Changed(Parte 2)
Pov: Jano
Ya había pasado un día desde que Alex entró en internet para pasar un rato con Milo, y aún no había vuelto, pero no me preocupaba, ya que solía quedarse en su casa a dormir algunas veces, y siempre se le olvidaba avisar.
Estaba en casa, solo, ya que Darío se había marchado a visitar a Fox para preguntarle algo de unos hechizos. Estaba en el sofá, mirando Facebook, cuando recibí un mensaje de Alex. Era raro, ya que él siempre prefería llamar. Miré el mensaje, y no me creía lo que veía.
Vi a mis hijos junto a otras dos personas encerrados en una habitación, cuando se abrió una puerta y de ella salieron montones de criaturas de látex, y el video se cortó sin mostrarme lo que les había pasado. Entonces recibí una llamada de Alex, pero no era él quien llamaba.
-Dime. ¿Qué te ha parecido el video?- preguntó una voz que yo conocía muy bien.
-¿K? ¡¿Qué les has hecho a mis hijos?!- pregunté furioso.
-Ellos están bien, pero dejarán de estarlo dentro de poco tiempo.-
-¡COMO LES HAGAS DAÑO TE MATARÉ! ¡¿ME HAS OÍDO?!-
-Tranquilo, solo quiero hacer un trato contigo.-
-¡¿Qué quieres?!-
-Es muy simple. Te voy a mandar unas coordenadas de dentro del laboratorio. Ve ahí antes de una hora para que podamos hablar. Si lo haces, los liberaré. ¿Trato hecho?-
-Está bien. Allí estaré.- gruñí antes de colgar.
Me levanté del sofá, fui a mi habitación, me puse un brazalete, agarré unas cuantas inyecciones anti-látex, encendí la máquina de la pared, y entré al juego.
Una vez dentro del laboratorio, recorrí unas cuantas salas antes de encontrarme con una bestia de látex blanco. No tardé mucho en derrotarla, ya que parecía que no luchaba con todas sus fuerzas, como si estuviera intentando contenerse, pero aún así me tocó ponerme una de las cinco inyecciones que llevaba, las cuales me hacían inmune durante tres horas. Dejé inconsciente a la criatura y seguí caminando, hasta que llegué a una gran sala en la que habían otras tres bestias más, pero éstas estaban encadenadas, y todas llevaban un collar con un nombre escrito.
Me acerqué a ellas para leer los nombres, y cuando lo hice, vi con horror que eran ellos. Pero había algo que no cuadraba, ya que no parecía haber rastro de Alex. Entonces, escuché a K hablar por unos altavoces.
-¿Qué te parecen? Es increíble la capacidad que tiene el látex para adaptarse a cualquier forma de vida. ¿No crees?-
-¡DESGRACIADO HIJO DE P*TA! ¡SUÉLTALOS! ¡YA ME TIENES A MÍ!-
-Tranquilízate. Después de todo, tú has derrotado a uno de tus hijos.-
Solo me había enfrentado a una bestia de látex antes de llegar hasta ahí. Darme cuenta de que no había sido capaz de reconocer a mi pequeño Alex dentro de aquél ser luchando por el control, me partió el corazón.
Me puse a llorar de pura rabia, y al parecer, K decidió que ya había sufrido suficiente, ya que me hizo una propuesta.
-Hagamos un trato. Veo que llevas ahí cuatro intenciones anti-látex para evitar que te transformen. Llevaré a Alex junto a tí, y dejaré que les pongas una inyección a cada uno. No sé que efecto tendrá en alguien que ya ha sido transformado, pero creo que depende de lo que era antes de transformarse.-
-¿Y qué quieres a cambio? ¿Cuál es el truco?-
-El truco es que solo dejaré salir de aquí a dos de ellos. Los otros dos se quedarán aquí para siempre, ya que mientras están transformados no envejecen. Bueno. ¿Hay trato?-
Lo pensé durante un momento, ya que era una decisión difícil, pero al final acepté, ya que era mejor salvar a dos que no salvar a ninguno.
-Maravilloso.- dijo algo decepcionado al oír que aceptaba el trato. -Te llevaré a Alex enseguida.-
Después de un rato, K apareció con Alex amarrado a una cadena, el cuál al verme, intentó lanzarse a por mí, pero K lo sujetó.
-¡Estate quieto!- dijo mientras intentaba enganchar la cadena al suelo. -Bien. ¿Ya has decidido a quien llevarte?-
-Si.- solté con un suspiro.
-Pues vamos a ponerles la inyección.-
El primero al que le pusimos la inyección fue a Rusia, y después de retorcerse un poco, volvió por completo a la normalidad, cayendo inconsciente al suelo.
Luego se la pusimos a Selever, a Alex, y a Milo, pero no parecían tener efecto. Cuando iba a derrumbarme por haber fracasado, oí a Alex y a Milo hablar algo confundidos.
-¿P-papá?-
-¿Q-qué nos ha pasado?-
Al parecer, la inyección les había devuelto el control, aunque siguieran convertidos en criaturas de látex.
-Mis pequeños.- dije abrazándoles mientras que lloraba de alegría. -Alex, no vas a volver a irte de casa sin vigilancia hasta que cumplas los dieciocho. ¿Vale?-
-Ejem. ¿Os importaría quitarme las cadenas? Esto es incómodo.- dijo Selever mirándonos algo molesto.
Una vez desencadenamos a todos, K me hizo una pregunta.
-¿A quien te vas a llevar? Te recuerdo que solo puedes escoger a dos, y Selever, Alex y Milo siguen transformados.-
-Eso les toca decidirlo a ellos.-
Selever y Milo se miraron, y luego miraron a Alex y a Rusia.
-Nos quedamos.- dijeron los dos al mismo tiempo.
-¿Estáis seguros?- preguntó K para ver si rectificaban, pero ellos simplemente asintieron.
-De acuerdo.- dije mientras cargaba a Rusia en mi hombro. -Milo, cielo mío. Cuidate mucho. ¿Vale? Y Selever, prométeme que cuidaras de él por mí.-
-Te lo prometo.- dijo agarrándolo de la pata mientras sonreía. -Lo voy cuidar de maravilla.-
Una vez nos despedimos, Alex y yo salimos de ahí y llevamos a Rusia a su casa.
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Pov: Milo
Ya habían pasado unos meses desde que cambié, y la verdad es que la vida en el laboratorio es muy tranquila, y los otros látex son muy amables conmigo.
Ayer fue mi cumpleaños, y como vino toda mí familia, aproveché para dar la noticia de que Selever y yo nos íbamos a casar. Mi hermano casi se atraganta con su trozo de pastel, y estoy seguro de que mi padre quería matarnos, sobretodo a mi novio, pero mi madre le recordó que ya tengo dieciocho años y que puedo tomar mis propias decisiones.
Hoy se lo hemos contado a los padres de Selever, y su reacción a sido muy parecida. Él me ha dicho que quería darme una sorpresa esta noche para compensar la verguenza y los gritos de su padre, y si es lo que creo, espero estar a la altura.
Fin.
ฅ^•ﻌ•^ฅ
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