Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🌼Nenúfar🌼

Aunque intenté rechazar el desayuno, la señora Jude insistió tanto que al final los acompañé. Miré confuso al suelo, pese a que estaba feliz de compartir el momento, me incomodaba no encajar bien.

—¡Vaya, Ewart, has conseguido traer a casa al chico más reservado del mundo! —exclamó ella con una risa contagiosa, mientras me miraba con curiosidad.

Sentí mi rostro enrojecer y mi mano tembló ligeramente en la de Ewart. Odiaba que otros intentaran desmoronar mi burbuja personal.

—Lo siento. No soy bueno interactuando con las personas.

—¡Nada de disculpas, cariño! —respondió con una amplia sonrisa—. Ya verás cómo poco a poco irás entrando en confianza con nosotros. ¿Cuánto tiempo llevan juntos? —preguntó con interés.

—Solo un par de semanas —respondí enseguida y forcé una sonrisa, demasiado nervioso para sonreír como era debido.

—Es toda una sorpresa, Ewart nunca ha salido con un chico —comentó la señora Jude con una mezcla de picardía y emoción.

El aludido movió el pelo de la frente sin retirar su vista del plato que aún no tocaba.

—¿Y eso es relevante porque...?

Detectaba cierta hostilidad en su tono de voz. Era una faceta de Ewart que no había visto antes.

—No creo que mamá pretendiera molestarte —intervino Ash por primera vez en todo el rato.

—Oh, no. Claro que no. Tampoco es mi culpa que hablemos tan poco que esto termine siendo toda una sorpresa —se justificó ella.

—Por supuesto que no ha sido culpa tuya — Ewart movió algunos guisantes con el tenedor y finalmente retiró su plato.

No tenía en claro si estaba o no enfadado. Mantuve la mirada fija en mi taza casi vacía.

—¿Quieres un poco más de café? —ofreció la señora Jude con una sonrisa, tratando de cambiar el foco de atención.

—Ya está bien —fue Ewart quien respondió con una voz que no sonó furiosa, solo hastiada—. Él y yo nos vamos.

Me sentí aliviado y, tras agradecer por las atenciones, nos retiramos a su habitación. Al entrar, mis sentidos fueron abrazados por un cambio notable en el ambiente.

El lugar irradiaba una cálida serenidad, como si cada rincón estuviera impregnado de armonía. El ambiente era acogedor y una tenue melodía se mezclaba con el suave murmullo del viento que se filtraba por la ventana entreabierta.

Ewart sacó el colchón interior de una cama tipo nido y lo llenó de cojines. Me senté en la esquina y él se colocó en el otro lado.

—Perdón por no sacarte antes de ese sitio.

—Para nada, fue agradable convivir con tu familia —respondí con una sonrisa forzada, intentando sonar sincero.

Ewart me miró con un dejo de duda, pero no insistió. Nos quedamos en silencio por un momento, y poco a poco, el ambiente comenzó a relajarme.

Tomó su guitarra, me miró fijamente.

—Mi repertorio es limitado, pero ¿Hay algo que quieras escuchar? —Pasó la mano por las cuerdas, formando un par de notas cálidas.

—Tengo el honor de escuchar música en vivo. No sería apropiado ponerme exigente.

Me dedicó una sonrisa cálida que mantuvo mientras tocaba las primeras notas de la melodía. La reconocí enseguida.

—Es la canción que tocabas ese día.

—La compuse para él hace tiempo. Se llamaba Alec.

Entendí por qué era tan devastadora. Hablaba de la profunda tristeza que lo consumía después de perder a quien más amaba, de recuerdos y añoranza.

—Estoy escribiendo una nueva —volvió a hablar—, una canción para ti. Creo que podría estar lista para el festival.

Mis labios se separaron ante la sorpresa. No esperaba ese detalle.

—Estoy ansioso por escucharla.

—Y yo ansioso por ver tu reacción —confesó. Sus ojos brillaban con intensidad.

—¿Alguna vez le dijiste lo que sentías? —inquirí con curiosidad.

—Sí, pero ya era tarde, él estaba saliendo con Asher.

Un breve silencio se instaló en la habitación. Durante unos instantes mi pecho se agitó con el deseo de tocar otro tema que llevaba cargando en mi interior.

Finalmente, reuní el coraje necesario y rompí el silencio.

—¿Es un buen momento para contarte sobre Reynold? —Mi voz sonó un tanto temblorosa, pero estaba decidido a abrirme completamente ante él.

Los acordes de la melodía se detuvieron abruptamente ante la mención de ese nombre. Ewart volteó hacia mí, con una mirada tranquila que inspiraba confianza.

—Si te sientes listo, entonces sí. Prometo escucharte, sin prejuicios ni prisas.

Asentí con la cabeza y apoyé mi cuerpo contra la base de madera, preparándome para comenzar a narrar esa historia.

—En secundaria siempre me molestaron por ser un desmarcado, por eso, cuando entré a la preparatoria quise ser más intimidante.

—¿En serio? El primer día me parecías igual de gentil que ahora.

Reí ante su comentario.

—Sí... contigo no pude mantener la fachada de chico duro e insensible. Fuiste la primera persona que me trató bien, pero siempre estabas rodeado de personas populares. Como no hice más amigos, mi intento de parecer fuerte me llevó a meterme con unos chicos de grado superior. Y entonces Reynold me salvó. Dijo que no necesitaba fingir ser alguien que no era y me acogió en su círculo más cercano. Juró que me protegería y así se volvió mi lugar seguro.

Las cortinas se movieron ligeramente con la brisa, revelando un paisaje de nubes grises, lluvia y hojas arrastradas por el viento. La calma exterior contrastaba con los recuerdos que ahora compartía. Ewart se levantó por una frazada para cubrirnos y volvió a sentarse a mi lado.

—¿Y cómo es que terminaron saliendo? —preguntó.

—Un día simplemente me pidió salir, al principio todo iba bien. Aun cuando notaba su narcisismo, me sentía querido. Pero nunca pude sentirme completo. Le mentí diciendo que mi marca era un girasol y que estaba en un sitio que no podía mostrar.

—Si necesitas un momento, está bien. No tienes que apresurarte.

—No, está bien. Solo... necesito decir esto. Poco a poco Reynold se distanció, así que en un intento desesperado de mantener nuestra relación accedí a...

Mis palabras se detuvieron ante la mezcla de ansiedad y vulnerabilidad. Me sentí expuesto, a punto de revelar mi debilidad más profunda.

—A... aceptar cosas para las que no estaba preparado. Me sometí a situaciones que iban en contra de mi propia comodidad y límites con tal de mantenernos unidos. Y al final, cuando descubrió que soy un desmarcado, simplemente me dejó.

La habitación se llenó de silencio tras mi confesión. Observé a Ewart, buscando cualquier respuesta. Él suspiró suavemente antes de tomar mi mano y entrelazar sus dedos con los míos, transmitiendo un gesto de apoyo.

—Dominick, lamento que hayas pasado por eso. No deberías haber tenido que sacrificarte de esa manera. Me importas y quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti, respetando tus límites y cuidando de ti en todos los sentidos.

Sus palabras resonaron en mi corazón, disipando parte de la carga que llevaba dentro.

—Gracias, Ewart. Significa mucho para mí escuchar eso.

Me alegraba tenerlo en mi vida. Con él sentía que los secretos y las máscaras ya no eran necesarios.

Hubo más conversaciones y cada vez que me besaba, era como si las mariposas de mi interior extendieran sus alas iridiscentes.

Para cuando pasaba del mediodía, la lluvia había disminuido, dejando solamente el aroma de la tierra mojada.

—Iré a tocar a la plaza, ¿quieres que te lleve o prefieres quedarte con Asher? — Sus ojos me examinaron y su mano tocó mi mejilla.

—Siento que necesito hablar con él, ¿está bien si me quedo?

—Por supuesto, pero si algo te molesta, solo dile que me envíe un mensaje y vendré por ti.

Asentí con la cabeza y él me llevó hasta su habitación, se despidió con un abrazo y me dirigió una última mirada para confirmar que estaría bien. Cuando le sonreí en respuesta, él se marchó.

Hallado en pie ante la puerta entreabierta, di tres toques y enseguida Ash se asomó. En ese instante, más que nunca, deseé oírlo llamarme con aquel mote.

—Hola, petirrojo.

Mis ojos se nublaron ante el cúmulo de sentimientos. Quería saltar a abrazarlo, pero solo atiné a abrir la boca.

—¿Puedo pasar?

—Adelante —abrió totalmente la puerta para invitarme a entrar—. ¿Por qué estás solo?

—Ewart ha ido a la plaza. Me ha ofrecido ir, pero quería verte.

La expresión que cruzó su rostro me tomó por sorpresa. Era similar a las que yo tenía hasta hace un tiempo.

—Ya veo. Supongo que debería disculparme. ¿Estás molesto porque te metí en problemas?, ¿o por no haberte dicho antes sobre mi relación con Ewart? —expresó, con un atisbo de culpa en su voz.

—No estoy molesto —respondí, sorprendido al darme cuenta de que nuestras inseguridades eran paralelas.

Él se dejó caer en el borde de la cama y apartó un mechón de cabello de su cara.

—¿Cómo podrías no estarlo? De verdad lo lamento.

—Estás lleno de disculpas hoy —dije en un intento de aliviar la tensión.

Ash se inclinó y volvió a levantarse hasta quedar frente a mí.

—Es que debí de ir por ti, o pedirle a Ewart que te trajera, o esperarte en otro lugar.

—Tampoco sabías que me perdería buscando una dirección. Pero estamos bien y eso es lo importante, ¿no? Gracias por preocuparte.

Antes de que pudiera dar un paso, él se me adelantó y recargó la cabeza en mi hombro.

—No sabía qué hacer, hace más de una semana que no me cuentas sobre lo que te pasa y siempre es Ewart a quien acudes. Entiendo que él es tu novio y por eso es la primera opción, pero cuando me llamaste para pedir ayuda y yo no estaba ahí, supe que soy un fracaso como amigo.

Sobre mi hombro sentí caer gruesas y frías gotas, como lágrimas. Lo separé con cuidado y noté sus ojos cristalinos, los sentimientos crudos, casi indistinguibles, combaron mis piernas al verlo llorar.

—Ash, claro que no. No he querido llenarte con mis problemas porque no me parecía justo que fueras un centro de desahogo.

Cogido con la guardia baja, sentí cómo era envuelto por sus brazos. Mis manos se balancearon torpemente a los costados hasta que cedí, correspondiendo.

—Menos mal... de verdad creí haber hecho algo que te molestó —susurró y pude sentir su cálido aliento cerca de mi oído.

—¡Para nada! Yo creí que tú eras quien estaba molesto. Me siento horrible porque no solo salí con alguien más, sino que es tu hermano.

—Está bien, sé que él te trataría como mereces, además, lo quieres, ¿cierto?

Asentí levemente con la cabeza. Nos quedamos un largo rato abrazados, hasta que supe que estaba más tranquilo. Me separé lentamente y con una clara determinación volví a hablar:

—Me aseguraré de no guardarme nada, a cambio también quiero que confíes en mí.

Sus labios se curvaron en una sonrisa tranquila, y asintió.

—Es una promesa, petirrojo.

No quise preguntar sobre Alec. Preferí pensar que él mismo tocaría el tema cuando se sintiera listo.

—Bien, ya que estamos aquí, me dijiste que tenías una idea sobre el proyecto. ¿Qué haremos? ¿Pintura, escultura, canción?

—Pensaba en una combinación de todo. Pero lo interesante será la contraparte, en donde no haya color, ni forma, solo silencio.

—¿Algo como el arte y su parte opuesta?

—Precisamente no imagino un opuesto. Quizás la insensibilidad, porque el arte debe de sentirse, pero, incluso para alguien que no lo disfruta, puede que mueva alguna sensación para otros.

Pasamos el resto de la tarde en el proyecto del señor Coleman. Cuando tomamos un descanso, ya estaba a punto de anochecer.

—No dejaré que te vayas solo —manifestó Ash enseguida—, o esperas a que Ewart regrese, o te llevo en autobús hasta tu casa.

— Podría tomar un taxi.

—La primera opción será entonces —declaró, obteniendo enseguida un reclamo de mi parte.

Improvisamos una cama con varios cojines en el balcón donde nos recostamos en silencio. Los últimos colores en el cielo desaparecieron con la moribunda puesta de sol.

La brisa nocturna acariciaba nuestros rostros mientras seguimos tumbados, contemplando el cielo estrellado. Asher se recargó con la cabeza sobre sus brazos y, tras una prolongada pausa, exclamó:

—Estás muy distraído. ¿En qué piensas?

—El próximo martes haremos una competencia luego de la práctica del club. Si tienes tiempo, ¿te gustaría venir a vernos?

Él se inclinó y me miró con interés, sus iris oscuros brillaban con una chispa de curiosidad.

—Seguro, ahí estaré —dijo con una sonrisa reconfortante, volviendo a acomodarse a mi lado.

Nuestros meñiques se juntaron. Como en los días pasados, él sostenía mi mano y mi mundo florecía y se sentía completo.


。・。。・゜❁ ・❁ ・❁゜・。。・。

¡Hola, personitas lindas que siguen leyendo!

Parece que cada vez que digo que ahora sí seré constante en actualizaciones me desaparezco dos meses, pero intento traer la historia lo mejor que puedo <3

Sobre todo este capítulo que ha sido una mezcla de emociones, originalmente eran dos capítulos (el primero llegaba hasta donde va a hablar con Ash), pero sentí que ambos eran parte del otro.

Todavía queda mucho que revelar. Ojalá que la historia siga teniendo quien la ame.

Un abrazo y nos leemos pronto.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro