Vale, esta claro que el sonido no venía de la casa de Mari Carmen y Agustino. ¿Entonces... de dónde viene?

El sonido se repetía constantemente. Era como... como si... me estuviera llamando.
Igual eran imaginaciones mías, pero...

Bueno, ahora tengo que ir a la reunión con el profesor y mi madre. Que será un aburrimiento total.

Este tipo de reuniones los hacemos en la universidad a la que vamos. En mi caso, en la universidad Hunnen.
Hunnen es una universidad pequeña, pero bien repartida. Es decir, que parece más grande de lo que es, y da la impresión de que es más amplia.

Me dirigía hacia la universidad con unas mallas negras, una camisa de rallas horizontales y con un lazo en el pelo, de color azul. Me encanta ese lazo, ya que resalta mis ojos azules y... tiene valor sentimental, fue un regalo de mi abuela por mi cumpleaños de 9 años, cuando aún era una niña.

Levante la vista para encontrarme con la entrada a Hunnen.
Abrí las dos grandes y pesadas puertas de la entrada.

Me dirigía hacia mi aula.
—Hola —salude a mi madre, que se encontraba sentada en uno de los pupitres, y a el profesor.

—Buenas tardes, Alaska —me saludo el profesor —puedes tomar asiento aquí mismo —me señaló un sitio cerca de mi madre.
—Claro —sonrei amablemente.

Mi cabeza aún seguía dando vueltas a lo de el sonido. Algo me estaba llamando. Pero... ¿el que? Tenia que llegar a casa cuanto antes y averiguarlo. Esta claro que será algún sonido de las tuberías, espero.

Pero mi instinto me decía que no, que era algo más importante. No paraba de preguntarme preguntas sobre el tema.
¿Por qué se escucha ese sonido justo ahora?, quiero decir, nunca he escuchado este sonido, ¿por qué empezó, cuál es su origen?
¿Como es posible que ese sonido salga de mi pared pero no tenga nada que ver con los vecinos?
¿Algo me llama?
¿Estoy en peligro y me quiere avisar sobre algo que va a suceder?

Demasiadas preguntas, ninguna de ellas con respuestas.
Algunas incluso me parecían que se me había ido la olla, me estaba volviendo loca.

—Y yo con todo esto, doy por finalizada la reunión —dice el profesor recogiendo unos papeles y devolviéndome al mundo real —A si que Alaska ¿te ha quedado claro en que asignaturas tienes que esforzarte mas?

—¿Eh? Ah, si, si. Me ha quedado claro.

—Perfecto —me dijo con una sonrisa.