Cuando miraba hacia atrás, no podía evitar sentir que, a pesar de todo, los momentos de confusión valieron la pena, porque cada paso me acercó a este momento. Ahora, finalmente, estaba junto a Asher.

Llevábamos unos días saliendo, pero se sentía como si nunca hubiera sido diferente. Sin embargo, cuando me pidió que tuviéramos nuestra primera cita oficial, no pude evitar sentirme un poco fuera de lugar. ¿Era esto lo que se suponía que debía sentir? ¿Algo tenía que ser diferente ahora que éramos pareja?

El crepúsculo envolvía la ciudad en una manta de tonos cálidos cuando llegué al Nido del Dragón, el café que Asher escogió. La decoración con murales de dragones y detalles medievales me hizo sonreír; había algo casi mágico en el ambiente, como si nos hubiéramos adentrado en un cuento de hadas. A pesar de la belleza del lugar, una parte de mí seguía inquieta.

—Sabes, siempre he pensado que los lugares únicos como este son ideales para conversar —dijo Ash—. Se siente como si estuviéramos en un mundo solo para nosotros.

—Sí, es cierto. Este lugar es perfecto. Me hace sentir... cómodo.

A pesar de mi respuesta, en mi interior no dejaba de preguntarme qué debería hacer.

—¿Ya sabes qué vas a pedir? —me preguntó Asher con una sonrisa, sacándome de mis pensamientos.

Levanté la vista y vi cómo sus ojos brillaban con la luz tenue del lugar.

—No estoy seguro —respondí, devolviéndole la sonrisa—. ¿Qué pedirás tú?

Enseguida señaló una de las bebidas en el menú.

—Creo que probaré la "Llama del Dragón". Me dijeron que es una mezcla de especias con un toque dulce. Algo diferente, pero parece divertido.

—Suena bien —contesté, sintiéndome un poco más relajado—. Tal vez yo debería pedir lo mismo.

—O podrías ser valiente e ir por el "Elixir de Hielo" —dijo con una sonrisa—. Aunque te advierto que es conocido por ser sorprendentemente fuerte.

Sonreí a medias. Asher tenía esa habilidad de hacer que me sintiera cómodo, incluso cuando todo parecía un poco incierto.

—Tal vez lo haré —respondí, disfrutando de la ligereza del momento.

En ese momento, me di cuenta de que, a pesar de estar en una cita, nuestra dinámica no había cambiado tanto y las dudas que me atormentaban se desvanecieron poco a poco.

Igual que siempre, Ash hacía que todo lo que me preocupaba desapareciera. Al fin y al cabo, éramos los mismos Asher y Dominick de siempre, conversando sobre cualquier cosa como tantas veces antes. Al final del día no importaba cómo se llamara ahora nuestra relación; lo que realmente importaba era la calidez que sentía al estar juntos.

Mientras miraba el menú, sentí una vibración en mi bolsillo. Saqué mi teléfono rápidamente y vi un mensaje de mi madre. "Dominick, necesito hablar contigo. Es urgente.".

Un suspiro pesado se quedó en mi pecho. Sabía que debería responder, pero al mismo tiempo, no quería arruinar el momento. Guardé el teléfono de nuevo, intentando no darle importancia.

Me sumergí de nuevo en la conversación. Ash bromeaba sobre cuál de los dragones en los murales sería el más peligroso en un combate.

—Mira ese de allá, con las escamas negras y los ojos rojos. Definitivamente sería el jefe final de un videojuego. Aunque creo que el pequeño dragón verde que está encima del estante podría ser un enemigo sorpresa. Los que parecen inofensivos siempre terminan siendo los peores.

Me reí, imaginando la escena en mi mente. Mientras seguíamos fantaseando sobre batallas entre dragones, nuestras bebidas llegaron. La mía era de un color azul oscuro, con un ligero humo que se disipaba en el aire. La de Ash era de un tono anaranjado vibrante con una rodaja de limón adornando el borde del vaso.

—¿Crees que realmente sea tan fuerte? —pregunté, examinando mi bebida.

—Quizá no tan fuerte como dicen, pero ya veremos si te hace estornudar.

Tomé un sorbo, esperando un sabor intenso. Pero, para mi sorpresa, el "Elixir de Dragón" no era fuerte en absoluto. Era una mezcla de mora azul con un toque picante al final.

Ash me miró con curiosidad, esperando mi reacción.

—¿Qué tal? ¿Es tan feroz como suena?

Justo cuando estaba a punto de responder, sentí otra vibración en mi bolsillo. Volví a sacar el teléfono y vi otro mensaje de mi madre: "Por favor, contéstame. Necesito verte".

No quería abrir esa puerta, no quería lidiar con todo lo que significaba su insistencia. Con Evren fuera, parecía que estaba intentando recuperar algo que nunca estuvo dispuesta a darme en primer lugar.

Volví a guardar el teléfono, tratando de enfocarme en Asher.

—¿Todo bien?

La preocupación en su voz me hizo sentir un nudo en el estómago. No quería arruinar el momento, pero no podía mentirle.

—Sí, es solo... —hice una pausa, sin querer arruinar el momento—. Mi madre sigue enviándome mensajes. No suele ser así, pero creo que algo está pasando.

Asher asintió con comprensión y me tomó la mano suavemente.

—Oye, podemos hacer esto en otra ocasión. Habrá más días para citas, pero tu familia es importante.

—Pero...

—Además, esto solo hace que nuestra próxima cita sea aún más especial, ¿no crees?

Tomé una pausa y miré a Asher. Sabía que lo que estaba por hacer podría arruinar el momento, pero no podía ignorar la insistencia de mi madre. Le di una mirada de disculpa antes de levantarme.

—Voy a llamarla —le dije en voz baja, y Ash asintió.

Me dirigí hacia el baño y marqué el número de mi madre. Contestó al segundo timbrazo, como si hubiera estado esperando ansiosamente.

—Dominick, gracias a Dios contestas. Tengo una sorpresa para ti.

Tragué saliva antes de responder.

—Mamá, estoy con Ash ahora. ¿Puede esperar la sorpresa?

Hubo una pausa al otro lado de la línea, seguida de un suspiro dramático que me resultó tan familiar.

—Hijo, sé que estás ocupado, pero realmente he hecho un esfuerzo para conseguir este lugar. Es... es una casa, Dominick. Un lugar donde podríamos empezar de nuevo, solo tú y yo.

Sentí cómo mi corazón se hundía en el pecho. No podía creer lo que estaba escuchando. ¿Por qué pensaba que eso resolvería todo?

—Mamá... —susurré con la voz apenas audible—. Deberías haberme consultado antes. Yo... no quiero dejar de vivir con el abuelo y tío Jonathan.

Hubo otro silencio, esta vez cargado de incomodidad. Cuando habló de nuevo, su tono fue más insistente.

—Dominick, por favor, solo ven a verlo. No tienes que decidir nada ahora, pero al menos déjame mostrarte lo que he hecho por nosotros.

Cerré los ojos, intentando contener la mezcla de emociones que me asaltaban. No quería hacerle daño, pero tampoco podía ignorar cómo me hacía sentir.

—Hablemos de esto más tarde, ¿sí? —dije finalmente, con la voz cargada de fatiga.

—De acuerdo. Pero no lo olvides, Dominick. Esto es importante.

Corté la llamada y me quedé un momento quieto, intentando calmar la tormenta interna que se había desatado. Cuando finalmente volví a la mesa, Asher me miró con preocupación.

—¿Quieres regresar a tu casa? —preguntó con suavidad.

Asentí lentamente, sintiendo una opresión en el pecho.

—Sí... No me siento bien. Lo siento.

—No te preocupes —respondió él con una pequeña sonrisa tranquilizadora.

Mientras salíamos del café, no pude evitar sentir que estaba dejando atrás un momento que podría haber sido perfecto.

El camino de regreso a casa fue tranquilo. Aunque el cielo estaba claro y las luces de la ciudad parpadeaban en la distancia, mi mente estaba nublada. La compañía de Asher era un consuelo en medio del caos que sentía. No dijimos mucho durante el trayecto, pero su presencia era todo lo que necesitaba para sentirme un poco mejor.

Cuando llegamos a mi casa, Asher bajó del taxi y me acompañó hasta la entrada.

—No olvides que estaré aquí para ti, para lo que necesites. ¿Está bien si me voy ahora?

Asentí, sintiendo un nudo en la garganta.

—Gracias, Ash.

Antes de entrar, observé el taxi desaparecer en la distancia. Apenas crucé la puerta, escuché la voz suave de mi abuelo proveniente de la sala.

—¿Dominick? ¿Estás ahí?

—Hola, abuelo —dije, intentando forzar una sonrisa que no logró disimular del todo mi tristeza—. ¿Mi madre también te llamó?

Mi abuelo asintió lentamente.

—Varias veces. Me preguntó si consideraste su propuesta.

La sonrisa en mi rostro se desvaneció, y una ola de tristeza me envolvió de nuevo. Miré al suelo mientras respondía.

—No tengo nada que considerar. Tú y el tío Jonathan son mi familia.

Mi abuelo se levantó de su sillón y se acercó a mí con su característica calma. Colocó una mano en mi hombro con ternura.

—Siempre lo seremos. Pero tu madre está haciendo un esfuerzo por enmendar sus errores, y creo que tal vez deberías darle una oportunidad.

Las palabras de mi abuelo me golpearon con una fuerza inesperada. La idea de considerar vivir con mi madre, cuando ya había encontrado mi lugar aquí, me hizo sentir aún más abatido. La tristeza en mi pecho se profundizó, y la presión de ser una carga para ellos se volvió más real que nunca.

—Tal vez. No debería seguir siendo una molestia para ustedes.

—Dom, ¿de qué hablas?

No pude soportar más. La tristeza y la frustración que me invadían parecían tener vida propia, y no pude encontrar las palabras para explicar lo que sentía. En lugar de intentar comunicar mi dolor, simplemente me volví y comencé a subir las escaleras.

—Supongo que es lo mejor —dije en voz baja, sin volverme—. Si me voy, ya no tendrán que preocuparse por mí.

Mi abuelo me siguió de cerca, la preocupación en su rostro parecía aún más intensa de lo normal.

Antes de que pudiera cerrar la puerta, mi abuelo dio un gran paso para llegar hasta mí, pero su pie resbaló en uno de los escalones de la escalera. En un instante, lo vi tambalearse y caer hacia atrás.

El golpe resonó en el pasillo, y con él, el eco del sonido que comenzó a desmoronar mi mundo.

。・。。・゜❁ ・❁ ・❁゜・。。・。

Ash y Domi volvieron

El abuelito se va (?)

Ok, no, perdón, pero hasta aquí dejamos el dramático capítulo de hoy :"3 perdón abuelito.