Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🌼Helecho🌼

"¿Alguna vez has sentido que arruinaste todo con alguien muy importante?", le pregunté a mi abuelo esa mañana. Él se sentó a mi lado en el balcón y me extendió un vaso con jugo de naranja.

—Muchas veces lo pensé. Pero ahora sé que las cosas solo se estropearon de verdad en el momento en que renuncié a luchar por ellas —respondió él.

Detuve mi labor de regar las suculentas y clavé la mirada en el suelo. No quería que los días con Asher se convirtieran en simples recuerdos, pero no imaginaba una posibilidad diferente.

—Creo que Asher me odia —confesé.

—¿Te lo ha dicho él o es solo una conclusión que tu mente ha creado sin siquiera preguntar? —cuestionó mi abuelo, poniendo una mano en mi hombro.

—Estoy seguro de que puedes deducir la respuesta correcta, incluso si no la digo.

Él soltó una risita corta y asintió.

—Es cierto que hay cosas obvias, pero también hay otras que solo parecen serlo. No puedes estar seguro de lo que él piensa si no se lo preguntas directamente. Las suposiciones pueden llevar a malentendidos. ¿Por qué no le hablas y aclaras las cosas? Podrías estar equivocado, pensando que está molesto cuando solo piensa cómo pedirte matrimonio.

Sonreí a medias ante su ocurrencia y me apoyé contra el barandal, sin dejar de mirar hacia el cielo gris. Aunque no llovía, últimamente las nubes siempre se veían así.

Y, sin embargo, mis días ya no me parecían tan grises.

Tal vez las palabras ardieran al salir, pero estaba decidido a no permitir que esos días tristes volvieran.

Mientras atravesaba la bulliciosa escuela, mis ojos recorrieron ansiosos la multitud hasta encontrar a Ewart, rodeado de sus amigos. En cuanto me vio, su rostro se iluminó, como si hubiera estado esperándome. Se disculpó con su grupo y se acercó a mí, dejando atrás a los demás.

—Perdón por irme ayer sin avisarte —murmuré, sin atreverme a mirarlo.

—No hay problema —respondió con una sonrisa tranquila—. ¿Todo está bien?

—Sí, solo tuve que ocuparme de algo —respondí, manteniendo la vista en el suelo—. Pero no te preocupes por eso, solo son algunas cosas que debo poner en orden.

—Ya veo —dijo y deslizó su índice por el collar con cruces que llevaba—. Si necesitas cualquier cosa, estoy aquí para ti.

Se acercó más y me envolvió en un abrazo. Sorprendido por el gesto, apreté el rostro contra su abrigo, dejando que su calidez me envolviera. Era una sensación reconfortante, como la paz de observar flores silvestres o escuchar el canto de las aves.

Nos quedamos así un momento, hasta que finalmente nos separamos. Me despedí, prometiéndole que me enfocaría en nuestra relación una vez que aclarara las cosas con Asher.

Con esa promesa en mente, crucé el patio escolar, sintiendo la brisa en mi rostro y el dulce aroma de las azáleas que llenaba el aire.

—No soy experto en lectura de mentes, pero puedo notar que algo te inquieta, ¿qué ocurre? —preguntó Asher apenas llegué a nuestro lugar de siempre.

Mi sonrisa se tambaleó, y aunque abrí la boca, las palabras no salieron. Luego llegó una oleada de frustración que me dejó sin aliento. Tenía miedo de preguntar. Miedo a que la respuesta doliera.

«Al diablo la charla con el abuelo, no puedo hacerlo».

Me sentí tan patético que deseé dar media vuelta y desaparecer, pero cuando nuestros ojos se encontraron, mi inquietud se desvaneció.

—¿Estás molesto? —pregunté al fin.

—¿Por?

—Porque acepté salir con Ewart.

Asher se apoyó en la barandilla de la jardinera con los brazos cruzados y negó con la cabeza.

—Si Ewart te hace feliz, entonces yo también soy feliz por ti.

Fue como si un peso se hubiera levantado de mi pecho y pudiera respirar nuevamente.

—Me preocupaba que las cosas cambiaran entre nosotros —confesé con una pizca de vulnerabilidad—. No quiero eso.

Sentía un nudo en el estómago mientras hablaba, consciente de lo frágil que puede ser una relación en medio de los cambios. No quería perder la cercanía ni la amistad que habíamos construido.

—Somos amigos, ¿qué clase de amigo sería si empezara a tratarte mal solo por no salir contigo?

Me dedicó una sonrisa que me llenó de paz y sus palabras amables resonaron en mi mente. Era increíble cómo conseguía restaurarme por completo, incluso en los momentos en los que me sentía más destrozado.

—Cuando recién nos conocimos dijiste que yo era único, pero no tienes idea de cuán extraordinario eres tú.

Su meñique rozó con el mío, cálido, gentil y reconfortante.

—Pues bueno, compañero de autenticidad, es hora de ir a clases.

Y con leve rumor de tranquilidad, nuestros pasos resonaron tenues en medio del silencio que se había formado.

Comenzaban las aves a cantar en los árboles, cuando Asher reclinó sobre mi hombro la cabeza y su voz me llamó:

—Si no tienes planes para hoy, ¿te quedarías un rato después de clases? —propuso mientras se alejaba un poco y me miraba expectante.

Mis pensamientos se detuvieron por un instante, tratando de comprender su sugerencia.

—¿Es para verte jugar? Hoy tienes práctica con el equipo, ¿no?

—No exactamente. Creo que sería más divertido si participas en lugar de solo observar.

—Claro, ¿por qué no? Seguro que puedo cojear atrás del balón. Pero si lo golpeó con el bastón, ¿contaría como mano o como pie?

Él simplemente sacudió la cabeza con una sonrisa en su rostro.

—Está bien. Tengo una idea que podría gustarte.

Esa tarde Asher me llevó con él apenas salimos. Una vez que llegamos a los vestidores me indicó que podía dejar mis cosas junto a las suyas en un pequeño casillero.

No tardé en darme cuenta de que todos me miraban extrañados y, en tono de burla, uno de ellos habló:

—¡No me digas que trajiste a tu novia a vernos jugar!

Algunos de ellos rieron, pero se detuvieron ante la seria mirada del que parecía ser el capitán, y uno tras otro regresaron a lo suyo.

—No, Donald. Lo acompañaré a ver a Alana, lo aprecio lo suficiente como para no torturarlo con tus pésimas jugadas.

Esta vez el capitán se unió a las risas, incluso yo no tardé en secundarlos. Luego, Asher puso la mano en mi hombro, no dijo palabra alguna, solo me miró y con un gesto me indicó que lo siguiera.

No hice preguntas, mis ojos todavía buscaban respuestas alrededor y el corazón me latía emocionado.

Miré a Asher y cuando volteó hacia mí, bajé la mirada y observé la corta hierba moteada con flores silvestres amarillas.

—Tranquilo, ya casi llegamos.

Nos detuvimos unos pasos después, cerca de un campo donde practicaban arquería.

—¿De verdad esta era tu idea? —Aunque tenía más sentido que la imagen donde yo participaba en el equipo de rugby.

—Algo me dice que eres bueno, lo noté el día que arrojamos las piedras en el mural.

—No creo que sea lo mismo.

A pesar de mi negativa, Asher logró convencerme de quedarme, aunque me arrepentí apenas me dejó con Alana, la capitana del club.

Luego de una explicación introductoria, me mostró cómo usar el equipo para empezar mi primera práctica.

Al principio salió peor de lo que imaginé, pero Alana fue paciente y se tomó el tiempo para explicarme. Una vez que me acostumbré incluso era terapéutico.

—¡Bien hecho, Dominick! —Alana estrelló su palma en mi espalda a modo de felicitación tras incrustar una flecha en la diana—. Este momento merece ser inmortalizado.

Ni siquiera pude objetar, enseguida hizo que todos dejaran de practicar para tomarme una foto con la flecha que logré insertar en el más alejado de los anillos.

Regresé a mi lugar, sintiéndome abochornado. A continuación, ella se alineó y tensó la cuerda de su arco, revelando una pequeña margarita en su antebrazo, una marca tan simple, que fácilmente podría haber pasado inadvertida.

Alana soltó la flecha y esta se clavó justo en el centro. Todos se emocionaron y aplaudieron, pero yo seguía anonadado.

—¿Una margarita? Pensé que tendrías una flor más acorde contigo, algo fuerte, ¿sabes? —comenté.

Ella se echó a reír, revelando su dulce risa que resonó en el tranquilo entorno.

—Es solo una marca. Quien debe florecer y mostrar su valor al mundo eres tú mismo.

—Me pregunto si soy capaz de algo así.

Como si supiera las cavilaciones que me afligían, se acercó un poco más y sin mirarme habló de nuevo:

—Déjame contarte algo, Dominick, las marcas pueden ser una forma de recordarnos nuestra fuerza. Pero la verdadera belleza yace en nuestra capacidad para superar los obstáculos y brillar en el mundo, independientemente de nuestras apariencias externas.

Mientras hablaba, el viento susurraba suavemente entre los árboles cercanos, llevándose consigo los pensamientos negativos que me habían afligido hasta ahora.

Me quedé sin palabras ante su perspicacia y la paz que transmitía. En ese momento, Alana se convirtió en un faro de esperanza para mí, una voz que desafiaba los estereotipos.

—Gracias, Alana. Tus palabras significan mucho para mí —dije, permitiendo que una sonrisa sincera se dibujara en mi rostro.

Me devolvió el gesto, y en ese instante supe que era alguien que entendía mi lucha y me inspiraba.

Continuamos la práctica, pero ahora con una conexión especial. Sentía una confianza renovada en mí mismo, impulsado por la energía positiva de Alana.

En ese rincón del mundo, donde las marcas se volvían insignificantes, el tiempo se deslizó apresurado, en cuanto terminamos tomé mi teléfono para avisarle a Asher. Apenas empezaba a escribir el mensaje, cuando de pronto su voz me hizo saltar por la sorpresa.

—Me guardaste como "Ash". ¡Qué lindo! —dijo, provocando que me avergonzara y guardara rápidamente el teléfono en mi bolsillo.

—Si prefieres puedo cambiarlo a "Asher".

Él negó con la cabeza.

—Me gusta. Deberías llamarme así, porque "Asher" es el que usa cualquier persona, y tú no eres cualquier persona.

—Es solo un nombre.

—Sí, pero será especial si lo dices tú.

Un brillo iluminaba su rostro. Me veía fijamente, con ojos suplicantes. Su mirada lo decía todo.

—Ash.

Una pequeña sonrisa se curvó en su rostro ante mi voz.

—Suena bien viniendo de ti.

Por debajo de los agitados latidos, percibía una claridad tranquilizadora. Respiré hondo, sumido en pensamientos bonitos y reproduje una y otra vez en mi mente su nombre que aún sabía a jazmines.


。・。。・゜❁ ・❁ ・❁゜・。。・。

¡Hola de nuevo, personitas lindas!

Ya lo leyeron de Ash :) no es el fin del mundo, así que solo queda ver cómo se desenvuelven las relaciones entre los personajes.

Nos leemos en la próxima actualización


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro