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Parte 11

Comentario : Holis  ^v^  por poco pensé que no llegaría a la fecha de actualización  ;v;U pero lo logré!! :D espero se encuentren bien y comenten   ^v^ cualquier duda que no dé spoiler se las puedo aclarar  :>   espero que este quedando claro la idea del fic, aunque creo que eso se verá en unos capítulos mas  adelante. 


Imagen de moomplata 


proxima actualización máximo en 2 semanas mas (me gustaria tener plazos mas cortos pero soy realista con mis tiempos Y_Y) 

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-Señor Siralos ¿que se supone que ha dicho?- se expresó una dulce voz mirando a su dios y luego mirando al diablo con desagrado.

-Lo que escuchaste Ivlin, este diablo que vez pidió tu mano hace muchos años- la niña aludida miró al ojivioleta con rencor y le hizo un desprecio con la cara, luego miró a su señor y volvió a hablarle- señor Siralos ¿es esto lo que realmente desea? Porque si usted quiere que yo me comprometa con él, lo haré por usted- dijo inclinándose para su dios, posando una de sus manos en su corazón, el rubio pasó su mano por su radiante cabello moviéndolo hacia atrás a la vez que sonreía y miraba a su pequeña creación, para luego enfocar su vista a Satanick quien observaba curioso, vió como el dios se colocaba de pie y lo observaba dejando en el olvido la reverencia de la más pequeña del salón quien se irguió para observar al dios –has crecido bastante Satanick, ya casi eres de mi porte-

-Ha pasado tiempo Siralos –

-¡No oses llamar de esa forma tan descortés a nuestro dios! –dijo un ángel bastante enfadado desde su posición, el dios sonrió, había criado bien a estos dos seres – lo siento, señor Siralos, después de todo va a ser mi suegro ¿verdad?- dijo el joven sonrojándose mientras se rascaba la cabeza y desviaba la mirada, el dios cambió de inmediato el semblante a uno ofensivo levantando una de sus rubias cejas mientras sonreía de una forma ofendida– ¿qué has dicho? Yo no estaré relacionado con alguien como tú, un dios de mi clase no se relacionaría parentalmente con un diablo de tu clase Satanick, metete eso bien a la cabeza, que sean mis creaciones no me hace tener un lazo sanguíneo o fraternal con ellas, con respecto a tu compromiso, arréglatelas como puedas para conquistar a Ivlin si gustas, pero si ella te quiere corresponder será su decisión – dicho esto se sentó y la demonio se sonrojó por completo, su dios la había dejado elegir, era tan considerado con ella, esto jamás lo olvidaría y le daría gratitud por toda su vida por ser tan benevolente con su persona – gracias señor Siralos- dicho esto hizo una reverencia y luego miró a Satanick con enfado para pronto apuntarlo con su dedo índice- no creas que me dejaré manipular por un pervertido como tú, eres desagradable- dicho eso volvió a hacerle un desprecio con su cara para cruzar sus brazos.

-Ivlin, no hables de esa forma tan vulgar delante del señor Siralos, que descortesía-

-Lo...Lo siento señor Siralos, yo, no quería ofender su espacio con mi voz indecente- dicho esto la demonio le hizo una reverencia y pidió permiso para irse a lavar la boca, Siralos solo disfrutaba de cómo sus dos creaciones le adulaban mientras él se enrulaba un mechón de cabello y gozaba ver como el diablo se encontraba muy confundido ante la situación, hizo un gesto para darle permiso a la demonio y luego hablo para Satanick – ¿estas confundido verdad? Ve, preséntate con ella, y ve si tienes oportunidad, aunque lo dudo, es bastante testaruda- el ojivioleta tragó saliva, esta sería una nueva experiencia para él, debió haber aprovechado de estudiar un poco más del comportamiento de las mujeres para poder entender que le gustaba, pero no lo hizo, se suponía que Ivlis sería hombre, eso fue lo que Satanick del futuro le dijo, sus manos sudaban y él estaba temblando en miedo – yo... haré mi mejor esfuerzo en ser el mejor novio para ella – dijo tragando saliva – la cuidaré y ... la protegeré, se lo juro – Siralos sonrió e hizo otro gesto para que el menor se largara – ve, ve, tienes mi permiso para conquistarla, aunque ella no necesita de tu insignificante protección, es suficientemente fuerte para hacerte añicos si gusta – dijo riéndose, el niño tragó saliva y miró al dios, eso de que fuese tan fuerte no lo sabía, según los datos obtenidos de su yo del futuro, Ivlis era extremadamente débil, es más, su propio hijo lo defendía de ataques, ¿qué clase de cosas habían pasado para que esto fuese tan distinto a lo que le contó el otro? ¿acaso todo fue una mentira para que el tuviese que hacer todo el trabajo?, seguramente, así se vería directamente beneficiado, ese estúpido viejo, pensaba el de cachos encorvados –nos vemos – dijo despidiéndose cortes para luego salir a buscar a su linda Ivlin, todo había pasado muy rápido como para procesarlo bien y no había podido admirar lo hermosa que era esa joven demonio que protegía a ese dios que irradiaba belleza también, sin duda esa familia era envidiable, la hermana de Ivlin también era bastante bella. Caminó por el palacio que conocía bastante bien, sin embargo cuando se dirigió a la habitación de los bebés encontró que este cuarto había cambiado a una habitación compartida bastante femenina, al parecer seguían siendo bastante hermanables estas dos.

Por otro lado Ivlin se encontraba en el baño de su pieza lavándose la boca con jabón, había sido muy irrespetuosa con su señor, se encontraba arriba de un banco ya que para su edad era bastante pequeña y no alcanzaba muy bien a lavarse las manos en esa sofisticada pileta que tenían en el baño, además así podía apreciar bastante bien su rostro en el espejo y una vez lavada su boca se quedó observando su reflejo – ¿por qué a mí? ¿Qué tengo yo de bueno que le pueda gustar a ese tonto? – se miraba los ojos, el pelo, su pecho plano y su poco desarrollada figura de niña de primaria – soy muy joven para casarme- dijo enojándose y luego comenzando a llorar, se sentía asustada, además ese tipo le había dado un beso, seguro era un pervertido, se decía mentalmente llorando frente al espejo, pasado unos minutos se calmó, suspiró y se lavó la cara para borrar sus ojos rojos, se miró un poco más hasta que miró sus labios y se los palpó con su dedo índice y de corazón – yo... siento como si ya lo hubiese besado antes, pero... ese fue mi primer beso... - tras pensar esa última frase se puso de un color rojo intenso, procesando esa nueva información que llegaba a sus pensamientos, un enfado gigante llegó a ella ¿cómo ese sujeto que ni siquiera conocía le había robado su primer beso siendo que ella lo estaba guardando exclusivamente para dárselo a su señor Siralos, su único y verdadero amor? esto no se lo perdonaría jamás, se decía con el pelo totalmente al rojo vivo, apretó sus puños y de un portazo abrió la puerta del baño la cual daba a su habitación y fue cuando lo encontró sonriendo mientras observaba las fotos de cuando ella era bebé – tsk –chasqueó la lengua – ¿!qué haces en mi cuarto pervertido!? ¡Vete de una vez de aquí o te destrozaré!- el diablo de Pitch Black miró a Ivlin con algo de miedo y sus ojos se llenaron de lágrimas sin saber por qué, tal vez se sentía mal porque la niña ni siquiera le había dado una oportunidad para conocerlo y ya le trataba de una forma despectiva, bajó la mirada y luego la miró como si lo hubiesen regañado, había que admitirlo, el joven Satanick desde muy pequeño había sido muy sensible ante el trato de los demás –lo siento – habló con la voz tiritante – sé que hice algo feo y lo lamento, no quise incomodarte, es solo que te conozco desde hace muchos años y no pude resistirme- la niña bajó la guardia y se impresionó por lo dulce que era el mayor, no pudo evitar colocarse roja por sus palabras, sin embargo lo disimularía bastante bien, Ivlin no solía ser muy astuta y caía fácilmente en lo que le decían los demás, eso era su mayor debilidad –ja, era tu deber pedirme unas disculpas, pero no creas que te será tan fácil ganar mi amistad ...- lo miró de reojo y un silencio incomodo apareció, como el ojipurpura no decía nada, ella siguió hablando – tampoco creas que te disculparé tan fácil, ese fue mi primer beso y no quería dártelo a ti-

-¡Eso es mentira!- dijo el niño defendiéndose – éste es tu tercer beso y los tres han sido conmigo- dijo inocente y a la defensiva, la cara del demonio se puso rojo intenso y lo quedó mirando con los ojos más abiertos que podía – ¿qué...qué cosas estas diciendo? eso es imposible, es primera vez que te veo, no digas tonterías y ya aléjate de mí vista que... que estoy ocupada... -

-Te conozco desde que eras bebé... solíamos jugar juntos – dijo el más alto desde su posición con un semblante tranquilo y voz relajada – ¡eso es mentira!, no te creo nada- decía de manera alborotada la niña quien trataba de defenderse – ¿por qué alguien como yo me juntaría desde pequeña con alguien como tú? soy un demonio de alto rango ¿sabes? –

-Yo soy un diablo- dijo Satanick dando a entender que era el demonio de más alta clase de su mundo, dejando sorprendida a la niña quien no sabía que más decir y comenzó a hacer una pataleta – ¡no me importa que seas un estúpido diablo!, vete de mí pieza ahora, invades mi privacidad- el niño se sentía tímido, la niña era demasiado efusiva para él y lo cohibió totalmente, recordaba que una vez Satanick le contó que Ivlis era demasiado terco, aunque él lo tenía bastante amaestrado, suspiró y pensó que ser paciente era la mejor opción por ahora, debía conquistar a esa Ivlin, su corazón se lo pedía y más ahora que la conocía, era hermosa, se llegaba a sentir un poco enfermo al verla, era como si todo le dijera que ella era el amor de su vida y debía serlo puesto que por algo había luchado tanto por este momento –vendré mañana, espero no incomodarte- la menor solo lo miró y le dio la espalda, Satanick la miró triste y salió del cuarto, no notó como la otra lo observaba de reojo al salir mientras pensaba que el niño iba a seguir insistiendo por ella, como no fue así se sintió algo decepcionada, quizás no era tan interesante para el otro, o quizás fue muy dura con él, estaba confundida, se sentó en su cama y suspiró tocándose sus labios de nuevo – eso, no se sintió tan mal-

El diablo caminaba por el pasillo del palacio, observando todo a su alrededor, habían nuevos cuadros que antes no estaban, iba percatándose de cada detalle de forma meticulosa cuando una ángel que casi era de su porte llegaba donde él – ¡tú! ¡Espera!- el aludido se despabiló de sus pensamientos y miró a quien le hablaba – ¿cómo dices que te llamas? –

-Mi nombre es Satanick-

-Escucha bien esto Satanick, su excelencia Siralos te dió permiso para intentar conquistar a mi hermanita, sin embargo, eso no quiere decir que algo malo pueda ocurrir y su compromiso se acabe, por ende te doy a entender que si le llegas a hacer daño a Ivlin no dudaré en hacerte pagar, por ahora no te conozco bien, pero yo soy mucho más fuerte que mi pequeña hermana, ella suele ser bastante inocente y su corazón es puro, no le hagas daño ¿entendiste? –

-Si... yo ... yo realmente quiero estar con ella en buenos términos, yo he esperado por ella toda mi vida así que no te preocupes, yo prometo tratarla bien- el niño no pudo evitar tratar de retroceder, esa aura asesina que emanaba de Igls Unth le había causado un miedo tan grande como en alguna ocasión lo había hecho su hermano mayor, sin duda estos daban miedo, tragó saliva calculando el poder de esa niña, y realmente era muy poderosa, si ella quisiera podría hacerlo añicos sin mucho esfuerzo, aunque como muchos dicen, un poder grande no lo es todo sin tácticas e inteligencia, él tenía mucha más experiencia de vida y podría sobrevivir con alguna técnica de escape rápido, aunque eso no quería decir que él intentaría hacerle daño a Ivlin, sin embargo nunca estaba de más mantener un plan por si ocurría algún mal entendido. –bueno Satanick, un gusto conocerte, disculpa mi descortesía, mi nombre es Igls Unth y rezaré porque seas un buen pretendiente para mi pequeña hermana –dicho esto la ángel sonrió y se retiró de la vista de Nick, este traspiraba y a la vez ya se sentía más relajado, observó al ángel y lo comparó con su hermana, esto del desarrollo era bastante extraño, él también estaba en la etapa de su vida donde su cuerpo sufría cambios, aunque a simple vista él no podía notarlo, por el contrario verlo en esas dos niñas lo desconcertaba, eran tan distintas, Ivlin era tan pequeña delicada, plana y poco desarrollada, mientras que su hermana era bastante alta, y su cuerpo estaba tomando figura de mujer adolecente de apoco, no pudo evitar colocarse rojo –vaya – tragó saliva y un pensamiento idiota pasó por su mente, ¿podría hacer un cambio de Ivlin por Igls? Después de todo modificar un poco las cosas no estaría mal, sonrió estúpido y luego alejó esos pensamientos, Iglis no le producía esa misma sensación que le hacía sentir Ivlin al verla, no le aceleraba el corazón, no lo ponía nervioso, Igls no era la indicada, su pequeña hermana poco desarrollada si, tendría que esperar unas cuantas décadas para descubrir los bellos cambios que traía la pubertad en el cuerpo de Ivlin, ya no podía esperar, su mentalidad de preadolescente procesaba toda esa información alterando un tanto sus hormonas que por la edad ya se encontraban bastante revolucionadas. Siguió su camino a la salida del palacio y se encontró con el dios quien lo observaba – así que ¿cómo te fue con tu prometida? –

-Mal... no le agrado –dijo triste el diablo mirando al suelo – cree que soy un pervertido- el dios sonrió de lado - ¿quieres tomar el té para que hablemos?- el ojivioleta lo miró y sonrió – está bien, es primera vez que me invita a tomar el té, me gustaría mucho – de esa manera Siralos y Satanick pasaron hablando dos horas, sus creaciones no podían creer que estuviese pasando esto, realmente ese diablo debería ser muy importante para que su propia eminencia le permitiese tomar el té con él y hablar tan gentilmente como lo estaba haciendo, mientras que a ellas las tenia de guardias de palacio. Ambas niñas disponían a cambiarse de ropa por una más deportiva, era su hora de entrenar, después de todo debían ser los entes más poderosos de ese mundo para poder defenderlo por si algún ser malvado decidiese atacar ese pacifico lugar.

-Igls qué opinas sobre esto – dijo la menor de las hermanas mientras se colocaba unas largas calcetas y la mayor abrochaba su traje de guardia – si es lo que quiere nuestro señor Siralos, creo que está bien –

-Eso es cierto, sin embargo nuestro señor dijo que esto dependía si yo quería, entonces la decisión va en mi ¿o no?-

-En eso tienes razón hermana – la joven rubia notó cabizbaja a la de pelo gris y se acercó de forma protectora como solía ser su actitud – vamos Ivlin, no es tan malo –

-No estoy segura si quiero conocer a ese diablo –

-¿! Es un diablo!? –

-Si... el me lo contó hace poco, al parecer al señor Siralos le pareció un buen prospecto para mi debido a que soy un demonio – lagrimas salieron de sus ojos, estaba asustada – no estoy lista para esto, yo pensé que serviría a mi dios para toda mi vida, jamás pensé en emparejarme con alguien ¿y si ese tipo me aleja de mi señor qué haré Igls? – dijo desesperada tomando del traje a su hermana mayor quien estaba preocupada por lo que había dicho Ivlin, era todo cierto, no sabían las intenciones de Satanick y era de esperar que en algún momento le gustaría llevarse a la pequeña con él para formar una familia – relajémonos por ahora ¿sí?, somos demasiado jóvenes, faltan muchos años para que puedas formar una familia Ivlin –le decía mientras la acurrucaba en su pecho y le acariciaba su bicolor cabellera – además, nadie nos alejará de nuestro señor, te lo aseguro, ya se nos ocurrirá una forma para que no te alejen de nosotros ¿sí? – la más baja se limpiaba la cara y asentía – está bien, muchas gracias Igls, eres la mejor hermana que el señor Siralos pudo haberme dado - dicho esto le besó la mejilla y la rubia sonrió, amaba mucho a su hermana y le alegraba verla mejor, pronto ambas chicas salieron a entrenar a las afueras del palacio, batallando la una contra la otra, Ivlin siempre intentaba ganarle a la rubia, sin embargo su habilidad no era tan increíble como la de su hermana, por eso siempre que había peligro ella era la encargada de solucionarlo y si no podía hacerlo, Igls lo arreglaba por ella, así funcionaba su mundo.

Por otro lado estaba Satanick, ya se estaba despidiendo del dios de ese cálido mundo de una manera gentil, sin duda se llevaban muy bien, es más Satanick pensaba que Siralos era un suegro ideal para él, le sonrió entonces y abrió el portal para retirarse – mañana volveré, espero contar con su permiso –

-Ya te dije que lo tenías, solo sé cortes con mi creación y no mancilles su honra- el niño ladeó la cabeza, no entendía que quería decir el dios, es cierto que estaba en la edad donde querían empezar a descubrir el mundo y la curiosidad hacia que los jóvenes cometieran ciertos desliz que después se arrepentían, pero aun habían términos que no entendía muy bien si no se los explicaban claramente, por ahora en la mente del niño solo estaba en la idea de tener un noviazgo con la bella niña que había conocido de nuevo, sus mejillas se sonrojaron de entusiasmo y le sonrió al dios, acertando con la cabeza, pronto entró al portal y se fue, el rubio abrió los ojos desconcertado con esa reacción tan efusiva del diablo ¿Qué se suponía que significaba esa risa en su seria advertencia? ¿Le estaba desafiando? No, seguro no era eso, lo más creíble era que estuviese demasiado feliz por todas las emociones del día, se acomodó sus lentes y pronto se dirigió a la terraza para ver a sus dos pequeñas hijas entrenar, cada día se hacían más fuertes y más hermosas, aunque algo había empezado a rondar en su cabeza, una idea pasajera y sin importancia en ese momento, despejó sus pensamientos sacudiéndose y luego siguió observando detenidamente a sus creaciones, eran hermosas, eran perfectas, eran fuertes, vigorosas, no tenia de que arrepentirse en crearlas, no, al menos de una de ellas, Igls era el ser más perfecto que Siralos había creado y lo sabía, sonreía al verla siempre, ella era la luz de sus ojos literalmente, volvió a sacudir su cabeza – son solo pensamientos, además, ¿quién dice que un dios no puede ser adorado por los demonios? –sonrió de lado, después de todo, el propósito de haber creado un demonio a partir de su fuego fue solo un capricho, él quería sentirse un ser superior ante toda criatura que existiese, incluso de los propios seres que dicen aborrecer a los seres de luz como él – sonrió nuevamente y acarició su cabello, había hecho un estupendo trabajo y se debía felicitar por esto, pasó un largo momento observando a sus niñas, hasta que miró la hora y aplaudió con sus delicadas manos – niñas, es hora de cenar, vayan a bañarse y bajen a comer – dijo el dios retirándose de la terraza para hacer los preparativos de la cena.

Mientras tanto en el mundo Pitch Black, Satanick hacía su aparición, lo primero que vió al llegar fue a su leal sirviente quien parecía estar cosiendo algo – volví Envi ¿qué haces?- el de cabello grisáceo terminó de coser y pronto se acercó a satanick para hacerle entrega de un nuevo conejito de peluche, con este ya eran veinte conejos que tenía, los ojos de Satanick se cristalizaron y abrazó a Envi – ¿cómo supiste que no me fue bien?- el más alto solo le acarició la cabeza y suspiró – solo tuve un presentimiento, supongo que de todas maneras no se dará por vencido, ¿verdad?- el ojipurpura negó con la cabeza y se apretó más al abrazo que le daba a la cabra – Envi, gracias – el más alto suspiró nuevamente y se separó de Satanick – ¿quiere contarme algo de la experiencia que tuvo hoy?-

-Envi... ¿recuerdas que te conté que Ivlis era un diablo bastante débil? – la cabra asintió mirando fijamente los hermosos ojos de su señor – todo fue una mentira, ni siquiera se llama Ivlis, se llama Ivlin y es mujer, además tampoco es un diablo, solo es un demonio y es extremadamente fuerte... además de muy terca... creo que me odia... no sé cómo hacer para conquistarla, estoy nervioso, sin embargo me gusta, es hermosa, su aroma es dulce, es bastante plana aunque adoré su pelo largo - el mayor abrió los ojos grandes cuando el diablo comentó lo del cabello – señor ¿a usted le gusta el cabello largo?-

-La verdad se ve bastante bien, quizás tu también podrías dejártelo crecer, estoy seguro que se te vería bastante bien, tienes una cara muy linda Envi- el sirviente abrió los ojos muy grandes y su corazón palpitaba desenfrenado, esto era mucho para él, había recibido un alago del ser que amaba – si es así como usted lo desea – dijo cerrando los ojos mientras que internamente sonreía, desde ese día no volvería a cortarse el cabello, lo dejaría crecer hasta un largo prudente se dijo internamente.

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