¡¿Princesa?!
Pov Alex
Había llegado hacía dos días a Búfalo y el motivo fue una invitación de una buena amiga a una fiesta y también porque quería que yo estuviese presente el día de su graduación. Cuando llegue al hotel, me cambié de ropa y sin más, salí a la fiesta. Al llegar empecé a buscar a Eve y cuando la encontré estaba hablando con una chica hermosísima, por lo que me acerqué a hablar con mi amiga.
Estuvimos hablando un rato sobre como llegué, donde me estoy quedando, mi familia, etc. Eve, me presentó a su linda amiga y cuando ella me iba a saludar se tropezó y cayó al suelo. Me preocupé y rápidamente me agaché para ayudarla a levantarla, pero cuando la solté volvió a caer. Por lo que Eve, quiso llevarla a su casa y yo las detuve diciendo que la llevaba yo, además quería tiempo a solas con ella para conocerla.
Como ella no podía caminar por el dolor, la cargue en brazos y su perfume inundó mi nariz y así salimos hacia mi coche. Llegamos y antes de que saliera agarre su muñeca y sin que se lo esperara la besé, habremos estado un par de minutos besándonos y cuando le pregunté si creía en el amor a primera vista, me respondió que sí y que conmigo había encontrado a su amor verdadero.
Entramos a su casa a petición de ella y nos quedamos conversando sobre muchas cosas de nosotras hasta que llegue a la parte donde le iba a contar quien era yo en realidad, pero se durmió y no tuve la oportunidad. Al despertar nos besamos y fuimos a desayunar. Su hermana Lena apareció de repente cuando la tenía muy a gusto en mi regazo y nos presentaron. Luego Sam y su hermana se fueron a una habitación y de ahí no salieron hasta media hora después.
Cuando todas estábamos desayunadas, me ofrecí a llevar a las chicas a la universidad. Les ofrecí llevar su coche a su casa por lo que Sam me dio las llaves y nos despedimos. Volví a mi hotel para bañarme y cambiarme de ropa y después salir en busca del coche a casa de Eve. Ya vestida estaba a punto de salir cuando recordé que tenía que hacerle una llamada a mi hermana menor, le marqué y me contesto al tercer tono.
Kara: Hola, querida hermana. ¿Cómo has llegado?- preguntó mi hermanita bostezando.
Alex: Hola Kara, he llegado bien, perdón por haber tardado en llamar pero se me olvidó.- dije buscando las llaves que me dio Sam- ¿Y cómo vas con el idiota que tienes por novio? ¿Cómo era que se llamaba... Mickey?- pregunté sin mucha importancia.
Kara: Su nombre es Mike, Alex...- dijo con un bufido- Y estamos excelente, no sé porque te cae tan mal.
Alex: Si empiezo no acabo nunca y además tengo que salir, por lo que me despido y que tengas un buen día, hermanita- y colgué saliendo de la habitación para pedir en recepción que me pidieran un taxi para ir a casa de Eve.
Cuando llegue a su casa, quien me recibió fue su padre, que me saludo calurosamente al igual que su madre y me indicaron que Eve estaba en la piscina. Ya estado en el patio me fui a donde ella estaba y nos saludamos.
Eve: Hey Alex, ¿Cómo te fue anoche?- preguntó levantando su ceja y sonriendo traviesa.
Alex: Me fue bien y lo único que hicimos fue besarnos y hablar sobre nosotras.- le aclaré antes de que se hiciera ideas que no eran- Y además necesito de tu ayuda.
Eve: ¿Y para qué quieres mi ayuda?. –me preguntó con aburrimiento.
Alex: Quiero que esta noche sea especial para Sam, Eve, voy a pedirle que sea mi novia- no quería irme de aquí sin ella- Y por eso necesito tu ayuda- dije poniendo mis manos juntas y mirándola con ojos de cachorrito- Ándale, no sea malita ¿Qué te cuesta? Si tú tienes tiempo ¿Siiii?- la empecé a zarandear.
Eve: Está bien, está bien, pero ya deja de sacudirme que me vas a dejar tarada de tanto zarandeo- dijo irritada- Tú solo espera a que te llame cuando todo esté listo, fosforito.- dijo riéndose porque sabía que yo odiaba ese sobrenombre.
Alex: Nomás no te digo nada porque te necesito- entrecerré los ojos- Ahora si me voy, porque tengo que dejar el auto de Sam en su casa e ir a descansar-fui afuera a buscar el coche y me fui a casa de las hermanas Luthor.
Una vez en casa de Sam y Lena, paré el coche y me puse a escribir una nota para Sam, invitándola a cenar y el horario por el que pasaría por ella. Me bajé del auto y fui a dejar la llave y la nota debajo del tapete que estaba frente a la puerta de entrada asegurándome de que nadie me viera. Luego pedí un taxi y volví al hotel para descansar.
Cuando desperté tan solo faltaba una hora para la cita de esta noche, estaba más que emocionada y esperaba con todo mi corazón que Sam aceptara ser mi novia. Me bañe y preparé para ir por Sam, me subí al coche que había alquilado para moverme en la ciudad y me dirigí a la casa de las chicas. Llegué diez minutos antes de lo previsto, pero ¿Quién puede culparme? Estaba ansiosa por verla y cuando toqué el timbre quien me atendió fue Lena.
La esperé más o menos 5 minutos y cuando la vi me quede sin aliento porque estaba bellísima. Nos alagamos y sin más nos dimos un pequeño beso hasta que Lena nos echó de la casa. Afuera seguimos besándonos un poco más y tuve que parar el beso porque sino llegaríamos tarde al restaurant que había reservado para la cena y además tenía que hacer tiempo para que Eve me llamara y me dijera que todo estaba listo para que por fin pudiera cumplir con mi propósito esta noche. Con eso en mente le abrí la puerta del copiloto, esperé a que ella subiera y yo también tome mi lugar en el auto para por fin empezar la noche.
Pov Sam
Alex abrió la puerta de su coche, subí y ella hizo lo mismo para irnos, no sabía a me iba a llevar, pero estaba emocionada de pasar más tiempo con ella. Durante el camino empezamos a cantar unas cuantas canciones que sonaban en el estéreo del auto y estaba tan entretenida que ni siquiera sentí cuando llegamos.
Me quede impresionada al ver el lugar, era muy lujoso que con seguridad yo nunca podría pagar, entramos y un mozo nos llevo a nuestra mesa. Alex corrió la silla hacia atrás para que tomara asiento y luego fue a tomar su lugar, el mozo preguntó lo que íbamos a pedir para cenar pero tenía miedo de hacerlo ya que los precios eran elevados y al parecer ella lo notó.
Alex: ¿Qué pasa, cariño?- me agarra las manos y pasa sus pulgares por el dorso de ambas.
Sam: Todo es demasiado costoso Alex y no sé si me voy a exceder con algo que pida- dije mirando hacia abajo.
Alex: Mírame- me levantó la barbilla- Puedes pedir lo que desees hermosa, yo puedo permitirme pagar todo lo que pidas.- me sonrió.
Con eso dicho cada una pidió su orden y el mozo se retiró para a los minutos volver con una botella de vino. Nos quedamos hablando y a la media hora llego nuestra orden y empezamos a cenar. Estábamos muy bien hasta que Alex recibió una llamada y al volver dijo que teníamos que irnos a otro lugar, estaba demasiado intrigada y le pregunté a donde nos dirigíamos pero no me quiso decir nada y además me pidió que me pusiera una venda en cuanto estuvimos adentro del auto.
Sentí que pasó al menos una hora cuando llegamos, Alex me ayudó a bajar y a medida que iba caminando empecé a escuchar el sonido de grillos, cigarras, etc. Nos detuvimos y ella me pidió que me sacara la venda a la cuenta de tres, cuando abrí los ojos pegue un grito que todo ser que estuviese en el bosque hubiera escuchado a kilómetros de distancia. Había una carpa con gran altura y una manta y almohadas adentro, y alrededor de la carpa habían luces y farolas que iluminaban todo el lugar. Estaba embobada viendo todo, pero la voz de Alex me volvió a la realidad
Alex: Verá, yo... te traje a este lugar porque quería preguntarte algo...- dijo toda nerviosa y tomo mis manos llevándolas a su pecho- No sé si sea demasiado rápido y te vayas a asustar, pero en un par de días me marcho de nuevo a mi país y no quería irme sin antes pedirte... Samantha Arias, ¿Quisieras ser mi novia?- me preguntó con un hilo de voz mientras que yo estaba en shock- Por favor, di algo, Sam. No me dejes con la angustia- me miro suplicante por una respuesta.
Sam: ¡Oh por Dios! ¡Claro que acepto ser tu novia, mi amor!- salte y me abracé a su cintura como un koala empezando a besarla.
Después de besarnos durante varios minutos, Alex cogió mi mano y me llevó al interior de la carpa.
Una vez dentro, me ayudó a quitarme la chaqueta que llevaba y la lanzó a un lado, volviendo a besarme mientras me sujetaba la cabeza con una mano y con la otra me acariciaba por encima de la ropa.
Sam: Oh dios... - Jadeé. Sabía, o al menos imaginaba, cómo terminaría eso.
Alex: Eres tan perfecta, Sam... - dijo, mientras ella también se quitaba su chaqueta.
Después, empezó a besarme por el cuello para luego seguir por mis hombros, mientras me bajaba lentamente los tirantes del vestido, haciendo que mi cuerpo temblase por el contacto. Tuve que sujetarme a Alex para no caerme al suelo.
Sam: Alex, yo... Yo nunca...- empecé a hablar sin saber cómo abordar el tema.
Alex: ¿Nunca qué...?- dijo, mientras seguía bajando mi vestido y besaba mis pechos por encima del sostén.
Sam: Yo soy... Soy virgen – dije, sonrojándome avergonzada.
Alex: No haré nada que no quieras... - dijo deteniéndose y mirándome. Acarició mi mejilla con suavidad y me sonrió.
Sam: No... Quiero decir, sí... Quiero hacerlo, pero no sé si...- dije muy nerviosa.
Alex: Seré cuidadosa entonces... - dijo, volviendo a besar mis pechos.
Sam: Pero yo no sé cómo hacer que tú...- dije a punto de un colapso
Alex: Sólo déjate llevar, Sam. Deja que sean tus manos y tu cuerpo quienes decidan qué hacer en cada momento. No pienses...
Sam: ¿Sólo eso?- pregunté mirándola incrédula.
Alex: Sólo eso... - dijo, dejando caer mi vestido al suelo – Pareces una diosa, Sam...
Sam: ¿Quién, yo? ¿Acaso te has mirado al espejo?- Alex rió y cogió mis manos poniéndolas sobre sus hombros.
Alex: Ahora tú...Quítame la ropa... No pienses, Sam... Sólo deja que tus manos se muevan.
Acaricié sus hombros, temblando. Me acerqué y la besé en los labios. Después, intenté repetir sus movimientos, besando lentamente su cuello y sus hombros, bajando los tirantes de su vestido y acariciando sus brazos.
Alex: Eso es...- dijo animándome.
Seguí bajando su vestido y besando sus pechos, tal y como ella había hecho. No parecía molestarle que la estuviera imitando. Dejé caer su vestido por completo y le quité el sostén, empezando a lamer sus pezones. La noté tensarse. Esperé para ver si me decía que le había hecho daño, pero como no dijo nada, seguí, fui bajando de nuevo con besos por su cuerpo, hasta quedarme agachada a la altura de su vientre, besándolo.
Alex: Oh Dios... ¿Seguro que nunca habías hecho esto antes?- me preguntó alzando su ceja.
Sam: Seguro... - dije, mientras me levantaba y me quitaba el sostén. Cogió mis pechos entre sus manos, apretándolos y empezando a lamerlos con ganas, mordisqueándolos después.
Alex: Ven... -dijo, tumbándose en la especie de cama improvisada del suelo y haciendo que me tumbase boca arriba.
Alex se puso sobre mí y volvió a besarme, cubriéndome con su cuerpo. Fue dando pequeños mordiscos por cada parte de mi cuerpo. Yo notaba cómo mi corazón latía rápidamente y mi pulso y mi respiración se aceleraban. También sentí humedad entre mis piernas y me arqueé cuando Alex dio un pequeño mordisco en mi cuello. Entonces Alex casi me arrancó las bragas, tirándolas por ahí. Noté su lengua lamiendo el interior de mis muslos y acercándose a mi vagina.
Sam: Alex, ¿Qué ha...? Oh, Dios... - dije, cuando noté su lengua moviéndose en mi interior. Sujeté la cabeza de Alex con ambas manos, intentando profundizar el contacto y noté que Alex se reía.
Alex: ¿Estás bien, preciosa?
Sam: S-Sí... No pares, por favor...- dije rogándole para que no se detuviera.
Alex: Como ordenes.... – dijo, besándome, haciéndome probar mi propio sabor mientras introducía un par de dedos en mi interior y los movía despacio, intentando que me acostumbrase a la invasión - ¿Te hago daño...?
Sam: No...- Empezó a mover sus dedos más rápido y más profundo, hasta que tuve la sensación de que algo frenaba su avance.
Alex: No pienses en el dolor, sólo durará un momento...
Sam: ¿Dolor...? – pregunté, justo cuando Alex hacía más fuerza con sus dedos. Sentí mi himen romperse y el dolor me hizo gritar.
Alex: Lo siento... ¿Quieres que pare?- me miró preocupada-
Sam: No...- dije de inmediato.
Alex: Bien... Relájate, mi amor...- dijo, volviendo a besarme para distraerme.
Sentí que Alex introducía otro dedo en mi interior y, poco a poco, el dolor iba dando paso al placer. Empecé a mover mis caderas al ritmo que los dedos de Alex me marcaban. Abrí los ojos y la vi, mirándome fijamente, sonriéndome. Mi cuerpo empezó a temblar cuando llegué al orgasmo y clavé mis uñas en la espalda de Alex, haciéndola gritar. Aunque no sabía si de dolor o de placer. Entonces Alex sacó sus dedos de mi interior y me besó, haciendo que cambiásemos nuestras posiciones. Ahora, yo estaba sobre ella, mirándola, embobada, sin saber muy bien qué hacer.
Alex: Te toca...
Sam: Yo... No sé...
Alex: No me harás daño... - dijo, cogiendo mi rostro entre sus manos – Yo no soy virgen, puedes hacer lo que quieras conmigo...
Sam: Vale... - dije, empezando a mover mis manos tímidamente sobre su cuerpo. Un cuerpo perfecto. Se notaba que hacía ejercicio y se mantenía en forma. No sabía por dónde empezar, así que Alex cogió mis manos y las puso sobre sus pechos, haciendo que los estrujara con fuerza. Después, sin soltar mis manos fue bajándolas por su cuerpo, hasta sus bragas. Entendí lo que me pedía, así que se las quité y me quedé mirándola durante unos segundos, ya sin nada de ropa entre las dos. Abrí sus piernas y acaricié sus muslos muy despacio, hasta llegar a su vagina. De nuevo, me decidí por imitar lo que ella había hecho antes conmigo. Así que introduje mi lengua en su interior, saboreando sus fluidos y notando cómo Alex se tensaba.
Saqué los dedos y miré a Alex. Tenía los ojos cerrados y un gesto de placer en el rostro. Jugué con mi lengua en su ombligo y mordisqueé sus pezones durante algunos minutos, antes de atreverme a penetrarla con mis dedos. Cuando lo hice, empecé a moverlos muy despacio. Aunque Alex me había asegurado que no le haría daño, me daba miedo que no fuese así.
Alex: Más rápido, Sam... y más profundo, mi amor... No tengas miedo – dijo, mirándome de pronto.
Sam: Sí... - dije, haciendo lo que me pedía. Introduje otro dedo y sentí que le gustó. Los moví rápidamente y las caderas de Alex también se movieron, intentando adaptarse a mi ritmo, algo más lento a lo que parecía acostumbrada. Alex apretaba las mantas con fuerza entre sus puños.
Cuando Alex llegó al orgasmo, saqué mis dedos de su interior y rodeé su cuello con mis manos para besarla. Empecé a restregar mi centro con el de Alex. Entonces ella me sujetó de la cintura y fue marcando el ritmo. Sin dejar de besarme. Esta vez, llegamos juntas al orgasmo, con un grito de placer.
Alex me tumbó a su lado y me abrazó, acariciándome.
Alex: Has estado increíble, mi amor...
Sam: ¿De... de verdad?
Alex: De verdad... ¿estás cansada?
Sam: Sí...
Alex: Entonces descansa... - dijo, pegándome a ella y besando mi cabeza.
Me dormí poco después, completamente feliz y relajada entre los brazos de Alex, con la cabeza apoyada en su pecho, escuchando su corazón latir con fuerza, pero con tranquilidad.
A la mañana siguiente, cuando me desperté, me encontré con una perfecta vista del trasero de Alex, que buscaba algo.
Alex: Buenos días, dormilona... - dijo besándome - ¿Has visto mis bragas?
Sam: Ehh... Ahí... - dije, señalando la parte alta de la carpa.
Alex: ¿Qué hiciste para que llegasen allí? – rió, cogiéndolas – Vamos a desayunar, estarás muerta de hambre...
Sam: Sí, lo estoy... - dije levantándome y viendo las mantas manchadas de sangre – Oh, mierda, Alex, lo siento..
Alex: ¿El qué...? – dijo mirando las mantas – Ah, no te preocupes, es normal... No pasa nada...
Sam: Pero las he estropeado.
Alex: Pues se compran unas nuevas, no te preocupes...- dijo sin mosquearse- Ven, vamos a lavarnos en el lago...- tomó una de mis manos y nos dirigimos hacia allí.
Estábamos muy felices jugando como niñas y salpicándonos agua, cuando de repente el ruido de una rama se escuchó y a los segundos empezaron a aparecer un montón de personas con cámaras, grabadoras y micrófonos, y uno de ellos empezó a hablar.
Periodista 1: ¿Su alteza, quien es la chica que está a su lado?- puso su micrófono frente a Alex que estaba en petrificada en su lugar.
Periodista 2: ¿Princesa Alexandra, es cierto que vino en busca de una nueva conquista?- y así siguieron las preguntas una tras otra llamándola Princesa.
"Oh Dios santo... ella es una princesa y nunca me dijo nada" hablé para mis adentros y para salir de dudas y confirmar si era realmente o no una Princesa, mire a Alex y me dispuse a hablar.
Sam: ¿Princesa...? Eres una Princesa y no tuviste la decencia de decírmelo si quiera una vez.- empecé a decir molesta mientras Alex me miraba, quiso hablar pero no la deje y salí del lago con la ropa interior que previamente había lavado, puesta. Busque las llaves del auto, el resto de mi ropa y me fui a casa, dejando a Alex atrás.
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