Punto de vista: Alex

Acabábamos de llegar al siguiente sitio, que era otra historia de ContryHumans de la misma escritora que la anterior. Por suerte para mí, conozco a todos los protagonistas de este tipo de historias. Estábamos a punto de entrar en casa de México, cuando vi que Selever ya se estaba preparando para derribar la puerta otra vez.

-Oye Selever, está vez no es buena idea que entremos así.- dije mientras le apartaba y llamaba a la puerta.

No me sorprendió que Rusia abriera la puerta, ya que aunque él y México no eran pareja, tuvo que irse a vivir con él por una razón, una razón pequeñita que estaba escondida detrás de Rusia hasta que me vio.

-Aleeeex.- Dijo un USA chiquito mientras se aferraba a mi pierna. -¿Qué tal está mi chiquitín?-

-EE.UU. ¿Cuantas veces te voy a tener que decir que no soy tu mascota?- dije yo algo molesto mientras cargaba al pequeño en mi hombro.

Luego de entrar y dejar al gringo en el suelo, me acerqué a Rusia, ya que parecía querer hablar conmigo.

-¿Quién es él?- me preguntó mientras veía a USA jugar con Selever.

-Es el novio de mi hermano.-

-¿Tu hermano tiene novio?- preguntó incrédulo.

-Si. ¿Él no os lo dijo?-

-No. Hace tiempo que no viene por aquí.- Dijo mientras suspiraba. -USA le añora muchísimo, por eso se ha alegrado tanto al verte.-

-¿Entonces no hemos tenido noticias suyas últimamente?-

-Lo último que hemos visto relacionado con vosotros es un paquete para tí que nos ha llegado hace unas horas.- dijo señalando otra de esas malditas cajas. -Oye Alex, ¿Estás bien? Tienes mala cara.-

Al parecer había notado que me estaba poniendo muy nervioso. Era como si al estar tanto tiempo cuidando de un niño pequeño desarrollado hubiera un sexto sentido.

-Rusia. ¿Dónde está México?-

-Está durmiendo en su habitación. ¿Por qué lo preguntas?-

-Lleva a USA con él. Tenemos que hablar de algo serio, y preferiría que no estuviera presente.-

Luego de hacerlo y de unas cuantas protestas por parte del gringo y del mexicano, Selever y yo empezamos a explicarle lo ocurrido sentados en el sofá. Mientras hablábamos, la cara de Rusia cambió de una preocupación a una de ira. Cuando acabamos, éste estaba completamente furioso.

-¡¿CÓMO SE ATREVEN A HACERLE ESO A MILO?!- gritó mientras se levantaba. Entró a la habitación de invitados, y nosotros no sabíamos por qué, hasta que lo vimos salir con una escopeta.

-¿Qué vas a hacer con eso?- preguntó Selever algo asustado.

-Voy a ir con vosotros.- dijo mientras se volvía a sentarse.

-No puedes. ¿No nos ha escuchado? Te dijimos que nos avisaron de que no podíamos pedirle ayuda a nadie. Si vienes lo matarán.- le dije mientras aguantaba las ganas de estrangularlo.

-Si no me dejáis acompañaros, os seguiré.- dijo furioso mientras me miraba. -No vais a poder impedírmelo.-

Yo sabía que cuando Rusia tomó una decisión, era imposible cambiar de idea. La única opción era que viniera con nosotros.

-Vale, puedes venir. Pero no puedes contarle nada a México ni a USA. Para que no se preocupen, diles que vas a viajar unos días con nosotros.-

-All Right. ¿Adónde tenemos que ir?- preguntó mientras abría el paquete que les había llegado.

Vaciamos la caja, y dentro de ella solo habia dos grandes frascos. Los dos contienen una especie de cosa líquida y pegajosa, una de color negro y otra de color blanco. Nada más verlas, yo supe cuál era el lugar.

-Tenemos que ir a Changed. Rusia,¿ te importa que nos quedemos a dormir? Ya es por la noche, y necesitamos descansar.-

-Podéis quedaros.- dijo México saliendo de su cuarto. -Habéis gritado tanto que me he enterado de todo. No sé como USA puede dormir tan tranquilo con el ruido que hacéis. Hay una cama extra en la habitación de Rusia, pero solo cabe uno de los dos. El otro tendra que dormir en el sofa.-

-Gracias. Yo dormiré en el sofá, tu duermes en la habitación.- le dije a Selever mientras me tumbaba.

-Gracias Alex.-

A la mañana siguiente, nos pusimos en marcha hacia nuestro destino.

Continuara...

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