de esta manera? –
-Jejeje, la verdad me parece bastante gracioso hermana, pero eres feliz y eso realmente me alegra – dijo la mayor mientras se acostaba a dormir, ya al otro día Siralos mandó a llamar a Ivlin para solucionar aquel problema que aquejaba tanto al joven diablo que cortejaba a su creación – ¿me mandó a llamar señor Siralos?- preguntó la niña con respeto – entra querida, vamos a solucionar un pequeño problema, sin embargo antes quiero hacerte algunas preguntas –
-Como desee su excelencia –
-¿Has tenido algún problema con Satanick? –
-¿Eh? Quiero decir... no, no que yo sepa – dijo extrañada por la pregunta, ¿acaso Satanick se había quejado por algo que hizo y no sabe qué es? – oh ya veo ¿y cómo va tu relación con él?-
-Bueno... supongo que va bien-
-¿Lo quieres?- la niña se puso muy roja y solo pudo asentir con la cabeza – ¿entonces lo extrañas?-
-Bueno... a pesar que nos vemos todos los días... creo que no tenemos la oportunidad de pasar mucho tiempo juntos... en ese aspecto lo extraño bastante – dijo sincera y el dios sonrió de lado – entiendo, Satanick expresó lo mismo el otro día que hablamos, supongo que esto es mi culpa ¿o no?-
-¿¡Qué!? ¡Claro que no!, ¡usted no tiene la culpa de nada, al contrario, es mi culpa por no poder realizar mi trabajo de forma rápida, debo esforzarme más, discúlpeme su excelencia por causarle tal preocupación, realmente es mi falta!- dijo alterada.
-Está bien, he pensado en el tema y he encontrado una solución para éste – dijo acomodándose los lentes, mientras sonreía y hacia aparecer desde un poco de su fuego a una criatura – te presento a tu nuevo secuaz – Ivlin abrió los ojos grande, era una pequeña demonio de grandes garras y pelo naranja, la cual poseía una cara vivaz de mirada carmesí y una gran sonrisa, le parecía muy bella, sin duda las creaciones de su señor eran las más hermosas de todos los mundos existentes, además notó que no era tan solo hermosa, además era muy fuerte, de seguro era uno de los demonios de mayores rangos que había creado su dios después de ella – desde hoy, ella te será leal en todo lo que realices, será tu subordinada número uno, la más fiel y poderosa que tendrás, tu serás su máxima autoridad por ende úsala a tu favor, créeme que es bastante fuerte como para encargarse de tus encargos con los demonios problemáticos por sí misma, de esta manera puedes tener tiempo para pasarla con tu novio, será tu deber entrenarla desde hoy en adelante, encárgate de ella, de vestirla, alimentarla, darle un hogar y un nombre, eso es todo, puedes retirarte – dicho esto, la pequeña creación corrió hasta donde su señora y la miró por primera vez a los ojos, era una niña bastante pequeña, a lo más tendría unos cinco años de apariencia, era adorable y su pelo tenía un color muy lindo – si señor – dijo Ivlin tomando a la demonio de la mano y llevándosela con ella.
-¿Cómo te llamas? – le preguntó una vez llevó a la menor hasta su pieza donde vería como vestirla adecuadamente ya que solo llevaba un vestido blanco puesto, seguramente su dios no pensó muchos detalles al crearla ya que era su obligación criarla – no tengo un nombre – dijo la pequeña mientras la miraba sin perder si quiera un detalle de su señora – oh, eso es un problema, ¿quieres que te llame de alguna manera? – la menor negó pero mantenía su sonrisa radiante admirando a Ivlin - ¿Cómo se llama usted?- la demonio mayor se sonrojó y le sonrió tierna – me llamo Ivlin – la recién nacida sonrió complacida y admirada por aquel nombre el cual jamás olvidará – bueno... si no tienes un nombre te pondré uno... te pondré Rieta por qué me gusta tu sonrisa – dicho esto la demonio de colorado cabello abrazo a Ivlin, para pronto separarse de ella y adoptar una postura formal, haciendo una reverencia en el suelo agradeciendo por su nombre- lady Ivlin, gracias por darme un nombre, desde hoy usted será mi señora y obedeceré todo lo que usted desee, usted es mi máxima prioridad en mi vida – Ivlin abrió los ojos y miró extrañada a la menor ¿había dicho máxima prioridad? ¿Qué acaso no debía ser su dios Siralos? ¿O es que su dios había creado tan rápido a ese ser que sin querer había olvidado darle la orden de adorarlo por sobre todas las cosas tal como lo hizo con todas sus creaciones? Volvió a mirar a la pequeña demonio y su corazón comenzó a agitarse, por primera vez en su vida sentía que tenía a cargo un ser que era totalmente dependiente de ella, era solo de ella.
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