🌼Jacinto🌼
Los siguientes días transcurrieron casi desapercibidos, llenos de momentos buenos y algunos un poco rotos, pero a pesar de todo, los nuevos recuerdos gradualmente superaban a los antiguos.
El fin de semana llegó, y con él, el festival de música. Tratando de hacer algo lindo por Camilla, me vestí de chica tal como lo sugirió.
Pero a medida que la sonrisa en su rostro se desvanecía, el remordimiento me invadió.
—Olvídalo —sentenció mientras cerraba la puerta del departamento en mi cara.
—¡Pero tú dijiste que era la única forma en que me acompañarías al festival! —protesté, intentando bloquear la puerta.
—Dominick, es obvio que no lo decía en serio. Ve a cambiarte —respondió.
Me sentí abrumado y sin saber cómo reaccionar. El reloj avanzaba y el tiempo se desvanecía rápidamente. Faltaban quince minutos para que comenzara el festival, y la conductora del taxi se asomaba por la ventana, impaciente.
En medio de ese caos, las voces de los padres de Camilla se alzaron en preocupación.
—¿Todo está bien? —inquirieron desde la otra habitación.
—¡Todo está bien, no se preocupen!
Pero sus padres, obstinados en su preocupación, no cedieron fácilmente. Sus voces se alzaban en una cacofonía discordante, mientras ella suplicaba que me marchara.
Finalmente, me rendí ante la realidad. Con resignación, me adentré en el automóvil. Para mayor inri, mi teléfono vibró y me sumergí en el mensaje entrante.
De: Ash
"Petirrojo, siento mucho esto, pero desperté con fiebre. No es tan grave, pero sería irresponsable ir en este estado, y mamá ya ha hecho una cita con el médico. No te preocupes por mí y diviértete mucho. De verdad lamento no poder acompañarte."
Suspiré, dejando que la desilusión se apoderara de mí por un momento. Tal vez debería cancelar también. No me entusiasmaba la idea de ir solo, y aunque quería apoyar a Ewart, no podía negar que me sentía incómodo. Además, llevar puesto un vestido no ayudaba.
Sostuve el teléfono en mi mano, a punto de cancelar también cuando un mensaje de Ewart llegó:
De: Ewart
"Hola, Dom. Sé que los lugares concurridos no son lo tuyo, pero agradezco mucho que te estés esforzando. Significa mucho para mí así que espero que en verdad lo disfrutes"
Leí el mensaje una y otra vez. La sinceridad en sus palabras me hizo reconsiderar. No quería decepcionarlo. Además, tal vez estar allí, aunque fuera solo por un rato, me haría bien. Antes de que pudiera responder, otro mensaje de Asher llegó.
De: Ash
"En serio, petirrojo. No te preocupes por mí. Ve y diviértete. Me harás feliz si lo haces."
Sonreí levemente, reconociendo que ambos querían lo mejor para mí. Quizás era una señal de que debía intentarlo.
De: Dom
"Espero que te mejores pronto, Ash. Cuídate."
Con un último suspiro envié un mensaje a Ewart para avisarle que pronto llegaría y pedir que me esperara afuera.
Llegué justo a tiempo y lo miré recargado en una de las columnas, me acerqué para sorprenderlo, pero antes de lograr mi cometido alguien pasó con tanta prisa que terminó empujándome, y de no ser por la rápida reacción de Ewart, habría terminado en el suelo.
—¿Estás bien?... —preguntó Ewart, al verme permaneció inmóvil unos segundos y luego volvió a parpadear—. ¿Dom?, ¿Qué haces vestido así?
—Larga historia, te la cuento después. Además, así parecerá que traes a una chica en vez de al raro de la escuela.
En sus labios se insinuó una sonrisa.
—Dom, si hubiera querido que me vieran con una chica, habría traído una. Pero te traje a ti y no me molesta decirle al mundo entero que eres quien me gusta.
—Pero nunca habías salido con chicos antes. Tu madre lo ha mencionado.
—Sí, y yo he dicho que en el pasado estuve incluso enamorado de Alec —respondió.
—Buen punto.
La voz del presentador resonó pidiendo que los primeros participantes estuvieran listos.
—Vamos —me dio un beso rápido en la cabeza y entrelazó nuestros dedos—. Espero que no te sientas incómodo.
Todo el rato estuvo junto a mí, escuchamos muchas piezas que me gustaron y cuando finalmente fue su turno me miró, expectante.
—Ve, todos lo estamos esperando.
—No sabes lo afortunado que soy de que hayas venido.
Sonreí en respuesta. El afortunado era yo.
Una vez que estuvo en el escenario comenzó a tocar la canción que escuché por accidente el día de la competencia, pero esta vez, cada acorde parecía llevar consigo una promesa más profunda y sincera.
Mis ojos se cerraron involuntariamente mientras escuchaba cada nota, dejando que la música me envolviera. En los acordes, podía sentir la pasión y el cariño que Ewart había vertido en cada línea de la canción. Era como si sus palabras resonaran directamente en mi corazón, expresando todo lo que a veces era difícil de poner en palabras.
El coro llegó, y las palabras salieron suaves de sus labios:
'Te amo más allá del tiempo, Eres mi luz en la oscuridad, mi primavera en pleno invierno. En cada latido, encuentro mi lugar, Juntos, enfrentaremos cualquier tormenta.'
Mi corazón se aceleró, repleto de emociones y en su rostro vi tanto amor que casi dolía. Nunca alguien había hecho algo así por mí. Me sentía completo, pero al mismo tiempo un poco vacío, a pesar de que amaba a Ewart un susurro en mi interior me repetía que yo no merecía esa felicidad.
La canción terminó y el público estalló en aplausos, Ewart bajó del escenario y me rodeó con sus brazos, fuerte contra él. Ese gesto fue suficiente para recomponerme y fue tanto el sentimiento que los pensamientos que dolían murieron ahogados.
No deseaba estar en ninguna otra parte, no cuando ahí podía respirar y sentir que cada instante era perfecto.
—Esa canción fue increíble —susurré sin deseos de soltarlo.
Ewart acarició suavemente mi cabello y depositó un beso en mi frente.
—Es porque refleja mis sentimientos por ti, Dominick.
Mi corazón se llenó de alegría al escuchar esas palabras, y una sonrisa radiante se formó en mi rostro.
Luego de separarnos, Ewart extendió su mano y tomó la mía, entrelazamos nuestros dedos y comenzamos a caminar hacia la salida. Aunque solo podía mirar su perfil, pude notar el calor de su sonrisa.
Nos dirigimos al lugar donde el coche estaba estacionado, mientras le contaba por qué iba vestido así.
—Aunque admito que te ves bien, me gustas más como eres normalmente.
Levanté una ceja, fingiendo indignación mientras sonreía.
—¡Hey! ¿Estás diciendo que no luzco en un vestido?
Una risa suave nos envolvió a ambos y pronto él respondió:
—No importa cómo te veas, siempre me sentiré feliz al estar contigo.
Su sinceridad me hizo sentir cálido por dentro. Tomé su mano y lo miré a los ojos. Él devolvió la sonrisa en complicidad y apretó mi palma con ternura.
Cuando llegamos al estacionamiento él abrió la puerta de copiloto para mí y luego rodeó el coche para entrar. Le envié a mi tío un mensaje para pedirle un cambio de ropa listo apenas llegara a casa y, como era típico de él, accedió sin hacer preguntas.
El camino transcurría en silencio, apenas se veían otros coches. Un manto de niebla plateada se enredaba en los árboles y el olor a tierra mojada llegaba a mis sentidos. A lo lejos, se divisaba un pequeño cuerpo de agua rodeado por un mar de flores que bailaban con la brisa.
—¡Es increíble! ¿En serio había un lugar así? —exclamé maravillado.
La sonrisa de Ewart se ensanchó y sentí el auto detenerse.
—¿Quieres mirar más de cerca? —propuso.
Salimos con cuidado y caminamos despacio por el camino empedrado. El aire estaba impregnado con la fragancia de las nuevas flores y el viento soplaba menos frío que en días anteriores.
Nos acercamos a la superficie musgosa junto al estanque, donde las aguas parecían brillar con un toque mágico. Ewart, atento como siempre, colocó su abrigo sobre mis hombros antes de ofrecerme su mano y ayudarme a sentarme en una de las rocas que parecía más cómoda.
—Ten cuidado —advirtió con cariño—. Podría estar resbaloso.
Sentí cómo el rubor coloreaba mis mejillas y, mientras inspiraba profundamente para recuperar la compostura, hablé de nuevo:
—Todo ha sido perfecto, me divertí mucho.
Su mirada se llenó de calidez y complicidad.
—Me alegra saberlo. Espero que disfrutemos muchos días como este, incluso mejores.
Enmarqué su cara con mis manos y sin ninguna duda dejé que nuestros labios se encontraran en un cálido beso. Nuestros corazones latían al unísono, mientras el tiempo parecía detenerse, permitiéndonos disfrutar de ese grato momento.
Seguía siendo perfecto.
Llegamos a mi casa en poco tiempo, y Ewart me acompañó hasta la puerta. Mi tío esperó pacientemente a que se fuera para hacer la pregunta que parecía no poder contener.
—¿Por qué estás vestido así? —soltó mientras me entregaba el cambio de ropa que le pedí.
—Deja al niño tranquilo —respondió el abuelo desde su sillón favorito sin despegar la vista de su libro de crucigramas—, yo nunca te recriminé que fueras homosexual.
—¡Papá, que no soy homosexual!
—Meh, igual y te ves bonito —me dijo con una sonrisa.
—Gracias —le respondí mientras lanzaba una mirada a tío Jonathan con falsa indignación y él se dejó caer en otro de los sillones.
—Maldición, no vayas a decir cosas así enfrente de Rebeca —susurró entre risas nerviosas.
—Un momento, ¿quién es Rebeca? —pregunté sin dejar mi labor de cambiarme.
—Creo que es hora de que la conozcas, Rebeca es mi novia.
Justo en ese momento, salió del tocador una mujer a la que supuse se refería. No sabía que era el tipo de mi tío, todo en ella parecía falso: sus mechones rubios, sus largas pestañas y uñas decoradas, incluso sus pechos. Me miró y una gran sonrisa se dibujó en su rostro.
—Tú debes ser Dominick, Jonathan solo habla de ti.
—Es un placer. Rebeca, ¿verdad?
Ella asintió y tomó asiento al lado de mi tío, manteniendo su porte perfecto. Y aunque estaba feliz de que hubiera llegado a su vida, no pude evitar perderme en los pensamientos difusos sobre los cambios que su llegada traería.
。・。。・゜❁ ・❁ ・❁゜・。。・。
¡Hola! Muchas cosas en este capítulo, así que recapitulo las más importantes:
En el próximo capítulo ya sale Ash.
Me gusta el cliché de vestir al chico de chica.
La canción de Ewart es provisional, no pude hacer algo que me gustara QwQ así que se quedó en esa cosa básica y simplona (lo malo de tener un personaje bien artístico cuando tú no lo eres).
Domi ya tiene tía 😭😭😭
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