Capitulo 12.
Los hermanos Potter siguieron su camino, junto a Hermione y Ron, Harry se encontraba un poco más atrás junto a su mejor amiga dejando que los otros dos siguieran caminando. _______ iba charlando con el pelirrojo después de semanas estar lejos, los cuatro iban caminando por una pradera, llena de montañas a su alrededor y césped en todos lados.
― ¿Sigues enfadada con él? – Pregunta Harry a Hermione
― Siempre estoy enfadada con él – Responde
El pelirrojo parece escuchar lo que dijo, por lo que bajó la mirada pero la chica Potter le dio un leve golpe sonriéndole y alzando una ceja algo insinuadora, Ron solo sonrió y después de subir por una pequeña colina a lo lejos observaron la casa del Sr. Lovegood, padre de su amiga, Luna.
"Cuidado con las ciruelas dirigibles"
Era uno de los carteles que estaban en la entrada de la gran casa, un poco extraña su forma, junto a unos arbustos y unos cultivos que tenían sus advertencias, Hermione golpeó la puerta varias veces.
"El quisquilloso.
Editorial, Xenophilius Lovegood"
Escucharon pasos acercándose, dieron un paso atrás los cuatro chicos hasta que un hombre de cabellos largos y blancos con una mirada muy... terrible, abrió y miró a los visitantes.
― ¿Qué hacen aquí? ¿Quiénes son? ¿Qué quieren? – Pregunta, viendo a cada uno
― Hola, Sr. Lovegood. Soy ______ Potter y mi hermano Harry Potter, nos conocimos hace unos meses – dijo asomándose para que el mago pudiera verles
― ¿Podemos pasar? – Pregunta Harry
Narra _______.
Después de que el papá de Luna nos dejara pasar, se formó un gran silencio en su hogar, estábamos en su sala, muy pequeña la verdad. Al parecer no suelen tener muchas visitas, todo era demasiado rustico y muy extraño, tomé del té que el Sr. Lovegood nos había ofrecido y una vez tocando el líquido lo devolví al vaso después del mal sabor que tenía este.
― ¿Dónde está Luna? – Preguntó Hermione
― ¿Luna? Ya vendrá – Dice y entre los chicos y él empiezan a beber del té al mismo tiempo, también teniendo un rosto de disgusto – Y díganme ¿Cómo puedo ayudarlos hermanos Potter? –
― Bueno, de hecho... es sobre algo que usó en su cuello en la boda. Un símbolo – Conté
― ¿Habla de este? – mostró su collar con aquella imagen
― Sí. Exacto. Lo que queremos saber es... ¿Qué es? – Dice Harry
― ¿Qué es? Es el signo de las Reliquias de la Muerte, claro –
― ¿Las qué? – dijimos los cuatro al mismo tiempo
― Las Reliquias de la Muerte. Supongo que conocen el cuento de los tres hermanos –
― Sí –
― No – Harry y yo miramos a los chicos confundidos
― Aquí lo tengo – Hermione de su bolso sin fondo, sacó un libro donde buscó y comenzó a contar. – Había una vez tres hermanos que viajaban por un camino sinuoso y solitario, al atardecer... -
― Media noche – Ron interrumpió – mamá decía a media noche... pero al atardecer está bien – dijo, después de ver la mirada de Hermione
― ¿Quieres leerlo tú? –
― No, así está bien –
"Había una vez tres hermanos que viajaban por un camino sinuoso y solitario, al atardecer. De pronto los hermanos llegaron a un rio demasiado traicionero para cruzarlo. Pero siendo diestros en las artes de la magia los tres hermanos solo usaron sus varitas para crear un puente. Sin embargo, antes de pasar, una figura encapuchada bloqueó su camino, era la muerte y se sintió defraudada porque los viajeros normalmente se ahogaban en el rio. Pero la muerte era astuta. Fingió felicitar a los tres hermanos por su magia y les dijo que se habían ganado un premio por ser bastantes listos para evitarla.
El mayor, pidió una varita más poderosa que cualquiera que existiera, y la muerte se la fabricó de un árbol de Sáuco que estaba cerca.
El segundo hermano decidió que quería humillar a la muerte aún más, pidió el poder de traer a seres amados desde la tumba. Así que la muerte tomo una piedra del rio y se la entregó.
Finalmente, la muerte giró hacia el tercer hermano, un hombre humilde. Él pidió algo que le permitiera irse de ese lugar evitando que la muerte lo siguiera, la muerte de mala gana, le dio su propio manto de invisibilidad.
El primer hermano viajo a un poblado distante y con la varita de Sáuco en la mano, mató a un mago con quien una vez había peleado. Ebrio con el poder que le había dado la varita, presumió ser invencible. Pero esa noche, otro mago le robó la varita y le cortó el cuello de lado a lado. Y la muerte reclamó al primer hermano.
Mientras, el segundo hermano fue a su hogar donde tomó la piedra y la giro tres veces en su mano. Para su deleite, la mujer con la que había querido casarse antes de su repentina muerte, apareció frente a él, pero pronto se volvió triste y fría, pues ya no pertenecía al mundo de los mortales. Llevado a la locura por su tristeza, el segundo hermano se quitó la vida para estar con ella y la muerte se llevó al segundo hermano.
Al tercer hermano la muerte lo buscó por muchos años, pero nunca pudo encontrarlo, solo cuando llegó a una edad muy avanzada, el hermano más joven se quitó el manto de invisibilidad y se lo dio a su hijo. Recibió a la muerte como a una vieja amiga y fue con ella con gusto y dejando esta vida como iguales."
― Y ahí lo tienen. Esas son las Reliquias de la Muerte – Dice el Sr. Lovegood
― Lo siento, señor pero seguimos sin entender –
El señor comenzó a esculcar entre sus muebles, hasta regresar con nosotros junto a un pergamino y una pluma.
― La varita de saúco, la varita más poderosa jamás creada – Dibujó lo que parecía ser, la varita – La piedra de la resurrección, el manto de invisibilidad. Juntos forman las Reliquias de la Muerte, juntos crean a un amo de la muerte –
― Es la marca en la tumba en el Valle de Godric. Sr. Lovegood ¿Los Peverell tienen algo que ver con las Reliquias de la Muerte? –
― Sí, sí. Ignotus... disculpen, y sus hermanos, Cadmus y Antioch son vistos como los dueños originales de las Reliquias y por lo tanto inspiraron el cuento – el Sr. Lovegood comenzó a verse nervioso – Ah, pero su té se enfrió. Ahora vuelvo –
Fue bajando a la cocina, cuando quedamos los cuatro solos en aquella sala.
― Chicos, creo que deberíamos irnos – dije tomando la mochila del sofá – no me gusta cómo se siente este lugar – Ellos asintieron tomando sus cosas
― Vayámonos de aquí, no voy a tomar más de esa cosa, fría o caliente – dijo Ron
Bajamos a la cocina donde estaba el Sr. Lovegood, se encontraba de espaldas por lo que nos acercamos,
― Gracias, señor –
― Olvidó el agua –
― ¿Agua? –
― Para el té – Ron señaló hacia la tetera que tenía en la estufa, al parecer sin agua
― No importa, de todas formas debemos irnos – dije tomando el brazo de mi hermano
― ¡No se irán! – Dio un golpe a la mesa con varios trastos, haciéndonos sobresaltar del susto – Nadie se irá –
― ¿Señor? – tratamos de acercarnos, cuando volteó a vernos
― Son mi única esperanza. Estaban enojados por lo que había estado escribiendo y la secuestraron, se llevaron a mi Luna – contó y fue como entendía su comportamiento, fue acercándose hacia nosotros hasta ver la cicatriz de Harry – pero a quien quieren en realidad es a ustedes –
― ¿Quién la secuestró? – Pregunté – ¿Quién se la llevó? –
― Voldemort –
Unos ruidos provenientes de afuera se fueron acercando, me acerqué a una ventana y en el cielo se aproximaban los mortifagos, comenzando a atacarnos. Nos tiramos al suelo, comenzaron a destruir la casa y el Sr. Lovegood salió tratando de impedirlo, probablemente solo el ataque a su hogar.
― ¡Harry! – grité
Me fui arrastrando hacia donde los chicos, estirando nuestras manos hasta tomarlas y desaparecer de ahí.
― ¡Traicionero cobarde! ¿No podemos confiar en nadie? –
― No a estas alturas, Ron, somos fugitivos y cualquiera que se nos cruce querrá entregarnos – dije después de haber aparecido en un bosque
― Y raptaron a Luna porque él nos apoyaba, está desesperado –
― Haré los hechizos – Ron comienza a alejarse
Yo por otro lado, comienzo a dar un recorrido cerca de donde estará la tienda, el bosque parecía muy abandonado, no podía ver algún animal cerca o un alma siquiera. La noche estaba cayendo, estaba cansada, me senté bajo un árbol viendo hacia algún punto del bosque abrazándome a mí misma tratando de entrar en calor, de pronto sentía la sensación de que alguien me estuviera abrazando, un abrazo del cual jamás me separaría, sentía a Draco cerca de mí, podía sentir hasta su aroma pero sabía que era alguna ilusión que mi mente me estaba creando. De verdad lo extrañaba y tenía la necesidad de saber de él.
Una presencia a mi lado se hizo real, era Harry, mantuvimos silencio durante unos minutos hasta que él la rompió.
― Siento que con todo lo que ha pasado he perdido conexión con mi hermana – dijo y sonreí algo desanimada, volteando a verlo – Ya casi no estamos los dos juntos –
― Sí, lo sé... pero sigo siendo tu hermana, tonto, me preocupas más de lo que crees, Harry – suspiré – Acabaremos con esto, para volver a lo de antes –
― Mi prioridad siempre ha sido cuidarte, ______, desde un principio supe que debía ser así, eres mi única familia y solo nos tenemos a nosotros dos – tomó mi mano
― Solo nosotros dos, cuando esto termine... iremos a casa –
Seguimos manteniendo nuestras manos unidad, otro silencio apareció pero esta vez duró poco, creyendo que entre ambos toda esa paz que sentíamos desaparecería.
― ______... ¿Podemos hablar de lo que pasó el año pasado? –
― ¿S-sobre qué? – comencé a sentirme nerviosa, pero si Harry quería saber todo, lo sabrá
― Lo de tú y Malfoy – lo había dicho de una manera tan tranquila que sentí aún más pánico – Quiero saber, ______... ¿De verdad tú y él...? –
― Sí, Harry – Confesé y el gesto de Harry cambió de una tranquila a una molesta – Bueno, pensándolo bien... n-no, no somos algo... aún – lo último lo dije en un susurro, después de lo ocurrido en sexto año – Y estás en todo tu derecho enojarte, pero eso no cambiará el hecho de que sienta algo por él – Dije clara y firme
― Sí, estoy molesto por esa confesión porque hablamos de mi peor enemigo y mi hermana, me preocupa que salga lastimada, más cuando él es un mortifago –
― Pero no lo conoces, Harry – Traté de calmarle – Fui yo quien estuvo con él todo este tiempo, todos estos años, si vieras lo que realmente es Draco Malfoy... al igual que yo, está asustado, Potter y de alguna u otra manera, haré lo imposible para estar con él de nuevo –
Me puse de pie, dejando a Harry ahí sentado, yendo hacia Hermione para ayudarle pero dejo de dar un paso más cuando veo a un hombre salir de entre los árboles.
― Hola, bonita – dijo recargado en un árbol
Los chicos y yo nos juntamos, viendo como más hombres aparecían, así que empezamos a correr.
― ¡No se queden esperando! ¡Atrápenlos! –
Corrimos lo más que pudimos, huyendo de lo que parecían ser carroñeros. Sin darme cuenta terminé yéndome por un lado, siendo seguida por dos de ellos.
― ¡_______! – escuché el grito de Harry
Saqué mi varita atacando a quienes me seguían, dándole a uno pero el que quedaba era más ágil y era más grande por lo que temía a que me atrapara. Veía entre el bosque a los chicos, también atacando al resto de carroñeros que nos seguían, se escuchaban las explosiones y muchas maldiciones, lancé hacia el carroñero quien me seguía un hechizo que lo hizo volar lejos hasta estamparse contra un árbol y quedar inconsciente, seguí corriendo casi a la par de Ron, estábamos yendo de bajada evitando chocar con los árboles pero lograron atrapar a Ron, traté de ayudarlo pero no podía parar.
Iba hacia Hermione quien se había detenido pero al verme apuntó hacia mí y caí al suelo sintiendo punzar mi rostro.
...
Harry, _______...
― Dime donde está, Grindelwald, Grindelwald.
― Sabía que vendrías algún día, pero debes saber que ya no tengo lo que quieres.
― Dime, Grindelwald. Dime donde está. Dime quien la posee.
― La varita de saúco, está en su tumba, claro. Sepultada en la tierra. Dumbledore.
...
Respiré profundo, una vez que Hermione se acercó a mí, al levantarme miré a Harry también en el suelo pero se puso de pie acercándose.
― Las Reliquias Existen – Dije – Está buscando una, la última. Sabe dónde está –
― ¿También lo viste? – asentí al ver a Harry
Su rostro estaba desfigurado, casi, al parecer algún hechizo de Hermione.
― La tendrá esta noche – Dije una vez más
Nos tomaron a los tres, nos ataron las manos y el carroñero líder nos observó.
― ¡No la toques! – Ron llegó siendo sujetado por otros dos pero uno de ellos le golpeó
― ¡Déjalo! –
― A tu novio le va a ir mucho peor si no aprende pronto a comportarse – el líder se acercó – ¿Qué te pasó, feo? ¿Cómo te llamas? –
― Dudley, Vernon Dudley –
― Revísenlo – ordenó a uno de los hombres quien llevaba una libreta – ¿Y tú chica rubia? – ¿Rubia?
― Petunia Scamander – dije una vez que estuviera frente a mí
― Interesante ¿Y tú, preciosa? – se dirigió a Hermione
― Penélope Clearwater, mestiza –
― Aquí no hay ningún Vernon Dudley – dijo uno
― ¿Oíste feo? No estás en la lista ¿Por qué no quieres que sepamos quién eres? –
― La lista está mal. Ya dije quién soy –
Volvieron hacia Harry, el líder lo miró y tomó del rostro, pareciera que sospechara. Traté de forcejear pero eran más fuertes que yo y me habían arrebatado mi varita, a todos.
― Cambio de planes. No llevaremos a estos al Ministerio –
Nos fueron arrastrando hasta que todos nos desaparecimos, en segundos volviendo a aparecer frente a unas rejas, a lo lejos viendo la enorme mansión en la que estábamos. Alguien comenzó a acercarse, hasta estar frente a nosotros detrás de las grandes puertas... era Bellatrix.
― Traigan a Draco –
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Que bonito usar el apellido Scamander.
Al fin sabremos de nuestro Draquito uwu
Espero les guste.
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