Capítulo 2.
Jason solo recordaba vagamente lo sucedido. Recordaba el viento contra su rostro y también el increíble calor a su costado.
Abriendo los ojos se topó con lo que parecía ser una desconocida habitación, estaba desnudo sobre una cama en vuelto en la capa roja de Superman.
Retirándola Jason observó su cuerpo, descubriendo aparte de sus ya conocidas cicatrices, marcas de dedos en sus caderas y muslos, ligeros moratones en su abdomen, y se percató de un leve dolor en su cuerpo al sentarse, instintivamente tocó su cuello, sintiendo los hundimientos en forma de media luna.
Soltando un jadeo, se levantó de un salto, tambaleándose, sintió una cantidad exagerada de líquido cayendo por sus piernas, con más fuerza tomó la capa ajustándola entorno a su cuerpo, buscó por la modesta habitación al responsable, aunque una parte de él deseaba no encontrarlo.
La mente de Jason estaba borrosa, como era normal tras su celo, con los días iría recordando lo sucedido, algo que siempre lo hacía sentirse humillado, al recordar su comportamiento desvergonzado. Pero a pesar de la neblina que cubría su mente, lograba vislumbrar algunas cosas, como a Superman tomándolo en su departamento y también aquí, dominándolo, Jason se recordaba a si mismo entregándose naturalmente, abriéndose para Clark.
Aun podía sentir sus manos sobre su piel, mientras el alfa lo sometía de forma instintiva, perdido en el placer, tratando de satisfacer la profunda necesidad en su interior.
Encontró a Clark en el suelo, sentado contra la pared en la esquina de la habitación, sin la parte superior de su traje, una visión que apostaba muy pocos habían visto, el héroe más grande del mundo despeinado y con una expresión entre satisfacción y pesar en el rostro.
—¿Dónde estamos? —preguntó de forma ronca, tocó su garganta antes de buscar algo de ropa alrededor.
—En mi departamento —contestó Superman observándolo.
—¿Metrópolis? —dijo por confirmación, dándose por vencido con la ropa.
Clark asintió, Jason lo contempló, todavía imponente a pesar de encontrarse en el suelo.
—Bueno, espero te hayas divertido con mi cuerpo estos dos días, ahora necesito regresar.
Superman lo miró detenidamente.
—Fue una semana —murmuró.
Jason detuvo sus movimientos al rededor del lugar.
—No, mi celo solo dura dos días.
—Fue una semana —repitió Clark.
Pasando una mano por su cabello, Jason trató de recordar algo que explicara eso, sinceramente no tenía la suficiente fuerza para pensar en algo esos momentos y no era como si le fuera a preguntar al alfa.
—Que mal por ti —masculló irónico.
—Jason, yo...
—No te disculpes, no eres mi primer alfa, no te sientas obligado o alguna mierda moralista alfa y omega —cortó irritado.
Superman se levantó a una velocidad increíble quedando en un milisegundo a centímetros frente a Jason.
—¿Disculpa? ¿Por qué debería? Ahora eres mi pareja, mío —su mano tocó la mordida a un lado del cuello de Jason, un estremecimiento recorrió su cuerpo.
Trato de alejarse, pero Clark lo sujeto de su cuello, su mano calida lo hizo jadear de forma involuntaria.
—¡No soy tuyo imbécil! —observó directamente sus ojos con aversión.
Clark permaneció quieto, un momento después procedió a sonreír contento, sus ojos brillando como los de un niño que creía tener la mejor idea de todas.
—Podríamos conocernos, vivirás aquí, podremos fortalecer nuestro vinculo de pareja —su mano ahora sostenía la mejilla de Jason, sus ojos de un increíble azul le sostuvieron la mirada sin perder el toque esperanzado y cálido.
Jason sintió algo tierno removerse en su interior, pero de inmediato detuvo esa sensación y trato de controlar esa necesidad de frotarse contra la palma que sostenía su mejilla.
—Vete a la mierda —dijo recibiendo una mirada confusa y después un ceño fruncido.
—Jason, tu y yo... —comenzó Clark.
—No, tu y yo nada, fue solo sexo, maldición, patéticamente no pudiste controlarte, lo entiendo, pero no por eso yo me convertiré mágicamente en tu pareja —Jason trató de alejarse del agarre.
—He investigado, hay una explicación, los krytonianos se...
—No me interesa, Kent —interrumpió Jason —. No somos pareja, ni lo seremos, ahora dame mi ropa y llévame a la estación más cercana.
El alfa no pareció sorprendido porque supiera su identidad secreta, ni por su respuesta, es más, se miraba tranquilo y feliz. Parece un bobo.
Jason frunció el ceño receloso ante la insistencia y extraña actitud de Clark.
Clark contempló los soberbios ojos azul verdoso de Jason, entendía que no sería fácil acercarse a su ahora pareja, además siendo un ex robín, Jason conocía su identidad, esa semana había gritado muchas veces su nombre en medio de su celo.
Recordar el estado febril y necesitado de Jason le provocó una sensación cercana al hambre, un desconocido y al parecer interminable deseo por poseerlo, por la mirada del otro, apostó que había adivinado sus pensamientos.
—Olvídalo imbécil —dijo colocando una mano sobre el pecho de Clark en un intento de alejarlo.
—¿Qué? —preguntó intentando disimular.
—Quieres follarme de nuevo, no te cansaste —declaró irritado.
Clark recorrió a Jason con la mirada, desnudo y envuelto en su capa le resultaba irresistible. Le costaba ocultar el creciente deseo que sentía hacia él.
—No y no creo que lo haga —dijo suavemente sin poder evitarlo, no podía evitar sentir cierta vergüenza por desearlo tan crudamente.
Jason se ruborizo, el cuerpo de Clark respondió con energía ante la bella vista.
Una cosa era verlo sonrojado producto del placer y el calor, otra ver su vergüenza ante su interés, complacido se acercó y tomó los labios de Jason en beso.
Clark recorrió el interior de su boca, saboreándolo, agarró su cadera por encima de la tela de la capa, apretando el agarre ante la respuesta de su omega, ligeros gemidos ahogados, Jason comenzó a participar en el beso, combatiendo su lengua, buscando dominar, complacido sujeto su nuca para hacer su cabeza hacia atrás profundizando aún más el contacto.
Segundos después sintió golpes en su pecho, Clark lo dejó ir, Jason jadeo en busca de aire de inmediato, le dio una mirada llena de furia, levantó el puño claramente dispuesto a soltarle un golpe, Clark atrapó su mano, llevándola a sus labios depósito un ligero beso en los nudillos de Jason.
—Podrías lastimarte —susurró contra su piel.
Jason quiso alejar su brazo, Clark se lo permitió.
—Jodete —escupió avergonzado.
—Necesitamos hablar, Jason —Clark procedió a quitarse la parte inferior de su traje.
Jason lo miró alarmado y dio unos pasos hacia atrás, Clark sacó del cajón de un buro un pantalón de chándal y una camiseta para vestirse.
Después tomó otro conjunto similar para Jason, aunque lo menos que quería era ver a su omega vestido.
—¿Dónde está mi ropa? —preguntó mirando la ropa que Clark le extendía.
—... Rota.
Jason lo miró con molestia para después arrebatarle la ropa de la mano. Clark ocultó su sonrisa ante el tierno sonrojo en sus mejillas.
—¿Mis armas? —cuestionó Jason mientras parecía buscar el baño.
—En la otra habitación hay un baño.
Con una mueca agria Jason salió de la recámara.
Clark lo seguío de cerca, observándolo caminar, prácticamente embelesado por su cuerpo cubierto con su capa, al llegar al baño, Jason cerró con fuerza la puerta contra el rostro de Clark.
Escuchó el sonido de la regadera minutos después, sin poder evitarlo, lo contempló a través de la puerta, la respuesta de su cuerpo ante un Jason mojado lo sorprendió y la satisfacción al observar las marcas en su cuerpo lo mareo, sentía un desconocido placer por saber que era suyo.
El omega metió sus dedos en su ranura trasera para limpiarse a fondo, Clark pasó saliva por si garganta y apretó las manos en puños para obtener control, quería entrar ahí para tomarlo de pie mientras Jason se sostenía de la pared y gritaba otra vez su nombre. Clark sacudió la cabeza ante sus lujuriosos pensamientos. Primero debo brindarle los cuidados qué necesita.
—¿Mis armas? —volvió a preguntar Jason desde la ducha.
—Me deshice de ellas —elevó la voz para que escuchara.
A través de la puerta observó como Jason cerraba la llave con brusquedad y jalaba una toalla de la estantería, de pie sobre la capa roja, un molesto Jason comenzó a vestirse con rapidez.
Clark soltó un suspiro y se alejó de ahí en dirección a la cocina, sabía lo que vendría.
Jason salió del baño cerrando la puerta de un fuerte golpe, Clark no se encontraba ahí, por lo que caminó en su búsqueda.
El maldito se deshizo de mis armas, jodido imbécil.
—¿Quién carajos te dio el derecho de quitarme mis armas? —exclamó al entrar a una pequeña cocina donde el alfa se encontraba.
—No las necesitas —respondió tranquilo.
Si Jason no supiera que podría romperse una pierna iría y lo molería a patadas.
—¿Sabes que vivo en Gotham, verdad? ¿Entiendes que soy Red Hood? Dime, Kent ¿cómo mierdas crees que no podría necesitar mis armas? —cuestionó entre dientes.
—Vendrás a vivir aquí, conmigo —declaró Clark con simpleza.
Jason lo miró fijamente, rechino los dientes, con su mandíbula tensa se acercó a Clark para señalar su pecho.
—Yo no viviré contigo —gruñó.
El alfa permaneció en silencio un minuto para luego simplemente sonreírle tranquilo.
Jason no podía negar que la idea de pertenecer a alguien era tentadora, no pertenecer a alguien tan bueno como Clark Kent era lo tentador...no, no, no soy esa maldita clase de omega, pensó, él había luchado tanto consigo mismo desde que descubrió su casta, ahora no se dejaría llevar por las malditas hormonas ni por el tirón que sentía hacia el alfa que lo miraba como si fuera algo hermoso.
Dejar que otro alfa lo controlara no estaba dentro de sus planes, tenía suficiente con su padre, no estaba para seguir más órdenes y el hecho de que Clark en estos momentos lo deseara no significaba que ese deseo trascendería a algo más, tarde o temprano algo pasaría y el héroe se olvidaría de Jason.
Pronto Clark entendería porque Jason no podía ser su pareja.
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Linduras!!
Si alguien esta leyendo esto, gracias.
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